martes, 22 de octubre de 2019

Beato Donizetti Tavares de Lima

Nace en la ciudad de Cássia, en el Estado de Minas Gerais (Brasil), el 3 de enero de 1882. El padre era abogado y la madre profesora. Era todavía niño cuando la familia se traslado Estado de San Pablo. A los 12 años entró en el seminario episcopal donde recibió el encargo de organista y maestro de música de los seminaristas. Tres años después pasó al colegio Mons. Giovanni Soares, pero tuvo que regresar al precedente seminario para enseñar música. En el 1900 inició el curso preliminar en la Facultad de Derecho y en el 1903 inició los estudios filosóficos y teológicos en preparación al sacerdocio.


En la Diócesis de Pouso Alegre, fue ordenado sacerdote el 12 de julio de 1908 y destinado al servicio pastoral de la Parroquia San Gaetano. Poco después, siguiendo al nuevo obispo, pasó a la Diócesis de Campinas y por casi un año fue vicario en Jaguary. En 1909 recibió la nómina de párroco en Vargem Grande do Sul, en la Diócesis de Ribeirão Preto.


Realizó un intenso apostolado y ejerció un notable influjo en la vida social de la ciudad; defendió a los pobres, y los ricos lo acusaron de ser comunista. Construyó la iglesia parroquial y las capillas de N.S. Aparecida y de S. Benedicto.

En 1926 fue nombrado párroco de la iglesia de S. Antonio en Tambaú. Se dedicó a los pobres, los ancianos, los enfermos y los niños. Construyó el asilo San Vicente de Paul para los ancianos solos y abandonados. Fue el párroco de todos, compartía los problemas de la gente. Compró terrenos y casas para quien nada poseía. Por un tiempo (1955) fue el centro de un vasto movimiento de gente, atraídos por sus dones, pero fue él mismo a detener el fanatismo popular y poner fin a las peregrinaciones.  Fue muy devoto de Nuestra Señora de Aparecida. Murió santamente en Tambaú el 6 de junio de 1961.

Actualmente su tumba se encuentra en la iglesia parroquial de Tambaú, construida por él. La tumba es continuamente visitada por los fieles, el aniversario de su muerte viene visitado anualmente con la participación de miles de fieles provenientes de todo Brasil.

Fue declarado Venerable en el año 2017 y será beatificado el 23 de noviembre de 2019, durante el pontificado de S.S Francisco.

lunes, 21 de octubre de 2019

Venerable Hermano Victorino

El Venerable Hermano Victorino De La Salle (1885-1966) nació en Onzilhon (Francia) el 7 de septiembre de 1885 y fue bautizado ese mismo día como Augustin Arnaud.

Realizó los primeros estudios en la escuela francesa de su pueblo natal para, más tarde, continuarlos en otra de los Hermanos De La Salle ubicada en una localidad cercana donde recibe su Primera Comunión. En 1901, ingresa en el Noviciado de los Hermanos De La Salle, iniciando su formación y donde recibe su nuevo nombre que le acompañará en la vida religiosa: Nymphas Victorin. A los diecinueve años de edad obtiene el título de Maestro Normalista, iniciando sus pasos en la enseñanza.

En 1904, las leyes anticlericales dictadas en Francia (Leyes de Combes), precipitan su traslado a Canadá donde se ofrece como voluntario para viajar a Cuba, donde forma parte del grupo de Hermanos De La Salle que realiza una primera fundación en La Habana en 1905. Realizó sus votos perpetuos en 1913.

Entre las obras destacadas del Venerable Hermano Victorino De La Salle figura la creación, en 1928, de la Federación de la Juventud Católica Cubana, la organización seglar más importante de Cuba con más de 25,000 miembros en 1960, hasta la clausura paulatina de todas sus actividades en el período 1961-1967. Conocidos popularmente como los “federados”, estos jóvenes fueron un apoyo importante a la labor de evangelización del Episcopado cubano. Un número importante de vocaciones sacerdotales y religiosas -entre ellas muchos Hermanos De La Salle- salieron de sus filas.

