06 de marzo
Santa Coleta
Para huir de la vista del mundo tomó el hábito de la Orden Terciaria de San Francisco, y se encerró en una celdilla que comunicaba a un templo, donde oía Misa y comulgaba. Allí estuvo cuatro años, ayunando todas las cuaresmas a pan y agua, haciendo esto mismo otros muchos días del año. Su cama era de manojos de sarmientos en el suelo. Su oración era continua.
Salió del retiro con los consejos de Fr. Enrique de Beaume, y sacó licencia del Papa para tomar el hábito de Santa Clara y emprender la reforma en toda la Orden; lo cual consiguió no sin dificultades. Fundó además diez y ocho conventos con el título de Clarisas pobres.
Sufrió con resignación muchos trabajos, y por fin, después de recibir los Santos Sacramentos, murió en Gante, ciudad de Flandes, el 6 de Marzo de 1446. Fue canonizada en 1807.
30 de marzo
San Ludovico de Casoria
Sufrió con resignación muchos trabajos, y por fin, después de recibir los Santos Sacramentos, murió en Gante, ciudad de Flandes, el 6 de Marzo de 1446. Fue canonizada en 1807.
09 de marzo
Santa Catalina de Bolonia
Nació en Bolonia en 1413, de familia noble. Recibió una esmerada educación humanística en la corte de Ferrara. Después de una experiencia piadosa y de años de tribulación espiritual, formó parte, en 1432, de la primera comunidad de clarisas de Ferrara. La nombraron maestra de novicias, a las que dio una sólida formación. Allí escribió su obra principal, "Las siete armas". En 1436 se trasladó a Bolonia con otras monjas, para poner en marcha, como abadesa, el nuevo monasterio. Sobresalió en la pobreza y humildad. Vivió el seguimiento de Cristo crucificado, la contemplación del Niño de Belén y el amor a la Eucaristía con su temperamento vivaz y artístico. En un pequeño taller en el convento, se dedicaba a la pintura, arte que aprendió en su juventud. Murió en Bolonia en 1463. Fue canonizada en 1712. Patrona de los artistas.
Nació en Siepraw (Cracovia, Polonia) el 9 de septiembre de 1881 en el seno de una familia piadosa, de escasos recursos económicos. De sus padres aprendió el amor a la oración, la constancia en el trabajo y el espíritu de sacrificio.En 1897, cuando tenía tan solo 16 años de edad, se trasladó a Cracovia para trabajar como empleada de hogar. Dos años después su hermana Teresa falleció, este hecho la conmovió y le hizo tomar la decisión de vivir en castidad virginal, consagrada al Señor, el resto de su vida. La manera tan humilde y servicial como desempeñaba su trabajo sirvió de apostolado con las demás empleadas domésticas, que la veían como modelo y guía de vida cristiana. Alimentaba constantemente su vida espiritual con la oración, que nunca le impidió el cumplimiento de sus deberes domésticos. También participaba continuamente de las celebraciones litúrgicas, en especial de la Eucaristía y el Vía Crucis; mostraba un amor filial a la Madre de Dios.
En 1912 descubrió que su espíritu de humildad y pobreza tenían una gran afinidad con san Francisco, por lo que decidió ingresar a la Orden Franciscana Secular. Durante la primera guerra mundial ayudó, en los ratos libres que le dejaba su trabajo doméstico, en los hospitales de Cracovia, asistiendo y confortando a los soldados heridos, que la llamaban «la señorita santa».En el año de 1917 enfermó gravemente y se vio obligada a abandonar su trabajo. Desde entonces vivió en una estrechísima habitación que alquiló y donde pasó los últimos cinco años de su vida, en medio de sufrimientos continuos, que ofrecía a Dios por la expiación de los pecados del mundo, la conversión de los pecadores, la salvación de las almas y la expansión misionera de la Iglesia.
Expiró serenamente en el Señor el 12 de marzo del año 1922 en Cracovia, y su fama de santidad se difundió rápidamente por toda Polonia. Juan Pablo II la beatificó el 13 de agosto de 1991, en una Misa que celebró en la plaza del Mercado de Cracovia.
18 de marzo
San Salvador de Horta
Humilde hermano profeso de la Orden franciscana, que nació en Santa Coloma de Farnés, provincia de Gerona en 1520, y murió en Cagliari (Cerdeña), el 18 de marzo de 1567. En su juventud fue aprendiz de zapatero, y ejerció luego varios oficios portero o cocinero, en los diversos conventos a que fue destinado por los superiores, a consecuencia de los problemas que creaban los muchos milagros que Dios obraba por su medio. Fue canonizado en 1938.
