domingo, 8 de junio de 2025
Oración al Espíritu Santo
Oración al Espíritu Santo
Ven Espíritu Santo, envía tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma, divina luz y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus Siete Dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno.
Amén.
martes, 27 de mayo de 2025
Oraciones a Santa María Josefa Rossello
¡Oh Dios!, que para servir a los pobres y para la formación de las jóvenes donaste a Santa María Josefa Rossello el espíritu evangélico de caridad y de misericordia, haz que animados por este mismo fervor amemos todo lo que ella amó y vivamos las enseñanzas que nos transmitió. Por Cristo Nuestro Señor. Amén
¡Oh Dios!, que hiciste a Santa María Josefa insigne bienhechora de los pobres, y que por ella fecundaste a tu Iglesia con una nueva familia religiosa: haz que por tu intercesión y practicando obras de caridad y misericordia, merezcamos conseguir tu perdón. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.
domingo, 25 de mayo de 2025
Centenario de la Canonización de Santa Magdalena Sofía Barat
El 24 de mayo de 1925, el Papa Pío XI declaró a Magdalena SofíBarat santa de la Iglesia Católica Romana. Esta ocasión memorable marcó la culminación de un largo proceso de reconocimiento de la vida extraordinaria y el profundo impacto de la fundadora de la Sociedad del Sagrado Corazón.
Magdalena Sofía fue una mujer nacida en tiempos turbulentos (Joigny, 1779), testigo de la Revolución Francesa y de la transformación política, religiosa y social de Francia. En ese contexto, escuchó una llamada clara: manifestar el amor del Corazón de Jesús a través de la educación. Su intuición fue tan profunda como revolucionaria: transformar el mundo formando corazones capaces de amar, discernir y servir.
Desde sus primeros pasos como fundadora (1800) hasta su muerte en 1865, Magdalena Sofía dio forma a una red viva de comunidades, colegios y, escuelas gratuitas. Su proceso de canonización comenzó con su beatificación en 1908, y culminó en 1925 con su proclamación como Santa.
Celebrar los 100 años de la canonización de Santa Magdalena Sofía es también renovar nuestra llamada como educadores y educadoras del Sagrado Corazón. Su legado no es un museo; es un camino que seguimos recorriendo hoy, allí donde alguien:escucha con ternura,
enseña con libertad,
acompaña procesos,
construye comunidad,
transforma desde dentro.
Oración a Magdalena Sofía
Lo que amo de ti, Magdalena Sofía
es la mujer frágil y fuerte,
la mujer de ternura y firmeza,
la mujer exigente y compasiva.
Lo que amo de ti
es la mujer activa, cuya actividad
está inspirada en el Corazón de Cristo.
Lo que me encanta de ti es la mujer de contrastes:
amiga de los humildes,
te acercas a los grandes de este mundo con sencillez;
amiga del silencio y la oración,
recorres las carreteras de Europa para dar a luz
y apoyar a tu comunidad.
Sabes amar intensamente
también sabes cómo separar.
Lo que amo de ti, Magdalena Sofía
es tu ardor en el servicio a las familias
los jóvenes y los niños,
al servicio de la Iglesia.
Amo tu creatividad, tu dinamismo
esa capacidad de renovarte
que te hizo decir a los 83 años:
«El mundo esta cambiando;
debemos cambiar nuestro plan de estudios».
Gracias, Magdalena Sofía,
por no dejar que ninguna fragilidad te detenga,
por haber permitido que
la fuerza de Dios obrara en ti.
Siguiendo tus pasos
descubrimos que es desde un corazón herido
que brota la fuente de la Vida!
Marie-Thérèse Théry, rscj, BFN
jueves, 22 de mayo de 2025
Oración a Santa Rita de Casia
Oración
Oh Dios omnipotente, que te dignaste conceder a Santa Rita tanta gracia, que amase a sus enemigos y llevase impresa en su corazón y en su frente la señal de tu pasión, y fuese ejemplo digno de ser imitado en los diferentes estados de la vida cristiana. Concédenos, por su intercesión, cumplir fielmente las obligaciones de nuestro propio estado para que un día podamos vivir felices con ella en tu reino. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
Oración a Santa Rita de Casia para pedir por causas imposibles
Oh gloriosa Santa Rita,
abogada de los casos desesperados,
patrona de lo imposible,
refugio seguro en el dolor y en la angustia:
con humildad y confianza acudo a ti,
sabiendo que tu corazón siempre escucha
a quienes te invocan con fe.
