lunes, 14 de noviembre de 2016

Santa María de la Pampa "Virgen del Poncho"


En Agosto de 1986 Mons. Atilano Vidal, Obispo de Santa Rosa (La Pampa), solicitó la fundación de un Carmelo a la Comunidad de Hermanas Carmelitas de la Arquidiócesis de Rosario. Tanto el Pastor como las hermanas decidieron poner el futuro Monasterio bajo la protección de la Virgen María de La Pampa de modo que expresara su presencia en estas tierras que había hecho suya desde sus orígenes raciales e históricos.

Las Carmelitas, que alimentaban en su corazón un intenso amor a estas tierras, se pusieron en atenta actitud orante para acoger los signos que María les fuera presentando, conscientes de ser suya la inspiración. Así fue sugiriendo a las hermanas cómo modelarla.

Vestida con el rústico poncho a usanza de los primeros habitantes: el indio, el gaucho. Su cabeza no luce corona, sino que la cubre un pequeño velo (pañuelo) de campesina. Su cuerpo, en actitud de caminante, como primera misionera - evangelizadora de estas tierras entrañadas en su amor materno.

Su empeño es llevar al abrigo de su poncho a Jesús -“el que salva”- hasta los lugares más apartados, contemplando el misterio divino-humano del Hijo de Dios que es su Hijo.

Una ternura singular se dibuja en su rostro: es que en Jesús -que estrecha sobre su pecho- abraza a cada uno de sus hijos pampeanos con sus dolores y tristezas, gozos y esperanzas. A todos protege su poncho materno.

Un ejemplo de esta antigua presencia mariana es lo ocurrido al padre lazarista Jorge Salvaire, (a cargo de la Capilla de la Virgen de Luján, en la Villa del mismo nombre (pcia. de Bs. As.).

Con el fin de negociar cautivas, llegó a las inmediaciones de lo que hoy es Macachín (pcia. de La Pampa) pero los indios sospechando fuera un espía traidor y lo hicieron prisionero. En esas condiciones prometió a la Ssma. Virgen en su título de Luján, erigir un Santuario si recuperaba la libertad. En ese instante llega otro cacique. Al verlo y reconocer en él al que le había salvado la vida en una dramática portunidad, se sacó el poncho y lo arrojó sobre el sacerdote. Con este gesto indicaba a los de su raza que él le brindaba su protección.

El poncho del indio salvó la vida del sacerdote que, cumpliendo su promesa, erigió el Santuario Nacional de los Argentinos. En el gesto del poncho, la Virgen María manifestaba su poderosa intercesión a favor de sus hijos que acuden a Ella con fe.

El Monasterio “SANTA MARIA DE LA PAMPA” sería una realidad el 19 de marzo de 1994. El 20 de octubre de 1995, “Santa María de la Pampa” es entronizada en la Legislatura Provincial. El 16 de octubre de 1998 (fiesta de La Pampa), contando con la presencia del Gobernador y otras altas autoridades provinciales, se entroniza la imagen de “Santa María de la Pampa” en el atrio de la Catedral de Santa Rosa. Ese día queda ya consagrado a honrar a la Ssma. Virgen bajo esta nueva advocación. (Su celebración, por razones pastorales, se posterga al sábado siguiente)

El 12 de noviembre de 2007 se consagra la primera Capilla bajo el patrocinio de “Sta. María de La Pampa”, Capilla que corresponde al Monasterio de las Hnas. Carmelitas Descalzas.

Nuestra Señora Gaucha del Mate

Nuestra Señora Gaucha del Mate es una advocación de la Virgen María que nace en América del Sur, y que por el año 1993 fue bendecida por el papa Juan Pablo II.

Su origen no está relacionado con una aparición o con un milagro. La imagen, que muestra a la Virgen sentada junto a un brasero cebando mate, surgió de la necesidad de incorporar una figura de la Virgen María en donde las costumbres de los argentinos (y de otros hermanos latinoamericanos, sobre todos los del Mercosur) se reflejen. Es otra manera de acercar a la madre de Jesús a nuestra vida diaria.

La acción de tomar mate tiene un significado muy profundo en los países del Mercosur (Argentina, Uruguay, Paraguay y sur de Brasil) expresa un momento de amistad, hermandad, camaradería, familiaridad, comunión.

La pintura de donde la imagen de Nuestra Señora Gaucha del Mate surge es de la artista María Inés Rosñiski. En ella se puede ver a una joven paisana, con vestimenta tradicional, pelo en dos trenzas, sentada bajo un árbol a campo abierto; a su lado hay un brasero y ofrece un mate que tiene entre las manos.

Hoy, cristianos y laicos, sacerdotes y civiles, oriundos de la provincia de Misiones, solicitan a la Iglesia que avale esta nueva advocación de María y la declaren como patrona del Mercosur. Esta nueva forma de presentación, Nuestra Señora Gaucha del Mate, con su ropa simple y humilde, su rostro gentil y su modo solidario aúna y hermana en un solo gesto a estas naciones del sur; y provoca en sus habitantes un cariño instantáneo producto de la identificación de lo propio en lo universal.


Oración a Nuestra Señora Gaucha del Buen Mate

María del Buen Mate
Del mate de las frías madrugadas,
del mate de las tardes otoñales,
del mate de las noches de estudiantes,
del mate de la espera…

María del Buen Mate
del mate del amigo y del encuentro
del mate que reemplaza los almuerzos
del mate que calienta los inviernos,
del mate que reúne y que celebra…

María del Buen Mate
del mate oportuno en la visita,
del mate silencioso en los abuelos,
del mate espumoso de la rueda,
del mate que no hace diferencias…

María del Buen Mate
del mate que está siempre dispuesto,
del mate que nunca se resiente,
del mate que se alegra en ser usado,
del mate que se brinda a cada hora…

María del Buen Mate
enséñanos a tomar mate
que no sea el mate frío de la rutina,
que sea el mate del amor fraterno
que nos deje sabor a vida nueva.
Que sea el mate “que pierde tiempo”
cuando hay otro que quiere compartirlo.
Que sea el mate que celebre siempre
al amigo oportuno que se acerca,
que sea el mate creador de espacios
donde el otro encuentre la paz y la confianza
que sea el mate que suavice las heridas
y acorte las horas de cansancio y soledades.
Que sea el mate una buena nueva,
un canto a la amistad,
un modo de amar y dar la vida.

Amén.



Hna. María Virginia Gette. Misionera Sierva del Espíritu Santo.
(Convento Cristo Rey, Esperanza)