María Luisa Mestmann nació en 1837 en un pequeño pueblo llamado Wissembourg, en el noreste de Francia, muy cerca de la frontera con Alemania. Su padre era holandés y médico. Su madre era francesa y su abuelo materno era alemán. Su familia era rica y muy católica. Iba a misa todos los días. Su padre murió cuando María Luisa tenía 17 años. Buscó y encontró en María, “consuelo de los afligidos”, el consuelo que necesitaba.
Cuando cumplió 21 años en 1858, María Luisa se casó con Victor Hartzer, quien era director de la prisión. Tuvieron 2 hijos. Después de 11 años de matrimonio, Víctor se enfermó y ella lo cuidó con gran dedicación durante varios años hasta su muerte.
Se trasladó a Estrasburgo y continuó dedicándose a la educación de sus hijos mientras cuidaba de su madre enferma.
María Luisa pasó momentos de gran sufrimiento, pero buscó la fuerza en la oración porque tenía mucha fe en Dios.
En 1870, Alemania y Francia entraron en guerra, provocando muchas dificultades porque el lugar donde vivía se vio terriblemente afectado por la guerra. Fue durante este tiempo que sus 2 hijos decidieron convertirse en sacerdotes Misioneros del Sagrado Corazón. Como María Luisa estaba suscrita a la revista Anais, fue a través de ella que conocieron a las Misioneras del Sagrado Corazón.
En 1874, también a través de los Anales, María Luisa conoció la nueva Congregación fundada por el Padre Julio Chevalier - Congregación de las Hijas de Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Issoundun.
Visitó Issoundun por primera vez en 1876 y regresó 5 años después, decidida a concentrarse en esta congregación. Pero regresó muy decepcionada, porque la Congregación que una vez floreció exuberantemente, ahora estaba al borde del colapso. Luego comenzó a preguntarse si eso era lo que debía decidir. Por su parte, el padre Julio Chevalier la animó a rezar a Dios, con la intención de que Él la iluminara en su decisión. Permaneció en Issoundun y, después de 6 meses, solicitó unirse a la Congregación.
El 25 de marzo, 13 años después de la muerte de su esposo, realizó su sueño de ser miembro de esta familia religiosa. Poco menos de 9 años después de su ingreso, precisamente el 8 de diciembre de 1882, a pesar de su negativa, el padre Julio Chevalier la presentó al grupo como Superiora y Maestra de Novicios.
El 9 de septiembre de 1884, María Luisa hizo sus primeros votos junto con otras cuatro hermanas. Para el año 1888 ya había asumido la plena responsabilidad de la formación de las novicias y estaba tomando decisiones importantes para la vida de la nueva Congregación de las Hijas de Nuestra Señora del Sagrado Corazón.
Madre María Luisa, entregó su alma a Dios en 1908, después de 26 años de animar y guiar a la congregación.
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