lunes, 29 de julio de 2019

El Niño Jesús de Beaune

El Pequeño Rey de la Gracia y la Venerable Margarita del Santísimo Sacramento


La devoción al Niño Jesús está extendida por el mundo. Países como República Checa, España, Italia, Filipinas, Colombia, entre otros, le tienen un aprecio muy especial. Muchos santos, beatos y venerables a lo largo de los siglos han manifestado su amor especial a Jesús en su infancia; pero fue gracias a Margarita Parigot, la venerable Margarita del Santísimo Sacramento, que la devoción comenzó a expandirse.

Como hija de la Orden del Carmelo -donde la devoción a la infancia de Jesús es parte importante, gracias a Santa Teresa de Ávila quien la propagó en todas las casas carmelitas-, la venerable heredó este amor filial al pequeño Jesús 

Dicen que Margarita, cuando contaba con sólo 11 años, tenía una especial unión con Dios y vivía excepcionales experiencias místicas. La niña, quien amaba profundamente el Santísimo Sacramento, entra a esta edad al Carmelo de Beaune en Francia. La misma noche de su ingreso Jesús se le manifiesta mediante una voz que la llamó "mi pequeña esposa" y "esposa del Niño Dios en el pesebre".

Una de las experiencias místicas más importantes que vivió ocurrió en 1636 cuando escuchó del mismo Señor las siguientes palabras: "Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia, y tu oración será escuchada".

A partir de este momento Margarita se dedicó a propagar la devoción al Niño Jesús, especialmente en Francia, incluso en una oportunidad la venerable carmelita tuvo una revelación en que el Niño Dios salvaría la ciudad si se oraban 12 avemarías en honor a los 12 años de su infancia, acompañados de tres Padrenuestros en honor a Jesús, María y José, que es lo que se conoce como la "Coronilla a la Divina Infancia". Con esta oración la ciudad y el país se vieron milagrosamente protegidos, lo que llevó a muchos fieles a expresar su devoción a Dios Infante.

Sus experiencias místicas, así como los milagros del Niño Jesús, son muy pronto conocidos fuera del convento. Tanto así que el barón Gastón de Renty decide enviarle a la venerable Margarita una hermosa imagen del Divino Infante, hoy conocido como el Niño Jesús de Beaune y como "Pequeño Rey de Gracia": hermosa figura de 60 centímetros de alto que presenta al Divino Niño Jesús reinando, muy parecido al Niño Jesús de Praga, con la diferencia que en su manita izquierda no porta el universo creado, sino un cetro.

La imagen es recibida por la comunidad Carmelita de Beaune en el año 1643, donde la acogen con un especial ajuar de vestidos y joyas. También se edificó una capilla unida al monasterio para que el Niño Jesús fuese venerado públicamente por los fieles.

La religiosa carmelita falleció a sus 29 años. Su encuentro con el Señor ocurrió el 26 de mayo de 1648, muriendo en olor de santidad.


La Coronilla de la Divina Infancia

Fue precisamente del Convento Carmelita de Beaune, y gracias a la venerable Margarita del Santísimo Sacramento, que se dio a conocer la devoción a la "Coronilla de la Divina Infancia", oración que se reza de la siguiente manera:

Por la señal de la Santa cruz, etc.

Adorada y glorificada sea la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo por todos los siglos de los siglos. Amén.

Adorado y Glorificado sea el Padre. El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros. (Padre Nuestro).

Adorado y Glorificado sea el Hijo. El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros. (Padre Nuestro).

Adorado y Glorificado sea el Espíritu Santo. El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros. (Padre Nuestro).

Luego se meditan los 12 misterios de la Infancia de Jesús:
Dulcísimo Niño Jesús, os adoro en el Misterio de vuestra Encarnación. El verbo de Dios se hizo carne y habitó entre nosotros. (Ave María).
Dulcísimo Niño Jesús, os adoro en el Misterio de la Visitación. (Ave María).
Dulcísimo Niño Jesús, os adoro en el Misterio de vuestro Nacimiento. (Ave María).
Dulcísimo Niño Jesús, os adoro en el Misterio de la Adoración de los pastores. (Ave María).
Dulcísimo Niño Jesús, os adoro en el Misterio de la Circuncisión. (Ave María).
Dulcísimo Niño Jesús, os adoro en el Misterio de vuestra Epifanía. (Ave María).
Dulcísimo Niño Jesús, os doro en el Misterio de vuestra Presentación en el Templo (Ave María).
Dulcísimo Niño Jesús, os adoro en el Misterio de vuestra Huida a Egipto. (Ave María).
Dulcísimo Niño Jesús, os adoro en el Misterio de vuestra Permanencia en Egipto. (Ave María).
Dulcísimo Niño Jesús, os adoro en el Misterio de vuestro regreso a Nazaret. (Ave María).
Dulcísimo Niño Jesús, os adoro en el Misterio de vuestra vida oculta en Nazaret. (Ave María).
Dulcísimo Niño Jesús, os adoro en el Misterio de vuestra pérdida y hallazgo en el templo. (Ave María y Gloria).

Se culmina con la siguiente oración:

Vos, oh Dios mío, que os dignasteis constituir a vuestro Unigénito Hijo Salvador del género humano y ordenasteis que se llamara Jesús, conceded propicio que los que veneramos su Santo Nombre en la tierra, gocemos de su presencia en los cielos. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

La Coronilla se reza cada 25 de mes, y como novenario desde el 25 de enero al 2 de febrero, en preparación al a solemnidad de la Presentación del Niño Jesús en el templo.

miércoles, 24 de julio de 2019

Nuestra Señora de Atocha

La imagen de la Virgen de Atocha es una de las más antiguas de España. La talla bizantina más antigua de la historia de Madrid de rostro moreno oscuro. Sus ojos son grandes y risueños, llenos de misericordia para todos los madrileños y personas que la veneran. Mide 60 centímetros. Está sentada y en su regazo lleva al Niño Jesús, que abraza con su mano izquierda y al que ofrece una manzana con la mano derecha. Muestra al Niño Jesús bendiciendo con dos dedos de la mano derecha, como era costumbre representarlo en los primeros siglos del cristianismo.

En el siglo VII, San Ildefonso de Toledo, habla de la gran devoción a la Virgen de Atocha en su ermita construida, en un principio, en el camino de Vallecas. Desde el siglo XI hablan ya, las crónicas, de la iglesia de Atocha. Desde la reconquista de Madrid en el 1083 por Alfonso VI, atribuida a la intercesión de la Virgen de Atocha, fue creciendo más y más la devoción y el amor a Nuestra Señora de Atocha, a la que se edificó un digno santuario. Todos los reyes de España se han esforzado en mejorar y ampliar el Santuario de la "Patrona de España y de sus católicos Monarcas", como se lee en alguna estampa que mandó imprimir la Reina Isabel II.

El confesor del emperador Carlos I, Fray Juan Hurtado de Mendoza, Dominico, consiguió de su Majestad, crear un convento de frailes dominicos para atender y cuidar, con todo amor, el Santuario de la Virgen de Atocha. Esta decisión fue aprobada por el Papa Adriano VI, y hasta el día de hoy, son los Dominicos los que atienden pastoralmente la Basílica, a los devotos y a la Cofradía de Nuestra Señora de Atocha. El Santuario de Atocha fue elevado a la dignidad de Real Basílica, el 12 de noviembre de 1863, a petición de la Reina Isabel II, gracia que le fue otorgada por Pío IX, nombrando un rector y tres capellanes para atender lo más dignamente posible a la Madre de Dios, venerada como Nuestra Señora de Atocha.

Patrona de la Villa, era sacada en procesión en caso de epidemia, como ocurrió en 1580 cuando el pueblo de Madrid buscó protección contra la terrible gripe que azotaba la ciudad. Es la Virgen preferida por la nobleza y la realeza, tanto por la de Austria como por la de los Borbones, que se ocuparon en conservar y mejorar la iglesia y el convento que la acoge; hoy en día se mantiene la tradición de que los descendientes del heredero a la  corona sean bendecidos por la Virgen de Atocha.


martes, 23 de julio de 2019

Beato Víctor Emilio Moscoso Cárdenas

Había nacido en Cuenca, Azuzay, Ecuador, el 21 de abril de 1846 recibiendo el agua del bautismo seis días más tarde. Colombia y Ecuador se hallaban enfrentados y la Compañía de Jesús de la que formaría parte y dentro de la cual obtuvo la palma del martirio había sufrido los envites de quienes se oponían a su presencia y acción evangelizadora viéndose expulsados en un vaivén que los mantuvo en medio de las tensiones de esos países.

