viernes, 30 de abril de 2021

Beato José Gregorio Hernández

Nacido el 26 de Octubre de 1864 en el pueblecito de Isnotú, estado de Trujillo, Venezuela. Crece en aquel ambiente sencillo de campesinos. Sus padres, Benigno Hernández y Josefa Antonia Cisneros, son propietarios de la tienda del pueblo. Gregorio es el mayor de seis hermanos. Su madre, mujer muy piadosa, muere teniendo el solo ocho años.

Mucho le debemos a la atención de Don Pedro Celestino Sánchez, primer maestro del pequeño Gregorio en Isnotú, quien supo descubrir las habilidades del niño y recomendó a su Padre que lo enviase a estudiar a Caracas. Allí estudió medicina con tal éxito que el Presidente de la República lo envió a la Universidad de París, a la Facultad de Medicina, para que desarrolle estudios en Microscopia, Histología Normal, Patología y Fisiología Experimental.

De regreso a su patria, cumplió con creces lo cometido: traer las piezas necesarias para un Gabinete Fisiológico y enseñar en la Universidad Central la especialidades científicas que él cursó. Ejerció su carrera con mucho éxito. Fue Profesor de medicina en la Universidad Central en Caracas.

Habiendo cumplido con sus compromisos y también con su familia, a la cual se trajo a vivir en Caracas y la ayudó a encaminarse, Don Gregorio quiso llevar a cabo su vocación religiosa. Se embarcó rumbo a Italia con la intención de ser monje de clausura y así dedicarse solo a Dios en la oración. En 1908 entró en la Cartuja de Farneta tomando el nombre de "Hermano Marcelo". Pero nueve meses después de su ingreso, se enferma de tal manera que el Padre Superior ordena regresar a Venezuela para recuperarse. Dios tenía otros planes para su siervo. Gregorio por su parte nunca cedió en su amor por la Iglesia y la vida religiosa. Decía que el sacerdocio es "lo mas grande que existe en la tierra".

Llega a Caracas en abril de 1909 y ese mismo mes recibe permiso para ingresar en el seminario "Santa Rosa de Lima". Pero su corazón sigue anhelando la vida radical del monasterio. Pasados tres años, se decide intentar de nuevo. Esta vez se embarca para Roma con su hermana Isolina. Ingresó en los cursos de Teología en el colegio Pío Latino Americano pensando así prepararse para el monasterio. Pero una vez mas sus planes se vieron frustrados por la enfermedad: una afección pulmonar que le forzó retornar a Venezuela.

Don Gregorio ya no intenta mas la vida religiosa. Comprende que Dios lo llama a la vida seglar. Será un seglar católico ejemplar sirviendo a Dios en sus hermanos desde su vocación de médico, pues así también se puede y se debe ser santo. Continuó ejerciendo como médico ejemplar. Dedicaba 2 horas diarias a servir a los pobres. Un día, mientras cruzaba la calle para comprar medicinas para una anciana muy pobre, fue atropellado por un vehículo. Una testigo declaró que Don Gregorio, al ver que le venía el carro, exclamó: "¡Virgen Santísima!". Fue llevado en carrera al hospital donde un sacerdote alcanzó impartirle la Unción de los Enfermos antes de que muriera. Caracas se conmovió y muchos decían: "ha muerto un santo". Fueron tantos los que asistieron a su vela que tuvieron que intervenir las autoridades civiles para organizar el desfile incesante.

Venerado sobre todo en su patria, en Colombia, Ecuador entre otros lugares. Son muchos los que peregrinan a su pueblo natal para rezarle y ofrecer ex-votos. Fue beatificado el 30 de abril de 2021, por el Papa Francisco.

domingo, 25 de abril de 2021

Jesús Buen Pastor

No te alejes de nosotros, Señor…

Mi Señor, mi Buen Pastor, Hijo del Padre, fuente de luz, tormenta de fe, que vienes a sacudir nuestra dormida esperanza, que nos envías a Tu Madre para enamorar nuestros fríos corazones, que luchas con amor para conquistar los espíritus inquietos por las angustias del mundo.

Óyenos Señor, escucha a tus hermanos aquí, juntos queremos seguirte, donde Tú quieras que nuestros pasos se dirijan.

Nuestros corazones quieren pertenecerte, por siempre.

