lunes, 18 de octubre de 2021

El Patrocinio de San José


El Patrocinio de San José.

A lo largo del tiempo la fe de la Iglesia buscó el Patrocinio de San José para: la Iglesia Universal; las familias; los que se consagran en virginidad y celibato; institutos de religiosos y consagrados; cofradías, escuelas; los obreros y los artesanos; los moribundos, porque, según una piadosa tradición, san José fue asistido por Jesús y María, en la hora de su muerte.

La iniciativa de celebrar la fiesta del patrocinio de san José se debe al carmelita descalzo Juan de la Concepción (1625-1700), que fue primero Provincial de la Provincia de Cataluña y después Prepósito General de la Congregación española. Obtuvo del Capítulo General de 1679 la aprobación de la fiesta del patrocinio de san José, cuyos textos litúrgicos fueron realizados por otro carmelita descalzo catalán, el P. Juan de San José (1642-1718). La Congregación para los Ritos, después de una auténtica reconstrucción de los textos hecha por el cardenal G. Casanate, los aprobó el 6 de abril de 1680. Se fijó la fiesta del patrocinio en el tercer domingo después de Pascua. Rápidamente, esta celebración se extendió a muchas órdenes y congregaciones religiosas, hasta la proclamación del patrocinio sobre la Iglesia universal.

El 10 de septiembre de 1847, con el decreto de la Congregación para los ritos Inclytus Patriarcha Joseph, el papa Pío IX, en tiempos de grave tribulación, extendió a toda la Iglesia la fiesta del patrocinio de san José, a celebrar el tercer domingo de Pascua. Como textos litúrgicos para la misa y el oficio se tomaron, con alguna adaptación, los usados por los carmelitas. Fue la primera intervención a favor del culto a san José realizada por Pío IX, cuando había pasado apenas un año del inicio de su pontificado, caracterizado de una gran devoción al padre de Jesús. En ocasión de la convocatoria del Concilio Vaticano I llegaron al papa numerosas peticiones para que se incrementase mayormente el culto a san José, en particular mediante su proclamación como patrono de la Iglesia universal. El Concilio, interrumpido bruscamente en septiembre de 1870, no tuvo tiempo de escuchar esta petición. Por ello, el 8 de diciembre de ese año, el mismo Pío IX procedió a la solemne proclamación mediante el decreto de la Congregación para los Ritos Quemadmodum Deus.

La fiesta del patrocinio de san José fue desplazada en 1913 al miércoles de la tercera semana después de Pascua, para ser sustituida en 1956 por la memoria de san José obrero, fijada el primero de mayo.

ORACIÓN PIDIENDO A SAN JOSÉ SU PATROCINIO

¡Oh glorioso San José!. Por tu profundísima humildad, por tu mansedumbre inalterable, por tu paciencia invencible, por tu pureza angelical y por la perfectísima fidelidad que te hizo puntual imitador de las virtudes de Jesús, te pido me consueles en todas mis penas, me dirijas en mis dudas, me defiendas en las tentaciones y extiendas tu brazo contra todos mis enemigos, visibles e invisibles, rompiendo y desbaratando los lazos y celadas que tienden y arman contra mí. ¡Oh mi amado San José!, ruega también a Jesús, por el triunfo de la Santa Iglesia, por el Romano Pontífice, los Obispos, los Sacerdotes y todas las Ordenes religiosas; ruega por la perseverancia de los justos, por la conversión de los pecadores y por el regreso de los herejes y cismáticos al seno de la Iglesia. Protege y defiende nuestra patria y haz que prosperen en ella la religión, la justicia. la paz, la virtud y las buenas costumbre. Oye, pues, nuestras súplicas, escucha nuestros clamores, enjuga nuestras lágrimas y haznos dignos de alabar en el cielo a la Santísima Trinidad, que te ha coronado de tanta gloria. Amén.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario