domingo, 15 de septiembre de 2024

Beato Moisés Lira Serafin



El P. Moisés Lira Serafín nació en Zacatlán (Puebla, México) el 16 de septiembre de 1893. Creció en una familia cristiana, sencilla, humilde, de buenas costumbres, pero su infancia pronto se vio empañada por la muerte de su madre en 1898. Su padre, maestro en escuelas parroquiales, se vio obligado a trasladarse a diversos lugares, hasta que se casó por segunda vez en 1908, confiándolo a la custodia de un sacerdote.

En ese periodo comenzaron a aparecer los primeros signos de su vocación a la vida sacerdotal; comenzó a asistir al Seminario Palafoxiano de Puebla y decidió seguir su vocación religiosa. En 1914 aceptó la invitación del padre Félix de Jesús, fundador de los Misioneros del Espíritu Santo, congregación de la que fue el primer novicio, el llamado “Primogénito”.

El 4 de febrero de 1917 profesó sus votos. Fue ordenado sacerdote el 14 de mayo de 1922, y el día de Navidad de ese año emitió sus votos perpetuos. Un mes después, acuñó una frase que guiaría su itinerario de santificación: “Es necesario ser muy pequeño para ser un gran santo”.

Fue maestro del noviciado, atendía a los enfermos, especialmente como confesor, durante la epidemia de viruela negra de 1923. En 1925, en la Ciudad de México, continuó aumentando su pasión por el culto a la Eucaristía y al sacramento de la reconciliación, dirigido también a los presos.

En 1926 a causa de la persecución religiosa, celebraba la Eucaristía en los hogares y llevaba la Comunión a los enfermos.

Se trasladó a Roma, donde asistió a cursos de teología dogmática en la Pontificia Universidad Gregoriana. Su época en la “Ciudad Eterna”, sin embargo, no fue pacífica desde el punto de vista espiritual, debido a factores externos que provocaron en él una fuerte crisis y pusieron a prueba su vocación religiosa.

Hizo voto de abandono en manos de Dios, con la firme intención de renovarlo cada año el Jueves Santo. Este fue el inicio del proceso de su infancia espiritual ante Dios Padre como un pequeño niño en Cristo, abandonado en sus manos.

En 1928 regresó a México, donde continuó con mayor entusiasmo y generosidad su misión como guía de almas, ejerciendo excelentemente su carisma como director espiritual y desempeñando una misión oculta en el ministerio del confesionario.

En 1934 fundó la Obra de Caridad y Apostolado Social, también conocida como Misioneras de la Caridad de María Inmaculada, como apóstoles de la bondad. La caridad del padre Moisés se dirigía a todos: pobres, ricos, ancianos, jóvenes y niños; de hecho, se implicó particularmente en la pastoral de los acólitos y las religiosas. Sus favoritos eran los enfermos, especialmente los sacerdotes, a quienes visitaba con frecuencia llevándoles una palabra de esperanza. Su caridad llena de alegría infundió alma y coraje.

Fue amante del silencio y de la contemplación, además de su profundo amor a Dios, que se tradujo en una vida religiosa ejemplar. Tenía una devoción filial a la Virgen María y era un hombre de oración intensa.

En el ejercicio de su ministerio su pureza fue cándida, ingenua como la de un niño. Siguiendo el ejemplo de María, se puede presentar como modelo de paternidad/maternidad espiritual; instrumento del perdón de Dios para sus hijos; sanador de sus heridas; ayudante en sus necesidades materiales; apoyo en el discernimiento de la voluntad de Dios en las diferentes circunstancias de la vida; compañero de viaje hasta llegar a la meta: la unión con Dios.

El ritmo de su vida transcurrió en el cumplimiento diario del deber, con un gran sentido de fraternidad comunitaria. Destacó por su obediencia y alegría, por su humildad y sencillez.Vivió todos los acontecimientos, incluso los dolorosos de la persecución, la incomprensión y la enfermedad, en soledad y alegría sobrenatural, a la luz de la fe.

