que estás junto al trono tan bello de Dios.
Muy junto a la Madre de Misericordia
rogad por nosotros a nuestro buen Dios.
¡Oh! Madre querida que estás en el Cielo
pedid cada día al Dios de bondad
que vuelva sus ojos al mísero suelo
a donde tus hijos siguiéndote van.
Y vuelve a nosotros, la dulce mirada
que llena las almas de dicha sin par,
muéstranos Madre, la senda sagrada
que en tu santa vida supiste trazar.
Y míranos, Madre más dulcemente
cuando a tus plantas venimos a orar
para pedirte en plegaria ferviente
que en nuestra vida tú quieras reinar.
Madre Rossello, sea tu gloria
nuestra fe firme, nuestro fervor
que sean siempre todas tus obras
dulce Betania, para el buen Dios.
¡Oh! Madre Rossello
ruega, ruega pro nos.
Muy junto a la Madre de Misericordia
rogad por nosotros a nuestro buen Dios.
¡Oh! Madre querida que estás en el Cielo
pedid cada día al Dios de bondad
que vuelva sus ojos al mísero suelo
a donde tus hijos siguiéndote van.
Y vuelve a nosotros, la dulce mirada
que llena las almas de dicha sin par,
muéstranos Madre, la senda sagrada
que en tu santa vida supiste trazar.
Y míranos, Madre más dulcemente
cuando a tus plantas venimos a orar
para pedirte en plegaria ferviente
que en nuestra vida tú quieras reinar.
Madre Rossello, sea tu gloria
nuestra fe firme, nuestro fervor
que sean siempre todas tus obras
dulce Betania, para el buen Dios.
¡Oh! Madre Rossello
ruega, ruega pro nos.
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