sábado, 11 de agosto de 2018

Santoral Carmelita Agosto

07 de agosto
San Alberto Trapani

Nació en Trápani (Sicilia) en el siglo XIII. Se distinguió por la dedicación a la predicación mendicante y por la fama de sus milagros. En los años 1280 y 1289 estaba en Trápani, y poco después en Mesina. En el año 1296 gobernaba la Provincia carmelita de Sicilia como Provincial. Célebre por su amor apasionado a la pureza y a la oración. Murió en Mesina probablemente en 1307. Fue el primer santo que recibió culto en la Orden Carmelita, y por tanto fue considerado su patrono y protector o "padre", título que compartió con otro santo de su tiempo, Ángel de Sicilia. En el siglo XVI se estableció que cada iglesia carmelita le dedicase un altar. Muy devotos suyos fueron también santa Teresa de Jesús y santa María Magdalena de Pazzis.



09 de agosto
Santa Teresa Benedicta de la Cruz

Edith Stein vio la luz en Breslau el 12 de octubre de 1891, en el seno de una familia hebrea. Apasionada buscadora de la verdad a través de profundos estudios filosóficos, logró hallarla con la lectura de la autobiografía de santa Teresa de Jesús. El año 1922, recibió el bautismo en la Iglesia católica y el 1933, entró en el Carmelo de Colonia. Murió mártir de la fe cristiana en los hornos crematorios del campo de concentración de Auschwitz el 9 de agosto de 1942, durante la persecución nazi, ofreciendo su holocausto por el pueblo de Israel. Mujer de singular inteligencia y cultura, ha dejado numerosos escritos de elevada doctrina y de honda espiritualidad. Fue beatificada por Juan Pablo II en Colonia el 1 de mayo de 1987. Fue canonizada el 11 de octubre de 1998 y proclamada Patrona de Europa el 1 de octubre de 1999.



12 de agosto
Beato Isidoro Bakanja 

Nació el año 1885 en el entonces Congo Belga. De adolescente se hizo cristiano y fue el primer católico de su región. Fue devoto del rosario y del escapulario de la Virgen del Carmen. Hizo apostolado con la oración y con el testimonio de su vida cristiana y enseñando el catecismo a muchos compañeros de trabajo. 
El gerente de su empresa lo humillaba y golpeaba por su condición de cristiano. En cierta ocasión le exigió que se quitara el escapulario. Al no hacerlo, le golpeó con inaudita crueldad. Murió seis meses después, como consecuencia de las heridas recibidas y de otros golpes y humillaciones que le propinó durante su convalecencia. 

Antes de morir, perdonó a su verdugo y oró por su conversión. Falleció el 15 de agosto de 1909. Fue beatificado por Juan Pablo II en 1994.



16 de agosto
Beata María Sagrario de San Luis Gonzaga


Nació en Lillo (Toledo) el 8 de enero de 1881. Cursó la carrera de farmacia, siendo una de las primeras mujeres que alcanzaron ese título en España. En 1915 entró en el Carmelo de Santa Ana y San José de Madrid. Por su espíritu de oración y su amor a la Eucaristía encarnó perfectamente el ideal contemplativo y eclesial del Carmelo Teresiano. Fue priora de su comunidad y sufrió el martirio, gracia ansiada por ella, con la entereza de la fe y el ardor de su amor a Cristo, en la mañana del 15 de agosto de 1936. El Decreto reconociendo su Martirio fue promulgado por el Papa Juan Pablo II el 8 de abril de 1997; beatificándola junto con la Madre Maravillas de Jesús en la Plaza de San Pedro en Roma, el 10 de Mayo de 1998, Domingo V de Pascua.



18 de agosto
Beatos Mártires Carmelitas de Rochefort


BEATO JUAN BAUTISTA DUVERNEIL, (P. Léonard de Angoulême) Martir. Nació en Limoges en 1737. Algunos historiadores aventuran otro lugar y otra fecha de nacimiento. 

BEATO MIGUEL LUIS BRULARD Vió la luz en Chartres el 11 de junio de 1758. Martir del Convento de Charenton.

BEATO SANTIAGO GAGNOT (Uberto di S. Claudio), vino al mundo en Frolois el 9 de febrero de 1753. Mártir de Nancy.

Los tres, por diversos caminos, siguieron la llamada al Carmelo Teresiano. Su vida en la Orden fue una generosa preparación para afrontar victoriosamente su futuro martirio. 
Estos hermanos nuestros, por su fidelidad a Dios, a la Iglesia y al Papa, fueron objeto de hostigamiento, condena y prisión. 
Hacinados con otros muchos compañeros en un barco negrero el Les deux asocies- , hubieron de sufrir toda clase de penalidades, privaciones e injurias. En esta situación dramática, supieron ejercitar para con los demás prisioneros los actos más delicados de caridad y de servicio. 

Agotados por los sufrimientos físicos y morales, consumaron su martirio: El P. Juan Bautista el 1 de enero de 1794, el P. Miguel Luis el 25 del mismo mes y el P. Santiago el 10 de septiembre del citado año. 
Estas muertes por la fe tuvieron lugar en la bahía de Rochefort, en el litoral atlántico de Charente-Maritime. Fueron beatificados por el Papa Juan Pablo II el 1 de Octubre de 1995.



25 de agosto
Santa María de Jesús Crucificado


María Baouardy, descendiente de una familia grecomelquita católica, vió la luz en Abellin, localidad de Galilea, el 5 de enero de 1846. En 1849 sus padres mueren y es adoptada por un tío paterno. Ingresó en el convento de las carmelitas descalzas de Pau (Francia) el 27 de julio de 1867 e inicia el noviciado. El 21 de agosto de 1870 llega como cofundadora a Mangalore, ciudad de la India y se consagra a Dios con los votos religiosos.


Vuelve al Monasterio de Pau (Francia) en 1872. Tres años más tarde, el 20 de agosto de 1875 se trasladó a la fundación de Belén en Tierra Santa. Allí levantó un monasterio y entre mayo - junio de 1878 va a Meaux, Monte Carmelo, el Tabor y finalmente procuró la erección de otro Monasterio en Nazareth.

Fue probada con varios fenómenos sobrenaturales y dotada de extraordinarias gracias, pero principalmente de humildad. Sobresalió, además, por su acendrada devoción al Espíritu Santo y su ardiente amor a la Iglesia y al Romano Pontífice. El 21 de agosto de 1878, se fractura el brazo izquierdo en el huerto conventual de Belén.

Entrega su alma a Dios el 25 de agosto de 1878. El 13 de noviembre de 1983 fue beatificada de Juan Pablo II. Canonizada por el Papa Francisco el 17 de mayo de 2015.



26 de agosto
Transverberación del corazón de Santa Teresa de Jesús


Entre las virtudes de Teresa, brilló con luz propia la caridad divina. Este amor se fue avivando en ella gracias a las innumerables visiones y revelaciones con que Cristo la favoreció. Una vez el Señor la tomó por esposa.
En otra ocasión Teresa vio un ángel que con un dardo encendido le transverberaba el corazón. De resultas de estas mercedes celestiales, sintió la Santa tan abrasadamente el amor divino en las entrañas, que, inspirada por Dios, emitió el voto, difícil en extremo, de hacer siempre lo que ella creyese más perfecto y para mayor gloria de Dios
(Gregorio XV, Bula de canonización).

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