Salieron de Ecuador obligados por los gobernantes en 1850 y García Moreno los acogió de nuevo en 1862. Pero proseguían las tensiones y los riesgos para los religiosos llegaron a ser tan serios que eligieron Riobamba y Cuenca como destino para su propia protección.

Justamente cuando Emilio se hallaba cursando leyes en la universidad a sus 18 años los jesuitas tenían casa abierta en Cuenca, lo cual le permitió ingresar en el noviciado. Profesó en el capilla de santa Mariana de Jesús en Quito.

Posteriormente se trasladó a Colegio Seminario San Luis para completar su formación, que ya era significativa puesto que mostró ser un avezado filósofo, y ello le capacitó para ejercer la docencia en el Colegio San Felipe de Riobamba del que fue elegido vicerrector y al que llegó en 1892.

Pero en 1895 se produjo una invasión del país por parte de los liberales cuyas tropas en 1896 se habían hecho con la capital de la República sin lograr anexionarse grupos, como en Riobamba que no les eran leales. Fue el motivo por el cual tuvieron en el ojo de mira al obispo de Riobamba y a los religiosos jesuitas en quienes vieron responsables de tal resistencia. Llegando lejos apresaron al prelado y a renglón seguido a los jesuitas. Era el 2 de mayo de 1896.

La madrugada del 4 de mayo de 1897 Emilio se hallaba orando cuando tropas militares que luchaban contra los que conformaban la resistencia que se habían atrincherado en el colegio de los jesuitas, se vio en el ojo del huracán. Aquellos ignoraban que la comunidad estaba dentro por eso tomaron el centro educativo que juzgaron lugar estratégico para combatir a los militares.

Pero éstos recibieron los ataques de la resistencia juzgando que tales provenían del colegio siendo que, en realidad, los jesuitas estaban ajenos a lo que acontecía fuera. No tardaron en darse cuenta. Los militares asaltaron el colegio, echaron abajo las puertas del templo y profanaron las Sagradas Formas destruyendo lo que hallaron al paso amén de proferir insultos vejatorios contra la comunidad.

Al hallar al P. Moscoso orando sin mediar palabra le asestaron dos disparos a quemarropa y después de tanta infamia aún añadieron otra más colocando en sus manos el arma homicida para hacer creer a todos que la muerte del religioso se produjo en la refriega en la que él habría estado implicado. Pero Dios que todo lo conoce al paso del tiempo restituye no solo la imagen de este religioso, que ya tenía fama de virtud y como tal era reconocido, sino que la Iglesia fundada por Cristo, a la que amó abre la vía para ser elevado a la santificación.
Será Beatificado el 16 de noviembre de 2019, en su natal Ecuador.

San Isaac Jogues y compañeros mártires de Canadá

San Isaac Jogues y Compañeros


Entre los miembros de la Compañía de Jesús que trajeron el mayor renombre a la iglesia  en América del Norte a mediados del siglo XVII, Dios escogió como víctimas a ocho hombres de una integridad sobresaliente, para que de las semillas de la fe regados con su sangre pudiera surgir una cosecha más abundante.

Todos estos Mártires - seis sacerdotes y dos laicos - nativos de Francia, fueron enviados por sus superiores a las Misiones en Canadá, en ese momento conocida como Nueva Francia. Con Quebec como centro, hicieron innumerables viajes misioneros a los diversos sectores de este vasto territorio, trabajando allí en medio de las mayores dificultades. Al final, todos fueron cruelmente asesinados y por la misma razón, su fe, aunque no al mismo tiempo y lugar. John de Brebeuf, nacido en Conde-sur-Vire, en la diócesis de Bajon (ahora Constanza), de una familia ilustre, e Isaac Jogues, nacido en Orleans, son considerados como sus líderes y maestros y, ¡con gran razón!: porque eran hombres valientes, disparados con celo apostólico, viviendo la vida más mortificada, en íntima unión con Dios en oración, y en ocasiones honrados con visiones celestiales. 

A diferencia de ellos, estaban sus cuatro sacerdotes acompañantes: Anthony Daniel, nacido en Dieppe, Gabriel Lalemant y Charles Gamier, ambos parisinos, y Noel Chabanel, natural de Mende; todos ellos cumplieron fielmente sus funciones sacerdotales, trabajando principalmente en varias aldeas del territorio de Hurón.

Las frecuentes incursiones de los iroqueses, una tribu vecina hostil, causaron a menudo estragos en las misiones del Hurón y pusieron seriamente en peligro las vidas de los Padres a cargo de ellas. En 1642, en un viaje de Quebec al territorio de Hurón, Isaac Jogues, junto con Rene Goupil, un coadjutor laico de la Compañía de Jesús, se encontró con los iroqueses que lo tenían a él y a su compañero como esclavos, y los sometieron a la mayoría de los más terribles tormentos. En el mismo año, el 29 de Septiembre, René fue asesinado por orden de un viejo salvaje, por odio a la cruz de la salvación. Estaba cerca de Auriesville, en el actual estado de Nueva York, donde este hombre tan sincero exhaló su alma a Dios. En el año siguiente, Isaac logró escapar y regresó a Francia. Regresó a Estados Unidos después de otro año y junto con John Lalande, que también era coadjutor de la Compañía de Jesús, realizó un segundo y tercer viaje hacia los salvajes, sus antiguos torturadores.

El 18 de Octubre de 1646, en la actual diócesis de Albany, Isaac fue golpeado con un tomahawk y así obtuvo la palma del martirio. Al día siguiente, su compañero, John, se encontró con un destino similar; tomó su vuelo al Cielo, para ser recompensado con la misma corona de martirio.

El 4 de Julio de 1648, en un ataque al pueblo de San José por los iroqueses, Anthony Daniel, a cargo de la misión Huron de allí, fue asesinado mientras defendía sin temor su rebaño. Abrumado por una lluvia de flechas y balas en la entrada de la iglesia, como buen pastor, entregó su vida por sus ovejas. Dentro de un año, el 16 de Marzo de 1649, en San Ignacio, una aldea situada en lo que ahora es la provincia de Ontario, Canadá, John de Brebeuf y Gabriel Lalemant fueron capturados por los iroqueses. Ese mismo día, Brebeuf, justamente llamado el Apóstol de los Hurones, murió de una manera gloriosa, después de someterse a largas y prolongadas torturas de la más atroz descripción, durante la cual este galante soldado de Cristo manifestó tal fortaleza que incluso excitó la admiración de los salvajes mismos. Al día siguiente, Gabriel Lalemant sufrió el mismo martirio cruel, durante el cual mostró la misma virtud heroica.

En Diciembre del mismo año, 1649, en la víspera de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María, Charles Garnier, después de varias heridas de bala, fue asesinado por un golpe de hacha, lo que añadió una corona gloriosa a una vida de excepcional inocencia. Al día siguiente, Noel Chabanel se convirtió en la víctima de la traición de un Apóstata de Huron que lo mató y arrojó su cuerpo al río. Su anhelo por la palma del martirio se realizó así en su propia misión querida. Aunque sintió una repugnancia natural por este trabajo entre los salvajes, héroe que era, se comprometió con un voto de permanecer en esta misión hasta la muerte. Estos ocho mártires, los primeros en América del Norte, fueron beatificados por el Papa Pío XI en 1925 y fueron canonizados por el mismo Pontífice cinco años después.

domingo, 21 de julio de 2019

Beata Rani María Vattalil

Sor Rani Maria nació en Kerala (India), el 29 de enero de 1954 en una familia católica de rito siro-malabárico. En 1972 ingresó en la Congregación “Franciscanas Clarisas”. Trabajó como misionera de la India septentrional, en el ámbito de diversas diócesis, en los poblados más recónditos. Prefirió a las personas que vivían oprimidas y marginadas. Su intención era mitigar los sufrimientos, consolar los corazones, traer la paz, formar las conciencias, promover la justicia, defender la verdad. Su espiritualidad franciscana, profundamente cristocéntrica, se expresaba con el lema: “Jesús a todos y todo a Jesús”.

