Rafael Manuel Almansa Riaño nació en Bogotá el 2 de agosto de 1840. Fue religioso de la Provincia de los Frailes Menores en Colombia, en la cual emitió su profesión en 1865. Después de las leyes subversivas y de la dispersión de las comunidades religiosas, en 1866 fue recibido por el Obispo de Nueva Pamplona que en aquel año lo ordenó sacerdote. Vuelto a Bogotá, en 1897 el Arzobispo Mon. Bernardo Herrera Restrepo, que lo estimaba mucho, lo encardinó en la arquidiócesis y le confió la iglesia de San Diego, un tiempo atendida de los Frailes Menores. Aquí el P. Almansa, que había obtenido del Ministro General la facultad de continuar portando el hábito religioso, continuó su fervoroso apostolado con el mismo espíritu de simplicidad y de humildad de San Francisco. Verdadero “ángel de la paz” tuvo acceso a las casas de los pobres y de los ricos, de los humildes y de los potentes irradiando en su entorno el amor a Dios y a la Iglesia. Desarrolló una gran obra de pacificación y de mediación en momento críticos para la historia de su patria. Pobre entre los pobres, modesto y pacífico, ejercitó su ministerio de caridad hasta el final de su vida. Rodeado de una gran fama de santidad murió en Bogotá el 28 de junio de 1927. Su causa de beatificación tuvo inicio en 1995, Fue declarado Venerable el 26 de mayo de 2016, por el Papa Francisco.
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