lunes, 22 de enero de 2018

Romancero de la aventura de la Beata Laura Vicuña

Romacero de la aventura de 

Laura Vicuña

Padre Manuel Villaseca

Laurita Vicuña Pino
Hoy beata en la Iglesia
nació al retumbar de balas
en tiempos de Balmaceda.

El Bautizo de Laurita
se hace en salesiana fecha
un 24 de mayo
cuando a María festejan.

José Domingo Vicuña
participó en la refriega
balmacedista, A destierro
fue con su esposa y pequeña.








Temuco, tierra lejana,
tranquila, le abrió sus puertas
a la pequeña familia
que muy luego allí aumenta.

Les nace Julita Amanda
Pero esta alegría efímera
se esfuma, muriendo el padre
de pulmonía violenta.

Doña Mercedes del Pino
deja la tierra chilena.
Con sus hijas va a Junín
y allí al trabajo se entrega.

Un estanciero argentino
en su casa las alberga.
Será la dueña de casa
con todas sus consecuencias.

De María Auxiliadora
había en Junín una escuela.
Doña Mercedes fe allá
a educar a las pequeñas.

Al momento, de Laurita
niña sonriente y sincera
se comentó en el Colegio
que Laurita un ángel era.

El estanciero es feliz, 
con la viudita chilena.
Comenzó a requerirla
de amor, a lo que ella se niega.

Tuvo que acceder, por fin,
por ella y sus dos chicuelas.
Y aquí comenzó Laurita
a sufrir la gran tragedia.

Laurita que amaba a Dios
y es pura como azucena
mucho rezó de rodillas
y sufrió en la casa aquella.

¡Su mamá lejos de Dios!
Laura sufre esta verguenza
y pena por regresar
al paraíso, su escuela.

La vida de su mamá 
cuanto le pesa en el alma
nuevamente al confesor
se presenta la niña Laura.

Ha rezado y ha sufrido
por ésta su madre amada
pero el Señor no la escucha
algo más de ella demanda.

Si ofreciera ella su vida
por su madre, que dejara
al hombre con quien convive
¿no haría la obra más santa?

Lo medita el confesor,
no da respuesta inmediata.
¿Le será grato al Señor 
el holocausto de esa alma?

"Hija, si Dios te lo pide
y así a tu mamita salvas
del pecado, te permito 
que a Dios a esta ofrenda le hagas".

Junín lejano, en ese año
abría su primavera,
mientras tanto 
moría la niña buena.

"Mamita, te quiero mucho,
por ti yo ofrecí mi vida..."


Fragmento, Romancero de la aventura de Laura Vicuña, 1987.

Padre Manuel Villaseca
Misionero Claretiano




sábado, 20 de enero de 2018

Nuestra Señora de la Candelaria, Copiapó, Chile

La historia de este santuario comienza en 1780, cuando Mariano Caro Inca, vecino del pueblo de San Fernando regresaba de la cordillera cuando una tormenta lo obligó a refugiarse en unos peñascales. Estaba a la orilla del salar de Maricunga y allí encontró una piedra de unos 14 centímetros de alto con la imagen de la Virgen con el Niño Jesús en brazos grabada. Caro Inca, lleno de respetuoso fervor, tomó la imagen en sus manos, llamó a sus compañeros para participarles del hallazgo y luego de colocarla cuidadosamente en la alforja de su mulo, siguieron el camino.

El 02 de febrero de 1780, día consagrado a la fiesta de la presentación del Niño Dios al Templo y de la Purificación de la Virgen, día en que la Iglesia bendice las candelas en honor de Cristo, Luz del Mundo, llegó Caro a la hijuela que tenía en San Fernando. Mientras él arreglaba el altar para venerar la imagen con el nombre de Nuestra Señora de la Candelaria, los arrieros divulgaron la noticia del encuentro.

Todos los años al acercarse esta fecha, las familias vecinas del pueblo se reunían para rezar la novena a la Virgen. A la muerte de Mariano Caro, su esposa Josefa Guzmán continuó aquella tradición y levantó un pequeño oratorio en cumplimiento del testamento de su marido.