En 1992 fue enviada a Udayanagar, en la diócesis de Indore. Aquí sor Rani María, promovió la creación de cooperativas de ahorro, para préstamos de dinero sin intereses, provocando con esto el odio de los usureros que por esa intervención de sor Rani María ya no podían seguir vejando a los pobres.

Las amenazas de las que fue objeto no la intimidaron, sino que la hicieron más generosa en la donación de sí misma: «Tengo la fuerte convicción de haber sido elegida para los pobres y los oprimidos. Estoy feliz de trabajar para ellos, porque también ellos son hijos de Dios, nuestros hermanos y hermanas».

La hostilidad contra sor Rani y contra su manera de anunciar el Reino de Dios, se agudizó en los últimos momentos después que pudo sacar de la cárcel a algunos católicos que habían caído víctimas de una trampa. Sus enemigos decidieron por lo tanto librarse de ella y decretaron su muerte.

Miles de personas, incluso no católicas, se acercaron para rendirle homenaje durante el funeral que fue celebrado el 27 de febrero de 1995.

El martirio de sor Rani María tuvo como evangélico epílogo el perdón del asesino de parte de los familiares y de la Congregación de las Franciscanas Clarisas, como prolongación de las muchas obras de misericordia obradas en vida por la Sierva de Dios.

El Proceso Diocesano super martyrio se llevó a cabo en la diócesis de Indore en los años 2005 al 2007. El 23 de marzo del 2017, el Papa Francisco autorizó la promulgación del Decreto de reconocimiento del martirio. Fue beatificada el 04 de noviembre del mismo año.

Beata Francisca de la Encarnación

En 1936, desde su misión de tornera, la religiosa española Francisca Espejo Martos escuchaba aterrorizada las pésimas noticias que penetraban por las rejas del convento trinitario de Martos, Jaén, su ciudad natal, atentando contra la paz que latía en la comunidad. El terror que le producían los clarines de muerte trazó provisionalmente una escurridiza pirueta sobre su vida al intervenir la priora, quien caritativamente la dispensó de su responsabilidad para ahorrarle sufrimientos, y hallarse a resguardo de los captores en casa de su hermano, por un tiempo. Pero su fin estaba ya trazado y dispuesta para ella la gloria del martirio.


Su biografía había comenzado el 2 de febrero de 1873, día de su nacimiento. Huérfana de madre y responsable de un hermano menor, cuando su padre se desposó nuevamente, se instaló junto a su tía Rosario, priora del convento trinitario, y siguió sus pasos en la vida religiosa. Profesó en 1894 y fue viendo caer las hojas del calendario entregada a la oración y realizando las labores domésticas con espíritu de mansedumbre y sencillez, siendo el paño de lágrimas de los pobres a los que socorría. Alguien que la conoció de cerca, sintetizó su ejemplar vida cotidiana diciendo: "Era muy buena; todo lo que se diga es poco".


Durante años nada hacía presagiar la tormenta que se cernía en el horizonte hasta que las llamas devoraron las iglesias de Nuestra Señora de la Villa y de San Amador, la fatídica madrugada del 18 al 19 de julio de 1936. Dos días más tarde el convento de las madres trinitarias estaba en el punto de mira de los perversos sanguinarios que penetraron en el recinto y las dejaron desprovistas de todo, viéndose obligadas a buscar cobijo entre gentes de buen corazón. Junto a su tía, Encarnación siguió realizando en casa de su hermano lo que mejor sabía hacer: orar y trabajar. ¿Ofendían a alguien con este proceder?


Enero de 1937 vino cargado de malos augurios. El día 11, su tía, su cuñada y ella misma fueron apresadas. Su hermano, que les había precedido en este desatino, fue liberado. Entre el importante número de religiosos que estaban marcados de forma ignominiosa por los milicianos para derramar su sangre, algunos fueron liberados en medio de distintas circunstancias; en el caso de su tía Rosario, por motivos de avanzada edad y solo después de que los verdugos fueran increpados por un testigo de tan inhumana afrenta, ya que la religiosa caminaba penosamente por la calle hallándose entre los señalados para morir.


Las bendiciones habían llovido sobre la localidad con numerosas vocaciones y los que había determinado segar sus vidas decidieron reducir los ajusticiados eligiendo únicamente a los responsables de cada Orden. Sin embargo en el caso de las trinitarias detuvieron a dos erróneamente; una era Encarnación mientras la priora había quedado a salvo. En el calabozo compartía con otras religiosas temblores y angustia; veían pasar el tiempo unidas en la oración y alentadas por el ejemplo de los primeros mártires. Alguna de ellas se libró de la muerte. Pero la presión ejercida por el responsable de su excarcelación no pudo extenderse a las restantes. Y el 13 de enero las obligaron a subir a una destartalada camioneta conduciéndolas a varios kilómetros distantes de su localidad natal, concretamente a Casillas de Martos.


La bajeza y brutalidad de los asesinos se mostró con toda su crudeza cuando después de fusilar cobardemente frente a una tapia a los numerosos varones que habían capturado, se propusieron violentar a las tres religiosas, una de ellas Encarnación, en el barranco que se hallaba enfrente del cementerio. Ellas se defendieron con uñas y dientes. Y en medio de tan bárbara lucha, los viles verdugos, contrariados e impotentes, al no lograr sus propósitos dejaron fluir toda su rabia destrozando el cráneo de la beata con varios culatazos de escopeta; su cuerpo abandonado mostraba huellas estremecedoras de fiereza. Encarnación tenía entonces 64 años.


Fue beatificada el 28 de octubre de 2007, durante el pontificado de S.S. Benedicto XVI.

Beata Isabel Canori Mora

Nació en Roma el 21 de noviembre de 1774, hija de Tommaso y Teresa Primoli, en el seno de una familia de posición acomodada, profundamente cristiana y diligente en la educación de sus hijos. Estudió con las Hermanas Agustinas de Cascia (1785-88), donde destacó por su inteligencia, una profunda vida interior y su espíritu de penitencia. De regreso a Roma, tuvo una vida tranquila hasta que en 1796 -cuando tenía 21 años- se casó con el joven abogado romano Cristóforo Mora.

Para ella, el matrimonio fue una decisión reflexionada, madura, pero después de algunos meses, la fragilidad psicológica de Cristóforo comprometió la serenidad de la familia. Convirtió a una mujer de mal vivir en su amante y a medida que pasaba el tiempo, humilló y abusó de su esposa en distintas formas, no ejerció más la abogacía, y gastó tanto dinero en sus aventuras que terminó llevando a su esposa e hijas a la extrema pobreza y una creciente deuda.

A la violencia física y psicológica de su esposo, Isabel respondió siempre con absoluta fidelidad. Nunca puso excusas, conveniencias o intereses para justificar un abandono de su hogar, para ella sólo primaba el código de fidelidad de amor y rendición total.

Isabel Canori trató a su marido con paciencia gentil, ofreciendo penitencias y oraciones por su conversión. Nunca pensó en separarse de él, a pesar de los consejos de familiares y amigos. En vez de esto, siempre amó, apoyó y perdonó a su esposo esperando su conversión. En 1801 sufrió una misteriosa enfermedad que la puso al borde de la muerte. Se curó de forma inexplicable y tuvo su primera experiencia mística.

El Señor le hizo alcanzar la madurez para recibir las visiones y las ilustraciones sobre el destino de la Iglesia. Recibió en forma clara los estigmas de la pasión de Cristo, y en sus visiones vio las tremendas batallas que tendrá que sostener la Iglesia en los últimos tiempos bajo el poder de las tinieblas.

Tuvo cuatro hijos, pero los dos primeros murieron a los días de nacer. Con el abandono de su esposo, fue forzada a vivir trabajando con sus propias manos para seguir al cuidado de sus hijas Marianna y Luciana. Dedicó mucho tiempo a la oración, los pobres y los enfermos.

