lunes, 29 de octubre de 2018

Beatos Mártires Fray Tulio Maruzzo y Luis Obdulio Arroyo.


P. Tulio (Marcello) Maruzzo nacido en Lapio, municipio de Arcugnano (Vicenza) el 23 de julio de 1929. Educado en una familia profundamente cristiana, en 1939 entró en el colegio seráfico de los Frailes Menores de Veneto en Chiampo. Emitió la profesión solemne en 1951. Fue ordenado sacerdote el 21 de junio de 1953.

En el mes de diciembre de 1960 partió como misionero en Guatemala, arribando a su destino el 16 de enero de 1960. La parroquia de Puerto Barrios fue su primer destino, como coadjutor, encargado de las escuelas y los dos hospitales. Se encargó de la parroquia de Abacá-Entreríos, que atendía los domingos.

Más tarde, el 28 de febrero de 1968, fue dividida la parroquia de Morales de la de Bananera, y creada la parroquia de San José y el P. Tulio fue nombrado como su primer párroco. En ese tiempo esta parroquia contaba con 50 aldeas. El P. Tulio las recorría por lo menos tres veces al año; las más cercanas, una vez al mes.

El P. Tulio tenía buen carácter, no rechazaba a nadie y pasaba largas horas escuchando a los campesinos. Conocía a sus parroquianos por su nombre. La situación social y política de Guatemala se iba agravando; las fuerzas políticas se radicalizaban y consideraban al opositor como un adversario al que había que eliminar. La violencia fue cobrando siempre más espacio en la vida social.

En la región de Izabal se lleva a cabo una injusticia enorme relacionada con la tenencia de la tierra. En efecto, los campesinos, provenientes de diferentes partes de la república, ocupaban terrenos baldíos de la selva transformándolas en campos de cultivos. Según la ley, después de 12 años de ocupación, pasaban a ser propiedad del ocupante. La ignorancia y el analfabetismo hacían que los campesinos no se preocuparan por legalizar estas tierras. Personas sin escrúpulos se apropiaban de ellas, dado que en el registro de la propiedad de la capital aparecían sin dueño. Apoyados con la fuerza militar, estas personas se presentaban y despojaban de sus tierras a campesinos, a los que no les quedaba otra opción que ponerse a trabajar como peones del nuevo dueño, o emigrar a rescatar otras tierras.

El P. Tulio se propuso ayudar a los campesinos, para que legalizaran las tierras que cultivaban. Mas esto no pasó inadvertido a los militares y comisionados que querían quedarse con las tierras ya trabajadas; por lo cual comenzaron a amenazarlo, considerándolo un obstáculo que había que eliminar. Siguieron después las calumnias que acusaban al P. Tulio de colaborar con la guerrilla. En realidad era un aprovecharse de la actividad pastoral del P. Tulio que era muy intensa, siempre en viaje por las aldeas para catequizar, confesar, celebrar la misa, bautizar, visitar enfermos, etc.

Sus superiores, temiendo por su vida lo trasladaron a la Parroquia del Sagrado Corazón de Quiriguá. El P. Tulio no estaba de acuerdo en abandonar el rebaño; pero obedeció. Era el 14 de mayo de 1980.

Siguieron las calumnias y amenazas en ese lugar. El 1 de julio de 1981, a las 10:30 de la noche, al regreso de una reunión de los Cursillos de Cristiandad, en la localidad de Los Amates, fue víctima de una emboscada de parte de aquellos que deseaban callar su obra de evangelización. Él y quien conducía el vehículo, Luis Arroyo, fueron asesinados.

Luis Obdulio Arroyo Navarro fue el fiel compañero que el Señor puso al lado del padre Tulio en el momento del extremo sacrificio. Nació en Quiriguá (Guatemala) el 21 de junio de 1950. Se desempeñaba como chofer en el municipio de los Amates. A la edad de 26 años formó parte de la Tercera Orden Franciscana, además de ser catequista en su parroquia.

El 9 de octubre de 2017 el Santo Padre Francisco aprobó la promulgación del decreto reconociendo estos hechos como martirio. Fueron beatificados el 27 de octubre de 2018.

Venerables Teresa Toda y Teresa Guasch




 La venerable Madre Teresa Toda Juncosa, nació en Riudecanyes, Tarragona (España) el 19 de agosto de 1826. Cuando sólo tenía 13 años murió su padre.

Como las niñas de su tiempo, Teresa no asistió a la escuela, ni realizó en su juventud ningún estudio especial.

