En DOMINGO DE RAMOS, recordamos la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Sucedió el domingo anterior a su muerte. Fue una entrada grandiosa y al mismo tiempo, humilde. La ciudad estaba llena de peregrinos para celebrar la pascua judía. Una gran multitud rodeó a Jesús y con ramos de olivos y palmas en las manos, lo acompañó en su entrada en la ciudad, entre cánticos y exclamaciones. Muchos lo seguían con fe y esperanza.
El olivo es el árbol típico de la región donde vivió Jesús. Por eso los habitantes de Jerusalén salieron al encuentro de Jesús con ramos de olivo.
Fue una entrada humilde a Jerusalén, como un peregrino más pero llena de contenido, que maracaría huellas para toda la humanidad, para los cristianos de todos los tiempos.
ResponderBorrarBuen comienzo de Semana Santa con la aclamación de Jesús como el Mesías, Salvador del mundo.
ResponderBorrarEs el mejor dibujo de mi señor Jesucristo, mi Rey de Reyes
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