lunes, 26 de agosto de 2024
Oración al Beato Ceferino Namuncurá
Señor Jesús, te damos gracias por haber llamado a la vida y a la fe al peñi Ceferino, hijo de los pueblos originarios de América del Sur.
Él, alimentándose con el Pan de Vida,
supo responderte, con un corazón entero, viviendo siempre como discípulo y misionero del Reino.
Él quiso ser útil a su gente, abrazando tu Evangelio y tomando cada día su cruz para seguirte en los humildes hechos de la vida cotidiana.
Te pedimos por su intercesión que te acuerdes de los que todavía peregrinamos en este mundo
(pedimos en silencio las intenciones que cada uno trae en el corazón)
Que también nosotros podamos aprender de él: su amor decidido a la familia y a la tierra, la entrega generosa y alegre a todos los hermanos, su espíritu de reconciliación y comunión.
Para que un día celebremos junto a él y todos los santos la Pascua eterna del cielo. Amén
domingo, 18 de agosto de 2024
San Alberto Hurtado
“Este es mi último anhelo: que se haga una cruzada de amor y respeto al pobre, porque el pobre es Cristo, Cristo desnudo, Cristo con hambre, Cristo sucio, Cristo enfermo, Cristo abandonado. ¿Podemos quedarnos indiferentes? ¿Podemos quedarnos tranquilos?
PADRE ALBERTO HURTADO
Apóstol de Jesucristo,
servidor de los pobres,
amigo de los niños
y maestro de juventudes,
bendecimos a nuestro Dios
por tu paso entre nosotros.
Tú supiste amar y servir.
Tú fuiste profeta de la justicia
y refugio de los más desamparados.
Tú construiste con amor
un hogar para acoger a Cristo.
Como un verdadero padre,
tú nos llamas a vivir la fe
comprometida, consecuente y solidaria.
Tú nos guías con entusiasmo
en el seguimiento del Maestro.
Tú nos conduces al Salvador
que nuestro mundo necesita.
Haznos vivir siempre contentos
aun en medio de las dificultades.
Haz que sepamos vencer el egoísmo
y entregar nuestra vida a los hermanos.
PADRE HURTADO,
HIJO DE MARÍA Y DE LA IGLESIA,
AMIGO DE DIOS Y DE LOS HOMBRES,
RUEGA POR TODOS NOSOTROS.
Amén.
domingo, 11 de agosto de 2024
Oración a Santa Clara de Asís
1. Oh, bienaventurada Santa Clara, tu vida brilla como un faro y arroja su luz a través de las edades de la Iglesia para guiar el camino de Cristo. Mira con compasión a los pobres y humildes que te piden ayuda. Al postraros ante vuestro Señor Eucarístico en el Cielo, háblale de mi cuerpo afligido y de mi espíritu quebrantado. Pídele que me cure y que limpie mis pecados en Su preciosa Sangre.
Gran Sierva de Cristo, recuerda las necesidades de mi familia y de todos por los que rezo. Defiéndenos de todo lo que amenace nuestra santa fe católica. Escucha el grito de los pobres y haz que sea una canción de intercesión, que se eleve desde tu humilde corazón al Corazón Eucarístico de Jesús, nuestro Sanador, nuestro Salvador y nuestro Señor. Amén.
Padre nuestro, Ave María y Gloria.