domingo, 28 de febrero de 2016

Beato Francisco de Paula Víctor

Francisco de Paula Victor nació en Campanha, en el estado brasileño de Minas Gerais, en abril de 1827. Era hijo de esclavos africanos y, aunque él mismo lo fue, tuvo mucha suerte. Su ama, Marianna Bárbara Ferreira, era de las pocas personas que trataba a los esclavos de su casa con dignidad. En particular, cogió mucho cariño a Francisco. Terminó siendo su mentora, y le enseñó a leer, escribir, a tocar el piano y a hablar francés.

Este apoyo lo alejó del trabajo en el campo. La señora Ferreira le orientó para que se formara para ser sastre. Pero ya entonces los sueños del joven negro eran otros: quería ser sacerdote. Que consiguiera ingresar en el seminario «fue una decisión extraordinaria y fuera de lo común, a causa de la discriminación social de la época. Pero Francisco, que entonces tenía 22 años, merecía el privilegio. Dos años después de ingresar en el seminario, fue ordenado sacerdote. «Un verdadero milagro, porque había vencido los prejuicios raciales de su tiempo».

Ejerció el ministerio un año en su ciudad natal, y el resto de su vida, 53 años, en Três Pontas. Allí murió en septiembre de 1905. El padre Victor «era muy activo en la catequesis y en la administración de los sacramentos. Introdujo un mes en honor a Nuestra Señora y recorría a caballo las zonas rurales para llevar consuelo espiritual a los más alejados. Entre 1852 y 1905, bautizó a 8.790 recién nacidos hijos de blancos, y a 383 hijos de esclavos. Incentivó la educación de los jóvenes, especialmente de los pobres. Por eso, fundó en su parroquia una escuela gratuita. Daba a los pobres los donativos que recibía».

Pero, de todas sus virtudes, se destacaba «su humildad y simplicidad. Un día el padre Víctor volvía en tren de Campanha a Três Pontas. Fue acogido por el pueblo con una banda de música. En el tren había un general. Pensado que el acontecimiento era por él, el general le pidió al padre Víctor que cargara su maleta, porque lo confundió con un porteador. Con simplicidad el santo sacerdote cargó la maleta del general. Cuando el pueblo vio a su párroco fue a su encuentro con alegría. Entonces el general preguntó quién era aquel hombre. Alguien le respondió: “Es el padre Victor y estamos aquí para acogerlo”».

Fue beatificado el 14 de noviembre de 2015, durante el Pontificado de S.S Francisco.


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