domingo, 28 de febrero de 2016

Beata María Troncatti

María Troncatti nació en Cortegno Golgi (Brescia, Italia) el 16 de febrero de 1883. Creció feliz, trabajando duramente en su numerosa familia, dividiendo su tiempo entre la granja y el cuidado de sus pequeños hermanos y hermanas, en la cálida y afectuosa atmósfera creada por sus padres ejemplares. Acudía regularmente al catecismo en su parroquia, donde desarrolló un espíritu profundamente cristiano, que le abrió su corazón a los valores de la vocación religiosa.

Sin embargo, por obediencia a su párroco, ella esperó hasta alcanzar la mayoría de edad para solicitar ser admitida en el Instituto de las Hermanas Salesianas. Hizo su primer profesión en 1908 en Nizza Monferrato. Durante la Primer Guerra Mundial (1915-18), Sor María tomó un curso de cuidados sanitarios en Varazze y trabajó como enfermera de la Cruz Roja en el hospital militar. Esta experiencia probaría ser muy valiosa en el curso de su larga vida misionera en la selva amazónica en Ecuador.

Partió para Ecuador en 1922 donde fue enviada a trabajar entre el pueblo Shuar donde, junto con otras dos monjas, ella inició el difícil trabajo de evangelización. Ellas enfrentaron peligros de todo tipo, incluso los causados por las fieras de la selva y por la fuerte correntada de los ríos que debían ser vadeados o cruzados en frágiles "puentes" fabricados con enredaderas o en hombros de los indios.

Macas, Sevilla de Don Bosco, Sucúas, son algunos de los "milagros" del trabajo de Sor María Troncatti que todavía florecen. Ella fue enfermera, cirujana, ortopedista, dentista, anestesista. Pero, sobre todas las cosas, ella fue catequista y evangelizadora, rica en los maravillosos recursos de la fe, la paciencia y el amor fraternal.

Su trabajo por la promoción de la mujer Shuar dio sus frutos en cientos de nuevas familias cristianas formadas, por la primera vez, a través de la elección libre personal por parte de las parejas jóvenes.

Sor María murió en un trágico accidente aéreo en Sucúa (Morona Santiago), el 25 de agosto de 1969. Sus restos descansan en Macas, en la provincia de Morona Santiago (Ecuador).


La diócesis de Puertoviejo, en Ecuador, pidió en 2008 que la Congregación de las Causas de los Santos analizase el milagro  a la Señora Josefa Solorzano, en Roma. El 7 de abril de 2011 los siete doctores de la consulta médica, por unanimidad, declararon que la curación era científicamente inexplicable. Fue beatificada el 25 de noviembre de 2012.

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