Nació el 26 de Octubre de 1848 en Florencia, Italia.
Mariana Donati desde jovencita había consagrado su corazón a Dios y al servicio de la Iglesia. En Florencia encontró al P Celestino Zini, escolapio, Provincial de Toscana, que fue su director espiritual y le ayudó a orientar su vida. A los 40 años, imbuida de espíritu calasancio, inició definitivamente su obra que se llamaría Congregación de las Hijas Pobres de San José de Calasanz, dedicada a atender a niños abandonados y de familias desestructuradas para educarlos “con corazón de madre”.
Al fundar la nueva Congregación en 1889, Mariana tomó el nombre de Celestina de la Madre de Dios; sus compañeras comenzaron a llamarla afectuosamente «madrina» y así siguen nombrándola hoy las Calasancianas cuando hablan de su Fundadora. En el mismo año León XIII consagró personalmente como obispo al Padre Zini en la Basílica de San Pedro, nombrándole arzobispo de Siena. Cuando murió a los tres años, otros escolapios apoyaron la naciente Congregación: Mario Ricci, Giovanni Giovanozzi, Alfonso ML´ Mistrangelo...
Monseñor Zini dirigió numerosos escritos a las religiosas calasancianas. Después de su muerte, Madre Celestina los estructuró y completó preparando un precioso libro que se titula «Manuale Calasanziano» y que es como un amplio comentario espiritual de las primeras Constituciones. En dicho libro la Madre Fundadora describe así el carisma de su Instituto: «Las Hijas Pobres de San José de Calasanz, reunidas a la sombra del Tabernáculo, unidas entre sí con el vínculo sagrado de la caridad, teniendo un solo corazón y una sola alma, consideran como un deber sagrado edificar a quienquiera se les acerque, santificarse personalmente y dedicarse con celo a la educación de las niñas necesitadas que el Señor les confíe, uniendo a las riquezas de la contemplación las de una santa entrega».
Celestina fue una verdadera alma contemplativa entregada a hacer el bien a los pequeños, como Jesús. Escribió un libro de meditaciones sobre la Pasión del Señor, recientemente reeditado, y escribió páginas de gran riqueza espiritual en el «Manual» citado, en otro libro para sus religiosas titulado «Devote pratiche giornaliere» y en numerosas cartas. Ella instauró en 1900, en la iglesia de la casa madre de Florencia, la Adoración Eucarística cotidiana como forma de oración continua calasancia para sus religiosas y niñas. Un siglo después continúa diariamente esta plegaria a Jesús eucarístico, expuesto en el altar mayor, en cuyos laterales están enterrados respectivamente Madre Celestina y Monseñor Zini.
El 18 de Marzo de 1925 fué acogida santamente en el seno de Nuestro Señor.
Beatificada el 30 de Marzo de 2008 por su Santidad Benedicto XVI.
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