Según cuenta la historia, los ángeles llevaron la Casa cruzando el Mar Mediterráneo y el Mar Adriático y la depositaron en Dalmacia. Los pobladores al verla no se explicaban cómo había llegado allí, pero supieron que era la Santa Casa cuando la Virgen se apareció a un sacerdote que se encontraba muy enfermo y le contó que esa era la Santa Casa de Nazaret. El sacerdote se sanó inmediatamente y contó la historia a todo el pueblo. Dentro de la Casa había un altar y en él una estatuilla de cedro de la Virgen María que tenía al Niño Jesús.
Tres años más tarde, el 10 de diciembre de 1294, la Santa Casa fue nuevamente trasladada a la ribera opuesta del Adriático, a Italia, entre un bosque de Laureles. De allí el nombre de Loreto (del latín Lauretum: lugar poblado de laureles).
Todos los habitantes del lugar fueron a ver la Casa y se postraron ante la imagen de madera de la Virgen María y el Niño, pero otros llegaban para asaltar a los peregrinos, y por ese motivo tras ocho meses, la Casa dejó el bosque y fue situada por los ángeles en una colina propiedad de los Condes Stéfano y Simeón Raineldi, pero ellos discutieron sobre quien era el dueño de la casa y nuevamente fue trasladada a un monte de piedras cercano a la vía principal que llevaba a Recanati. En ese lugar ha permanecido hasta el presente.
El Santuario de la Virgen de Loreto se levantó en el siglo XIV. En su interior se encuentra la Santa Casa. Desde entonces Loreto se ha convertido en un extraordinario centro de peregrinación. Los muros de la Basílica con los años se fueron llenando de títulos y advocaciones a la Virgen, ellos dieron lugar a las "Letanías Lauretanas", que comenzaron a rezarse por primera vez allí y que fueron aprobadas por el Papa Clemente VIII en 1601.
La imagen de Nuestra Señora de Loreto, se encuentra en el interior de la Casa, tiene una la túnica tradicional decorativa. El color oscuro de la imagen representa a la estatua original de madera, que con los siglos se oscureció con el hollín de las lámparas del aceite que se usaba en la capilla. En 1921 se destruyó la estatua original en un incendio, y otra similar fue colocada en el lugar.
Loreto fue visitado por San Carlos Borromeo, San Josemaría Escrivá, San Luis Gonzaga, Santa Teresita del Niño Jesús, San José de Cupertino, San Juan Bosco, los pontífices Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI, entre otros.
En el norte de Italia se encuentra el Santuario de la Santa Casa dedicado a la Virgen de Loreto. En el interior se encuentra la Santa Casa de Nazaret, donde, según la tradición católica, la Virgen María recibió la Anunciación.
La casa de la Virgen estaba formada por tres paredes adosadas a una cueva excavada en la roca (que se encuentra en la Basílica de la Anunciación de Nazaret). La tradición popular dice que en la noche entre el 9 y 10 de diciembre de 1294 las piedras de la casa de Nazaret fue transportada por ángeles en vuelo, por eso la Virgen de Loreto es Patrona de los aviadores. De hecho, algunos estudios encontraron documentos que han confirmado que fue transportada por mar en buques de las cruzadas. Después de la expulsión de los musulmanes de Tierra Santa por los cristianos, un miembro de la familia Angeli, los gobernantes de Epiro, estaba interesado en salvar la Santa Casa de la destrucción, por lo que fue transportada primero a Trsat en la actual Croacia, en 1291, luego a Ancona en 1293 y finalmente a Loreto, 10 de diciembre de 1294.
Oración a la Virgen de Loreto
Oh misericordiosa abogada y protectora de los hogares que se ponen bajo tu amparo y protección derrama sobre nosotros santísima bendición, para que alejes de mi alma y de este hogar las penas que nos embargan y veamos realizados con tu auxilio y la bondad del divino señor, los deseos que te pedimos. Si, piadosa virgen, acoge nuestros ruegos con la dulzura y la piedad que Dios ha puesto en tu corazón. Protege nuestras empresas, vence nuestras dificultades, y no permitas jamás que deuda alguna, tanto de nuestra alma, como material y acechanzas malignas, traspasen los umbrales de esta humilde casa. A tu amparo y protección, madre de Dios acudimos. No desprecies nuestros ruegos y de todos los peligros Virgen Gloriosa y Bendita, defiende siempre a tus hijos. AMEN
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