En el año 1800, veinte años después del hallazgo de la imagen, el cura de la villa de Copiapó, padre Domingo Carmona, hizo levantar una capilla a la Virgen cerca del primitivo oratorio, estos terrenos los había dejado doña Josefa, quien había fallecido.

En el año 1910 se dio comienzo a la construcción de un nuevo edificio en los terrenos adyacentes a los de la primera capilla que habían sido comprados a la familia Caro por don Bruno Sergio Pizarro, parlamentario de la zona, y que los donó para que allí se levantara el santuario de la Candelaria. La primera piedra fue colocada por el cura de Copiapó, padre Pedro Thelis, que dio comienzo a los trabajos.

El terremoto del 10 de noviembre de 1922 echó por tierra la primera capilla, lo que obligó a terminar la nueva, esta tarea estuvo a cargo del padre Crisónogo Sierra, quien con sus propias manos trabajaba en las obras, con material que conseguía “por ahí”.

En el año 1944, el padre Polidoro Van Vliervergh construyó la nave lateral derecha del santuario. A principios de 1968, siendo rector del santuario el padre José Canovas, comenzaron los trabajos para construir la nave lateral izquierda, que se terminó en la fiesta de 1970; era rector por entonces el padre Juan Sanchís.



Oración

Virgen de la Candelaria,
Madre de los mineros y del pueblo de Atacama,
a Ti venimos con la confianza y sencillez de hijos.
A Ti llegamos con nuestras angustias y esperanzas,
con nuestras penas y alegrías,
con las fatigas del trabajo y el peso de nuestros pecados;
con todo lo que somos y tenemos.
Virgen de la Candelaria,
Tú eres la primera portadora de la Luz, que es Cristo;
Tú eres nuestra Madre;
Tú nos reúnes junto a Cristo Salvador;
Tú eres nuestra esperanza, consuelo y gozo;
Tú nos acompañas en la ciudad, el desierto, los valles, las minas y el mar;
Tú eres nuestra estrella en el camino hacia el Padre;
Tú, nuestra huella para encontrar a Jesús.
Virgen de la Candelaria, Virgen Madre de Dios,
escucha nuestros ruegos, bendice nuestros hogares,
alcánzanos trabajo y salud;
enséñanos a escuchar la palabra de tu Hijo
y a vivirla cada día,
para que dóciles al Espíritu Santo,
sepamos construir una Nación de hermanos
y una Iglesia servidora
en nuestra tierra de Atacama.
Amén.

jueves, 18 de enero de 2018

Venerable Mary Ward

Mary Ward nació en el Condado de York (Inglaterra), en 1585, durante el reinado de Isabel I, cuando la persecución contra los católicos en el país estaba en su mayor apogeo. Su familia, perteneciente a la nobleza rural, pagó cara su fe católica. Ella, durante los primeros 20 años de su vida, tuvo que peregrinar por diferentes casas de su familia para asegurar su existencia, curtiendo su carácter con un espíritu de gran fortaleza y audacia.

Sintiéndose llamada a la vida religiosa, fue elegida por Dios para ser una pionera en las obras de la Iglesia, comprometida en la defensa de la Fe y lanzada a conseguir la mayor gloria de Dios en el mundo.

Admiró la obra de San Ignacio de Loyola y supo, como pocas mentes clarividentes de su siglo, que su misión eran romper la clausura que se imponía a las mujeres, para poder andar por el mundo sin trabas, adelantándose a los tiempos y trabajando por el Reino de Cristo con recursos que los varones “sabios y prudentes” no podían llegar a tolerar en mujeres evangelizadoras. Y lo hizo con confianza total en la capacidad de la mujer, dándose cuenta de que eso era lo que la Iglesia necesitaba según la voluntad de Dios y los signos de los tiempos. Con un grupo de mujeres inglesas, trabajó en Londres pero, teniendo que vencer muchas dificultades, se embarcó para el Continente, logrando empezar su obra en la ciudad de St. Omer (Francia), donde antes los jesuitas de Inglaterra también se habían establecido.