En 1961 se produce el éxodo de los Hermanos De La Salle de Cuba, donde tenían 10 Colegios y una Universidad Católica fundada en 1957 (la primera Universidad lasallista de América Latina) con un total de más de seis mil alumnos matriculados. Tras un itinerario que le lleva a Canadá, Nueva York y Miami, el Venerable Hermano Victorino De La Salle se establece en Puerto Rico, donde celebra en 1963 el cincuentenario de su Profesión Perpetua.

Tras un declive físico, fallece el 16 de abril de 1966 en la ciudad puertorriqueña de Bayamón, donde se encuentra su tumba en el panteón de los Hermanos De La Salle ubicado en el Cementerio de Porta Coeli.

La virtudes del Hermano Victorino reflejadas en una vida de fe, esperanza y caridad, así como su fecundo apostolado entre miles de jóvenes cubanos motivaron que, en marzo de 1999, la Santa Sede autorizara al Arzobispado de San Juan, Puerto Rico, el inicio de la Causa de Beatificación, que cuenta con elocuentes testimonios personales de quienes formaron parte de sus numerosos proyectos e iniciativas en apoyo de la labor de la Iglesia en Cuba.

El 6 de abril de 2019, el Santo Padre Papa Francisco refrendó el Decreto de Virtudes Heroicas del Siervo de Dios Hermano Victorino De La Salle, aprobado por unanimidad anteriormente por la Congregación para las Causas de los Santos, documento que le otorga la condición de Venerable.


sábado, 12 de octubre de 2019

Santa Dulce de los pobres


María Rita Lopes Pontes nació en Bahía (Brasil) el 26 de mayo en 1914, fue la segunda de cinco hermanos. Su padre, Augusto, era dentista y profesor de la facultad de Odontología, su madre, Dulce María, murió 1921 a los 26 años. 

María Rita a los 13 años comenzó a recibir mendigos y enfermos en su hogar, transformando la residencia familiar en un centro de atención. La casa se hizo conocida como “La Ordenanza de San Francisco”, debido a la gran cantidad de necesitados que acogía.

Junto a una de sus tías, conoció los lugares más necesitados de la ciudad, quedando marcada por la pobreza. Su interés por la vida religiosa despertó durante su adolescencia. Así, en 1933, después de graduarse como profesora, ingresó en el Instituto de las Hermanas Misioneras de la Inmaculada Concepción de la Madre de Dios, tomando como nombre Dulce, en honor a su madre.

La hermana Dulce entregó su vida al servicio de los necesitados, fundó la Unión de los Trabajadores de San Francisco, un movimiento cristiano de trabajadores en Bahía (Brasil), el hospital de Sant'Antonio y una red de apoyo social que dirigió hasta el día de su muerte. 

Sus numerosas fundaciones se reúnen bajo el nombre de Obras Sociales “Hermana Dulce”, que actualmente incluyen el Complejo Roma, una red de hospitales y centros de salud para los más pobres y el Centro Educativo San Antonio. Adicionalmente, la organización gestiona varios centros de salud del municipio de San Salvador.


Conoció a San Juan Pablo II, con quién tuvo dos reuniones en 1980 y 1991, cuando se encontraba hospitalizada por problemas de salud. Su humanismo y sus obras de caridad llevaron al entonces presidente de Brasil, José Sarney, a postularla en 1988 al Premio Nobel de la Paz. Falleció el 13 de marzo de 1992.

Fue beatificada por Benedicto XVI en 2011 luego de comprobarse su intercesión en la sanación milagrosa de Claudia Cristina dos Santos en 2001, quien sufría una hemorragia incontrolable después de dar a luz a su segundo hijo, Gabriel.

Luego de tres intervenciones y 18 horas de sangrado, los médicos habían perdido las esperanzas, pero su familia decidió pedir la intercesión de la beata y la hemorragia se detuvo inmediatamente.

El segundo milagro que permitirá su canonización es la curación milagrosa de José Maurício  Bragança Moreira, un maestro que padeció ceguera durante 14 años debido a un severo glaucoma. El 2014 sufría una conjuntivitis aguda que no podía calmar. A los cuatro días sin dormir, puso una pequeña estatua de la beata sobre su ojo y le pidió su intercesión. Se quedó dormido y a la mañana siguiente recuperó gradualmente la visión.


Canonizada en Roma por S.S Francisco el 13 de octubre de 2019.