Nuestras almas sedientas de Tu luz solo quieren verte sonreír junto a Tu Madre.

Envíanos Tus Ángeles y Tus Santos, consuélanos con su presencia celestial.

Danos el consuelo infinito de saber que Tu Misericordia ve con ojos agradables nuestro arrepentimiento por tanto error cometido.

No permitas que bajemos nuestras defensas contra el maligno y sus tentaciones.

Haznos fuertes, Señor, haznos fuertes en la entrega a Vos, nuestro Dios.

Haznos pequeños y dóciles para que dejemos actuar a Tu Santo Espíritu en nosotros, para que Tú te hagas cargo de nuestra vida.

Haznos confiados corderos de Tu rebaño, Señor, danos el abrazo de Tu Voluntad, Señor. Que seas Tu quien nos guíe, que sea tu Madre quien nos proteja.

No te alejes de nosotros, Señor, perdona nuestros errores y pecados, y nuestra falta de fe. Amén.

Letanía al Buen Pastor:

Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo óyenos.
Cristo escúchanos.
Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.
Santa Trinidad, un solo Dios, ten misericordia de nosotros.
Pastor amoroso de las alma, defended, buen pastor, vuestro rebaño.
Pastor que das la vida por tu grey.
Pastor que das tu vida por mi vida.
Pastor que de perdido me has ganado.
Pastor que me reduces al camino.
Pastor que en vuestros hombros me cargaste.
Pastor que siempre velas por guardarme.
Pastor que dulcemente me apacientas.
Pastor que a mi sed das agua pura.
Pastor que eres el pastor y el pasto.
Pastor que me das silbos amorosos.
Pastor en cuyo báculo descanso.
Pastor que aun ofendido me buscaste.
Pastor que también eres cordero manso.
Pastor peregrino desde el cielo.
Pastor que a tu grey llevas a la gloria.
Pastor que por mí dejas noventainueve.
Pastor que como guía vas delante.
Pastor divino en hábito humano.
Pastor de cuya voz los leones tiemblan.
Pastor por quien vivo y por quien muero.
Pastor que ni una pierdes de tus ovejas.
Pastor más valeroso que David.
Pastor más inocente que Abel.
Pastor más amante que Jacob.
Pastor más discreto que José
Pastor más compasivo que Jonás.
Pastor más vigilante que Amós.
Pastor más sublimado que Isaac.
Pastor que no tienes semejante.
Pastor el mejor de los pastores.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, escúchanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten misericordia de nosotros.
Cristo óyenos.
Cristo escúchanos
Oremos: Dios que sublimaste al mundo con la humildad de tu hijo, concede perpetua alegría a tus fieles, para que logren los gozos eternos aquellos a quienes libraste de la muerte eterna; por el mismo Jesucristo nuestro Señor que contigo y con el Espíritu Santo vive y reina por todos los siglos de los siglos. Amén.

A cada invocación se responde
“Defended, buen pastor, vuestro rebaño”.

https://www.grupodeoracionmariaauxiliadora.net/oraciones-y-novenas/oracion-del-buen-pastor/#:~:text=Oracion%20del%20Buen%20Pastor%3A&text=Mi%20Se%C3%B1or%2C%20mi%20Buen%20Pastor,por%20las%20angustias%20del%20mundo.


sábado, 24 de abril de 2021

Santa María Eufrasia Pelletier

 

Al morir aquella religiosa en Abril de 1868, nadie se lo creía, pero era verdad lo que decían de ella: 
- ¿Es posible? ¿Pero es posible que esta monja haya fundado ciento once conventos de su Congregación por todo el mundo?... Conventos dedicados a un apostolado nada fácil, como es el de la rehabilitación de la mujer. Mujeres caídas o en peligro hay muchas, pero religiosas que las quieran cuidar y dedicarse a ellas de por vida, ya no es tan fácil encontrarlas. Y esta monja francesa ha encontrado a miles de valientes que, como ella, se dan de lleno a esas almas que el mundo desprecia después de haberlas hundido, pero que son amadísimas de Jesús. ¡Si esto parece un imposible!... 

Esos eran los comentarios cuando la muerte de María Eufrasia Pelletier, la Santa que hoy traemos a nuestro programa, Fundadora de las Religiosas del Buen Pastor, tan conocidas y tan queridas en toda nuestra América.