Tres grandes gracias formarían el Carisma del Instituto:
– La gloria de Dios como fin
– El apostolado en el mundo como medio
– La orientación total hacia Dios de los miembros dentro del marco de Libertad, Justicia y Verdad.

Su familia religiosa fue el anuncio de los nuevos tiempos en la educación, sobre todo de la mujer, siendo Mary Ward presentada por la Historia como adelantada de las obras de cultura para la mujer y como creadora de nuevos estilos de formación humana y de progreso de la persona según las necesidades de los tiempos.

Quiso una educación para todas las clases sociales, adaptada a las necesidades de las personas y del lugar. Una educación que integrara la formación espiritual, intelectual, física y psicológica, y que preparara a la persona para su rol en la familia y en la sociedad.

Si nos preguntamos de dónde le vino a Mary Ward esta visión de futuro y la fuerza interna para llevarla a cabo, sólo podemos contesta que el Espíritu sopla donde quiere. Hay hombres y mujeres destinados como instrumentos de la Providencia en momentos de grandes crisis históricas, y Mary Ward fue una de ellas.

El Instituto, con una visión de futuro muy adelantada para su tiempo, fue suprimido en 1631 por el Papa Urbano VIII en una de las más duras Bulas emanadas de la Santa Sede, siendo condenada y encarcelada Mary Ward por la Inquisición en Alemania. Cuando salío de prisión, más adelante y con autorización de la Iglesia, su salud era ya muy precaria. Murió en York en el año 1645.

A lo largo de los siglos XVII y XVII, el Instituto sobrevivió a muchos embates y crisis, pero siguió extendiéndose poco a poco por Europa. En 1877, su congregación reconocida por la Iglesia pero hasta 1909 no se permitió a Mary Ward recibir el nombre de fundadora. Casi un siglo después, en 2009, Mary Ward fue declarada Venerable. Su causa avanza ahora hacia el estadio siguiente en el proceso de beatificación y consiguiente canonización.


El Instituto de Mary Ward existe hoy bajo los nombres de Congregatio Jesu y el Instituto de la Bienaventurada Virgen Maria (Loreto) con aproximadamente 3.000 miembros. Las hermanas de Mary Ward están en 44 países.

Gracias Papa Francisco por tu visita a Chile

Rezaremos por ti...


Oraciones por el Papa


Oración por el Papa
Oh Jesús, Rey y Señor de la Iglesia: renuevo en tu presencia mi adhesión incondicional a tu Vicario en la Tierra, el Papa.

En él Tú has querido mostrarnos el camino seguro y cierto que debemos seguir en medio de la desorientación, la inquietud y el desasosiego.

Creo firmemente que por medio de él tú nos gobiernas, enseñas y santificas, y bajo su cayado formamos la verdadera Iglesia: una, santa, católica y apostólica.

Concédeme la gracia de amar, vivir y propagar como hijo fiel sus enseñanzas.

Cuida su vida, ilumina su inteligencia, fortalece su espíritu, defiéndelo de las calumnias y de la maldad.

Aplaca los vientos erosivos de la infidelidad y la desobediencia, y concédenos que, en torno a él, tu Iglesia se conserve unida, firme en el creer y en el obrar, y sea así el instrumento de tu redención.

Amén.


Oración por el Papa

Oremos por nuestro Pontífice (Francisco)

℟. Que el Señor le conserve, y le dé vida, y le haga santo en la tierra, y no le entregue a la voluntad de sus enemigos.

℣. Tu eres Pedro,
℟. Y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia.

Oremos.

