sábado, 2 de enero de 2016

Santoral Franciscano Enero

01 de enero
Beato Valentín Paquay

Nació en Tongres, Bélgica, el 17 de noviembre de 1928, quinto de los once hijos de Enrique y Ana Neven, matrimonio profundamente religioso, ejemplo de honradez. 
 Después de la prematura muerte de su padre, acontecida en 1847, y con el consentimiento de su madre, entró en la orden de los Frailes Menores de la provincia belga, el 3 de octubre de 1849  en el convento de Thielt. 

Recibió la ordenación sacerdotal en Lieja el 10 de junio de 1854. Luego fue destinado por sus superiores a Hasselt, donde permaneció durante el resto de su vida, desempeñando, entre otros, los oficios de vicario y guardián. En 1890 y en 1899 fue elegido definidor provincial. Fue incansable la obra del padre Valentín en el campo del apostolado. Predicó casi continuamente y, por su palabra sencilla y persuasiva, fue muy estimado, especialmente en los ambientes populares y en las organizaciones religiosas. Ejercía continuamente el ministerio del sacramento de la penitencia, emulando al santo cura de Ars, con el que a veces ha sido comparado. A menudo manifestó poseer el don de penetrar de modo extraordinario en la conciencia de los penitentes, que acudían a él incluso desde lejos. 

Cultivó una profunda devoción a la santísima Eucaristía y, con su apostolado de medio siglo en favor de la comunión frecuente, fue precursor activo del famoso decreto del Papa san Pío X. 

Devoto del Sagrado Corazón de Jesús, de  la pasión de Jesús, practicando diariamente el piadoso ejercicio del vía crucis.  Además  fue muy devoto de la Virgen María,

Murió en Hasselt el 1 de enero de 1905 a la edad de setenta y siete años. Fue beatificado por San Juan Pablo II en el 2003.


03 de enero
Santo nombre de Jesús


El Santísimo Nombre de Jesús, invocado por los fieles desde los comienzos de la Iglesia, comenzó a ser venerado en las celebraciones litúrgicas en el siglo XIV. San Bernardino de Siena y sus discípulos propagaron el culto al Nombre de Jesús: "Yahweh es salvación" con el monograma del Santo Nombre: IHS (abreviación del nombre de Jesús en Griego, ιησουσ, y añadiendo el nombre de Jesús al Ave María. Como fiesta litúrgica fue introducida en el siglo XVI. En 1530 el Papa Clemente VII concedió por vez primera a la Orden Franciscana la celebración del Oficio del Santísimo Nombre de Jesús.


04 de enero 
Santa Angela de Foligno.

Nació alrededor de 1248 en una familia acomodada, y quedó huérfana de padre; su madre la educó de un modo más bien superficial. Muy pronto fue introducida en los ambientes mundanos de la ciudad de Foligno, donde conoció a un hombre, con quien se casó a los veinte años y del que tuvo 8 hijos.Algunos acontecimientos, como el violento terremoto de 1279, un huracán, la años de guerra contra Perugia y sus duras consecuencias influyen en la vida de Ángela, la cual toma conciencia progresivamente de sus pecados, hasta dar un paso decisivo: invoca a san Francisco, que se le aparece en una visión, para pedirle consejo con vistas a hacer una buena confesión general, en 1285; Ángela se confiesa con un fraile en San Feliciano. Tres años después, su camino de conversión conoce otro viraje: el final de los vínculos afectivos, puesto que, en pocos meses, mueren primero su madre y luego su marido y todos sus hijos. Entonces vende sus bienes y en 1291 entra en la Tercera Orden de San Francisco. Ha sido llamada la Mística de la Pasión de Cristo. Y fue tan grande el amor que adquirió hacia la Pasión y Muerte del Señor, que le bastaba mirar una imagen de Jesús doliente u oír hablar de su Santísima Pasión para que se enrojeciera su rostro y quedara como en éxtasis. En visiones se la puede comparar a Santa Teresa y a Santa Catalina. Muere en Foligno el 4 de enero de 1309. El Papa Clemente XI aprobó el culto público de beata en toda la Iglesia Católica. Sobre su sepulcro se han obrado innumerables milagros.El papa Francisco extendió su culto para la Iglesia Universal el 9 de octubre de 2013.

19 de enero
Santa Eustoquia Calafato

Santa Eustoquia nació en Mesina el 25 de marzo de 1434. En el bautismo se le impuso el nombre de Esmeralda. Fue educada por su madre en la fe y en el conocimiento del franciscanismo. A los 11 años, su padre la prometió a un viudo de la misma posición social y económica, pero el matrimonio fracasó por la repentina muerte del prometido esposo, el año 1446. Las nuevas propuestas de matrimonio realizadas por los familiares, ella las rechazó firmemente. En su corazón había decidido consagrarse a Dios en la vida religiosa. Su padre se opuso tenazmente y sólo tras la muerte improvisa del padre en Cerdeña, el año 1448, pudo realizar su deseo.