Tú que supiste del sufrimiento,
de la pérdida y del perdón,
y que jamás dejaste de confiar en Dios,
te suplico que intercedas por mí
ante el Señor todopoderoso.
(Pedir aquí la gracia o causa imposible que se desea alcanzar)
Concédeme, si es voluntad divina,
el consuelo que tanto necesito
y la fortaleza para aceptar con paz
los designios de Dios en mi vida.
Santa Rita, flor de esperanza,
enséñame a vivir con amor, paciencia y fe,
y acompáñame en este momento de prueba.
Amén.
miércoles, 21 de mayo de 2025
domingo, 18 de mayo de 2025
Divino Niño del Milagro Eucaristico de Eten, Perú
Oración a Nuestra Señora de Fátima
“Oh Virgen Santísima, vos os aparecisteis repetidas veces a los niños; yo también quisiera veros, oír vuestra voz y deciros: madre mía, llevadme al cielo. Confiando en vuestro amor, os pido me alcancéis de vuestro hijo Jesús una fe viva, inteligencia para conocerle y amarle, paciencia y gracia para servirle a Él a mis hermanos, y un día poder unirnos con vos allí en el Cielo.
Padre nuestro, Avemaría y Gloria.
Madre mía también os pido por mis padres, para que vivan unidos en el amor; por mis hermanos, familiares y amigos, para que viviendo unidos en familia un día podamos gozar con vos en la vida eterna.
Padre nuestro, Avemaría y Gloria.
Os pido de un modo especial por la conversión de los pecadores y la paz del mundo; por los niños, para que nunca les falten los auxilios divinos y lo necesario para sus cuerpos, y un día conseguir la vida eterna.
Padre nuestro, Avemaría y Gloria
Oh Madre mía, sé que escucharás, y me conseguirás estas y cuantas gracias te pida, pues las pido por el amor que tienes de tu hijo Jesús. Amén.
¡Madre mía, aquí tienes a tu hijo, sé tú mi madre!
¡Oh dulce corazón de María, sed la salvación mía! Amén.
Oración a la virgen de Fátima por diversas cosas
"¡Oh, nuestra señora de Fátima!
Dulcísima virgen María que depositaste
En todos nosotros mensajes de paz, amor y esperanza.
Tú que cargas sobre tu espalda miles de devotos y que escuchas
Nuestras peticiones con paciencia y esmero.
Hoy acudo ante ti para que puedas socorrerme en estas
Horas de duda en las que solo tú me podrás ayudar.
Permíteme superar esto que estoy atravesando
Y haz que el milagro se apodere de esta situación para que yo,
Con tu agraciado manto, pueda regocijarme
Con los dotes de ser un fiel devoto. Amén.”
Oración a la virgen de Fátima del papa Francisco
“Bienaventurada María, virgen de Fátima,
con renovada gratitud por tu presencia maternal
unimos nuestra voz a la de todas las generaciones
que te llaman bienaventurada.
Celebramos en ti las grandes obras de Dios,
que nunca se cansa de inclinarse con misericordia hacia la humanidad,
afligida por el mal y herida por el pecado,
para curarla y salvarla.
Acoge con benevolencia de Madre
el acto de consagración que hoy hacemos con confianza,
ante esta imagen tuya tan querida por nosotros.
Estamos seguros de que cada uno de nosotros es precioso a tus ojos
y que nada de lo que habita en nuestros corazones es ajeno a ti.
Nos dejamos alcanzar por tu dulcísima mirada
y recibimos la consoladora caricia de tu sonrisa.
Custodia nuestra vida entre tus brazos:
bendice y refuerza todo deseo de bien;
reaviva y alimenta la fe;
sostiene e ilumina la esperanza;
suscita y anima la caridad;
guíanos a todos nosotros por el camino de la santidad.