Su salud se deterioraba y, tras complicaciones cerebrales, llegó al final de su vida. Murió en la Ciudad de México el 25 de junio de 1950. Fue declarado Venerable el 27 de marzo de 2013 por el Papa Francisco. Beatificado el 14 de septiembre de 2024 en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, en la Ciudad de México.

domingo, 8 de septiembre de 2024

Divina Infantita

La veneración a la Imagen de la "Divina Infantita", nacio en la ciudad de México, en el convento de San José de Gracia, comunidad de monjas Concepcionistas o de la Orden de la Inmaculada Concepción que, aunque no pertenecen a las ordenes franciscanas, fue fundada por una Franciscana Santa Beatriz de Silva en 1484.

Esta devoción se originó por Sor Magdalena de San José (concepcionistas) el 6 de enero de 1840, en los siguientes links de esta Página Web donde se describe la historia.

Ahora bien, la Divina Infanta o Niña Virgen, tiene su origen en la Fiesta de la Natividad de la Virgen María, según la Tradición Apostólica. 

Oración 

Oh! Santísima Virgen Niña, que viniendo al mundo consolaste la tierra que en Ti saludó la aurora de la Redención por los prodigios de gracia que derramaste entre nosotros, escucha piadosa mis súplicas.
En las penas que me afligen y especialmente en la necesidad que en este momento me oprime, toda mi esperanza está en Ti, ¡oh dulce Virgencita! Muéstrame pues que el tesoro de gracias que dispensas es inagotable, porque ilimitado es tu poder sobre el Corazón paternal de Dios.
Escucha ¡oh Virgen Niña! mi ardiente súplica y alabaré eternamente la bondad de tu Corazón.

Rezar tres Avemarías y una Salve.

lunes, 26 de agosto de 2024

Oración al Beato Ceferino Namuncurá


Señor Jesús, te damos gracias por haber llamado a la vida y a la fe al peñi Ceferino, hijo de los pueblos originarios de América del Sur.
Él, alimentándose con el Pan de Vida,
supo responderte, con un corazón entero,  viviendo siempre como discípulo y misionero del Reino.
Él quiso ser útil a su gente, abrazando tu Evangelio y tomando cada día su cruz para seguirte en los humildes hechos de la vida cotidiana.
Te pedimos por su intercesión que te acuerdes de los que todavía peregrinamos en este mundo
(pedimos en silencio las intenciones que cada uno trae en el corazón)
Que también nosotros podamos aprender de él: su amor decidido a la familia y a la tierra, la entrega generosa y alegre a todos los hermanos, su espíritu de reconciliación y comunión.
Para que un día celebremos junto a él y todos los santos la Pascua eterna del cielo. Amén

domingo, 18 de agosto de 2024

San Alberto Hurtado

 


“Este es mi último anhelo: que se haga una cruzada de amor y respeto al pobre, porque el pobre es Cristo, Cristo desnudo, Cristo con hambre, Cristo sucio, Cristo enfermo, Cristo abandonado. ¿Podemos quedarnos indiferentes? ¿Podemos quedarnos tranquilos? 
San Alberto Hurtado






Oración a San Alberto Hurtado 

PADRE ALBERTO HURTADO
Apóstol de Jesucristo,
servidor de los pobres,
amigo de los niños
y maestro de juventudes,
bendecimos a nuestro Dios
por tu paso entre nosotros.

Tú supiste amar y servir.
Tú fuiste profeta de la justicia
y refugio de los más desamparados.
Tú construiste con amor
un hogar para acoger a Cristo.

Como un verdadero padre,
tú nos llamas a vivir la fe
comprometida, consecuente y solidaria.

Tú nos guías con entusiasmo
en el seguimiento del Maestro.
Tú nos conduces al Salvador
que nuestro mundo necesita.

Haznos vivir siempre contentos
aun en medio de las dificultades.
Haz que sepamos vencer el egoísmo
y entregar nuestra vida a los hermanos.

PADRE HURTADO,
HIJO DE MARÍA Y DE LA IGLESIA,
AMIGO DE DIOS Y DE LOS HOMBRES,
RUEGA POR TODOS NOSOTROS.

Amén.

domingo, 11 de agosto de 2024

Oración a Santa Clara de Asís


1. Oh, bienaventurada Santa Clara, tu vida brilla como un faro y arroja su luz a través de las edades de la Iglesia para guiar el camino de Cristo. Mira con compasión a los pobres y humildes que te piden ayuda. Al postraros ante vuestro Señor Eucarístico en el Cielo, háblale de mi cuerpo afligido y de mi espíritu quebrantado. Pídele que me cure y que limpie mis pecados en Su preciosa Sangre.