Su hogar pronto se convirtió en un punto de referencia para mucha gente en busca de ayuda material y espiritual. Se dedicó especialmente a cuidar de las familias en necesidad. Para ella, la familia implicaba dar un espacio a cada persona, un lugar que dé frutos de vida, fe, solidaridad y responsabilidad.

La familia, para ella, era el templo en el que recibía al "al amado Señor, Jesús de Nazaret" y a todos los que se dirigían a ella. A través de la auto negación, Elizabeth ofrecía su vida por la paz y la santidad de la Iglesia, la conversión de su esposo y la salvación de los pecadores.

En 1807 Isabel se unió a la Orden Tercera Trinitaria de la iglesia de los trinitarios españoles de San Carlo alle Quattro Fontane en Roma.

En 5 de febrero de 1825, mientras era asistida por sus dos hijas, Isabella falleció. Fue enterrada en Roma en la iglesia trinitaria de San Carlo alle Quattro Fontane. Poco después de su muerte, como ella misma predijo, su esposo se convirtió uniéndose a la Orden Tercera Trinitaria y después se ordenó sacerdote de los franciscanos conventuales.

Fue beatificada por San Juan Pablo II en 1994 en las celebraciones del Año Mundial de las Familias.

Su fiesta se celebra el 4 de febrero.

Beata Ana María Taigi

Anna-Maria Gesualda Antonia Gianetti nació en Siena, 23 de marzo de 1769 hija de Luigi Giannetti y Maria Masi fueron que tenían una botica en Siena, pero perdieron toda su fortuna y se vieron obligados a ir a Roma para buscar una vida mejor. Quedó huérfana a muy temprana edad, pues sus padres fueron detenidos y asesinados por las tropas napoleónicas. Contrajo matrimonio el 7 de enero de 1789 con Domenico Taigi, un oficial del ejército italiano. Domenico era un hombre trabajador y serio, pero rudo y colérico, y Ana Maria tuvo que hacer una gran prueba de paciencia para soportar su carácter agrio y difícil.

En 1792, con cuatro hijos, enviuda; tiempo atrás, 3 de sus hijos habían muerto a corta edad. Ese mismo año fue recibida públicamente en la Tercera Orden Trinitaria en la Iglesia de San Carlo alle Quattro Fontane de Roma.

Era una mujer muy piadosa y seguidora del Evangelio. Su marido diría de ella: Habla de Dios sin ser fastidiosa como lo son muchos devotos. Su casa era un lugar donde recibía a los pobres al mismo tiempo que se ocupaba activamente de sus hijos y de su esposo.

Todo el dinero que podía ahorrar lo dedicó a los pobres y miserables y, aunque no era muy rica, era muy caritativa. Durante muchos años, cuando oraba en su capilla, tuvo frecuentes visiones y éxtasis, en la que preveía el futuro. Se dice que predijo la caída y muerte de Napoleón Bonaparte. También se afirma que un día se le aparecieron la Virgen María y el Niño Jesús sentados dentro del sol, y que fue la segunda mujer del siglo XIX en ser estigmatizada.

Murió en Roma el 26 de noviembre de 1837 a la edad de 68 años, y fue beatificada en 1920. Sus restos se veneran en la basílica romana de San Crisógono, de los trinitarios italianos.


Su fiesta se celebra el 9 de junio.

Beato Domingo Iturrate

Domingo Iturrate Zubero nació en Dima (Vizcaya, España) el 11 de mayo de 1901. Los padres del Beato Domingo fueron Simón Iturrate y Maria Zubero. Se caracterizaba por tener al mismo tiempo un temperamento sensible y propenso a la irritabilidad, desde niño iban despuntando en él, al calor de un buen hogar cristiano, los gérmenes de una honda piedad eucarística y mariana, así como la inclinación vocacional. Al recibir la primera comunión, con diez años de edad, se le podía considerar ya un enamorado de Cristo.

Abrazó la Orden Trinitaria en 1914 (noviciado en 1917; primeros votos en 1918). Al final del noviciado, su aspecto físico denotaba a las claras que calcaba la mano en privaciones y penitencias, pero nadie supo intuir su calvario interior. A posteriori, gracias a una posterior confidencia suya al director espiritual, se supo que de los 14 a los 17 años había sido sometido por Dios a la llamanda «noche oscura del espíritu», transida de sequedades, zozobras, angustias, con la persuación de pertenecer al «número de los réprobos y condenados». «El día de mi profesión simple -sigue su declaración- cesaron los trabajos interiores y recibí el don de la tranquilidad. Desde entonces -habla al final de su vida- mi serenidad de ánimo es habitual; la paz y la quietud interior, inalterables».


En la Universidad Gregoriana, de Roma, cursó sus estudios filosóficos y teológicos (1919-1926) con óptimas calificaciones y el broche del doctorado en ambas disciplinas. Emitió sus votos solemnes el 23 de octubre de 1922; dos años más tarde, con el asentimiento de su santo director espiritual, Fray Antonino de la Asunción, abrazó «el voto de hacer lo que conociere ser más perfecto». Fue ordenado sacerdote el 9 de agosto de 1925.


Anhelaba ser misionero y heraldo del misterio trinitario en tierras de infieles; los superiores le orientaban al campo de la formación. Pero la Providencia tenía otro designio. En junio de 1926 se le reveló la enfermedad (tuberculosis pulmonar) que le llevaría a la tumba en Belmonte (Cuenca, España) el 7 de abril de 1927.


Sus reliquias se veneran en la Iglesia del Redentor (Algorta, España), de los Religiosos Trinitarios. Fue beatificado por San Juan Pablo II en 1983. Su fiesta se celebra el 11 de mayo.

Beato Marcos Criado

Nació en Andújar (Jaén) en 1522. Ya de pequeño, sus biógrafos hacen resaltar su piedad mariana. En la flor de su juventud pide ser admitido como religioso Trinitario en el convento que los Trinitarios calzados tenían en su pueblo. Allí se formó y fue ordenado sacerdote. 

Se sentía especialmente llamado al ministerio de la predicación. Se ofrece como misionero: Por los años de 1560, los señores Obispos de Guadix y Almería pedían a los Trinitarios que les enviasen misioneros para predicar la fe cristiana a los moriscos. Se ofrecieron dos: los padres Pedro de San Martín y Marcos Criado. El P. Pedro falleció antes de iniciar la misión. Quedó solo el P. Marcos, quien partió hacia Las Alpujarras, región extremadamente difícil. Allí habían fijado su morada los moriscos. A pesar de las dificultades y amenazas, fray Marcos comenzó su misión consolando y dando ánimo a los cristianos e intentando anunciar el Evangelio a los que no creían en Cristo.

Las amenazas no tardaron en hacerse realidad. Los musulmanes le juraron venganza. Asechanzas, palizas, desprecios ... estaban a la orden del día. La última paliza le sobrevino el 21 de septiembre de 1569. Sus enemigos lo llevaron a un bosque. Lo ataron a un árbol. Entre los golpes le conminaban a renunciar de su fe cristiana. Fray Marcos respondía: ¿Renegar de Cristo? ¡Jamás! Entonces, llenos de odio, cuelgan al árbol, hasta que sus pies no toquen el suelo. Pasó toda la noche en esta posición. Por la mañana, viendo que todavía estaba vivo y cantaba las alabanzas del Señor, lo apedrearon hasta dejarlo por muerto. El 25, viendo que no moría, un morisco le abrió el pecho y le extrajo el corazón.

Los prodigios no terminaron. De su corazón salía un resplandor y en él se veía escrito el anagrama de Jesús (J.H.S.). Los moriscos retrocedieron y no sabían dónde meterse. Algunos se convirtieron a la fe cristiana. Corría el año 1569. Así terminó su vida el intrépido fray Marcos. Tenía 47 años de edad y 33 de profesión.

San Miguel de los Santos

Nació un 29 de septiembre de 1591 en Vic (Barcelona, España), en el seno de una familia muy piadosa y siendo el séptimo de ocho hermanos.

Ingresa en el convento de los trinitarios calzados de Barcelona en 1603. En 1606 inicia el noviciado en San Lamberto (Zaragoza), profesando el 30 de septiembre de 1607.

Llevado por el espíritu de la reforma, se pasa a la descalcez. Toma el nuevo hábito en Oteiza, cerca de Pamplona. Realiza su segundo noviciado en Madrid y Alcalá de Henares, profesando en esta ciudad el 29 de enero de 1609.