Joven piadosa, de posición acomodada, contrajo matrimonio en 1847 con Antonio Guasch. Sólo tres meses duró la paz en este hogar. Maltratada por su esposo, vuelve a la casa de su madre, Magdalena, donde el 28 de mayo de 1848 nació su hija única Teresita, cuya vida había sido amenazada en el seno materno por su propio padre. El 5 de agosto de 1848 se le concede la separación matrimonial en el tribunal eclesiástico de Tarragona.

Abandona su pueblo natal y se traslada a Tarragona. Se ocupa con esmero en la educación de su hija y aconsejada por el canónigo D. José Caixal, va preparando la fundación de la Congregación de Hermanas Carmelitas Teresas de San José, que llevaría a cabo con su hija, en 1878, para acoger y educar niñas huérfanas pobres.

Con su hija Teresa Guasch y con dos compañeras más, profesan el 16 de septiembre de 1883. Ese mismo día es elegida Primera Superiora General. Idean las Primeras Constituciones y van abriendo los primeros colegios-internados.

Teresa Toda muere el 30 de julio de 1898 en Barcelona, habiendo gastado su vida entera al servicio del Amor. A su muerte deja 7 colegios-asilo funcionando. Su misión por fin es reconocida y loada en la Iglesia.

El 3 de junio de 2013 es declarada “Venerable” por haber vivido con heroicidad las virtudes cristianas. 


Madre Teresa Guasch Toda

Teresa Guasch Toda, nace en Riudecanyes, Tarragona (España) el 28 de mayo de 1848. Los primeros años de su vida experimentó el dolor de ser maltratada y abandonada por su padre.

Recibió en su hogar y en el colegio de la Compañía de María, de la ciudad de Tarragona, una esmerada formación humana y cristiana. Más tarde obtuvo el título de magisterio. Esta formación la ayudaría a orientar cristiana y pedagógicamente los colegios-asilo.

En 1878 funda en Barcelona, con su madre, Teresa Toda Juncosa, la Congregación de Hermanas Carmelitas Teresas de San José, para acogida y educación de niñas huérfanas pobres. La caridad total es el sólido fundamento de la naciente institución religiosa.

El 16 de septiembre de 1883 emite la profesión religiosa, tan largamente deseada, con su madre y dos compañeras más. En esta fecha es nombrada Maestra de Novicias. A la muerte de su madre Teresa Toda la sucedería como Superiora General, cargo que llevaría con sencillez, humildad, mansedumbre, amor y compromiso apostólico.

Durante el tiempo que es Superiora General, la Congregación es aprobada definitivamente por la Santa Sede en 1911; crece el número de religiosas y aumentan considerablemente las fundaciones de nuevas Comunidades.

Falleció en Barcelona el 15 de diciembre de 1917 invocando a Dios y esperando en él.

El Espíritu hizo de ella copia fiel de Jesús, abandonado totalmente al Padre y entregado a los hermanos con amor extremo.

El 19 de abril de 2004, en Roma, es promulgado el Decreto sobre la heroicidad de las virtudes cristianas de la Madre Teresa Guasch, y recibe el título de “Venerable”, un paso más en el proceso hacia su canonización.(Cf Díptico con Oración a las Madres Fundadoras)


sábado, 27 de octubre de 2018

Padre Andrés Coindre

Andrés Coindre nació en la ciudad de Lyon, en Francia, en 1787, en el seno de una familia de comerciantes. Sus primeros años de instrucción religiosa los realizó en la clandestinidad, ya que el gobierno había prohibido el culto católico. Ingresó luego en el seminario y fue ordenado a los 25 años.

Como sacerdote se destacó por sus dones de predicador y por su vocación misionera en los pequeños pueblos sin asistencia religiosa. En sus tareas como sacerdote pudo observar la precaria realidad de los niños y jóvenes, tanto en la ciudad como en el campo, y sintió el llamado concreto de Dios a atenderlos con el mismo amor que el Corazón de Jesús.

Por eso Dios le concedió el don de ser Fundador de comunidades religiosas dedicadas a la evangelización de niños y jóvenes a través de la educación: en 1817 las Hermanas de Jesús-María junto a Santa Claudina Thevenet y en 1821 los Hermanos del Sagrado Corazón.

Falleció en 1826 a los 39 años de edad, tras haber desplegado una asombrosa acción pastoral para una vida tan prontamente interrumpida.


