martes, 21 de febrero de 2017

Madre Francisca Pascual Domenech

Nace en un hogar sencillo, creyente y trabajador de Moncada (Valencia) el 13 de octubre de 1883. Su juventud transcurre en un ambiente laboral caracterizado por la humildad, la responsabilidad, la amistad y la inquietud evangelizadora.


Quiso ser religiosa adoratriz, y le resultó imposible. Ingresó, sin embargo, en el Beaterio de Terciarias Franciscanas que existía en Valencia desde el siglo XIII. De la reforma del Beaterio surge la Congregación de Hermanas Franciscanas de la Inmaculada, como fraternidad disponible a las necesidades de los hombres. Confiaba en el amor providente y misericordioso de Dios. Sencilla, fiel y arriesgada, da una respuesta evangélica a los retos de su tiempo.

Le urge expresar el amor de Dios, sobre todo entre los pobres y necesitados. Los ancianos, los sordos, los ciegos, los leprosos, los niños y los jóvenes, la mujer obrera, empleada y campesina forman el cortejo de sus predilectos. Pasó de esta vida al Padre el 26 de abril de 1903. Su causa de beatificación está introducida.