Esmeralda entró en el monasterio de las Clarisas de Santa María de Basicó en Mesina a finales de 1449. Cuando vistió el hábito, tomó el nombre de Eustoquia. Durante el noviciado se distinguió por su piedad, oración, meditación y práctica de las virtudes. Deseosa de vivir un modelo de perfección más comprometida, tras la autorización de los superiores eclesiásticos, Eustoquia fundó un nuevo monasterio, en los locales de un viejo hospital: le siguió su hermana Margarita y una sobrina; pronto se añadieron otras candidatas. En 1464, ante las dificultades que surgieron, se vieron obligadas a trasladarse a una casa de una congregación de terciarias franciscanas, situada en el barrio de Montevergine (Mesina), casa transformada después en monasterio. Vinieron nuevas candidatas, entre las que se hallaba la madre de Santa Eustoquia. En 1464 fue elegida por primera vez abadesa y se alternó en esta función con Jacoba Pollicino hasta su muerte, acaecida el 20 de enero de 1485.
De San Francisco y Santa Clara adquirió la espiritualidad cristocéntrica, que ella expresó con un amor especial a la Eucaristía, a la Pasión y a la Santísima Virgen. Eustoquia Esmeralda Calafato tiene un mensaje válido y actual para la Iglesia universal: para los jóvenes, a los cuales enseña que las opciones de la vida se deben realizar a la luz de la fe, sin transacciones con los contenidos del Evangelio; para los religiosos, porque supo realizar una profunda actualización de la vida claustral, viviendo en su plenitud la Palabra del Señor y volviendo al espíritu genuino de San Francisco y Santa Clara; además, nos enseña que viviendo en la clausura se puede y se debe estar plenamente insertos en el contexto social y eclesial contemplando, orando, haciendo penitencia para implorar la bendición de Dios sobre los hermanos: era una auténtica misionera dentro de la clausura. El año 1777 el Senado de Mesina le agradeció oficialmente la tangible protección demostrada en favor de la ciudad.

Durante su visita pastoral a Mesina, la tarde del sábado 11 de junio, al comienzo de la Misa celebrada en el pabellón de Exposiciones, el Romano Pontífice Juan Pablo II proclamó Santa a la Beata Eustoquia Esmeralda Calafato en 1988.


23 de enero
Santa Mariana Cope

Nació en Heppenheim, Hesen-Darmstadt (Alemania), el 23 de enero de 1838,  en el seno de una familia de agricultores y se llamó Bárbara. Siendo todavía muy niña, sus padres emigraron a Estados Unidos, estableciéndose en Útica, en el estado de Nueva York. Su padre obtuvo para sí y sus hijos la ciudadanía norteamericana y cambió su apellido Kobb por Cope. Bárbara en su juventud trabajó en una fábrica de lana y luego ingresó en el convento de las religiosas de las Hermanas de San Francisco de Filadelfia, de Nueva York, donde cambió su nombre por María Ana. El apostolado de la Congregación consistía en la educación de los hijos de los emigrantes alemanes. Aprendió el alemán, la lengua de sus padres, y fue destinada a abrir y dirigir nuevas escuelas.
Dotada de cualidades naturales de gobierno, pronto formó parte del equipo directivo de su comunidad, en en 1860 estableció dos de los primeros cincuenta hospitales generales de Estados Unidos, que alcanzaron gran renombre: Santa Isabel de Útica (1866) y San José de Syracuse (1869). Los dos siguen siendo dos florecientes centros médicos. En medio de las dificultades más serías, la madre Mariana logró realizar un servicio apostólico sobresaliente con los más pobres. Fue elegida provincial de su Congregación en 1877 y en 1881.
Pero en 1883, fue la primera en responder la llamada del obispo de Honolulú para abrir una misión de atención a los leprosos. Más de cincuenta comunidades religiosas habían rechazado esta misión. Se puso al servicio de los leprosos abandonados donde fue modelo de caridad hacia los enfermos leprosos y ejemplo de entrega. Entre sus virtudes destacaron la prudencia, la justicia y gozó del don de la fortaleza. Trabajó en el hospital de leprosos de Kakaako, Honolulú, se encontró con problemas muy serios. En 1884 el Gobierno le pidió que estableciera el primer hospital general en la isla de Maui. En 1885, abrió un albergue para los hijos de los leprosos en los terrenos del hospital de Oahu. El rey de Hawai la condecoró por su entrega al pueblo.
En 1888, marchó a la colonia de Kalaupapa, en Molokai. El padre san Damián de Veuster había contraído la lepra y su muerte era inminente. En 1889, después de la muerte del padre Damián, aceptó la dirección del hogar para los varones, además del trabajo con las mujeres y las niñas. La madre Mariana vivió 30 años en una lejana península de la isla de Molokai, exiliada voluntariamente con sus pacientes. Debido a su insistencia, el Gobierno dictó leyes para proteger a los niños y que pudieran recibir una educación. Estaba siempre sonriente y le valió los títulos de "Madre de los leprosos" y de "María Ana de Molokai". Su lema fue "Sólo por Dios". Murió el 09 de agosto de 1918, llena de méritos. Fue canonizada por SS Benedicto XVI el 14 de mayo de 2005.


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