Fue conventual en La Solana y Sevilla de 1609 a 1611. Estudió filosofía en Baeza desde 1611 a 1614, año que fue enviado a Salamanca a cursar la teología. Al cabo de un año regresó a Baeza, donde concluyó sus estudios teológicos. Desconocemos el lugar y fecha de su ordenación. Durante los siete años que reside en Baeza (1615-1622) ejerció de confesor, predicador y vicario. Finalmente es enviado a Valladolid en mayo de 1622, como ministro del convento, en donde fallece el 10 de abril de 1625, a los treinta y tres años de edad. 

Vivió su ideal cristiano en la descalcez trinitaria, con sencillez y rigurosa observancia. Destacó por su profundidad mística, mostrada, sobre todo, en su devoción al sacramento de la Eucaristía y en sus frecuentes éxtasis. Se distinguió también por la continua mortificación de su cuerpo y por una intensa vida de apostolado. Se le atribuye un breve tratado místico sobre la tranquilidad del alma. La Orden Trinitaria lo reconoce como patrón de la juventud trinitaria. Fue beatificado el 2 de mayo de 1779 y canonizado el 8 de junio de 1862, fecha en que, la Orden de la Santísima Trinidad, celebra su fiesta.

San Simón de Rojas

Simón de Rojas nace en Valladolid el 28 de octubre de 1552. Tras ingresar en la Orden Trinitaria y realizar sus estudios, fue ordenado sacerdote en Valladolid en 1572, donde había ingresado a los doce años. Una vez ordenado, se trasladó a estudiar a la Universidad de Salamanca, y posteriormente fue profesor de filosofía y teología en Toledo desde el año 1581 hasta el 1587. Fue en dos ocasiones Visitador Apostólico de la Provincia de Castilla y una de la de Andalucía. En 1619 fue nombrado preceptor de los Infantes de España y dos años después fue elegido como confesor de la reina Isabel de Borbón, primera mujer de Felipe IV de España.

El fervor que mostró por la Virgen le fue inculcado por su madre Constanza, que desde niño le instruyó en las oraciones a María, y sus biógrafos mantienen que sus primeras palabras, cuando contaba catorce meses, fueron Ave María; acostumbró a visitar santuarios marianos, y los pintores que le retrataron le adjudican siempre el lema mariano, por lo que fue conocido familiarmente como el Padre Ave María. Mandó imprimir miles de estampas de la Virgen con el lema, y sus influencias en la Corte consiguieron que se labrase en oro en la fachada del Real Alcázar de Madrid. En 1622 escribió una liturgia dedicada a la Virgen, que más tarde el papa Inocencio IX extendió a toda la Iglesia.

San Simón de Rojas es conocido también por su compromiso redentor: visitaba cada martes la cárcel de Madrid, abrió un comedor para los pobres de la ciudad (que aún sigue funcionando en pleno centro de Madrid) y estaba siempre rodeado de niños de la calle. Una anécdota confirmada por varios testimonios en el proceso de canonización, indica cómo la reina Isabel de Borbón se quejó a su marido, el rey, de esas "amistades peligrosas" del Padre Rojas; cuando el rey amonestó al trinitario éste le respondió que para Dios valen igual las almas de los reyes y las de los pobres, pero si él tenía que elegir prefería cuidar las de los pobres. El rey Felipe IV informó a su mujer que no encontraría persona más santa que el Padre Rojas en todo el reino.

Falleció en Madrid el 29 de septiembre de 1624. El 8 de octubre del mismo año el Nuncio apostólico ordenó la apertura del proceso de beatificacion. Sus virtudes fueron reconocidas por el Papa Clemente XII el 25 de marzo de 1735. Fue beatificado por Clemente XIII el 19 de marzo de 1766, y el 3 de julio de 1988, antes de la clausura del Año Mariano, fue finalmente canonizado por el Papa Juan Pablo II. 

Su fiesta se celebra el 28 de septiembre.

San Juan Bautista de la Concepción

En Almodóvar del Campo, provincia de Ciudad Real, nació el 10 de julio de 1561 Juan García Rico. Desde muy pequeño aprendió de sus padres los valores de la humildad y el trabajo. Una visita inesperada a su casa cambió sus sueños. Cuando tenía trece años su familia tuvo que acoger a una monja carmelita que por entonces andaba fundando conventos para reformar la Orden del Carmelo, se llamaba Teresa de Jesús. Cuando la santa se despedía de la madre de Juan le dijo: "Usted, patrona, tiene aquí un hijo que ha de ser un muy gran santo, patrón de muchas almas y reformador de una cosa grandísima que se verá".

Entonces se puso a buscar lo que Dios quería de él: primero estudiando con los Carmelitas Descalzos de su pueblo, después teología en Baeza y Toledo. Es en Toledo donde conoce a los trinitarios y en 1580 comienza el noviciado, es decir, su preparación para ser religioso trinitario. Estudió después en Toledo y el Alcalá de Henares. Una vez sacerdote se hizo enseguida famoso por su forma de predicar, así que se lo rifaban en los conventos de la Orden para que fuera allí como predicador.

Precisamente es en una de estas predicaciones, en Sevilla, cuando recibe de Dios una inspiración para que se dedique a ser trinitario "de verdad". No es que no lo fuera hasta entonces, pero le parecía a él que vivía demasiado "relajado", con poco espíritu de cambio. Así que se apuntó a ir a Valdepeñas, donde se había abierto una casa trinitaria para los que quisieran vivir con ese espíritu de cambio.

Pronto se dio cuenta que aquello era casi un teatro, en realidad nadie quería cambiar, sólo descansar un poco. Juan, ni corto ni perezoso, se embarcó a Roma y allí pidió al papa que le diera un documento para que la casa de Valdepeñas, y otras que se apuntaran o abrieran nuevas, fuesen de verdad para quienes querían ser trinitarios al estilo auténtico de San Juan de Mata. El papa le dio ese documento el 20 de agosto de 1599.

A partir de ese momento va fundando casas trinitarias "reformadas" y cada vez eran más los jóvenes que se apuntaban al estilo sencillo de aquel manchego, que había cambiado su nombre por Juan Bautista de la Concepción, como símbolo de lo que quería también por dentro. Eligió una cruz roja y azul con los brazos rectos, símbolo de austeridad y sencillez.

Siguen las fundaciones: Alcalá de Henares, Madrid, Salamanca, Córdoba, Toledo, Baeza, Granada, Sevilla, Pamplona. Hasta que se puede formar la primera Provincia de la Reforma, en 1607, se llamará Provincia del Espíritu Santo, y sigue siendo la Provincia más antigua de la Orden Trinitaria, es a la que pertenecen nuestros colegios. Su primer Superior Provincial fue Juan Bautista de la Concepción. El 14 de febrero de 1613 moría en la casa de Córdoba. Había sufrido mucho, pero había amado más. Muchos otros seguirían su camino, hasta el día de hoy. Sus restos se veneran en la iglesia de los trinitarios de Córdoba.

Su fiesta se celebra el 14 de febrero.

San Félix de Valois

Poco se sabe con certeza de la vida de Félix de Valois, en las crónicas trinitarias apenas hay referencias a él, y siempre están rodeadas de un halo de misterio. No han sido pocos los que, incluso, han dudado de su existencia, sin embargo, los documentos pontificios dirigidos al hermano Félix, Ministro son suficientemente aclaratorios para asegurar su existencia, libre, eso sí, de las leyendas y mitologías que lo han rodeado a lo largo de los siglos.

Cuando Juan de Mata se retira a Cerfroid tras su primera misa en Paris encuentra a un grupo de ermitaños, encabezados por Félix. Es a estos hombres de oración a quienes cuenta su proyecto y de los que recibe el impulso que necesitaba y buscaba para hacerlo realidad. En la tradición de la Orden siempre se ha considerado a Félix como el primer compañero de Juan de Mata para la fundación de la Orden.