Enséñanos tu mismo amor de predilección
por los pequeños y los pobres,
por los excluidos y los que sufren,
por los pecadores y los extraviados de corazón:
congrega a todos bajo tu protección
y entrégalos a todos a tu dilecto hijo, el Señor nuestro Jesús. Amén
domingo, 27 de abril de 2025
Papa Francisco y la Misericordia
AUDIENCIA GENERAL
Biblioteca del Palacio Apostólico
Miércoles, 18 de marzo de 2020
Catequesis sobre las bienaventuranzas:
6. Bienaventurados los misericordiosos
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Hoy hablaremos de la quinta bienaventuranza, que dice: «Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos hallarán misericordia» (Mt 5,7). En esta bienaventuranza hay una particularidad: es la única en la que coinciden la causa y el fruto de la felicidad, la misericordia. Los que ejercen la misericordia encontrarán misericordia, serán “misericordiados”.
Este tema de la reciprocidad del perdón no sólo está presente en esta bienaventuranza, sino que es recurrente en el Evangelio. ¿Y cómo podría ser de otra manera? ¡La misericordia es el corazón mismo de Dios! Jesús dice: «No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados» (Lc 6,37). Siempre la misma reciprocidad. Y la Carta de Santiago afirma que «la misericordia se siente superior al juicio» (2,13).
Pero sobre todo es en el Padrenuestro donde pedimos: «Perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden» (Mt 6,12); y esta petición es la única que se recoge al final: «Porque si vosotros perdonáis a los demás sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas» (Mt 6,14-15; cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 2838).
Hay dos cosas que no se pueden separar: el perdón dado y el perdón recibido. Pero para muchas personas es difícil, no pueden perdonar. Muchas veces el mal recibido es tan grande que ser capaz de perdonar parece como escalar una montaña muy alta: un esfuerzo enorme; y uno piensa: no se puede, esto no se puede. Este hecho de la reciprocidad de la misericordia indica que necesitamos invertir la perspectiva. Solos no podemos, hace falta la gracia de Dios, tenemos que pedirla. Porque si la quinta bienaventuranza promete que se encontrará la misericordia y en el Padrenuestro pedimos el perdón de las deudas, significa que somos esencialmente deudores y necesitamos encontrar misericordia.
Todos somos deudores. Todos. Con Dios, que es tan generoso, y con nuestros hermanos. Toda persona sabe que no es el padre o la madre que debería ser, el esposo o la esposa, el hermano o la hermana que debería ser. Todos estamos “en déficit” en la vida. Y necesitamos misericordia. Sabemos que también nosotros hemos obrado mal, siempre le falta algo al bien que deberíamos haber hecho.
¡Pero precisamente esta pobreza nuestra se convierte en la fuerza para perdonar! Somos deudores, y si, como hemos escuchado al principio, se nos medirá con la medida con la que medimos a los demás (cf. Lc 6,38), entonces nos conviene ensanchar la medida y perdonar las deudas, perdonar. Cada uno debe recordar que necesita perdonar, que necesita perdón y que necesita paciencia; este es el secreto de la misericordia: perdonando se es perdonado. Por eso Dios nos precede y nos perdona primero (cf. Rom 5,8). Recibiendo su perdón, nosotros a nuestra vez nos volvemos capaces de perdonar. Así, nuestra miseria y nuestra falta de justicia se convierten en oportunidades para abrirnos al Reino de los cielos, a una medida más grande, la medida de Dios, que es misericordia.
¿De dónde viene nuestra misericordia? Jesús nos dijo: «Sed misericordiosos, como vuestro Padre es misericordioso» (Lc 6,36).Cuanto más se acepta el amor del Padre, más se ama (cf. CIC, 2842). La misericordia no es una dimensión entre otras, sino el centro de la vida cristiana: no hay cristianismo sin misericordia[1]. Si todo nuestro cristianismo no nos lleva a la misericordia, nos hemos equivocado de camino, porque la misericordia es la única meta verdadera de todo camino espiritual. Es uno de los frutos más bellos de la caridad (CIC, 1829).
