sábado, 19 de septiembre de 2020

Beata María Crucificada del Divino Amor


Maria Gargani nació en la tarde del 23 de diciembre de 1892 en Morra de Sanctis, fue la última de ocho hijos de Rocco Gargani y Angiolina De Paola. Su devoto padre instruyó a los niños en el catecismo y fue por él que la fe de María crecía con el tiempo.

Su educación la cursó en su ciudad natal pero la finalizó en Avellino, donde fue invitada por un tío; obtuvo el título de maestra en 1913, ya con él pudo comenzar a trabajar como profesora.

Su primer trabajo en la enseñanza fue en San Marco la Catola en Foggia, donde estuvo de 1913 a 1928, allí vivió con Antonietta, una de sus hermanas (quien estaba casada). Fue también allí donde conoció al Padre Benedetto y al Padre Agostino Daniele, quienes se convirtieron en sus guías espirituales y la ayudaron a discernir su vocación. En 1914 ella ya tenía claro su vocación religiosa, más tarde ella contaría que, al saberse llamada a seguir a Dios como religiosa, lloró por la seriedad del camino que debía tomar.

María Gargani entró en la Orden Franciscana Seglar después de haber descubierto a San Francisco de Asís. Este santo le representó un modelo de amor que influyó en sus convicciones religiosas. Poco tiempo después comenzó a enseñar catecismo a los niños para prepararlos para la recepción de la Primera Comunión y compró un proyector de imágenes, la cual le ayudaba a explicar la vida de Jesucristo. También comenzó a colaborar con Acción Católica en esa época. De 1928 a 1945 se mudó a Volturara Appula, donde también enseñó.

En 1915 su consejero, el P. Agostino, fue convocado a servir como capellán en la Primera Guerra Mundial, confiándola al cuidado espiritual del sacerdote franciscano capuchino Padre Pío, animando a María para que mantuviera correspondencia con el fraile.

María Gargani se puso en contacto con el fraile a principios de agosto de 1916; Con esa carta se iniciaría varias décadas de amistad y correspondencia que duró hasta la muerte del santo en 1968, en total fuero 67 las cartas que el Padre Pío escribió a María Gargani durante este período.

El Padre Pío además de convertirse en el guía espiritual de María era también una fuente de apoyo moral. Los dos se vieron cara a cara por primera vez en el convento capuchino de San Marco la Catola a mediados de abril de 1918.

En 1934 María recibió permiso diocesano para formar un grupo de compañeras en el antiguo convento de Santa María de la Sanidad, este grupo se convirtió en la semilla de la congregación religiosa que poco después establecería: las Hermanas Apóstoles del Sagrado Corazón, congregación que el 11 de febrero de 1936 tuvo el permiso del Arzobispo de Lucca Antonio Torrini; el primer convento de la Orden abrió sus puertas el 21 de abril.

En 1945 la orden trasladó su sede a Nápoles, mientras que el 18 de abril -con otras compañeras- hizo su profesión como religiosa profesa y tomó el nombre de "Maria Crocifissa del Divino Amor". Desde 1946 hasta su jubilación realizó su ministerio en Nápoles. El 21 de julio de 1951, en el Santuario de la Beata Vergine del Rosario de Pompeya, conoció al celoso sacerdote Antonio Fanucci, que se convirtió en su nuevo director espiritual. Su orden recibió más tarde la aprobación diocesana del Cardenal Marcello Mimmi el 2 de junio de 1956 e hizo su profesión perpetua un mes después, el 22 de julio. El Papa Juan XXIII concedió a su orden la plena aprobación pontificia el 12 de marzo de 1963.

Murió el 23 de mayo de 1973 en su habitación de Nápoles. El 26 de enero de 2018 el Santo Padre Francisco autorizó a la Congregación para las Causas de los Santos a promulgar el decreto relativo a un milagro, atribuido a la intercesión de la Venerable Sierva de Dios María Crocifissa del Divino Amor. Fue beatificada el 02 de junio de 2018.

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