Tras la aprobación de la Orden, el papa Inocencio III, en varias bulas confirmatorias, reconoce las casas trinitarias de Cerfroid, Fointeneblau y Bourg la Reine, y en ellas la presencia de los hermanos de la Casa de la Santísima Trinidad, la Domus Trinitatis soñada conjuntamente por Juan y Félix. Más tarde, con la extensión de la Orden Trinitaria, un hermano llamado Félix, Ministro aparece en la casa de Marsella y en la de Cerfroid.

La tradición de la Orden Trinitaria siempre ha considerado a Félix de Valois como el complemento de Juan de Mata. Siendo esta la primera Orden aprobada por la Iglesia de carácter no monástico, fundada en ciudades y en casas, Félix representa la dimensión contemplativa y orante de la misión trinitaria; es obvio que Juan de Mata representa la dimensión activa, redentora, tan característica de la Orden.

Es también tradición que Félix murió en Cerfroid el 4 de noviembre de 1212, un año antes que Juan de Mata muriera en Roma (17 de diciembre de 1213), si bien, como ya hemos dicho con anterioridad, no hay datos precisos que confirmen este dato. Con la pérdida de la Casa de Cerfroid por los trinitarios durante la Revolución francesa, tanto la iglesia como la casa y las tumbas quedaron saqueadas y destruidas. Actualmente hay una comunidad trinitaria en Cerfroid pero de la tumba de Félix no se ha vuelto a saber nada. La parroquia que se atiende desde la Casa lleva su nombre y allí se mantiene la tradición de este hombre sencillo y de fe que colaboró con la fundación de la Orden Trinitaria. El papa Urbano VIII reconoció su culto inmemorial en 1666, junto con el de Juan de Mata, y lo proclamó santo.

Son muchas las tradiciones sobre San Félix, todas ellas reflejadas en textos poéticos antiguos que relatan los orígenes de la Orden, pero con poco valor histórico. Una de ellas tiene que ver con los meses que convivió con Juan de Mata en Cerfroid, mientras le ayudaba a discernir la voluntad de Dios y el lugar más adecuado para ello. Un día, mientras paseaba por el bosque de Cerfroid, pudo ver un gran ciervo que se acercaba a beber a un arroyo cercano, fijándose mejor descubrió que entre sus astas brillaba una cruz en forma griega, con el brazo horizontal en azul y, sobre él, el brazo vertical en rojo. Al comunicarlo a Juan de Mata ambos coincidieron en identificar esta señal como divina y usar esa extraña cruz bicolor como signo distintivo de los religiosos redentores. Esta tradición es la que sostiene la presencia de un ciervo con una cruz entre las astas en la iconografía trinitaria, así como a los pies de San Félix, a veces incluso de San Juan de Mata.

Hay otra tradición sobre San Félix. Mientras Juan de Mata extendía la Orden fundando nuevas casas, Félix quedaba en Cerfroid con los hermanos en oración y acogiendo pobres y cautivos en la Casa. La víspera de la fiesta de la Natividad de María, el 7 de septiembre, mientras la comunidad rezaba los maitines, los hermanos se quedaron dormidos, excepto Félix que mientras se lamentaba de tan grave falta, contempló asombrado cómo descendían del cielo decenas de ángeles que le acompañaron al instante en el canto de los maitines a la Virgen, y la mismísima Virgen María ocupaba su lugar en el sitial de la presidencia para dirigir la oración sálmica a Dios Trinidad. La Orden ha celebrado, hasta la reforma del calendario litúrgico realizada por Pablo VI, esta fiesta el día 7 de septiembre con gran boato. En muchas casas se colocaba una imagen de la Virgen María, llamada del Coro, en el lugar de la presidencia, las monjas trinitarias contemplativas aún conservan esta tradición.

Su fiesta se celebra el 4 de noviembre.

Nuestra Señora del Buen Remedio

La devoción a la Virgen ha sido una constante en la Orden Trinitaria ya desde la misma fundación. Según cuenta una antigua tradición, en cierta ocasión se encontraba Juan de Mata rescatando cautivos cristianos que habían caído presos en manos de los moros. Él quería liberar a todos pero no le llegaba el dinero para pagar el rescate. Se preguntaba: ¿Que hacer para lograr su liberación?. Acudió lleno de confianza a la Virgen del Remedio y obtuvo por su intercesión una bolsa con el dinero suficiente para continuar rescatando cristianos.

Más allá del rigor histórico de esta tradición, el pueblo creyente ha visto en la Virgen María a la Madre del cielo que no podía soportar ver a sus hijos encadenados con grilletes en sus pies y manos. Por ello en la antigüedad se le confiaba a la Virgen María las expediciones de rescates de cristianos. Si la tempestad amenazaba el navío, los trinitarios invocaban a la Estrella de los Mares; si los desdichados cautivos, una vez rescatados eran cogidos de nuevo, apaleados, llevados medio muertos a las cárceles con sus salvadores, nuestra Señora se inclinaba con compasión sobre esta angustia y hacía renacer la esperanza.

Como consta por la tradición, la Orden ha hallado en el título “del Buen Remedio” una explicitación adecuada a su finalidad. Por eso, el Capítulo General de 1959 quiso, y obtuvo de la Santa Sede, que la Familia Trinitaria tuviese como Patrona a la Virgen Santísima bajo el título del “Buen Remedio” y celebrase su fiesta todos los años el 8 de octubre.

Beato Antonio María Schwartz

Antonio María Schwartz, el "apóstol trabajador" Nació en Baden, Austria, el 28 de febrero de 1852 . Hijo de una pareja humilde, era el cuarto de trece hijos y su infancia transcurrió bajo el cuidado de su madre y la educación recibida en la escuela primaria parroquial de Baden parroquia y escuela de canto en Heligenkreutz.
A los quince años sufrió la pérdida de su padre. En el año 1869, ingresó a estudiar en la Escuela de los Padres Escolapios y tuvo la oportunidad de conocer la obra de San José Calazans, las escuelas libres populares, lo cual lo convirtió en su gran devoto. Debido a la supresión en Austria, la escuela fue suspendida y en el año 1871 entró en el seminario diocesano. Pasó por situaciones difíciles de salud, el luego atribuiría su curación a la intercesión de la Virgen María a cual se consagró el 8 de diciembre 1873 y por ello cuando recibió la ordenación, el 25 de julio 1875, tomó el nombre de la Virgen pasándose a llamar Antonio María Schwartz .
Se desempeñó como capellán durante cuatro años y luego fue enviado a Viena para asistir espiritualmente a los pacientes en los hospitales de las Hermanas de la Misericordia de Schshaus. Allí comenzó a observar la situación de los jóvenes, quienes después de ingresar a la vida laboral, perdiás sus raíces de la fe. Llevó a cabo grandes esfuerzos para restablecer este marco y fundó, en 1882, un club de aprendices católicos. No consiguió, sin embargo, el apoyo financiero para su labor y cayó en una profunda enfermedad. Se recuperó y en 1888 fundó un periódico -escrito por él- llamado "Artesanato Cristianos". El 24 de noviembre 1889 fundó la "Unión de Obreros Católicos bajo la protección de San José de Calasanz". Construyó guarderías  y reunió voluntarios para crear la primera "iglesia para los trabajadores de Viena".

Sin miedo defendió drásticas medias sobre la formación de los jóvenes y el merecido descanso semanal, temas que incluso llegaron al debate en el Parlamento. Murió el 15 de septiembre de 1929 en Viena. Fue beatificado por el Papa Juan Pablo II el 21 de junio de 1998.

Venerables Antonio y Marco Cavanis

El padre Antonio Angelo nació en Venecia el 16 de febrero 1772 y el padre Marco Antonio el 17 de mayo de 1774. Hijos de una familia noble del patriciado veneciano y secretarios de la República. Reciben una excelente formación cultural y religiosa tanto por su familia y padres dominicanos.

Durante su adolescencia estalló la revolución francesa en 1789 y pasaron su juventud durante los tumultuosos eventos que llevaron a la caída de Venecia (1797): lo que durante siglos fue la poderosa reina de los mares, ahora se convierte en una tierra de intercambio entre Francia y Austria. Las ideas revolucionarias asustan y asustan. Los males que afligen a Venecia, a finales de siglo, son los síntomas verdaderamente intolerables de degradación moral, de pobreza insostenible, que llegaron a todos los estratos de la población, tanto para provocar la expresión desconsolada del Patriarca Ludovico Flangini, en la carta pastoral de 1802: " ... tiempos muy infelices, de inercia completa en términos de solicitud educativa de los cuales "desafortunadamente nuestra ciudad está ahora casi totalmente ausente".