Recuerdo que este tema fue el elegido desde el primer Ángelus que tuve que decir como Papa: la misericordia. Y se me quedó grabado, como un mensaje que como Papa debía dar siempre, un mensaje que debe ser cotidiano: la misericordia. Recuerdo que ese día también tuve la actitud algo “desvergonzada” de hacer publicidad a un libro sobre la misericordia, recién publicado por el cardenal Kasper. Y ese día sentí con tanta fuerza que ese es el mensaje que debo dar, como obispo de Roma: misericordia, misericordia, por favor, perdón.
La misericordia de Dios es nuestra liberación y nuestra felicidad. Vivimos de misericordia y no podemos permitirnos estar sin misericordia: es como el aire que respiramos. Somos demasiado pobres para poner las condiciones, necesitamos perdonar, porque necesitamos ser perdonados. ¡Gracias!
[1] cfr. San Juan Pablo II Enc. Dives in misericordia (30 de noviembre de 1980); BulaMisericordiae Vultus (11 de abril de 2015); Cart. Apostólica Misericordia et misera (20 de noviembre de 2016).
sábado, 26 de abril de 2025
Sierva de Dios María Dubert
Sor María Dubert nació el 12 de enero de 1728 en Bordeaux, Gironde (Francia). De origen humilde, hija del panadero de su pueblo. Ingreso a los 20 años en la Compañía de. María Nuestra Señora.
Luego de salvar el cuerpo de su santa fundadora Juana de Lestonnac y esconderlo para que no fuera profanado. Fueron desterradas de su convento. La madre María Dubert se abandonó a la Providencia, buscando refugio en el monasterio del Buen Pastor, donde acogían a las jóvenes alejadas de Dios. Fueron descubiertos y los enviaron a la prisión de las huérfanas.
Fueron condenados a morir en la guillotina el 04 de julio de 1794. María Dubert iba de rodillas, abstraída, ofreciendo al Padre el prolongarse de su agonía. Le presentaron un crucifijo:
“-Anda, ¡bésale!”.
Ella abrió sus ojos, alegrándose de ser testigo de Cristo, en aquel momento supremo, ante el pueblo que las iba siguiendo. Inclinó la cabeza, y cuando ya sus labios iban a encontrarse con los de Jesucristo, el verdugo, con cruel risotada, le volvió la cruz del revés.
Las lágrimas nublaron el azul de sus dulces ojos. Besó el revés de la cruz y dijo a su verdugo con mansedumbre:
“-De cualquier manera que me lo presentes, siempre será Jesús, mi Salvador”.
¡Qué maravillosa confesión final! Todo un programa de vida que legaba como testamento a sus hermanas de la Compañía.
La diócesis de Bordeaux instruyó abrir el proceso entre los años 1925 a 1931.
martes, 22 de abril de 2025
Papa Francisco
sábado, 19 de abril de 2025
¡Cristo ha resucitado!
viernes, 18 de abril de 2025
Oración a la Virgen Dolorosa
Señora y Madre nuestra: tu estabas serena y fuerte junto a la cruz de Jesús. Ofrecías tu Hijo al Padre para la redención del mundo.
Lo perdías, en cierto sentido, porque El tenía que estar en las cosas del Padre, pero lo ganabas porque se convertía en Redentor del mundo, en el Amigo que da la vida por sus amigos.
María, ¡qué hermoso es escuchar desde la cruz las palabras de Jesús: "Ahí tienes a tu hijo", "ahí tienes a tu Madre".
¡Qué bueno si te recibimos en nuestra casa como Juan! Queremos llevarte siempre a nuestra casa. Nuestra casa es el lugar donde vivimos. Pero nuestra casa es sobre todo el corazón, donde mora la Trinidad Santísima. Amén.
domingo, 13 de abril de 2025
Hermana María Rosa Viau Vallon
Nació en Cavaillon, cerca de Aviñón (Francia) el 07 de Octubre de 1747, hija de Josep Viau y Cecilia Vallon, una familia de hortelanos. Era la última de 7 hermanos. Sus padres profundamente cristianos participaban en la santa misa y por las noches todos los días rezaban el Santo Rosario.
Domingo de Ramos
El Domingo de Ramos marca el comienzo de la Semana Santa, un período de reflexión y espiritualidad para millones de personas en todo el mundo.
