Teresa von Wüllenweber nació en el castillo de Myllendonk, Alemania, siendo sus padres el barón Thedoro Wüllenweber y la baronesa Elizabeth Lefort. Estuvo interna en el convento-escuela de las benedictinas en Lieja (Bélgica) para formarse culturalmente. Después trabajó durante siete años, en misiones parroquiales en Myllendonk (Alemania). En 1857 ingresó en la Congregación del Sagrado Corazón; donde emitió los votos temporales y solamente estuvo seis años, pero aquello no era su vocación. Buscando el lugar donde la Providencia la quería pasó de un convento a otro: la Visitación en Myllendonk, con las Hermanas de la Adoración Perpetua. En 1871 hizo voto misionero privado.
Tras largos años de búsqueda, descubre que en Alemania se necesitan nuevas fundaciones para enfrentar el Kulturkampf; lucha contra la religión. Alquila un convento en Neuwerk y comienza una fundación de "hermanas Misioneras Alemanas". La gente del pueblo pensaba que el convento debía convertirse en hospital. Teresa pensaba que debía servir para todo uso bueno. De hecho lo primero que recibió fueron niñas huérfanas y niños pobres.
El párroco escribió unos estatutos para que todo funcionara. Teresa insistía en normas conventuales. Las jóvenes que llegaban lo tomaban como algo de paso. El alcalde quería que fuera un hospital. Empresarios querían que fuera para sus empleadas en dificultad. Desde Suiza, las Hijas del Divino Amor, hicieron un contrato de colaboración, pero tuvo que romperse. También estuvo en negociaciones con los misioneros Verbo Divino de san Arnold Janssen, pero tampoco llegó a cuajar.
El 12 de abril de 1882 leyó una nota en una revista con el siguiente contenido: Sociedad Apostólica Instructiva (SAI): fundada en Roma por Juan Bautista Jordán con dos sacerdotes: Bernhard Lüthen y Friedrich von Leonhardi. El propósito: extender, proclamar y fortalecer la fe católica en todas partes del mundo en el espíritu de los Apóstoles.
Fundación del convento de Santa Bárbara en Neuwerk. Comienza la fundación de la Congregación de las Hermanas del Divino Salvador. En Neuwerk sigue trabajando durante unos años hasta que Jordán la llamó para ir a Tívoli, cerca de Roma para comenzar con la actual rama femenina de las Salvatorianas. Se desprende fácilmente de la casona de Neuwerk y sale con ánimo para Roma el 21 de noviembre de 1888. Llegadas a Roma con varias candidatas de Munich que se incorporaron en el trayecto, se prepararon con unos retiros para recibir el hábito el 8 de Diciembre, quedando fundadas las salvatorianas. Teresa von Wüllenweber, cambió su nombre por María de los Apóstoles. En total eran 5 Hermanas. Jordán les invitó a ser santas.
Se comenta de ella, que en el trato con las jóvenes fue siempre amable, y que la trataban como una compañera más que como una superiora. Aunque el guión de superioras de entonces exigía ser duras, y exigir con frecuencia humillaciones, que probaran a las candidatas, sin embargo supo disculparse cuando a alguna por esos motivos se le salían las lágrimas.
En diciembre de 1905, a pesar de su edad y sus achaques fue reelegida como Superiora General por unanimidad, queriendo mostrar así el amor hacia ella y la unidad congregacional. Su carácter fue sencillo y afable, su conversación amigable y espontánea, su forma de vida -aún siendo baronesa- sencilla, pobre y abnegada. Su entrega: radical, constante y perseverante.
El testamento de los fundadores disponía que toda la vida de las hermanas fuese dedicado al apostolado como expresión del amor de Cristo Salvador que invita a dedicarse como los Apóstoles, de modo que todos puedan obtener la plenitud de la vida y de la salvación. Trabajan en la educación, misiones, ayuda en el trabajo pastoral y cuidado de los enfermos. El Papa el beato Pablo VI beatificó a la Madre María de los Apóstoles el 13 de Octubre de 1968 destacando durante su homilía «su espíritu misionero en un tiempo en que no había mujeres misioneras».
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