Anna-Maria Gesualda Antonia Gianetti nació en Siena, 23 de marzo de 1769 hija de Luigi Giannetti y Maria Masi fueron que tenían una botica en Siena, pero perdieron toda su fortuna y se vieron obligados a ir a Roma para buscar una vida mejor. Quedó huérfana a muy temprana edad, pues sus padres fueron detenidos y asesinados por las tropas napoleónicas. Contrajo matrimonio el 7 de enero de 1789 con Domenico Taigi, un oficial del ejército italiano. Domenico era un hombre trabajador y serio, pero rudo y colérico, y Ana Maria tuvo que hacer una gran prueba de paciencia para soportar su carácter agrio y difícil.
En 1792, con cuatro hijos, enviuda; tiempo atrás, 3 de sus hijos habían muerto a corta edad. Ese mismo año fue recibida públicamente en la Tercera Orden Trinitaria en la Iglesia de San Carlo alle Quattro Fontane de Roma.
Era una mujer muy piadosa y seguidora del Evangelio. Su marido diría de ella: Habla de Dios sin ser fastidiosa como lo son muchos devotos. Su casa era un lugar donde recibía a los pobres al mismo tiempo que se ocupaba activamente de sus hijos y de su esposo.
Todo el dinero que podía ahorrar lo dedicó a los pobres y miserables y, aunque no era muy rica, era muy caritativa. Durante muchos años, cuando oraba en su capilla, tuvo frecuentes visiones y éxtasis, en la que preveía el futuro. Se dice que predijo la caída y muerte de Napoleón Bonaparte. También se afirma que un día se le aparecieron la Virgen María y el Niño Jesús sentados dentro del sol, y que fue la segunda mujer del siglo XIX en ser estigmatizada.
Murió en Roma el 26 de noviembre de 1837 a la edad de 68 años, y fue beatificada en 1920. Sus restos se veneran en la basílica romana de San Crisógono, de los trinitarios italianos.
Su fiesta se celebra el 9 de junio.
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