sábado, 16 de mayo de 2020

Beato Jaime Oscar Valdés

Óscar Martín de las Mercedes Armando José Ramón Valdés, en su profesión religiosa conocido como fray Jaime Óscar Valdés, hermano de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, asesinado en las primeras semanas de la Guerra Civil española y beatificado en 2013.

Nacido en La Habana, Cuba, el 15 de enero de 1891 fue niño expósito, depositado a las puertas de la Casa Cuna de La Habana, regentadas por las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paul. En los años de la Casa Cuna formó parte de la célebre banda de Beneficencia de La Habana y aprendió un oficio, zapatero que le permitió sostenerse económicamente al salir de esta Institución. Durante aquellos años en su corazón surgió el deseo de consagrarse a Dios y dedicarse a la vida hospitalaria.

Ingresó en la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios en Ciempozuelos, Madrid, España, en el mes de febrero de 1913. Formó parte de las comunidades de Ciempozuelos y del Hospital de San Rafael de Madrid; destinado a Colombia en 1920, fue nombrado superior de la Casa de la Orden en Bogotá entre 1928 y 1931. Tras su regreso en 1931 a España lo destinaron al Hospital Infantil de Barcelona, siendo vicesuperior del mismo, desde donde pasó a Valencia en 1934 al Asilo – Hospital de La Malvarrosa.

Allí atendían a 110 niños discapacitados y se encargó de la farmacia y ropería y asistirá como enfermero en los consultorios médicos ambulatorios. Solía repetir mucho una frase que hacía muy suya: «Pelean Dios y Lucifer y no ha de salirse éste con la suya».

Desencadenada la Guerra Civil española, en la noche del 7 de agosto de 1936, junto con el superior, fue levantado de su cama en el ya desaparecido Asilo-Hospital y fue ejecutado en la Playa de la Malvarrosa, Valencia, cerca del hospital junto con ellos asesinarían a otros nueve hermanos de la misma comunidad. Contaba entonces con 45 años de edad, sus restos, abandonados en la playa no se conservaron.

Su beatificación fue el 13 de octubre de 2013 en el Complejo Educativo de Tarragona, por el papa Francisco.

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