Dios, pastor y guía de todos los fieles, mira lleno de bondad a tu siervo, el Papa (Francisco), a quien quisiste colocar al frente de tu Iglesia como pastor. Concédele, Te pedimos, la gracia de hacer, por sus palabras y por su ejemplo, que progresen en la virtud aquellos a quienes él preside, y llegue, con el rebaño que le fue confiado, a la vida eterna. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

lunes, 15 de enero de 2018

Oración oficial para la Visita del Papa Francisco al Perú

Dios Padre misericordioso
Llenos de alegría
elevamos hacia Ti
nuestra oración de acción de gracias
por el don de la visita pastoral
del Papa Francisco
Señor Jesucristo
Te pedimos que nos concedas prepararnos
con la oración y los sacramentos
para acoger a quien viene en tu nombre
a confirmarnos en la fe.
Espíritu Santo
Guía de la Iglesia:
haznos vivir como discípulos y misioneros,
el Evangelio de la creación,
la vida, la familia y la paz.
Virgen María
Madre de la Iglesia:
acompaña al Sucesor de Pedro,
que nos animará para que
unidos por la esperanza,
peregrinemos por esta tierra
bendecida por el testimonio
de nuestros santos:
Rosa de Lima,
Toribio de Mogrovejo
y Martín de Porres
Amén.

domingo, 14 de enero de 2018

Papa Francisco en Chile

Ilustraciones en honor a la Visita del Papa Francisco a Chile, desde el 15 al 18 de enero de 2018.




sábado, 6 de enero de 2018

Himno Oficial de la Visita Papa Francisco a Chile




“Mi Paz les doy”
Autor e intérprete: Américo


 Hoy Chile se levanta, 
para escuchar tu voz.
Francisco, hermano y padre, 
Ven, háblanos de Dios. 

Sonríes y contagias,
 sin importar a quien. 
Haciendo el bien 
proclamas la misericordia, 
renuevas nuestra fe. 

Mi tierra clama hoy 
justicia y más unión, 
¡Mi paz les doy 
nos ha dicho el Señor! 

(Estás aquí)
 Puedo respirar todo tu amor
 (Te puedo sentir) 
Tu paz nos llena el corazón 
(Vives en mí) 
Al momento de entregarme en alma 
El que estés aquí nos llena de amor.

Nos muestras el camino: 
la reconciliación.
 Y como hizo Jesús 
Saliste a caminar la tierra 
cubriéndola de amor. 

Volvamos a mirarnos
 como hermanos.
 ¡Mi paz les doy 
nos ha dicho el Señor!

(Estás aquí)
 Puedo respirar todo tu amor
 (Te puedo sentir) 
Tu paz nos llena el corazón 
(Vives en mí) 
Al momento de entregarme en alma 
El que estés aquí nos llena de amor.

Epifanía del Señor



Epifanía significa "manifestación". Jesús se da a conocer. Aunque Jesús se dio a conocer en diferentes momentos a diferentes personas, la Iglesia celebra como epifanías tres eventos:

Su Epifanía ante los Reyes Magos (Mt 2, 1-12)

Su Epifanía a San Juan Bautista en el Jordán

Su Epifanía a sus discípulos y comienzo de Su vida pública con el milagro en Caná.

La Epifanía que más celebramos en la Navidad es la primera.

La fiesta de la Epifanía tiene su origen en la Iglesia de Oriente. A diferencia de Europa, el 6 de enero tanto en Egipto como en Arabia se celebraba el solsticio, festejando al sol victorioso con evocaciones míticas muy antiguas. Epifanio explica que los paganos celebraban el solsticio invernal y el aumento de la luz a los trece días de haberse dado este cambio; nos dice además que los paganos hacían una fiesta significativa y suntuosa en el templo de Coré. Cosme de Jerusalén cuenta que los paganos celebraban una fiesta mucho antes que los cristianos con ritos nocturnos en los que gritaban: "la virgen ha dado a luz, la luz crece".

Entre los años 120 y 140 AD los gnósticos trataron de cristianizar estos festejos celebrando el bautismo de Jesús. Siguiendo la creencia gnóstica, los cristianos de Basílides celebraban la Encarnación del Verbo en la humanidad de Jesús cuando fue bautizado. Epifanio trata de darles un sentido cristiano al decir que Cristo demuestra así ser la verdadera luz y los cristianos celebran su nacimiento.

Hasta el siglo IV la Iglesia comenzó a celebrar en este día la Epifanía del Señor. Al igual que la fiesta de Navidad en occidente, la Epifanía nace contemporáneamente en Oriente como respuesta de la Iglesia a la celebración solar pagana que tratan de sustituir. Así se explica que la Epifanía se llama en oriente: Hagia phota, es decir, la santa luz.