San John Henry Newman

John Henry Newman nació en Londres el año 1801. Después de haber estudiado en la Universidad de Oxford, se convirtió en sacerdote anglicano en 1824. Sus estudios posteriores de Filosofía y teología le condujeron a su conversión al catolicismo en 1845. El Ponticio Colegio Urbano “De Propaganda Fide” lo acogió entre sus seminaristas de todo el mundo y fue ordenado sacerdote católico el 30 de mayo de 1847.

Newman nació en un tiempo agitado, que no solo sufrió convulsiones políticas y militares, sino también espirituales. El racionalismo implicaba un rechazo tanto de la autoridad como de la trascendencia, mientras que el deísmo alejaba a la gente de los desafíos de la historia y de las tareas de este mundo, produciendo una dependencia deformada de la autoridad y de lo sobrenatural.

En ese mundo, Newman llegó finalmente a una notable síntesis entre fe y razón, que eran para él «como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad» (Fides et ratio, Introducción). La contemplación apasionada de la verdad lo llevó a una aceptación liberadora de la autoridad, que tiene sus raíces en Cristo, y al sentido de lo sobrenatural que abre la mente y el corazón humanos a toda la gama de posibilidades reveladas en Cristo.

Fue rector de la Universidad Católica de Dublín desde 1851 hasta 1857. En 1879 el papa León XIII lo nombró cardenal. Siguió viviendo en Inglaterra hasta su muerte en 1890, dejando un gran número de obras que abordan los grandes temas losócos y teológicos de su tiempo.

Fue declarado beato el 19 de septiembre de 2010 por S.S. Benedicto XVI, fijando su festividad para el 9 de octubre, fecha de su conversión. Canonizado el 13 de octubre de 2019 por S.S Francisco en Roma.

Santa María Teresa Chiramel Mankidiyan

Nació el 26 de Abril de 1876 en Puthenchira, en el estado de Querala (India). Como escribía en su autobiografía, redirigida por obediencia a su director espiritual, desde muy pequeña sintió un intenso deseo de amar a Dios, que la llamaba a recitar el Rosario varias veces al día. Su madre procuraba disuadirla de esas severas mortificaciones, más ella persistía en este gesto a fin de asemejarse cada vez más a Cristo sufriente, y llegó a consagrar su virginidad cuando tenía apenas diez años.

Como consecuencia de la muerte de su madre, interrumpió el estudio escolar más continuo muy interesada en el discernimiento de su vocación. Quería una vida escondida para dedicarse a la oración, y en 1891 decidió salir de casa para llevar una vida eremítica y de penitencia, más su proyecto fracaso.

Intensifico en tanto su colaboración en la parroquia, juntamente con tres compañeras, dedicándose a los pobres, docentes, personas solas y huérfanos. Oraba por los pecadores, por la conversión de ellos.

Recibió de Dios muchos favores místicos, entre los cuales visiones y estigmas, más permaneció siempre en el camino de la humildad. Su Obispo, dudando de la autenticidad de tales fenómenos místicos, la manda a someterse varias veces a exorcismos.

En 1903 explico al vicario apostólico de Trichur su deseo de fundar una casa de retiro y oración, más le fue sugerido entrar en el convento de las Clarisas Franciscanas. Después, habiendo sido enviada al convento de las Carmelitas de Ollur, también allí María Teresa percibió que no era esta su vocación. Finalmente, el Obispo comprendió que Dios deseaba una nueva congregación religiosa al servicio de la familia. El día 14 de Mayo de 1914 fue erigida canónicamente la nueva Orden que se denominó Congregación de la Sagrada Familia. Durante y después de los difíciles años de la primera guerra mundial, con indómita energía y total confianza en la Providencia Divina, dio vida a tres nuevos conventos, dos escuelas, una casa de estudios y un orfanato.

Maria Teresa muere con una fama de santidad el 8 de Junio de 1926.Fue declarada “venerable” el 28 de junio de 1999 y beatificada el 9 de abril de 2000 por el Papa San Juan Pablo II en Roma. Canonizada en Roma el 13 de octubre de 2019, por el Papa Francisco.

