miércoles, 18 de febrero de 2015

Beato Faustino Miguez y Beata Victoria Valverde

Faustino Míguez nace en el año 1831 en Xamirás, una de las trece aldeas pertenecientes a Acebedo del Río, provincia de Ourense. Cuarto y último hijo de Benito y María.

Recibió el nombre de Manuel en el Bautismo. Sus padres fueron labradores sencillos en su forma de vida y en su fe cristiana. Manuel crece en un ambiente familiar enmarcado por una gran fe en Dios, la oración la devoción a María, la solidaridad con los más necesitados y el trabajo.

Galicia, su paisaje, su estilo de vida, dejaron en Manuel una huella profunda. Se inició en las primeras letras en la escuela municipal de la aldea. En su juventud, y sintiéndose llamado al sacerdocio, estudia Latín y Humanidades en el Santuario de Nuestra Señora de los Milagros, en la provincia de Ourense. Allí su vida fue regada con un agua viva, regalo de Dios, que hizo brotar en su interior valores humano-religiosos y profundas convicciones. Todo ello le modela para acoger la llamada de Dios a entregar su vida.

Conoce allí a un sacerdote escolapio, familiar de uno de los compañeros a los que ayuda en el estudio. Este encuentro supone para Manuel descubrir una nueva dimensión de la elección divina: ser sacerdote y, además, maestro-educador, para identificarse así con Jesús que ama, enseña y acoge a los niños. Y todo según el espíritu de José de Calasanz. La respuesta de Manuel es ¡Sí, Señor!

Ingresa en el Noviciado de las Escuelas Pías de Madrid en diciembre de 1850. Es entonces cuando cambia su nombre de Manuel por el de Faustino de la Encarnación. Hizo su Profesión de Votos Solemnes el día 16 de enero de 1853 y fue ordenado sacerdote el día 8 de marzo de 1856, en la parroquia de San Marcos de Madrid.

La clave de su sacerdocio educador fue Cristo como punto de partida y meta de acción. Él le llamó, y en la respuesta: - SI, TE SEGUIRÉ SEÑOR-, toda la persona profunda de Faustino captó el sentido de la fraternidad universal.

Gasta día a día setenta y cinco años en el servicio y la cercanía. Descubre las necesidades de sus hermanos desde las suyas propias.

Le duele la enfermedad y hace lo posible por curarla.

Le duele la ignorancia y, para alejarla de la mente de los niños, enseña lo que él aprende antes estudiando e investigando. 

En 1857 es enviado a la nueva fundación escolapia de Guanabacoa, en Cuba, donde permanece durante casi tres años. En esta población se manifiestan sus dotes de educador y sus inclinaciones a la botánica y al estudio de las propiedades terapéuticas de las plantas.

En 1860 regresa de nuevo a España y es destinado a los colegios de San Fernando, Getafe y Celanova. En 1869 llega a Sanlúcar de Barrameda y permanece allí hasta 1873. Sale para desempeñar el cargo de bibliotecario en el Real Monasterio de El Escorial, donde aprovecha para seguir investigando las propiedades curativas de las plantas. Posteriormente, es enviado a Monforte de Lemos (Lugo), para desempeñar el servicio de Rector. En 1879 es destinado por segunda vez a Sanlúcar de Barrameda. Así como Calasanz vio la necesidad de escolarizar a los niños de las calles de Roma, Faustino Míguez descubrió esa misma necesidad en las niñas de Sanlúcar. El carisma de fundación que recibe le lleva a leer, desde el Evangelio, la marginación que sufre la mujer y a dar respuesta a esta necesidad en un servicio incondicional de caridad. Impulsado por el Espíritu, dio respuesta a esa necesidad y surge así la Congregación de Hijas de la Divina Pastora, cuyo objeto concreta el P. Faustino en las Bases de la misma: 

"Buscar almas y encaminarlas a Dios por todos los medios que estén al alcance de la caridad".

Para evitar que la inocencia del corazón se pierda entre las tinieblas de la ignorancia, propone una educación integral, que abarca la formación del corazón, los sentimientos, la personalidad y la ilustración de la inteligencia.