Esta fiesta nacida en Oriente ya se celebraba en la Galia a mediados del s IV donde se encuentran vestigios de haber sido una gran fiesta para el año 361 AD. La celebración de esta fiesta es ligeramente posterior a la de Navidad.

Los Reyes Magos

Mientras en Oriente la Epifanía es la fiesta de la Encarnación, en Occidente se celebra con esta fiesta la revelación de Jesús al mundo pagano, la verdadera Epifanía. La celebración gira en torno a la adoración a la que fue sujeto el Niño Jesús por parte de los tres Reyes Magos (Mt 2 1-12) como símbolo del reconocimiento del mundo pagano de que Cristo es el salvador de toda la humanidad.

De acuerdo a la tradición de la Iglesia del siglo I, se relaciona a estos magos como hombres poderosos y sabios, posiblemente reyes de naciones al oriente del Mediterráneo, hombres que por su cultura y espiritualidad cultivaban su conocimiento de hombre y de la naturaleza esforzándose especialmente por mantener un contacto con Dios. Del pasaje bíblico sabemos que son magos, que vinieron de Oriente y que como regalo trajeron incienso, oro y mirra; de la tradición de los primeros siglos se nos dice que fueron tres reyes sabios: Melchor, Gaspar y Baltazar. Hasta el año de 474 AD sus restos estuvieron en Constantinopla, la capital cristiana más importante en Oriente; luego fueron trasladados a la catedral de Milán (Italia) y en 1164 fueron trasladados a la ciudad de Colonia (Alemania), donde permanecen hasta nuestros días.

El hacer regalos a los niños el día 6 de enero corresponde a la conmemoración de la generosidad que estos magos tuvieron al adorar al Niño Jesús y hacerle regalos tomando en cuenta que "lo que hiciereis con uno de estos pequeños, a mi me lo hacéis" (Mt. 25, 40); a los niños haciéndoles vivir hermosa y delicadamente la fantasía del acontecimiento y a los mayores como muestra de amor y fe a Cristo recién nacido.

Oración

Señor Jesús: que a imitación de los Magos de Oriente
vayamos también nosotros frecuentemente
a adorarte en tu Casa que es el Templo
y no vayamos jamás con las manos vacías.
Que te llevemos el oro de nuestras ofrendas,
el incienso de nuestra oración fervorosa,
y la mirra de los sacrificios que hacemos para permanecer fieles a Ti,
y que te encontremos siempre junto a tu Madre Santísima María,
a quien queremos honrar y venerar siempre
como Madre Tuya y Madre nuestra.
Amén.


lunes, 1 de enero de 2018

Oración de San Pío de Pietrelcina a la Santísima Virgen María


Santísima Virgen Inmaculada y Madre mía María, a ti que eres la Madre de mi Señor, la Reina del mundo, la Abogada, la Esperanza, el Refugio de los pecadores, recurro hoy, yo que soy el más miserable de todos, te venero, o gran Reina y te agradezco por todas las gracias me has dado hasta ahora, especialmente de haberme librado del infierno, tantas veces merecido por mi.


Yo te amo, Señora amabilísima y por el amor que te tengo, prometo querer servirte siempre y hacer todo lo que pueda para que tu seas amada más por los demás.





Pongo en ti, después de Jesús, todas mis esperanzas, toda mi salud, acéptame como tu siervo, y acógeme bajo tu manto, tú Madre de Misericordia.

Y ya que eres tan potente a ante Dios, líbrame de todas las tentaciones o obtenme la fuerza de vencerlas hasta la muerte.

A ti te pido el verdadero amor a Jesucristo, de ti espero hacer una buena muerte, Madre mía, por el amor que tienes a Dios, te ruego me ayudes siempre, pero más, en el último momento de mi vida,. No me abandones hasta no verme salvo en el cielo, bendiciéndote y cantando tus misericordias por toda la eternidad.

Así espero y que así sea.

Padre Pío de Pietrelcina