Santa Margarita Bays


Margarita Bays nació en La Pierraz, parroquia de Siviriez (Friburgo de Suiza), el 8 de septiembre de 1815. Sus padres eran agricultores y buenos cristianos. A los 15 años aprendió el oficio de modista, que ejerció a domicilio y en las familias vecinas. Desde muy joven recibió como don del Espíritu Santo un gran amor a la oración: dejaba a menudo los juegos y los amigos para retirarse a su habitación a orar. Pasó su vida en la familia, dedicada a las tareas domésticas y a la costura, creando una atmósfera de buen humor y de paz entre sus tres hermanos y sus tres hermanas. Cuando se casó su hermano mayor, sufrió la hostilidad de su cuñada, que le reñía por el tiempo que pasaba en oración.

En la parroquia fue modelo de laica, llena de celo; dedicó su tiempo libre a un apostolado activo entre los niños, a los que enseñaba el catecismo de acuerdo con su edad, formándolos en la vida moral y religiosa personal. Preparaba con gran solicitud a las muchachas para su futura misión de esposas y madres; visitaba infatigablemente a los enfermos y moribundos. Los pobres hallaban en ella a una amiga fiel, llena de bondad. Introdujo en la parroquia las Obras misionales y contribuyó a difundir la prensa católica. Se hizo incansable apóstol de la oración, consciente de su importancia vital para todo cristiano. Amaba profundamente a Jesús eucaristía y a la Virgen. Vivía continuamente en la presencia de Dios.

A los 35 años le sobrevino un cáncer en el intestino, que los médicos no lograron detener. Margarita pidió a la Virgen le cambiase estos dolores por otros que le permitieran participar más directamente en la pasión de Cristo. El 8 de diciembre de 1854, en el momento en que el Papa Pío IX proclamaba en Roma el dogma de la Inmaculada Concepción, le sobrevino una enfermedad misteriosa que la inmovilizaba en éxtasis todos los viernes, mientras revivía en el espíritu y en el cuerpo los sufrimientos de Jesús, desde Getsemaní hasta el Calvario. Recibió al mismo tiempo los estigmas de la crucifixión, que disimulaba celosamente a los ojos de los curiosos.

En los últimos años de su vida el dolor se hizo más intenso, pero lo soportó sin un lamento, abandonándose totalmente a la voluntad del Señor. Murió, según su deseo, en la fiesta del Sagrado Corazón, el viernes 27 de junio de 1879, a las tres de la tarde.

El 29 de octubre de 1995, San Juan Pablo II beatificó a tres hijas espirituales de san Francisco: María Bernarda Bütler (cf. 19 de mayo), María Teresa Sherer (cf. 16 de junio) y Margarita Bays.

Será canonizada el 13 de octubre de 2019, por su Santidad Francisco.

domingo, 6 de octubre de 2019

San Andrés Fournet

Nació en la localidad francesa de Saint-Pierre-de-Maillé el 6 de diciembre de 1752. Durante años desterró la idea de consagrarse. Jamás hubiera imaginado, ni lo pensó siquiera, que sería santo. Firmaba sus libros –aventurando temerariamente su futuro, como si tuviera la llave de la vida–, con esta apreciación: «Andrés, que nunca será ni religioso ni sacerdote». Quizá quiso contradecir el vaticinio de su madre asegurando que sucedería lo contrario, como así fue.

Su trayectoria infantil y juvenil era de lo más opuesto a una persona de espíritu religioso: rebelde, de fácil protesta, molestamente inquieto, y nada fervoroso. Hallándose interno en el colegio era tan revoltoso que el rector lo castigó en un cuarto oscuro, pero se escapó. Le esperaba en casa un castigo equiparable a su travesura y se libró porque su paciente madre intercedió por él. Ella hacía todo lo que podía para enderezarlo. Constantemente le encomendaba a Dios en sus oraciones, y seguía realizando obras de caridad con los pobres en medio de los reproches de este díscolo hijo, quien, a pesar de sus ácidas críticas, después recordaría sus enseñanzas. El néctar de esta eficaz pedagogía materna era simple y claro: que a Dios se le entrega siempre lo mejor, no los deshechos, como él pretendía que hiciese ella con los pobres a los que asistía. De todos modos, si le quedaba algún ápice de fervor, el joven lo perdió por completo cuando inició estudios de filosofía en Poitiers. Entonces abrió los brazos a la vida mundana sin reparar en el poso de infelicidad y amargura que iba trazando en su alma. En un momento dado decidió ingresar en la vida militar sin contar con la opinión de su acomodada familia. De nuevo medió su madre para que pudiera entrar en su domicilio, porque hasta eso le vedaron. Esta brava mujer, que con su fe y constancia pensó que encauzaría la vida de su indómito vástago, incluso fue al ejército, pagó la multa correspondiente y lo liberó de su compromiso.

