Acordaos, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijiste a la Venerable Margarita del Santísimo Sacramento: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado”. Llenos de confianza en Vos, ¡Oh Jesús, que sois la misma verdad, venimos reconociendo que somos pecadores. Ayúdanos a llevar una vida santa, para conseguir una eternidad bienaventurada. Nos entregamos a Vos, ¡oh Niño omnipotente! Seguros de que no quedará frustrada nuestra esperanza y de que en virtud de vuestra divina promesa, acogeréis nuestra súplica. Amén
GOZOS
Dulce Jesús mío
mi niño adorado
¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!
¡Oh sapiencia suma
del Dios Soberano
Que al nivel de un
niño te hayas
rebajado!
¡Oh divino infante
ven para enseñarnos
la prudencia que hace
verdaderos sabios!
¡Oh Adonai potente
que, a Moisés hablando,
de Israel al pueblo
disteis los mandatos!
¡Ah! ven prontamente
para rescatarnos.
Y que un niño débil
muestre fuerte brazo!
¡Oh raíz sagrada
de Jesé, que en lo alto
presentas al orbe
tu fragante nardo!
¡Dulcísimo niño
que has sido llamado
Lirio de los Valles
bella flor del Campo!
¡Llave de David
que abre al desterrado
la cerradas puertas
del regio palacio!
¡Sácanos, Oh Niño,
con tu blanca mano,
de la cárcel triste
que labró el pecado!
¡Oh lumbre de Oriente,
Sol de eternos rayos,
que entre las tinieblas
tu esplendor veamos!
¡Niño tan preciado,
dicha del cristiano,
luzca la sonrisa
de tus dulces labios!
¡Espejo sin mancha
Santo de los santos,
sin igual imagen
del Dios soberano!
¡Borra nuestras culpas,
salva al desterrado
y en forma de niño
da al mísero amparo!
Dulce Jesús mío
mi niño adorado
¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!
¡Oh sapiencia suma
del Dios Soberano
Que al nivel de un
niño te hayas
rebajado!
¡Oh divino infante
ven para enseñarnos
la prudencia que hace
verdaderos sabios!
¡Oh Adonai potente
que, a Moisés hablando,
de Israel al pueblo
disteis los mandatos!
¡Ah! ven prontamente
para rescatarnos.
Y que un niño débil
muestre fuerte brazo!
¡Oh raíz sagrada
de Jesé, que en lo alto
presentas al orbe
tu fragante nardo!
¡Dulcísimo niño
que has sido llamado
Lirio de los Valles
bella flor del Campo!
¡Llave de David
que abre al desterrado
la cerradas puertas
del regio palacio!
¡Sácanos, Oh Niño,
con tu blanca mano,
de la cárcel triste
que labró el pecado!
¡Oh lumbre de Oriente,
Sol de eternos rayos,
que entre las tinieblas
tu esplendor veamos!
¡Niño tan preciado,
dicha del cristiano,
luzca la sonrisa
de tus dulces labios!
¡Espejo sin mancha
Santo de los santos,
sin igual imagen
del Dios soberano!
¡Borra nuestras culpas,
salva al desterrado
y en forma de niño
da al mísero amparo!
¡Rey de las naciones
Emmanuel preclaro,
de Israel anhelo,
pastor del rebaño!
¡Niño que apacientas
con suave cayado,
ya la oveja arisca,
ya el cordero manso!
¡Ábranse los cielos
y llueva de lo alto
bienhechor rocío
como riego santo!
¡Ven hermoso niño,
ven Dios humanado,
luce hermosa estrella,
brota flor del campo!
¡Ven que ya María
previene sus brazos
do su niño vean,
en tiempo cercano!
¡Ven, que ya José,
con anhelo sacro,
se dispone a hacerse
de tu amor sagrario!
¡Del débil auxilio
del doliente amparo,
consuelo del triste,
luz del desterrado!
¡Vida de mi vida,
mi dueño adorado,
mi constante amigo,
mi divino hermano!
¡Veante mis ojos,
de ti enamorados
Bese ya tus plantas,
bese ya tus manos!
Prosternado en tierra
te tiendo los brazos,
y aún más que mis frases
te dice mi llanto!
¡Ven Salvador nuestro
por quien suspiramos,
¡Ven a nuestras almas,
ven no tardes tanto!
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