Es considerado el Padre inspirador de los Carmelitas y de todos aquellos ermitaños que a lo largo de los siglos han vivido en el Monte Carmelo en medio de la oración, el silencio y el trabajo; junto a la fuente de Elías.
Elías originario de Tisbé de Galaad (1 Re 1 7. 1). Vivió en el siglo IX a.C. en el Reino del norte, es uno de los profetas más grandes del A. T. con gran resonancia en el Nuevo ( Mt 16,4: 17,1-12; 27,47, Lc 4,25, 9, 33, Jn 1,21; St 5, 17). Esto indica el gran aprecio y respeto que le tenía el pueblo de Israel.
En una situación de confusión y sincretismo, Elías es el profeta elegido por Dios para reconducir el pueblo a la verdadera relación con Él y restablecer la fidelidad a la alianza. El famoso episodio del enfrentamiento con los profetas de Baal narrado en el capitulo 18 del primer Libro de los Reyes, es el único que la Biblia nos ambienta en el Carmelo.
La lucha de Elías contra los profetas de Baal está basado seguramente en una tradición que se remonta a finales del siglo IX narrado con profundo dramatismo por un escritor de la escuela deuteronomística en la época del exilio babilonense, (después del 1587).
Elías "hombre de Dios": siempre guiado por su palabra (cfr. 1Re 17, 2-5. 8-10.24;18,1-2), "arde en celo por el Señor de los ejércitos" (1Re 19,10,14) por el "Dios celoso"( Ex 20,5) aparece aquí como el verdadero fuego que ilumina el pueblo en medio de las tinieblas de la idolatría, consume, purifica y enciende el entusiasmo de los fieles.
Y como tal lo imaginará el libro de Ben Sirá: "Surgió el profeta Elías como un fuego". (Eco 48, 1-11).
El profeta Elías aparece en las Sagradas Escrituras como el hombre de Dios que camina sin descanso en la presencia del Señor y que, abrasado de celo, lucha en defensa del culto del único Dios verdadero. El vindicó los derechos de Yahvé en público desafío celebrado en el Carmelo. Poco después recibía en el monte Horeb la gracia de la íntima experiencia del Dios vivo.
Los primeros ermitaños que iniciaron la vida cenobítica en honor de la Virgen María en el monte Carmelo, allá por el siglo XII, pusieron los ojos en Elías conforme a la tradición monástica, tomando al profeta junto con la Madre de Dios como modelo de su vida.
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