Antonio Angelo tiene 23 años cuando, en 1795, renuncia a la carrera de secretario en la Cancillería Ducal y finalmente puede coronar el sueño tan anhelado: convertirse en sacerdote.

Los primeros pasos en el apostolado, junto con su hermano todavía laico, consisten en una escuela de “doctrina cristiana en la parroquia de Santa Inés y en un pequeño acto de caridad: una escuela doméstica en el hogar paterno para un pequeño grupo de niños pobres.


El primer fruto del celo común de los dos hermanos, en total armonía de mente y corazón, tiene una fecha precisa: 02 de mayo de 1802, y un nombre: la Congregación Mariana, es decir, un grupo de compromiso juvenil.


En 1806, después de haber renunciado como secretario del palacio, Marco también, siguiendo los pasos de su hermano, se convierte en sacerdote.

A partir de ahora, los caminos de dos personas, tan diferentes en carácter y carácter, están destinadas por la Providencia a converger cada vez más hacia un único objetivo: dedicarse totalmente a una obra tan querida por el Señor, tan saludable para las almas y muy necesario para la sociedad: La educación de los niños y jóvenes.

Unidos en un solo ideal se dictan iniciativas, proyectos y logros, que florecen uno tras otro: la sede definitiva de la escuela, el Oratorio, el patio de recreo, la biblioteca, publicaciones educativas y de capacitación, una escuela de dibujo, de agricultura, una imprenta, un instituto para niñas pobres.

Ricos de nacimiento, consumen el patrimonio familiar en apoyo de la institución, se vuelven pobres. Ante las crecientes necesidades económicas, no tienen miedo de pedir ayuda por amor a Dios y al prójimo, llamando a las puertas de conocidos y benefactores.

Para garantizar la continuidad del trabajo según su espíritu y para dar una figura jurídica, en 1820 dieron paso a una comunidad religiosa, aprobada en 1835 por la Santa Sede, bajo el nombre de Congregación de las Escuelas de la Caridad (Instituto Cavanis).

El padre Marco entrega su alma al Creador el 11 de octubre de 1853 y el padre Antonio el 12 de marzo de 1858, y la fama de santidad que disfrutaron en la vida, los acompañó después de su muerte.

En 1985, la Iglesia, habiendo reconocido el ejercicio de las virtudes heroicas practicadas por los hermanos Cavanis, los inscribió en el número de Venerables que los declararon dignos de ser imitados en sus virtudes e invocados como intercesores de gracias.

jueves, 18 de julio de 2019

Venerable Padre Antonio Próvolo

El Siervo de Dios Antonio Próvolo nació en Verona (Italia) el 17 de febrero de 1801 en el seno de una familia muy humilde. Su padre era vendedor ambulante de frutas y verduras, su madre lavandera.

Desde su adolescencia sintió la vocación religiosa que mantuvo llevando una vida inocente y virtuosa, secundado por expertos directores espirituales. A los 15 años falleció su padre, y él, ese mismo año, ingresó al Seminario Diocesano. Cursó sus estudios conjugando una conducta ejemplar con una vida de empeño en su carrera.

Con los grandes sacrificios de su piadosa madre y la ayuda de personas de bien, el 18 de diciembre de 1824 logró alcanzar la tan anhelada meta: “su consagración sacerdotal”.

En 1823, antes de ordenarse, fue nombrado profesor de literatura en el Seminario, en cuyo cargo se desempeñó también en el siguiente ciclo lectivo, destacándose pro su actitud y firmeza de carácter. Luego fue designado como coadjutor en la Parroquia de san Lorenzo, sobresaliendo en el ministerio sagrado por su celo en el confesionario, en el apostolado entre los adolescentes y jóvenes, en la enseñanza catequística y en la predicación de retiros y misiones en la Diócesis y también fuera de ella.

Fue en aquella época que Don Próvolo comenzó a dedicarse al apostolado entre los disminuidos del oído y la palabra, seres entonces sumamente marginados en la sociedad. El motivo de esta decisión se atribuye al siguiente hecho: Ludovico Besi era un sacerdote que se dedicaba a instruir, según sus posibilidades, a un grupo reducido de sordomudos de la ciudad, tarea que debió dejar por haber sido llamado a Roma para trabajar en el Colegio Propaganda Fide.

Al enterarse de esto Don Próvolo se sintió profundamente apenado porque aquellas criaturas iban a quedar abandonadas y resolvió hacerse cargo de ellas. Convencido de que ésta era la voluntad de Dios, decidió dedicar toda su vida para esta obra. En las dificultades y contrariedades decía: “Prefiero ir contra todas las contradicciones posibles haciendo la voluntad del Señor antes que tener a todo el mundo a mi favor pero obrando contra la voluntad de Dios”. Todo lo hacía para esta causa, con celo y dedicación admirables: “Si el Señor no quisiera de mí otra cosa que buenos deseos sin que pudiese tener la satisfacción de ver su realización, con su gracia espero tranquilizarme resignándome a su voluntad; me basta que perdone mis pecados y que me haga santo”. Es así, como el 30 de octubre de 1830, Don Próvolo inicia su Obra en su propia casa, sustituyendo de esta manera al Padre Besi.

En corto tiempo se puso a estudiar y profundizar el problema de los sordomudos, estableció contactos con algunas escuelas de Italia y también extranjeras habiendo llegado a la conclusión de que, para una más adecuada y eficaz integración de los sordos a la sociedad normo‐oyente, era necesarios instruirlos mediante la palabra hablada, cosa posible de lograr, no solamente con los más dotados y los de familias pudientes, sino con todos.

Con su tenaz labor, hecha de inteligencia y amor, como así también con el canto, para el cual tenía dones especiales, logró que sus alumnos mejoraran el ritmo y la entonación de la palabra, la cual se le tornó más fluida e inteligible.

De los resultados obtenidos por Don Próvolo son testigos varios ensayos a los cuales asistieron, entre otros, personajes como los emperadores de Austria. Así fue superando gradualmente el método mímico, generalmente usado en aquel entonces. Por todo esto, Don Próvolo mereció justamente ser proclamado en el Congreso Internacional para Maestros de Sordomudos, celebrado en Milán en el año 1880, “pionero del Método Oral en Italia”.

En 1840 hace imprimir el Manual para la Escuela de Sordo mudos y al año siguiente funda la escuela para niñas.

Sin embargo, todo ese corazón lleno de amor por el prójimo especialmente los sordomudos, deja de latir el 04 de noviembre de 1842, a la edad de 41 años. 

El Padre Antonio Próvolo no dejó reglas escritas y fue su sucesor en la guía de la familia religiosa de la Compañía de María para la educación de los sordomudos, Luigi Maestrelli en la rama masculina, quien redactó las primeras constituciones de la compañía y Fortunata Gresner en la rama femenina.

Sus restos, en 1930, fueron trasladados bajo la iglesia de Santa Maria del Pianto de Verona. Concluida la investigación diocesana,  el 23 de enero de 2008, estaba considerado Siervo de Dios por la Iglesia católica.​ El 27 de febrero de 2017, el Papa Francisco, reconoció las virtudes heroicas de Antonio Provolo por lo que desde ese momento es reconocido como Venerable.

domingo, 14 de julio de 2019

Nuestra Señora de las Nieves y Beata Laurita Vicuña

El Santuario de Nuestra Señora de las Nieves y Laura Vicuña se encuentra en Junín de Los Andes, Argentina. Lugar donde vivió y se santificó la Beata Laura Vicuña.

El santuario tiene más de medio siglo y está ubicado en pleno centro de la ciudad. Se llama Virgen de las Nieves pues la noche anterior a su inauguración azotó una fortísima nevada. El santuario alberga los restos del Padre Domingo Melanesio, primer salesiano evangelizador, quien se instaló en la zona en 1895.

El 8 de diciembre de 1999 se reinauguró la edificación, ya con la impronta del arquitecto Alejandro Santana. Entre sus reliquias cuenta con una vértebra de la beata Laura Vicuña colocada en una urna artesanal al ingreso del santuario.