 Se llamaba Rosa Virginia la niña que nació en el norte de Francia durante los años de la Revolución. Cuando entra en un convento de monjas, según la costumbre de entonces, tiene que escoger otro nombre, se decide por Teresa, y replica la superiora: ¿Teresa? ¿Tú, Teresa? ¿Una mujer tan grande? ¿Por quién te tienes?... Rosa Virginia reflexiona: Pues, bien. Eufrasia. Nadie conoce a esta santa tan humilde. Me llamaré Eufrasia, bien pequeñita... Sólo que aquella pequeñita iba a ser un gigante de mujer en la Iglesia.

Porque su misión va a ser para la Iglesia entera. Eufrasia no se deja influenciar por el conocido chauvinismo francés, y dirá su frase famosa: Yo no quiero que se diga que soy francesa. Yo soy italiana, inglesa, alemana, española, americana, africana e hindú. Yo soy de todos los países donde hay almas que salvar. Pronto va a demostrar que eso no son sueños bonitos.

 A los diecisiete años ha entrado en un convento que le va a resultar un corsé. Las monjas rezan mucho. Se dedican a redimir a las jóvenes que han caído. Pero están encerradas en casas inadecuadas y usan métodos ineficientes. Y Eufrasia piensa, hasta atormentarse: -¡Qué buenas son estas Religiosas! ¡Qué santas! Pero no me gusta cómo viven, encerradas en una casa que no se puede multiplicar en cien y en mil... ¿Por qué no hacer lo mismo, pero de otra manera?... 

Así es cómo Eufrasia se separa de la Orden fundada por San Juan Eudes ―a la que quiere tanto y cuyo espíritu conservará siempre con un gran cariño―, y cómo nace la nueva Congregación del Buen Pastor en la ciudad de Angers, de donde arrancará con ímpetu incontenible para conquistar por todo el mundo a tanta mujer que quiere volver a las manos de Jesucristo. 

Eufrasia tiene veintinueve años. La primera casa, apenas puesta en marcha, resulta un milagro. Junto con las Religiosas, a los cuatro meses ya cobijan sus muros a más de ochenta jóvenes y tiene una comunidad de Contemplativas, una segunda rama de la Congregación, que sigue en pleno vigor hasta nuestros días. ¿Es posible conseguir esto?... Y todo, en un ambiente de alegría contagiosa, pues Eufrasia las anima constantemente: ¡Salten y corran alegres, que son las ovejitas del Buen Pastor!...

Aunque en medio de tanta alegría, Eufrasia lleva sobre sus hombros de mujer una cruz muy pesada. La pobreza, ante todo: ¿Cómo mantener a tanta gente?... Pero no se desanima. Confía tanto en medio de tanta preocupación económica, que le llaman con cariño y humor La Madre Esperanza. 

Y espera en medio de las mayores incomprensiones, críticas, murmuraciones. Todas las Hermanas la han elegido por unanimidad como Superiora General, pero los que miran mal la obra no le perdonan: ¿Qué se ha figurado esa vanidosa, presumida y llena de ambición?... 

Tan dura es la prueba, que una noche, agotada de pesar, se arrodilla, toma la pluma, y escribe a Roma: Si el Santo Padre encuentra dificultad en que yo sea la Superiora General, me someto humildemente. Pero al mismo tiempo la llaman a fundar en otras ciudades y en la misma Roma, adonde llega Eufrasia con ilusión enorme de ver al Papa Gregorio XVI, que le dice: Ahora voy a ser yo quien va a sostener vuestro Instituto. Y así es. Con la bendición del Papa, la Congregación ya no cuenta con resistencias.

 A partir de ahora empiezan aquellas fundaciones interminables, hasta llegar a esas ciento once en vida de la Fundadora, que es y se siente como la reina en esa colmena de la Casa Madre. Lo expresa ella misma con una comparación feliz: - En esta casa-madre hay una abeja-madre que os ama con afecto inmenso y se consagra enteramente a vosotras para vuestra felicidad. Hay magníficas Hermanas Profesas que son las mejores obreras. Hay otro enjambre de más jóvenes, nuestras queridas novicias, esperando desplegar sus alas para volar al trabajo. Estando en oración, Nuestro Señor me ha hecho ver numerosos enjambres que partían de la Casa-Madre para formar nuevas colonias en otras partes. 

