Juana Enriqueta Josefina de los Sagrados Corazones Fernández Solar (nacida en Santiago el 13 de julio de 1900 y fallecida en Los Andes el 12 de abril de 1920) fue una religiosa católica chilena perteneciente a la orden de las Carmelitas Descalzas y es venerada en nuestro país como Santa Teresa de los Andes.
Desde pequeña se le reconoció su compromiso con los más pobres y por cumplir caritativamente su papel en cada actividad en el Colegio del Sagrado Corazón de Santiago. Espíritu que la llevó a decidir la opción por un futuro religioso, uniéndose a los 14 años con Jesucristo a través de las enseñanzas recogidas en su estadía en el Monasterio del Espíritu Santo de la diócesis de San Felipe.
“Cristo, ese loco de amor, me ha vuelto loca, decía. Y su ilusión y su constante fue asemejarse a Él, configurarse con Cristo. Por eso, deseando llegar a ser una excelente copia suya, vivió decidida a ir hasta el fin del mundo atravesando el fuego si hubiera sido preciso para serle fiel. Estaba siempre dispuesta a servir y a sacrificarse por los demás, sobre todo por alegría y felicidad, para hacer amable y atractiva la virtud. Su vida fue enteramente normal y equilibrada. Alcanzó una envidiable madurez integrando en la más armoniosa síntesis lo divino y lo humano: oración, estudios, deberes hogareños… y deporte, al que era aficionadísima, destacando en la natación y en la equitación“, es la descripción biográfica que le dedican en su propio Santuario, dándonos luces de como fue el camino vivido en la tierra.
Falleció aquejada de tifus y difteria a las 19:15 horas del 12 de abril de 1920, cuando apenas tenía 19 años y toda su vida dedicada a la oración. Fue inicialmente sepultada en el cementerio del convento y en 1940 fue trasladada al coro bajo, junto a la nueva gran capilla.
Fue beatificada por San Juan Pablo II en una celebración eucarística en el parque O’Higgins de Santiago el 3 de abril de 1987, durante su visita pastoral a Chile. Mientras que el 21 de marzo de 1993, fue canonizada en la basílica de San Pedro del Vaticano por el mismo pontífice durante una misa solemne que contó con más de 5 mil chilenos haciendo alabanzas a su gloria.
Teresa de Los Andes,
que de la mano de María te convertiste
en una joven enamorada de Jesucristo,
eres modelo de santidad
y camino de perfección para la iglesia.
Tú supiste reír, amar, jugar y servir.
Tú fuiste fuerte para asumir el dolor
y generosa para amar.
Tú supiste contemplar a Dios
en las cosas sencillas de la vida.
Muéstranos el amor del Padre
para vivir la amistad con alegría
y con ternura en la familia.
Ayuda a los débiles y a los tristes
para que el Espíritu
los anime en la esperanza.
Intercede por nosotros
Tú fuiste fuerte para asumir el dolor
y generosa para amar.
Tú supiste contemplar a Dios
en las cosas sencillas de la vida.
Muéstranos el amor del Padre
para vivir la amistad con alegría
y con ternura en la familia.
Ayuda a los débiles y a los tristes
para que el Espíritu
los anime en la esperanza.
Intercede por nosotros
y pide para Chile el amor y la paz.
Teresa de Los Andes,
hija predilecta de la Iglesia Chilena,
Religiosa del Carmelo,
amiga de los jóvenes,
servidora de los pobres,
ruega por nosotros cada día.
Amén.
Teresa de Los Andes,
hija predilecta de la Iglesia Chilena,
Religiosa del Carmelo,
amiga de los jóvenes,
servidora de los pobres,
ruega por nosotros cada día.
Amén.
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