VICENTE GROSSI (en italiano, Vicenzo Grossi) nació en Pizzighettone (Cremona) el 9 de marzo de 1845. Era el penúltimo hijo de unos padres con mucha fe y valores humanos. El joven Vicente, luego de recibir por primera vez a Jesús Eucaristía y atraído por la vocación sacerdotal, manifestó su intención de entrar en el seminario. Necesidades familiares lo obligaron a retrasar la decisión para trabajar en el molino de su padre, compaginando este esfuerzo con el estudio. Todo lo realiza con determinación y alegría, esperando «la hora de Dios». El 4 de noviembre de 1864 entró en el seminario y el 22 de mayo de 1869 fue ordenado sacerdote.
Luego de algunas experiencias pastorales, fue nombrado párroco de Régona (un caserio de Pizzighettone) y después de Vicobellignano (Cremona), donde permaneció por treinta y cuatro años. Ante la ignorancia y pobreza de los pueblos lombardos de finales del siglo XIX, se entregó en favor de los más jóvenes, que acogía en su casa, enseñaba y formaba para que fueran conscientes de su dignidad de hijos de Dios. Eligió una vida pobre, compartiendo con los más necesitados. La unión con Cristo Sacerdote y Víctima marcó su misión y su espiritualidad, haciéndolo un hombre de intenso apostolado y de profunda oración. Entre sus características se destaca la ortodoxia y la fidelidad al Papa. Con frecuencia se entregó a la predicación por los pueblos para eliminar la ignorancia religiosa. En Vicobellignano, a través del respeto, la sinceridad y el amor a todos, practicó el ecumenismo con una comunidad protestante.
«Fuertemente impresionado» por la «gran miseria material y moral de la juventud femenina», estableció las bases para el Instituto de las Hijas del Oratorio.
Vicente Grossi murió en Vicobellignano el 7 de noviembre de 1917. El Rito de Beatificación se celebró en Roma el 1 de noviembre de 1975, presidido por Su Santidad Pablo VI. El Santo Padre Francisco lo canonizó el 18 de octubre de 2015.
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