La Madre Eufrasia vio con gozo indecible cómo uno de esos enjambres volaba a nuestra América, hacia Chile, y después a todas las demás Repúblicas. ¡Chile, la misión de mi amor!... ¡Hermanas! Estáis en América, en esta misión objeto de mi amor... Mandadme alguna cosita de América. No tengo más que una nuez que me mandaron de allí, y yo la llevo a todas partes para enseñarla... Esto explica su dicho tan repetido: Nuestra vida debe ser siempre el celo; y este celo debe abrazar al mundo entero. 

Eufrasia había cumplido su misión, dándose a las queridas mujeres que la vida hundió, pero que son preciosas a los ojos de Jesucristo. Moría con alegría grande en la Congregación que había fundado, conforme a su ardiente deseo: ¡Instituto sagrado, yo moriré en tus brazos, y tú me llevarás al seno de Dios!...

http://www.riial.org/evangelizacion/077%20Santa%20Maria%20Eufrasia%20Pelletier.pdf

jueves, 22 de abril de 2021

San Giovanni Antonio Farina

Nació en Gambellara el 11 de enero de 1803, en un pueblo tranquilo, asentado en las colinas de la Provincia de Vicenza en Italia. Sus padres fueron Francesca Belamme y Pietro Farina. A los tres años los padres lo confiaron al tío Sacerdote, Giovanni Antonio recibió del tío la primera instrucción. Él fue su maestro y guía.


A los 14 años, Giovanni Antonio Farina, entra en el Seminario de Vicenza. Poco después, su madre queda ciega y a los 21 años perdió repentinamente a su Padre, único sustento de la familia. El joven seminarista supo aprovechar de estas dolorosas experiencias, que transformaron su corazón, haciéndolo siempre más sensible al amor de Dios y del prójimo.

Por su gran piedad y su empeño en los estudios, fue ordenado Sacerdote un año antes de lo normal el 14 de Enero de 1827. El Obispo lo nombró Capellán de la parroquia de San Pietro, una de las más grandes y pobres de la ciudad de Vicenza.

Durante 12 años, el joven Sacerdote, se entregó con abnegación y celo apostólico a la atención espiritual y material de los más pobres. Aceptó la dirección de la Pía Obra de Santa Dorotea dedicada a la educación cristiana y al cuidado de niñas pobres, luego dirigió una escuela de caridad instituida por el Conde. Giovanni Farina y al poco tiempo unió las dos y que pronto reorganizó en una sola obra.

En 1836 La obra ya daba frutos, aunque no estaba exenta de problemas. El número de alumnas aumentaba, pero algunas maestras eran ineficientes. Las dificultades y las amargas experiencias con maestras asalariadas, preocupaban al Farina, Pues quería dar a las niñas lo mejor (formación y educación). Después de tantas oraciones y sacrificios, tuvo una intuición profética: Encargar la educación de las niñas a maestras especializadas que compartieran “por Vocación” su ideal de educación en la fe y para la vida. Con este fin fundó la Congregación de las Madres Maestras de Santa Dorotea Hijas de los Sagrados Corazones El 11 de Noviembre de 1836.

El 4 de Marzo de 1888 Mons. Giovanni Antonio Farina, besó el Crucifijo que tenía entre las manos y entregó su alma a Dios.

El Papa, Juan Pablo II lo proclamó BEATO. En Roma el 4 de Noviembre del 2001.El papa Francisco lo canonizó el 24 de noviembre de 2014.El Martirologio romano celebra su memoria el 4 de marzo, mientras que la diócesis de Vincenza la conmemora el 14 de enero. Sus reliquias se veneran en la iglesia de la Casa Madre de las Hermanas de Santa Dorotea de Vicenza.


lunes, 19 de abril de 2021

Beatos mártires de Casamari


En la noche del 13 de mayo de 1799, el monasterio cisterciense de Casamari (Italia), fue escenario del asesinato de cinco religiosos por parte de revolucionarios franceses que trataban de crear en el antiguo Reino de Nápoles una república satélite de la República Francesa. Un sexto monje de la comunidad fue asesinado tres días después.

En el contexto de la revolución francesa, la recién instaurada República intentó establecer un régimen aliado en el Reino de Nápoles, que ocupaba el centro y la mitad sur de la actual Italia, donde reinaba la Casa de Borbón.