Venerable Hermano Policarpo

Juan Hipólito Gondre nació en la aldea de La Motte, en Francia, en 1801. Vivió su infancia ayudando a su padre en las tareas del campo y estudiando sólo cuando éstas se lo permitían. Aun así logro obtener el título básico de maestro a los 21 años.

A pesar de su satisfacción con el trabajo de Maestro no se sentía plenamente feliz: deseaba entregarse por entero a Dios. Por eso en 1826 ingresó a la comunidad de los Hermanos del Sagrado Corazón fundada en 1821 por el Padre Andrés Coindre en Lyon. Así su vocación de educador se hacía más plena con la consagración religiosa. Tomó el nombre de Hermano Policarpo.

En 1841 fue elegido Superior general, cargo que desempeñó hasta su muerte en 1859. Durante esos años logró salvar al Instituto de una grave crisis y hacerlo crecer y expandirse, incluso fuera de Francia. Por eso se lo nombró “Segundo Fundador” de la comunidad.

En 1984 el Papa Juan Pablo II constató que había vivido “heroicamente” todas las virtudes propias de un cristiano y le declaró “Venerable”, paso previo a la beatificación y canonización.


ORACIÓN PARA OBTENER LA BEATIFICACIÓN DEL HERMANO POLICARPO

Señor mío Jesucristo,
que inspiraste al Hno. Policarpo
un ardiente amor a tu Corazón
y un celo incansable
por la salvación de la juventud,
haz que por intercesión de tu Siervo
obtengamos la gracia que pedimos...
(expresar la intención por la que se reza)
para que él sea glorificado en tu Iglesia
y nosotros imitemos sus virtudes,
especialmente su amor
a tu amadí­simo Corazón.
Tú que, siendo Dios, vives y reinas
por los siglos de los siglos. Amén.
¡Sagrado Corazón de Jesús, en vos confí­o!
¡Sagrado Corazón de Jesús, glorificad a vuestro siervo!

martes, 16 de octubre de 2018

Oración a Santa Nazaria Ignacia


¡Santa Nazaria Ignacia!
Damos gracias a la SS. Trinidad por haber puesto en ti su predilección
y haberte hecho para nosotros, modelo de discípula misionera,
consagrada al servicio del Reino del Padre,
testigo de la alegría de Cristo
en el sufrir, servir y amar a los hermanos.
Intercede al Padre de la misericordia
la gracia del amor incondicional a nuestra Iglesia,
de la comunión y unidad con nuestros pastores y todos los bautizados,
del servicio a los hermanos más pobres y necesitados,
de la pasión por la justicia y la dignidad de todos sus hijos,
de manera especial por los más pequeños y marginados.
Pide para nosotros el don de una fe firme,
la alegría del encuentro con el Hijo Jesús,
el ardor misionero al servicio de la Buena Noticia,
la fortaleza en las dificultades e incomprensiones
y un corazón abierto a los que están lejos.
Santa Nazaria Ignacia, a ejemplo de María Reina de los Apóstoles,
muéstranos el camino a Jesús,
haznos misioneros de la Alegría del Evangelio,
intercede para la Iglesia el don de las vocaciones consagradas
y escucha las invocaciones de quienes, confiados, acudimos a ti.
Amén.



Nazaria Ignacia March Mesa nació el 10 de enero de 1889, en Madrid-España. A la edad de 9 años sintió la primera llamada del Señor: «Tú, Nazaria, sígueme». A la que Nazaria respondió: «Te seguiré, Jesús, lo más cerca que pueda una humana criatura». Por motivos económicos, su familia se trasladó a México y allí ingresó con las Hermanitas de los Ancianos Desamparados en 1908. Después de unos años fue destinada a Oruro, Bolivia, y, durante más de 12 años, se dedicó con todo fervor al cuidado de los ancianos, viendo en ellos los miembros doloridos del Cuerpo de Cristo.

En los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, en el año 1920, en la meditación del Reino, vio plasmados sus ideales de trabajar con todas su fuerzas por la unión y extensión del Reino de Cristo y concibió una Congregación religiosa como «una cruzada de amor en torno a la Iglesia».

El 16 de junio de 1925, Nazaria salió de las Hermanitas, para iniciar la fundación de la nueva Congregación, diez jóvenes bolivianas de distintos lugares fueron sus primeras compañeras; y El 12 de febrero de 1927, se declaró erigida canónicamente la Congregación religiosa diocesana de las Hermanas Misioneras de la Cruzada Pontificia.