En el año 1888 es enviado a Getafe, lugar en el que muere el 8 de marzo de 1925.

Su obra nace en Sanlúcar de Barrameda (España) y se extiende por otros lugares: América, África y la India.

Es beatificado en Roma por su Santidad el Papa Juan Pablo II, el día 25 de octubre de 1998.

Beata Victoria Valverde

Victoria Valverde González nace el 20 de abril de 1888 en Vicálvaro, provincia de Madrid y es bautizada con el nombre de Francisca Inés de la antigua.De familia sencilla vive su infancia y juventud como cualquier niña de su tiempo.

Durante unos años está internada en un orfanato de las Hijas de la Caridad, allí recibeuna gran formación cristiana que la ayuda a sentirse llamada a la vocación religiosa como muestra de su infnito amor a Jesús.

Su inquietud por la vida religiosa la lleva a incorporarse a la comunidad de Sanlúcar de Barrameda, allí llega entre marzo o abril de 1910 con el frme deseo de pertenecer al Instituto Calasancio de Hijas de la Divina Pastora.

El 28 de agosto recibe los hábitos y decide cambiar su nombre por el de Victoria. Es en Sanlúcar donde recibe además sus votos temporales, hablamos ya del 16 de septiembre de 1911, M. Victoria tiene 23 años.

El 17 de septiembre de 1916, habiendo estado durante tres años en la comunidad de Monóvar (Alicante), recibe la Profesión Perpetua en Monforte de Lemos (Lugo).

En 1917, año de la fundación de la casa de Martos (Jaén), M. Victoria llega para incorporarse a la comunidad, allí permanecerá hasta su entrega defnitiva al Señor. Sólo se ausenta unos años cuando es nombrada Superiora de la comunidad de Sanlúcar de Barrameda.

M. Victoria vuelve defnitivamente a Martos en 1931, años más tarde, en 1937, la situación provocada por la Guerra Civil se complica cada vez más y numerosos religiosos/as son perseguidos/as, las iglesias quemadas o saqueadas, los colegios registrados contínuamente…

Ante esta situación M.Victoria concede a dos de sus hermanas de comunidad reunirse con sus familias, quedando ya sólo tres en Martos, M. Victoria, M. Amparo y M. Salesa Baña.

El 20 de Julio se ven obligadas a abandonar el colegio y se establecen en la casa de Dña. Ana Fernández, familia afín al colegio.

La situación cada vez es más complicada, en varias ocasiones le aconsejan salir de Martos, a lo que ella responde frme y convencidamente “Mientras haya una religiosa yo no me marcho de Martos”

Los días los pasaba rezando y pidiendo a Dios por sus hermanas… en todo momento se hizo cargo de cualquier responsabilidad, de hecho, acudía cada día al ayuntamiento para dar constancia de donde se alojaba cada una, y les tenía dicho “si os preguntan algo, no respondáis nada, decid que toda la responsabilidad es de vuestra superiora”.

El 12 de enero, en torno a las 8 de la tarde, llegan a por M. Victoria, y es conducida junto con tres religiosas más a la cárcel, allí pasan la noche rezando y hablando de cómo será el encuentro con el Padre, al que tanto aman y por el que van a entregar su vida.

En la madrugada del 12 al 13 de enero, M. Victoria junto a las demás religiosas es conducida al cementerio de Las Casillas, pedanía cercana a Martos, es allí, aferrada a la puerta del cementerio, como hija que quieren acogerse a los brazos del Padre donde M. Victoria es fusilada.

Pasados unos años se exhuman los cuerpos y es llevada y enterrada en una cripta de la Iglesia de la Virgen de la Villa, allí yacen sus restos junto con los de otros mártires.

La gracia del Espíritu nos hace ver la grandeza con la que vivió M. Victoria, y de como
aceptó la voluntad de Dios con un AMOR sin límites a El y al Instituto Calasancio, por ello, el 13 de ctubre de 2013, será Beatifcada en Tarragona como parte de los acontecimientos propios del Año de la Fe.



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