Eustaquio Montemurro nació en Gravina di Puglia el 1 de enero de 1857. Después de los estudios clásicos, obtuvo un diploma en matemáticas y ciencias naturales en la Universidad de Nápoles en 1879 y, en 1881, un título en medicina y cirugía. Con dedicación y competencia, se dedicó a la profesión de médico, maestro y director, miembro y presidente de organizaciones de caridad.
Le preocupaban las necesidades de los más vulnerables, especialmente de los enfermos y de los niños. Comprometido en política como concejal municipal, se tomó muy en serio el "problema social", apoyando con valentía los intereses de los niños campesinos y prestando especial atención a las demandas de los jóvenes. Mientras tanto, sentia el llamado del Señor al sacerdocio, después de reflexionar y dela recuperación del tifus, contraído mientras asistía a sus pacientes, en 1902, ingresa al seminario a los 45 años y, en 1904, fue ordenado sacerdote.
Durante su primera asignación como vice párroco, con el consejo de su director espiritual, el Siervo de Dios, el Padre Antonio M. Losito, Redentorista, y junto con su amigo fraternal, Don Saverio Valerio (1878 - 1937) y el padre jesuita Gennaro Bracale (1865 - 1933), en 1907 fundó la congregación de los Hermanitos del Santísimo Sacramento, para el culto eucarístico y la formación de buenos párrocos y, el año siguiente, el de las Hijas del Sagrado Costado, para la reparación de las ofensas al Corazón de Jesús y a la educación cristiana y civil de las niñas del pueblo.
En 1911, luego de muchas dificultades e incluso acusaciones sobre las fundaciones de don Montemurro y el Padre Aníbal asume la dirección de las Hijas del Sagrado Costado y de los Hermanitos del Santísimo Sacramento. Sacramento, con la esperanza de que el amigo fundador algún día pueda asumir el liderazgo nuevamente. Cuando se dio cuenta de que el regreso no era posible, mantuvo bajo su dirección a las Hijas del Sagrado Costado, que luego se dividieron en dos ramas, las Hermanas Misioneras del Sagrado Costado y de María dolorosa y las Catequistas Misioneras del Sagrado Corazón. En cambio, los nueve aspirantes a sobrevivientes de los Hermanitos, ingresaron a otras congregaciones y solo tres fueron ordenados sacerdotes.
Don Eustaquio y Don Saverio con autorización del Papa, vivieron el en Santuario de la Virgen del Rosario de Pompeya, dedicándose al ministerio de confesión, catequesis y dirección espiritual de niños y adultos y para el cuidado pastoral y físico de los enfermos y moribundos, especialmente durante la famosa epidemia de fiebre española. El Siervo de Dios Eustaquio Montemurro murió el 2 de enero de 1923. La causa de la beatificación aún continúa.
Le preocupaban las necesidades de los más vulnerables, especialmente de los enfermos y de los niños. Comprometido en política como concejal municipal, se tomó muy en serio el "problema social", apoyando con valentía los intereses de los niños campesinos y prestando especial atención a las demandas de los jóvenes. Mientras tanto, sentia el llamado del Señor al sacerdocio, después de reflexionar y dela recuperación del tifus, contraído mientras asistía a sus pacientes, en 1902, ingresa al seminario a los 45 años y, en 1904, fue ordenado sacerdote.
Durante su primera asignación como vice párroco, con el consejo de su director espiritual, el Siervo de Dios, el Padre Antonio M. Losito, Redentorista, y junto con su amigo fraternal, Don Saverio Valerio (1878 - 1937) y el padre jesuita Gennaro Bracale (1865 - 1933), en 1907 fundó la congregación de los Hermanitos del Santísimo Sacramento, para el culto eucarístico y la formación de buenos párrocos y, el año siguiente, el de las Hijas del Sagrado Costado, para la reparación de las ofensas al Corazón de Jesús y a la educación cristiana y civil de las niñas del pueblo.
En 1911, luego de muchas dificultades e incluso acusaciones sobre las fundaciones de don Montemurro y el Padre Aníbal asume la dirección de las Hijas del Sagrado Costado y de los Hermanitos del Santísimo Sacramento. Sacramento, con la esperanza de que el amigo fundador algún día pueda asumir el liderazgo nuevamente. Cuando se dio cuenta de que el regreso no era posible, mantuvo bajo su dirección a las Hijas del Sagrado Costado, que luego se dividieron en dos ramas, las Hermanas Misioneras del Sagrado Costado y de María dolorosa y las Catequistas Misioneras del Sagrado Corazón. En cambio, los nueve aspirantes a sobrevivientes de los Hermanitos, ingresaron a otras congregaciones y solo tres fueron ordenados sacerdotes.
Don Eustaquio y Don Saverio con autorización del Papa, vivieron el en Santuario de la Virgen del Rosario de Pompeya, dedicándose al ministerio de confesión, catequesis y dirección espiritual de niños y adultos y para el cuidado pastoral y físico de los enfermos y moribundos, especialmente durante la famosa epidemia de fiebre española. El Siervo de Dios Eustaquio Montemurro murió el 2 de enero de 1923. La causa de la beatificación aún continúa.
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