Andrés era algo desastroso para escribir, así que no fue admitido en ninguno de los trabajos a los que acudió en busca de empleo. Pensó dedicarse a la abogacía, pero siguiendo el consejo que le dieron, se trasladó a casa de un tío que era arcipreste d’Hains. Y allí tocó Dios su turbulento corazón. Inició los estudios eclesiásticos y cultivó la oración y la meditación. Durante un tiempo, después de ser ordenado, fue vicario de su tío. Éste, que tenía fama de santo, le observaba predicar con palabras altisonantes. Un día se le olvidó el sermón, y el venerable sacerdote le advirtió que no buscara lucirse ante los demás, que eso no era del agrado de Dios. Andrés tomó buena nota de ello. Pero aún tenía que cercenar otras ataduras.

Como párroco de su ciudad natal comenzó a vivir con cierto lujo y comodidades. Agasajaba a sus invitados con prodigalidad, hasta que un pordiosero le llamó la atención: «Padre Andrés, usted vive más como un rico que como un pobre, como lo manda Cristo». Entonces se desprendió de la rica cubertería, repartió sus bienes entre los necesitados y adoptó para sí el espíritu monacal. El remanente que le dejaba su austera vida lo destinaba a la limosna. Los signos de conversión se traslucían en los sermones, y su sacristán un día le confió: «Su Reverencia predicaba antes con palabras que nadie entendía. Ahora entendemos todo lo que dice».

En 1782 su amistad con el padre Riom que estaba al frente de la iglesia de Saint Phèle, de Maillé, ya desaparecida, le permitió conocer a su sobrino, Pedro Coudrin, futuro fundador de la congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y de María. Éste, que entonces era seminarista, tomó al santo como confesor. Pasado el tiempo, además de establecerse entre ambos una entrañable relación, se ayudaron mutuamente. Coudrin, en particular, hizo gestiones de gran calado relacionadas con la fundación instituida por Fournet. Pedro nunca olvidó las prácticas que aprendió junto a él, adoptando como suya la costumbre de Andrés de repetir con frecuencia: Sanctus, Sanctus, Sanctus, y Gloria Patri.

El estallido de la Revolución francesa los separó. Y fue nueva ocasión para que Fournet testimoniara su fe como también haría Coudrin en su momento. La negativa de Andrés a prestar el juramento exigido a los sacerdotes en contra de la Iglesia, le convirtió en prófugo de la justicia. Durante cinco años permaneció como un fugitivo en España donde se refugió a instancias de su obispo. Pero sentía que debía estar junto a sus fieles, y regresó a Maillé a mediados de 1797. El regocijo del pueblo fue inmenso al conocer la presencia del santo, que llegó de improviso burlando el veto que recaía sobre su persona. Nuevamente sufrió el acoso de sus perseguidores. Tuvo que esconderse hasta en armarios, pero nunca le faltó el apoyo incondicional de los feligreses que le libraron astutamente de ser capturado y condenado. Con el cambio de signo político pudo centrarse abiertamente en su ministerio pastoral. Predicó y confesó de forma incansable por las localidades cercanas. Sacerdotes y laicos le buscaban por su agudeza espiritual y sabios consejos. Muchos seminaristas se vieron agraciados por su generosidad. Les instruía directamente o les proporcionaba buenos formadores hasta que hallaba para ellos un lugar adecuado en los seminarios.

En 1804 junto a santa Isabel Bichier des Ages fundó la comunidad de Hijas de la Cruz, denominadas por ella Hermanas de San Andrés, dedicadas a los enfermos y a la juventud. Él fue director espiritual de la santa hasta su muerte que se produjo en La Puye el 13 de mayo de 1834. Tras su deceso el obispo de Poitiers manifestó: «El cielo acaba de enriquecerse con un nuevo miembro y la tierra acaba de perder un modelo de todas las virtudes sacerdotales». Pío XI lo beatificó el 16 de mayo de 1926, y él mismo lo canonizó el 4 de junio de 1933.