jueves, 19 de febrero de 2015

San Anibal María Di Francia

Aníbal María Di Francia nació en Messina (Italia) el 5 de julio de 1851 de una familia de la nobleza ciudadana. Muy joven, durante la adoración de la Eucaristía, fuente iluminadora de su vida, intuyó por inspiración divina la prioridad de la oración en la pastoral de las vocaciones. Los versículos del Evangelio "¡La mies es mucha, pero los obreros son pocos! Rogad pues al dueño de la mies, para que envíe obreros a su mies" Mt 9, 37-38; LC 10,2, fueron la luz de su vida y el manantial de su apostolado.

Desde joven percibió, muy clara, la vocación al sacerdocio. Animado del celo por la salvación y la protección de todas las personas, especialmente de los pobres y de los huérfanos, se dedicó a la promoción humana y espiritual de una de las zonas más pobres y degradadas de su cidudad, el barrio de Avignone.

Fue precisamente en aquel barrio, transformado radicalmente por su actividad apostólica, que inició los Orfanatos Antonianos (en 1882 el femenino, en 1883 el masculino) para acoger, socorrer y formar "civilmente y religiosamente" a la juventud más necesitada.

Atraídos por su carisma se unieron a él los hombres y mujeres que se comprometieron en el mismo apostolado. Así en 1887 fundó la Congregación de las Hijas del Divino Celo y en 1897 la Congregación de los Rogacionistas del Corazón de Jesús, con la tarea de vivir y difundir la enseñanza de Jesús sobre la necesidad de la oración por la vocaciones, y el servicio a los pequeños y a los pobres, también en tierra de misión.

Sacerdote culto y celoso, cultivó y predicó el amor por la palabra de Dios, la Eucaristía, la Virgen María, los Santos, manifestando particular devoción y espíritu de obediencia hacia el Papa y los Obispos sucesores de los Apóstoles. Sintió fuerte el anhelo misionero.

Compenetrado por la compasión de Jesús por "las multitudes cansadas y abatidas, como ovjeas sin pastor" (Mt 9,36), se las ingenió con todos los medios para difundir el "Rogate", el mandato de Jesús de rogar al dueño de la mies por el don de los "buenos obreros", creyéndolo instrumento eficaz de evangelización y servicio de caridad. Instituyó para los fieles la Unión de oración por las vocaciones. El sueño que esta oración "fuese universal" se ha realizado con la institución de laJornada Mundial de Oración por las Vocaciones por parte de Pablo VI (1964).

Terminó su vida terrena, vivida en constante y creciente ejercicio heroico de las virtudes cristianas, el 1 de junio de 1927 en Messina (Fiumara Guardia).

San Juan Pablo II lo proclamó beato el 7 de octubre de 1990 y santo el 16 de mayo de 2004.

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