Sin embargo, el intento fracasó y los revolucionarios huyeron de forma desorganizada hacia el norte, presionados por las tropas borbónicas y sus aliados ingleses.

En la huida saquearon varias localidades italianas, asesinando a muchos lugareños y se ensañaron con el clero y con las propiedades de la Iglesia.

Después de saquear y profanar el famoso monasterio de Montecassino, los revolucionarios franceses llegaron a la localidad de Isola del Liri, donde el 12 de mayo de 1799 asesinaron a más de quinientas personas que se habían refugiado en el interior de la iglesia de San Lorenzo Mártir.

Al día siguiente, los revolucionarios llegaron a la Abadía de Casamari con la intención de saquearla y llevarse el botín. Cuando llegaron, algunos de los monjes huyeron, pero seis de ellos se quedaron para proteger la Eucaristía.

La abadía carecía de objetos de valor para los revolucionarios que, cegados por la rabia de no poder llevarse riquezas y por su odio anticlerical, asesinaron con sus bayonetas a cinco de los monjes. El sexto monje, Fr. Zosimo Brambat, murió tres días después.
Padre Simeón Cardon, prior.

Nació en Cambrai, monje benedictino en París, durante la Revolución francesa huyó de Francia y alcanzó llegar milagrosamente a la abadía de Casamari el 5 de mayo 1795, donde tomó el hábito cisterciense, y luego hizo su profesión de estabilidad. Por su bondad y vida ejemplar, fue nombrado primero ecónomo, y luego prior de la abadía. Al aproximarse el ejército francés en retirada, primero decidió huir con los monjes, pero luego, les instó a quedarse.

El 13 de mayo recibió el grupo de soldados inadaptados y les distribuyó alimentos y bebidas; frente de su furia destructiva, en un primer momento se escondió en el jardín, pero recobró el valor y regresó a su celda, donde fue atacado por los soldados que exigían los tesoros del monasterio. Con el sable fue herido en la cabeza y en las manos mientras trataba de esquivar los golpes.
Murió alrededor de las siete de la mañana siguiente, tenía cinco heridas, dos golpes de bayoneta en el cuerpo, un golpe de sable en la cabeza, uno en el brazo derecho y uno en el muslo izquierdo.

El Padre Dominic Zawrel, Maestro de Novicios.

Nació en Codovio, en la diócesis de Praga, al principio era un religioso dominico de la Congregación de Santa Sabina en Praga. Llegó a Casamari en mayo de 1776, al mes siguiente recibió el hábito de novicio, y un año más tarde, profesó los votos solemnes.

En la trágica noche del 13 de mayo, recogió dos veces las hostias consagradas, en primer lugar en la iglesia, a continuación, en la capilla de la enfermería, donde permaneció en la adoración con otros dos hermanos, fray Desideo y fray Albertino.
 
Ellos fueron sorprendidos por tres soldados que arrojaron por tierra las hostias, mataron con dos golpes de espada a fray Albertino, hiriendo gravemente a fray Desidero, “y finalmente dejaron muerto al Padre Domingo, después de haberle dado varios golpes de espada en la cabeza y en otras partes del cuerpo, inmediatamente murió en la misma capilla, diciendo:. Jesús María."

Fray Maturino Pitris, religioso oblato de Fontaineblau

Hijo de uno de los jardineros del rey de Francia, fue llamado a filas y, a continuación, destinado para la campaña en Italia.
En enero de 1799, sufrió un ataque de asma terrible y mucha fiebre con lo cual fue hospitalizado, junto con once compañeros más, el hospital de "La Pasión" de Veroli.
Declarado a punto de morir, se confesó con el Padre Simeón Cardon lo que había sucedido en el hospital y declaró que él deseaba vestir, si se recuperaba, el hábito cisterciense.
Tres días después, sanó por completo, fue escondido por una noche en el departamento del capellán en el hospital, don José Viti, y por la mañana temprano, fue acompañado a la abadía de Casamari.
El 13 de mayo, alcanzado por un disparo de fusil en el pasillo del noviciado, se arrastró y murió en su celda.