30 de marzo
San Ludovico de Casoria
Ludovico (en el siglo, Arcángelo Palmentieri) nació en Casoria (Nápoles) el 11 de marzo de 1814 y fue bautizado al día siguiente. Atraído por los Frailes Menores del vecino convento de San Antonio en Afragola (Nápoles), entró en el convento de San Juan del Palco en Taurano (Avellino) el 17 de junio de 1832. Recibió la ordenación sacerdotal el 4 de junio de 1837.
En 1847, mientras oraba, el Señor le indicó el nuevo camino que debía recorrer, al servicio de los pobres y los enfermos. A ellos, convertido en hombre nuevo, dedicó sus primeros cuidados: en su celda del convento de San Pedro en Aram, Nápoles, montó una farmacia para los frailes enfermos.
Más tarde adquirió una quinta, llamada La Palma, donde creó una enfermería para los frailes. Allí quiso que estuviera también la sede de la Obra de los «Moretti», que, en sus planes de evangelización misional, debía servir para educar a los jóvenes africanos y hacerlos apóstoles de África (África convertirá al África). Con la misma finalidad misionera, dio vida después a la Obra de las «Morette», que encomendó a las Hermanas Estigmatinas de la sierva de Dios Anna Fiorelli Lapini.
Creó diversas obras asistenciales: asilos para ancianos, convictorios, escuelas, colonias agrícolas, hospicios, montes de piedad, tipografías...
En su inmenso deseo de hacer el bien, promovió también la cultura, que consideraba como la vía para la fe y medio de promoción humana, poniendo en marcha modernas iniciativas culturales, como un observatorio meteorológico, cinco revistas, la traducción al italiano de las Obras de san Buenaventura, una edición de bolsillo de la Biblia, etc.
Circundado de gran fama de santidad, el padre Ludovico concluyó su misión terrena en Nápoles, en el Hospicio Marino (último creada por él, en pro de los marineros ancianos), el 30 de marzo de 1885, Lunes Santo. Allí reposan sus restos mortales desde 1887, bajo la custodia de sus hijas espirituales, las Hermanas Elisabetinas Grises (“Elisabettine Bigie”), que había fundado en 1862.
El 12 de agosto de 1885, pasados apenas 135 días de su tránsito, se abría en Nápoles el proceso canónico para su beatificación. Sus virtudes heroicas fueron solemnemente reconocidas por el Papa Pablo VI el 13 de febrero de 1964. El milagro para su beatificación, obrado en Salerno el 2 de abril de 1885 en favor de sor Luisa Capecelatro, Hija de la Caridad, fue aprobado el 11 de julio de 1992 por Juan Pablo II, quien lo beatificó el 18 de abril de 1993. Fue canonizado en el 2014, por su Santidad Francisco.
30 de marzo
Beata María Restituta Kafka
Nació el 1 de mayo de 1894 en Hussowitz, Moravia, hija de Antonio y María Stehlik. De niña trabajó como doméstica y como vendedora ambulante de tabacos.
Hacia los 15 años decidió hacerse religiosa. Superada la oposición inicial de sus padres, en 1914 fue recibida entre las Hermanas Franciscanas de la Caridad Cristiana, en Viena. Primeramente trabajó en los hospitales Neunkirchen y Lainz; en 1919 fue trasladada al hospital de Mölding, donde se debió desempeñar como enfermera en la sala de cirugía; por su gran habilidad se ganó el aprecio de los médicos, hasta llegar a ser una especie de instructora para los recién llegados.
Se prodigaba incansablemente en el servicio a los enfermos y a sus cohermanas, si bien a veces algunas personas no congeniaban con ella por sus actitudes firmes y resueltas.
Al entrar al gobierno el nacionalsocialismo también allí comenzó la persecución contra la Iglesia. Sor María Restituta defendió con firmeza los derechos de los enfermos y de los pobres y la libertad religiosa de los enfermos, negándose a aceptar las restricciones injustas que se trataba de imponer. Personalmente colocó Crucifijos en los diferentes lugares del hospital, contra expresas prohibiciones de las autoridades. A lo largo de su vida cultivó una especial devoción a la Santísima Virgen Dolorosa.
Acusada injustamente, fue detenida por la Gestapo el 18 de febrero de 1942. En la cárcel debió padecer hambre y condiciones higiénicas infrahumanas durante trece meses. Condenada finalmente a la pena capital, se preparó devotamente: emitió en voz alta su profesión religiosa y recibió la sagrada comunión, repitiendo: He vivido para Cristo y por Cristo ansío morir. Fue decapitada el 30 de marzo de 1943. El 21 de junio de 1998 fue beatificada por el Papa Juan Pablo II.
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