sábado, 26 de abril de 2025

Sierva de Dios María Dubert


Sor María Dubert nació el 12 de enero de 1728 en Bordeaux, Gironde (Francia). De origen humilde, hija del panadero de su pueblo. Ingreso a los 20 años en la Compañía de. María Nuestra Señora.

Pertenece a un grupo de 35 mártires, que ofrecieron su vida al Señor, durante la revolución Francesa entre los meses de junio y julio de 1794.

Luego de salvar el cuerpo de su santa fundadora Juana de Lestonnac y esconderlo para que no fuera profanado. Fueron desterradas de su convento. La madre María Dubert se abandonó a la Providencia, buscando refugio en el monasterio del Buen Pastor, donde acogían a las jóvenes alejadas de Dios. Fueron descubiertos y los enviaron a la prisión de las huérfanas.

Fueron condenados a morir en la guillotina el 04 de julio de 1794. María Dubert iba de rodillas, abstraída, ofreciendo al Padre el prolongarse de su agonía. Le  presentaron un crucifijo:
“-Anda, ¡bésale!”.
Ella abrió sus ojos, alegrándose de ser testigo de Cristo, en aquel momento supremo, ante el pueblo que las iba siguiendo. Inclinó la cabeza, y cuando ya sus labios iban a encontrarse con los de Jesucristo, el verdugo, con cruel risotada, le volvió la cruz del revés.

Las lágrimas nublaron el azul de sus dulces ojos. Besó el revés de la cruz y dijo a su verdugo con mansedumbre:
“-De cualquier manera que me lo presentes, siempre será Jesús, mi Salvador”.

¡Qué maravillosa confesión final! Todo un programa de vida que legaba como testamento a sus hermanas de la Compañía.

La diócesis de Bordeaux instruyó abrir el proceso entre los años 1925 a 1931
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