El día 9 de junio de 1947, ya muerta Nazaria Ignacia, el Instituto recibió la aprobación definitiva de las Constituciones y el nombre de Misioneras Cruzadas de la Iglesia.

Según las Constituciones, escritas por la Madre Nazaria Ignacia, «El Instituto de las Misioneras de la Cruzada Pontificia, tiende a realizar la acción social de la mujer». La Madre dirá también: «En amar, obedecer y cooperar con la Iglesia en su obra de predicar el Evangelio a toda criatura, está nuestra vida, el ser lo que somos». «Este es nuestro espíritu: guerrero, fiel, nada de cobardías, todos amores, amor sobre todo a Cristo y en Cristo a todos. Repartirse entre los pobres, animar a los tristes, dar la mano a los caídos; enseñar a los hijos del pueblo, partir su pan con ellos, en fin, dar toda su vida, su ser entero por Cristo, la Iglesia y las almas».

Nazaria Ignacia muere en Buenos Aires, Argentina, el 6 de julio de 1943, dejando gran fama de santidad. Fue beatificada por SS. Juan Pablo II en Roma, y canonizada por SS. Francisco, también en Roma, el 14 de octubre de 2018.

Santa María Catalina Kasper

Catalina Kasper nació en 1820 en Dernbach, Alemania. Era la tercera de ocho hijos. Sus padres Enrique y Catalina Kasper, campesinos humildes que vivían una profunda fe religiosa.

Durante la edad de 6 – 14 años, Catalina asistió a la escuela del pueblo. Sin embargo, era una niña enfermiza y faltaba de la escuela con frecuencia. Su educación formal equivalía a unos dos años.

Cuando Catalina tenía 21 años, su padre falleció. Ella empezaba a trabajar como jornalera por 10 centavos al día para sostener a su mamá y a si misma.

Ya como niña Catalina era sensible a las necesidades de los pobres en su pueblo. Como mujer joven, comenzaba a ayudar a los pobres y los abandonados, y visitaba a los enfermos. Sus obras de caridad atraían a otras jóvenes de su pueblo, y animada por su director espiritual, el Padre Heimann, ella formó una Asociación de Caridad.

El amor de Catalina para María, la madre de Dios, fue nutrido por sus frecuentes visitas a la capilla dedicada a Nuestra Señora del Heilborn. La fe de María en responder a los designios de Dios motivaba a Catalina a responder con valentía a las mociones del Espíritu Santo.

Las inspiraciones del Espíritu, la “voz dentro de mi” como Catalina la llamó, la animaron a construir una pequeña casa. Con el aval del obispo Peter Josef Blum, unos once pesos y mucha fe, ella comenzó la construcción en 1847. Después de la muerte de su madre en 1848, ella pudo mudarse a su pequeña casa y dedicar más tiempo a sus obras de caridad.

Con el tiempo, cuatro jóvenes se unieron con ella y el 15 de Agosto de 1851 este pequeño grupo llegó a ser una congregación religiosa. Catalina eligió el nombre Siervas Pobres de Jesucristo. Ella miraba a María la primera Sierva como su modelo. Como María, ella escuchaba atenta al Espíritu y respondía con valentía a la voluntad de Dios.

Catalina, conocida en la vida religiosa como la Madre María, murió el 2 de febrero de 1898. A causa de sus obras y seguimiento de la vida de Cristo, la iglesia la designó como la Beata María Catalina Kasper el 16 de Abril de 1978 y la elevó a la Santidad el 14 de octubre de 2018, durante el Pontificado de SS. Francisco. Se celebra su fiesta el día 1 de febrero.

martes, 2 de octubre de 2018

Nuestra Señora del Rosario del Milagro de Córdoba

Fue en la noche del 19 de junio de 1592. Un terremoto sin mayor importancia, suceso no por frecuente en la región, menos aterrador, había despertado a los moradores del Callao, que instintivamente acudieron a refugiarse, como lugar más seguro, en las playas de su mar.

Al amanecer del día 20, cuando la calma había tornado un tanto a los espíritus, una nueva inesperada, absorbió los comentarios sobre el reciente temblor; flotando apacible sobre las olas del Pacífico, parecían acercarse hacia la costa, dos bajeles, que muy pronto se identificaron como dos simples arcones.

La curiosidad acicateó los ánimos y sólo cuando el regidor de la ciudad, el Excmo. Sr. García Hurtado de Mendoza, marqués de Cañete, Virrey del Perú, ordenó lo pertinente para recogerlos, pareció que todos se tranquilizaban. Una vez que las cajas arribaron a la playa, no poca sorpresa causó el leer en sus cubiertas sendos rótulos grabados a fuego que decían: 

"Una Señora del Rosario para el Convento de Predicadores de la Ciudad de Córdoba, Provincia del Tucumán, remitido por Fray Francisco Victoria O. P ., Obispo de Córdoba del Tucumán".

"Un Señor Crucificado para la Iglesia Matriz de la Ciudad de Salta, Provincia del Tucumán, remitido por Fray Francisco Victoria O.P., Obispo de Córdoba del Tucumán".

No cabía duda, como consecuencia de un naufragio, tan común de aquella época, y de modo portentoso sólo se salvaban esos dos venerables y santos símbolos de la piedad cristiana.

Abiertas las arcas, ante la natural expectativa de todos, se encontraron las efigies que señalaban los rótulos.

El entusiasmo del pueblo se desbordó entonces en delirantes aplausos y lágrimas de piedad.

Muy luego el Virrey, intérprete genuino de esos sentimientos, ordenó grandes festejos religiosos, que pusieron en conmoción la devoción del pueblo.

Santo Toribio de Mogrovejo, a la sazón Arzobispo de Lima celebró el Pontifical y Te Deum de circunstancias en la Catedral metropolitana y es tradición muy fundada que en esa ocasión se encontraron venerando a las imágenes Santa Rosa de Lima, San Francisco Solano y San Martín de Porres.

Con las brillantes celebraciones el tiempo pasaba sin sentir y era necesario cumplir con la voluntad del remitente. A ese fin, en Lima se formaron sendas comitivas que se disputaban el honor de llevar en sus hombros los regios presentes del cielo.

Organizada la procesión, en las puertas de la ciudad fue des pedido el piadoso cortejo en medio de las salvas del ejército y los cánticos y plegarias del pueblo. Y según cuenta el P. Lozano S. I. en cada pueblo del trayecto se renovaban los portadores de las efigies, al par que las fervorosas manifestaciones de fe.

En continua marcha triunfal llegaron las imágenes a la ciudad de Salta donde, como era lógico, fueron recibidas con ardoroso entusiasmo, en el llamado desde entonces Campo de la Cruz, renovándose con mayor esplendor las solemnidades con que fueron honradas en el Perú.

Desde Salta donde quedó el Santo Cristo, continuó la devota comitiva portando a la Sma. Virgen destinada para Córdoba y dice Oteyza en su Historia, que muchos caballeros siguiendo el ejemplo de los que habían llegado del Potosí aumentaron el séquito, para entregar la preciosa imagen del Rosario a la Comunidad Dominicana.

Córdoba, famosa por su piedad y por su ciencia, recibió el divino presente, con pompa extraordinaria y desde entonces la Virgen del Rosario del Milagro ha sido el foco central de su devoción.

La ciudad le dedicó un altar y un magnífico Santuario, que muy pronto se hizo célebre por los innumerables prodigios dispensados en él por la Sma. Virgen, en favor de aquellos que imploraron e imploran su celeste protección.

Es un hecho históricamente comprobado que en tiempo de calamidades públicas, sequías, epidemias y otros flagelos, el pueblo de Córdoba ha acudido con fe a invocar el auxilio de "La Negrita " ( como cariñosamente se la llama) , la Sma. Virgen del Milagro y que nunca ha visto fallidas sus esperanzas.

Esta singular protección experimentada en innumerables oportunidades ya de un modo Colectivo en la República como particular en las familias, hizo que el Obispo Fr. Reginaldo Toro O. P. en nombre de su diócesis, pidiese al Santo Padre León XIII, la corona pontificia, quien benignamente la concedió en vista de las indiscutidas maravillas obtenidas por medio de la prodigiosa imagen.

El primero de octubre del año 1892, Córdoba renovaba sus manifestaciones de amor hacia su excelsa protectora, ciñendo su frente con corona de reina, a la que entre los muchos favores le había dispensado, no había sido el menor haber librado a nuestro pueblo en el año 1807 del poder del invasor, de lo que hay perenne testimonio en las banderas existentes en la Basílica, y que ofrendara Liniers a la Sma. Virgen del Milagro, a quien había invocado, recibiendo muy luego el apoyo de su celestial protección.

