domingo, 8 de enero de 2017

Niño Dios Alcalde, La Rioja, Argentina

La imagen del Niño Jesús Alcalde fue encontrada por San Francisco Solano, en un momento trascendente de la historia de la Provincia de La Rioja, donde más de 20.000 diaguitas cansados de las injusticias que padecían por parte de los españoles se levantaron en armas para destruir la ciudad. El padre jesuita imponía entonces la imagen del Niño Dios como alcalde de la ciudad y verdadera Autoridad del Pueblo. Esta celebración tan particular, que data desde hace 421 años, emociona al pueblo peregrino no sólo riojano sino también a quienes desde distintas latitudes llegan buscando la protección de Dios como único y supremo.


Joaquín V. González relataba en su obra “Mis Montañas” que “los padres jesuitas dieron forma litúrgica y social al hecho histórico, organizando una cofradía de indígenas devotos al milagroso apóstol y, a su divino protector. Eligieron el más respetable de los indios convertidos, y lo cubrieron con la regia de los Incas; dieron el gobierno inmediato de todas las tribus sometidas y el carácter de gran sacerdote de la institución, como un trasunto del que revestía el emperador del Cuzco. Los caciques obtuvieron el nombre y oficio de alféreces, o caballeros de la improvisada orden, especie de guardia montada que obedecía idealmente al Patriarca conquistador”.

El Niño Alcalde se venera en el Convento de San Francisco, se trata de una imagen del Niño Jesús de Praga, vestido con toda la indumentaria de un Alcalde, su capa, un gorro apretando sus bucles naturales. En posición de parado, empuña en su mano izquierda, una vara de mando, construida en plata en cuyo extremo superior, muestra una Cruz de Caravaca, o Doble Cruz, (trofeo que antiguamente en España se otorgaba a los Jefes Guerreros) 


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