Nació en Caguas, Puerto Rico el 22 de noviembre de 1918. Fue el segundo de cinco hermanos. Dos hermanas se casaron, una es religiosa carmelita y su hermano es monje benedictino.
Charlie también se dedicó por entero a Dios como un laico al servicio de la Iglesia de Cristo. Fue un iluminado por su fe en la Resurrección y su amor profundo al Misterio Pascual. “Vivimos para esa noche”, llegó a decir de la Vigilia Pascual.
Excelente estudiante de primaria, tuvo que interrumpir sus estudios a los trece años por una colitis ulcerosa. Sólo pudo estudiar un año en la Universidad de Puerto Rico.(UPR) con promedio excelente de 4.0 puntos.. Trabajó como oficinista y traductor de documentos en la Estación Experimental Agrícola de la UPR. Gastaba su sueldo en producir y reproducir artículos religiosos, sobre todo Liturgia.
Realizó su principal labor apostólica en el Centro Universitario Católico en Río Piedras, promoviendo entre sacerdotes, religiosos y laicos la importancia del Misterio Pascual, fuente inagotable de Gracia.
De una memoria prodigiosa, un delicado sentido del humor y una vivacidad que no parecía natural a su condición de salud, Charlie compartió su fe y su amor por la liturgia con todos los que conocío.
Como fundador del Círculo de Cultura Cristiana, transmitió un pensamiento de perfecto equilibrio cristiano entre lo natural y lo sobrenatural, lo antiguo y lo moderno. En una descripción del círculo escribió: “Necesitamos católicos despiertos al momento actual [...] Católicos del presente, que sepan nutrirse del pasado, pero con los ojos puestos en el futuro.”
Charlie se distinguió además, por su espíritu universitario y ecuménico, en el sentido de universal. Su enfermedad (colitis ulcerosa) no le permitió terminar sus estudios, en los que prometía descollar. Pero trabajó en labores de oficina en la Universidad de Puerto Rico y luego se dedicó por completo al trabajo en el Centro Universitario Católico. No descuidó su responsabilidad social, sino que se informaba y educaba a otros sobre política y problemas sociales y en torno a la visión cristiana de las situaciones y sus soluciones. Gran parte de la carga de su apostolado recaía sobre su propio sueldo.
Todos los testimonios a su favor dan cuenta de su actitud de serenidad y fortaleza ante la enfermedad. De hecho, Charlie no daba señas de su enfermedad ni el gran dolor físico que le causaba. Vivió en un silencio heroico la enfermedad de colitis ulcerosa que desarrolló a los 13 años de edad y que culminó en un cáncer terminal.
A finales de 1962 se le detecta un cáncer del recto. Estando ya muy enfermo, dijo a su hermano monje: “Me voy a morir y no estoy preparado” A esto le siguió un período de oscuridad espiritual en el que sentía no encontrar al Dios al cual se había dado enteramente. Tiene una cruenta operación el 12 de marzo de 1963, Sólo unos días antes de su muerte encontró la paz de Dios. Muere en olor de santidad el sábado, 13 de julio de 1963. Fue beatificado en 2001.
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