domingo, 25 de mayo de 2025

Centenario de la Canonización de Santa Magdalena Sofía Barat


El 24 de mayo de 1925, el Papa Pío XI declaró a Magdalena SofíBarat santa de la Iglesia Católica Romana. Esta ocasión memorable marcó la culminación de un largo proceso de reconocimiento de la vida extraordinaria y el profundo impacto de la fundadora de la Sociedad del Sagrado Corazón.

Magdalena Sofía fue una mujer nacida en tiempos turbulentos (Joigny, 1779), testigo de la Revolución Francesa y de la transformación política, religiosa y social de Francia. En ese contexto, escuchó una llamada clara: manifestar el amor del Corazón de Jesús a través de la educación. Su intuición fue tan profunda como revolucionaria: transformar el mundo formando corazones capaces de amar, discernir y servir.

Desde sus primeros pasos como fundadora (1800) hasta su muerte en 1865, Magdalena Sofía dio forma a una red viva de comunidades, colegios y, escuelas gratuitas. Su proceso de canonización comenzó con su beatificación en 1908, y culminó en 1925 con su proclamación como Santa.

Celebrar los 100 años de la canonización de Santa Magdalena Sofía es también renovar nuestra llamada como educadores y educadoras del Sagrado Corazón. Su legado no es un museo; es un camino que seguimos recorriendo hoy, allí donde alguien:escucha con ternura,
enseña con libertad,
acompaña procesos,
construye comunidad,
transforma desde dentro.


Oración a Magdalena Sofía

Lo que amo de ti, Magdalena Sofía
es la mujer frágil y fuerte,
la mujer de ternura y firmeza,
la mujer exigente y compasiva.

Lo que amo de ti
es la mujer activa, cuya actividad
está inspirada en el Corazón de Cristo.

Lo que me encanta de ti es la mujer de contrastes:
amiga de los humildes,
te acercas a los grandes de este mundo con sencillez;
amiga del silencio y la oración,
recorres las carreteras de Europa para dar a luz
y apoyar a tu comunidad.
Sabes amar intensamente
también sabes cómo separar.

Lo que amo de ti, Magdalena Sofía
es tu ardor en el servicio a las familias
los jóvenes y los niños,
al servicio de la Iglesia.

Amo tu creatividad, tu dinamismo
esa capacidad de renovarte
que te hizo decir a los 83 años:
«El mundo esta cambiando;
debemos cambiar nuestro plan de estudios».

Gracias, Magdalena Sofía,
por no dejar que ninguna fragilidad te detenga,
por haber permitido que
la fuerza de Dios obrara en ti.

Siguiendo tus pasos
descubrimos que es desde un corazón herido
que brota la fuente de la Vida!

Marie-Thérèse Théry, rscj, BFN




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