La Iglesia parroquial fue abierta en 1895, por el sacerdote salesiano Domingo Melanesio, que llegó al lugar doce años después de la fundación. En ella se levantaron dos colegios con el fin de evangelizar a los pobladores mapuches y tehuelches.


ORACION A LAURITA VICUÑA

De la mano de nuestra Señora de las Nieves
fuiste creciendo y te convertiste
en una preadolescente
enamorada de Jesús;
hoy sos modelo de santidad.
Supiste reír, estudiar; jugar y servir.
Fuiste fuerte para asumir
el dolor de tu familia;
valiente para amar
en los pequeños gestos
y cuidar tu dignidad.
Supiste encontrar a Dios
en la Eucaristía,
en las cosas sencillas
y difíciles de cada día.
Muéstranos tu amor de Padre,
para vivir la amistad con alegría
y el diálogo en la familia.
Ayudá a tantos adolescentes como vos,
que viven en situación de riesgo,
están solos, sin sentido para vivir,
enséñanos a estar con ellos,
anunciándoles el Evangelio.
Laurita, llegaste a nuestra tierra
y te quedaste, amiga de los jóvenes,
defensora de la vida,
te pedimos por nosotros
y por todo nuestro pueblo.
Amén.

Beata María Ana Mogas Fontcuberta

María Ana Peregrina Mogas nace el 13 de enero de 1827, transcurriendo los primeros años de su vida en el hostal de Lladoner, una especie de posada y masía, situada en Corró del Vall (Granollers), entre Barcelona y Vich. A pesar de los ajetreados años en los que le toca vivir, contará con unos padres ejemplares, pero a los que pronto perderá: a su padre con siete años y a su madre con trece, teniendo que emigrar a Barcelona, en un ambiente de sectarismo y anticlericalismo, pero en el que también florecerán personajes de la talla de Jaime Balmes, Antonio María Claret u otros fundadores y fundadoras catalanas de la época. Su formación de juventud fue esmerada, inmersa hasta los dieciocho años en la vida social de la clase burguesa y acomodada de la calle de Moncada y de la parroquia de Santa María del Mar.


Dios irrumpe en su camino tras un encuentro con el P. José Tous, capuchino exclaustrado por la Revolución de 1835, y con dos capuchinas, sor Isabel Jubal y sor María Valdés, también exclaustradas y que intentan rehacer su vida dedicándose a la enseñanza. De este modo, ingresa en el recién fundado instituto de las Terciarias Capuchinas de la Divina Pastora (13 de junio de 1850). Se unirá a una comunidad religiosa en Ripoll (Gerona), a pesar de la oposición de su tutora y madrina, y de las resistencias del párroco de Santa María del Mar, pero llegó a ser la primera superiora (10 de septiembre de 1851). Allí comenzará a concebir la nueva fundación, que ella recordará así: «Sor Isabel Jubal y sus compañeras por inspiración divina, me confiaron dicha congregación, aunque incapaz y ruin para desempeñar semejante ministerio». La muerte del padre Tous, asesor espiritual del grupo, y de otras dificultades ocurridas a la madre Mogas fueron la causa de que abandonara la congregación y fundara otra nueva. El 6 de enero de 1872 presentaría al cardenal-arzobispo de Toledo el nuevo instituto que llevaría el nombre de congregación de Terciarias Franciscanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor. En pocos años se abrieron numerosas casas por toda España.

El 3 de julio de 1886 entrega su alma a Dios. Se iniciaría el proceso diocesano de beatificación el 5 de marzo de 1949, que tuvo lugar el 6 de octubre de 1996 por el papa San Juan Pablo II.

sábado, 13 de julio de 2019

Centenario de Santa Teresa de Los Andes


Hoy 13 de julio la Iglesia celebra a Santa Teresa de los Andes, quien con solo 20 años se convirtió en la primera chilena y carmelita americana en llegar a los altares.

Este día y al acercarse al centenario de su muerte, el Santuario de Santa Teresa de Los Andes en Chile iniciará un año jubilar, permitiendo a los peregrinos obtener la indulgencia plenaria hasta el 13 de julio de 2020, en la medida que cumplan con las condiciones habituales de la confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Papa.

Oración a Santa Teresa de Los Andes 

Teresa de Los Andes,
que de la mano de María te convertiste
en una joven enamorada de Jesucristo,
eres modelo de santidad
y camino de perfección para la iglesia.
Tú supiste reír, amar, jugar y servir.

Tú fuiste fuerte para asumir el dolor
y generosa para amar.
Tú supiste contemplar a Dios
en las cosas sencillas de la vida.
Muéstranos el amor del Padre
para vivir la amistad con alegría
y con ternura en la familia.
Ayuda a los débiles y a los tristes
para que el Espíritu
los anime en la esperanza.
Intercede por nosotros 
y pide para Chile el amor y la paz.

Teresa de Los Andes,
hija predilecta de la Iglesia Chilena,
Religiosa del Carmelo,
amiga de los jóvenes,
servidora de los pobres,
ruega por nosotros cada día.
Amén

jueves, 11 de julio de 2019

Madre María de Jesús Upegui

La pequeña María Jesús nace el 4 de enero de 1837, en el hogar de don Lucio Upegui y María de Jesús Moreno. A las dos horas de haber nacido, fallece la madre, queda don Lucio viudo y contrae nuevo matrimonio con la señorita Mariana Echavarría; en este nuevo hogar se formó María Jesús. Al calor de la fe, su corazón se fue abriendo a la gracia y surgen en ella tres anhelos: la adoración eucarística, la caridad solícita con todos los necesitados y una secreta inclinación a la clausura del Carmelo.

Dios iba preparando el corazón de la señorita María Jesús, el Espíritu la conducía, los signos de los tiempos la interrogaban, la situación de pobreza y abandono de tantos le quebraba el alma. La soledad de los sagrarios estremecía su espíritu, el deseo de perfección la hacía suspirar por el alejamiento del mundo.



A sus quince años, después de pensarlo, madurarlo y encomendarlo ante el sagrario de sus largas adoraciones, María Jesús sale de la casa paterna, no sin antes recibir la parte de herencia que le correspondía de su difunta madre. Se dedica entonces a diferentes obras de caridad. Por su especial amor a la Eucaristía propone la adoración eucarística todos los jueves en uno de los templos de Medellín, también en su honor, ayuna todos los jueves del año.

A sus diecisiete años ofrece sus servicios en el Hospital San Juan de Dios de Medellín. No solo practica como enfermera, sino que, acongojada por la penuria del establecimiento, pide limosna de puerta en puerta y lo favorece con sus propios bienes. Por espacio de 22 años es la directora del hospital. En 1878 entrega el hospital a las hermanas de la presentación para asumir la dirección -a petición de la gobernación de Antioquia- del hospital mental,  veinte años dedicó a esta casa y en ella hospedó algún tiempo a su sobrina Santa Laura Montoya Upegui, estudiante pobre pero ejemplar y más adelante, fundadora insigne.

Su inmenso corazón acoge a todos, enfermos, locos, ancianos, huérfanos, desamparados de todo tipo, Monseñor José Ignacio Montoya, a quienes sus fieles y sus propias obras llamaban padre de los pobres, quiso asociar a María Jesús para la fundación de una casa de huérfanos que se inauguró el 24 de agosto de 1884, por cinco años fue directora solícita y madre de los huérfanos hasta el día 14 de julio de 1887 en que presentó renuncia por motivos de salud. Sus quebrantos de salud no impiden su ardor apostólico y su caridad sin límites, en 1882, sin dejar la dirección del hospital mental, funda la casa San Antonio para ancianos, confía la dirección a la señorita Pastora Velásquez y también ahora, no duda en echarse a deambular por las calles pidiendo para sus “viejitos del alma”. Sin embargo, su delicada salud le impide seguir adelante con la dirección del hospital mental y en 1898 presenta su renuncia.

Desde su silencio de adoradora ante el sagrario, sigue los pasos de su naciente congregación, visita a los enfermos, y edifica a sus hermanas con su ferviente testimonio de virtud. El 7 de julio de 1921 a la edad de 84 años, se apaga su vida suavemente como una lámpara que ardió incesante por el fuego de la caridad.