En 1934 acababa la Santa Sede de elevar a trono arzobispal la antigua Diócesis de Córdoba del Tucumán y Córdoba al recibir tan fausta nueva no pudo olvidar a la que ha sido testigo de sus alegrías y sus dolores y en un solo clamor suplica al Sumo Pontífice, declarase a la Santísima Virgen del Rosario del Milagro, Patrona Principal de la Arquidiócesis y el Santo Padre Pío XI accede gustoso a estos votos y este hecho auspicioso fue celebrado en el día 3 de octubre de 1937, con todo fervor y piedad, alcanzando las ceremonias magnificencia inenarrable, señalando para el catolicismo de Córdoba una fecha inolvidable. Baste decir, que cerca de 5.000 hombres participaron en la comunión nocturna y más de 100.000 almas acompañaron a su Reina y Patrona en la procesión jubilar de su patronazgo.

La imagen de talla de Nuestra Señora del Rosario que allí se venera, conocida también como la Virgen del Milagro, réplica de la que se halla en el Santuario de Atocha, mide algo más de un metro y medio de altura.

A su protección, Liniers atribuyó el triunfo sobre los invasores ingleses de 1806 y 1807, y en prueba de gratitud envió al Santuario cordobés dos banderas cobradas al enemigo.

Igual actitud tomó el General San Martín al ofrecer a la venerada imagen una de las banderas del Ejército de los Andes.

Obró también el favor de la Virgen de los Milagros al poner término a las sequías que diezmaron los campos de la provincia, tal la sufrida en 1846, o en ocasión de la epidemia de cólera de 1867.

lunes, 1 de octubre de 2018

Santoral Carmelita Octubre

 01 de octubre
Santa Teresa del Niño Jesús
Doctora de la Iglesia

Teresa Martin nació en Francia, el 2 de enero de 1873. Desde pequeña su deseo era abrazar la vida religiosa contemplativa, al igual que sus hermanas Paulina y María, en el Carmelo de Lisieux. El 9 de abril de 1888, a los 15 años, ingresó en el Carmelo de Lisieux. Hizo su profesión religiosa el 8 de septiembre de 1890. La santidad de Santa Teresita no se basa en fenómenos extraordinarios, sino en "hacer de manera extraordinaria las cosas más ordinarias y corrientes", y a eso dedicó su vida, sencillamente a hacerlo todo con amor. Por una enfermedad murió en el Carmelo a los 24 años, el 30 de septiembre de 1897. Fue canonizada por Pío XI el 17 de mayo de 1925, y el mismo Papa, el 14 de diciembre de 1927, la proclamó Patrona Universal de las Misiones, junto con San Francisco Javier. Fue declarada Doctora de la Iglesia, en 1997, por San Juan Pablo II.


15 de octubre
Santa Teresa de Jesús de Ávila
Doctora de la Iglesia



Teresa de Cepeda y Ahumada nació en Ávila en 1515. Ingresó en el Carmelo de la Encarnación en 1554. Leyendo las Confesiones de san Agustín, se dio cuenta de que había perdido el tiempo en cosas vanas, entre crisis espirituales y misteriosas enfermedades. Entonces, una visión de Jesús sufriente la marcó profundamente. No sólo decidió cambiar su vida, sino que inició un período espiritual de visiones e iluminaciones. Esos fenómenos la turbaron profundamente en un principio, hasta que un providencial encuentro con san Francisco de Borja y con san Pedro de Alcántara le confirmó el origen divino de los fenómenos. Desde entonces Teresa cambió totalmente. Comenzó a concebir la idea de una reforma en el Carmelo capaz de recuperar la primitiva regla de la Orden. Así, guiada por Dios y con la ayuda de san Juan de la Cruz (quien a su vez reformó la rama masculina de su Orden). Fundó el monasterio carmelita de San José, fuera de las murallas de Ávila, primer convento del Carmelo reformado por ella. La fama de ese nuevo convento hizo que en 1562 acogiera a sus primeras novicias, y con el tiempo fue rápidamente suscitando admiración y rechazo. Comenzó entonces un período de gran fecundidad apostólica para la santa, que la llevó a fundar numerosos monasterios. A partir de 1571, las visiones se intensificaron y Teresa vivió hasta los últimos años en un coloquio ininterrumpido con el Salvador. Fue una gran mística, y plasmó en sus escritos sus experiencias, escribió “El camino de la perfección”, “Pensamientos sobre el amor de Dios”, “El castillo interior”, y además, la historia de su vida. Murió en Alba de Tormes en la noche del 14 de octubre de 1582, y en 1622 fue proclamada santa. El 27 de septiembre de 1970 Pablo VI la proclamó doctora de la Iglesia.