Esta jornada conmemora la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, un acontecimiento en el que la población le recibió con ramos de olivo y aclamaciones como el Hijo de Dios.
Jesús entró en Jerusalén montado sobre un burro, mientras una multitud de personas lo aclamaba con ramos de palma y olivo, gritando: “¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor, el Rey de Israel!”.
Oración del Domingo de Ramos
En este Domingo de Ramos tan singular,
Señor Jesús, desde el silencio en mi casa,
te aclamo hoy, como aquel día te aclamó el pueblo de Jerusalén,
cuando entrabas en la ciudad montado en un burrito.
Levanto mis manos a ti, con humildad,
no tengo palmas ni palmones,
pero sí mi corazón sediento de ti y de tu poder,
y algunos esfuerzos, sacrificios y esperanzas,
en estos días de dificultad, míos y de otras personas,
que te ofrezco con confianza.
¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!
¡Hosanna en el cielo!
¡Viva Jesús, rey de reyes!
Bendícenos, protégenos del mal,
sé tú por siempre nuestro rey.
Amén.
jueves, 27 de febrero de 2025
Oración por el Papa Francisco
Oración por el Papa Francisco
Señor, te pedimos por el Papa Francisco,
a quien Tú elegiste como sucesor de Pedro y pastor de tu Iglesia.
Cuida su salud, ilumina su inteligencia, fortalece su espíritu,
defiéndelo de las calumnias y de la maldad.
Concédele valor y amor a tu pueblo,
para que sirva con fidelidad a toda la Iglesia unida
Que tu misericordia le proteja y le conforte.
Que el testimonio de tus fieles le anime en su misión.
Que todos nos mantengamos en comunión con él
por el vínculo de la unidad, el amor y la paz.
Concédenos la gracia de amar, vivir
y propagar con fidelidad sus enseñanzas.
Que encuentre en María el santo y seña de tu Amor.
Tú que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo
por los siglos de los siglos. Amén
Padrenuestro. Avemaría y Gloria.
miércoles, 26 de febrero de 2025
Beata María Ludovica de Angelis
lunes, 17 de febrero de 2025
Oración de una pobre mendiga a Jesús
«Oh Jesús, dame, te lo suplico,
el pan de la humildad.
El pan de obediencia.
El pan de caridad.
El pan de fuerza para romper mi voluntad y fundirla con la tuya.
El pan de mortificación interior.…
El pan de desprendimiento de las cosas creadas.
El pan de paciencia para soportar las penas que mi corazón sufre.
Oh Jesús, me quieres crucificada. Hágase.
El pan de fuerza para bien sufrir.
El pan de ver sólo a ti en todo y siempre.
Jesús, María, la Cruz;
no quiero otros amigos que éstos.»
Santa Bernardita Soubirous
martes, 11 de febrero de 2025
Oración a Nuestra Señora de Lourdes
¡Oh amabilísima Virgen de Lourdes, Madre de Dios y Madre nuestra!
Llenos de aflicción y con lágrimas fluyendo de los ojos, acudimos en las horas amargas de la enfermedad a tu maternal corazón, para pedirte que derrames a manos llenas el tesoro de tu misericordia sobre nosotros.
Indignos somos por nuestros pecados de que nos escuches, Pero acuérdate que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a ti haya sido abandonado.
¡Madre tierna! ¡Madre bondadosa! ¡Madre dulcísima!
Ya que Dios obra por tu mano curaciones sin cuento en la Gruta prodigiosa de Lourdes, sanando tantas víctimas del dolor, guarda también una mirada de bendición para nuestro pobre enfermo… (se dice el nombre).
Alcanzadle de vuestro Divino Hijo Jesucristo la deseada salud,
si ha de ser para mayor gloria de Dios.
Pero mucho más alcanzadnos a todos el perdón de nuestros pecados,
paciencia y resignación en los sufrimientos
y sobre todo un amor grande y eterno a nuestro Dios,
prisionero por nosotros en los Sagrarios. Amén.
Virgen de Lourdes, rogad por nosotros.
Consuelo de los afligidos, rogad por nosotros.
Salud de los enfermos, rogad por nosotros.
Rezar tres Avemarías