lunes, 9 de enero de 2017

El Niño de la Espina

El escultor peruano Antonio Olave Palomino es uno de los artesanos más conocidos del Cusco en el siglo XX. Ha viajado a numerosas exhibiciones de su trabajo más famoso: él es el creador del primer Niño Manuelito, también conocido como el Niño de la Espina.

 En 1975, representantes de la comunidad de Vilcabamba llamaron a la puerta de Olave Palomino. Le pidieron restaurar la imagen de madera de un Niño Jesús que había sido rescatada de las profundidades de un abismo. 
Luego de viajar tres días en bus y caballo, llegó al pueblo de Vilcabamba, donde se quedó una semana para trabajar tanto en la imagen como en el altar de la iglesia local.

 Durante su estadía, el artista escuchó la conmovedora historia de Q’alito, un pastorcito a quien le gustaba jugar con otros niños. Un día, un pequeño empezó a llorar porque se había clavado una espina en el pie. Cuando vio al niño llorando, Q’alito decidió clavarse una espina en su propio pie para consolar a su amigo. Le dijo: “¡No llores! ¡Yo también tengo una espina!”. Olave Palomino quedó tan impresionado con el cuento que se convirtió en su inspiración para crear a Manuelito, la imagen de un Niño Jesús con una espina en el pie en recuerdo de Q’alito. 

Rápidamente, esta imagen pasó a formar parte de la cultura de Cusco y hoy adorna la gran mayoría de Nacimientos en el Perú, tanto en las iglesias como en las casas. 

El Niño Manuelito se caracteriza por tener la tez blanca o cobriza y por sus mejillas rosadas, ojos vidriosos, dientes hechos con el cálamo de una pluma de cóndor, cabello ondulado, un paladar de espejo y, en algunos casos, finas lágrimas de cristal. Los artesanos emplean madera y arcilla para trabajar con técnicas que han trascendido generaciones. Imaginan a Manuelito en distintos humores: cansado, pensativo, alegre, con una expresión astuta y sugerente, gateando, o con los brazos abiertos.

Oración


¡Oh Niño Jesús Manuelito!

Creo en la bondad infinita de tu corazón. Remedia la necesidad en que me encuentro… (Se hace la petición).

Rece un Padre Nuestro, Ave María y Gloria al Padre.

¡Oh Niño Jesús Manuelito!

Espero en la misericordia sin límites que tienes con los que te invocan. Oye mi súplica y remedia mi necesidad.

Rece un Padre Nuestro, Ave María y Gloria el Padre.

ORACIÓN

¡Oh amadísimo Niño Jesús Manuelito!

Que dijiste: “Pedid y recibiréis”, dígnate escuchar benignamente la súplica que te hago en esta necesidad y concédeme favorablemente la gracia, que solicito, si es para mayor gloria tuya y bien de mi alma. Amén.

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