Gran Sierva de Cristo, recuerda las necesidades de mi familia y de todos por los que rezo. Defiéndenos de todo lo que amenace nuestra santa fe católica. Escucha el grito de los pobres y haz que sea una canción de intercesión, que se eleve desde tu humilde corazón al Corazón Eucarístico de Jesús, nuestro Sanador, nuestro Salvador y nuestro Señor. Amén.

2. Gloriosa Santa Clara de Asís, por aquella fe inquebrantable que te hizo servirte de las cosas terrenas buscando las del cielo, por aquella esperanza firme con que venciste todas las dificultades que se oponían a tu santificación, por aquella caridad pura y ardiente que te movió en todo los momentos de la vida, yo te suplico con humilde confianza que intercedas ante Dios y me obtengas su favor en lo que te pido (hágase la petición) y esperanza firme y caridad ardiente para con Dios y el prójimo.
Padre nuestro, Ave María y Gloria.

domingo, 28 de julio de 2024

San Pedro Poveda Castroverde


ORACIÓN

Señor Dios nuestro, que has concedido a San Pedro Poveda, Fundador de la Institución Teresiana, la gracia de impulsar la acción evangelizadora de los cristianos, mediante la educación y la cultura, y de entregar la vida en martirio como sacerdote de Jesucristo: haz que sepamos, como él, participar fielmente en la misión de la Iglesia con el testimonio de nuestra vida cristiana y la entrega generosa al anuncio de tu Reino.

Te pedimos, por su intercesión, nos concedas el favor que deseamos alcanzar.

Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén

martes, 16 de julio de 2024

Nuestra Señora del Carmen


Oración por Chile a nuestra Señora del Carmen

(Monseñor Ramón Ángel Jara) 

¡Oh Virgen Santísima del Carmen!. Llenos de la más tierna confianza como hijos que acuden al corazón de su madre, nosotros venimos a implorar una vez más los tesoros de misericordia que con tanta solicitud nos habéis siempre dispensado. 

Reconocemos humildemente que uno de los mayores beneficios que Dios ha concedido a nuestra Patria, ha sido señalaros a Vos por nuestra especial Abogada, Protectora y Reina. Por eso a Vos clamamos en todos nuestros peligros y necesidades seguros de ser benignamente escuchados. Vos sois la Madre de la Divina Gracia, conservad puras nuestras almas; sois la Torre poderosa de David. defended el honor y la libertad de nuestra Nación; sois el refugio de los pecadores, tronchad las cadenas de los esclavos del error y del vicio; sois el consuelo de los afligidos, socorred a las viudas, a los huérfanos y desvalidos; sois el auxilio de los cristianos, conservad nuestra fe y proteged a nuestra Iglesia, en especial a sus Obispos, sacerdotes y religiosos. 

Desde el trono de vuestra gloria atended a nuestras súplicas, ¡oh Madre del Carmelo! Abrid vuestro manto y cubrid con él a esta República de Chile, de cuya bandera Vos sois la estrella luminosa. Os pedimos el acierto para los magistrados, legisladores y jueces; la paz y piedad para los matrimonios y familias; el santo temor de Dios para los maestros; la inocencia para los niños; y para la juventud, una cristiana educación. 

Apartad de nuestras ciudades los terremotos incendios y epidemias; alejad de nuestros mares las tormentas, y dad la abundancia a nuestros campos y montañas.
Sed el escudo de nuestros guerreros, el faro de nuestros marinos y el amparo de los ausentes y viajeros. Sed el remedio de los enfermos, la fortaleza de las almas atribuladas, la protectora especial de los moribundos y la redentora de las almas del Purgatorio. 

¡Oídnos pues, Reina y Madre Clementísima! Y haced que viviendo unidos en la vida por la confesión de una misma fe y la práctica de un mismos amor al Corazón Divino de Jesús, podamos ser trasladados de esta patria terrenal a la patria inmortal del cielo, en que os alabaremos y bendeciremos por los siglos de los siglos. Amén.