Fray Albertino Maisonade, religioso miembro de coro

Nació en Burdeos, Francia, después del estallido de la Revolución huyó, y llegó a la abadía de Casamari, donde fue recibido y admitido entre los monjes del coro.
En noviembre de 1792 tomó el hábito de novicio, y al año siguiente, hizo la profesión simple como un privilegio, por entonces era algo muy especial, otorgado a la comunidad de Casamari.
Ejemplar en los actos de la vida comunitaria, mostró siempre una profunda devoción y adoración al Santísimo Sacramento del altar. El 13 de mayo, al llegar los franceses, en lugar de huir se retiró en adoración ante el Santísimo Sacramento, que había sido profanado de nuevo en la capilla de la enfermería.
Descubierto por los soldados franceses, fue golpeado y muerto a golpes de sable en su lugar, con el Padre Domingo Zawrel.

Fray Modesto Burgen, religioso coadjutor

Nació en la Borgoña francesa, fue primero religioso en la abadía cisterciense de Settefonti. Durante la Revolución francesa, huyó, y llegó a la abadía de Casamari donde fue acogido fraternalmente. En enero de 1796 fue admitido al noviciado y al año siguiente, hizo su profesión simple.
Él también era un religioso de vida ejemplar, en aquel nefasto 13 de mayo fue perseguido en el corredor del noviciado, fu alcanzado por un disparo de arcabuz y luego rematado a golpes de sable.

Fray Zósimo Brambat, religioso coadjutor

Nació en Milán, Italia, pidió a finales de 1792, para ser recibido en Casamari. Pasó dos años, según la costumbre, con el hábito de los Oblatos, más tarde, en noviembre de 1794, fue admitido en el noviciado y al año siguiente hizo su profesión simple en las manos del abad Pirelli.
En aquel terrible 13 de mayo 1799, primero fue alcanzado por un tiro de arcabuz y, a continuación, con golpes de sable, mientras que, realizando una tarea encomendada "pasaba por la sala para ir al comedor y delante de la escalera de la farmacia."
Sin embargo, consiguió esconderse, pero tres días después, el 16 de mayo, murió a las afueras de los muros del monasterio, después de haber ido a Boville a recibir el sacramento de la Unción de los Enfermos.

El 17 de abril de 2021, por el Cardenal Marcello Semeraro, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, beatificó a seis monjes cistercienses mártires de la Eucaristía.

sábado, 10 de abril de 2021

San José, custodio del Corazón de Jesús


Glorioso San José, esposo de la Virgen María, dispénsanos tu protección paterna. Nosotros te suplicamos por el Corazón de Nuestro Señor Jesucristo. Tú, cuya protección se extiende a todas las necesidades y sabe tornar posibles las cosas más imposibles, dirige tu mirada de padre sobre los intereses de tus hijos. Recurrimos a ti, con confianza en las angustias y penas que nos oprimen; dígnate tomar bajo tu caritativa protección este asunto importante y difícil que s la causa de nuestras inquietudes. Haz que su feliz desenlace sea para gloria de Dios y bien de sus servidores. Amén. (San Francisco de Sales)

sábado, 3 de abril de 2021

¡He visto al Señor! ¡Feliz Pascua de Resurrección!

 


Jn 20,11-18: He visto al Señor.


En aquel tiempo, fuera, junto al sepulcro, estaba María, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús.
Ellos le preguntan:
– «Mujer, ¿por qué lloras?»
Ella les contesta:
– «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto.»
Dicho esto, da media vuelta y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.
Jesús le dice:
– «Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?»
Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta:
– «Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré.»
Jesús le dice:
– «¡María!»
Ella se vuelve y le dice:
– «¡Rabboni!», que significa: «¡Maestro!»
Jesús le dice:
– «Suéltame, que todavía no he subido al Padre. Anda, ve a mis hermanos y diles: «Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro.»»
María Magdalena fue y anunció a los discípulos:
– «He visto al Señor y ha dicho esto.»

Jesús se le revela a María Magdalena y le entrega una misión, la envía como evangelizadora, como anunciadora de la gran noticia: “Esta vivo, resucitó yo lo he visto”. Es pues necesario que cada uno de nosotros, como María Magdalena también mostremos lo grande que ha estado el Señor con nosotros. No podemos callar: ¡Cristo está vivo! Esto significa que la muerte y el pecado han sido vencidos, que el poder de Dios guía nuestra vida, y que si vivimos y morimos con Él reinaremos. ¡Aleluya! Ha triunfado el amor sobre la muerte.