Nelson Santana nació en la Hacienda Ronca, en la ciudad de Ibitinga, estado de San Paolo en Brasil, el 31 de julio del 1955. Era el tercer hijo de João Joaquim Santana u Ocrécia Aparecida Santana. Fue bautizado el 1º de octubre del 1955 en Ibitinga. La familia estaba compuesta por ocho hermanos, la infancia la vivió lejos de la ciudad y recibió la primera instrucción religiosa en familia. Frecuentó la escuela por algunos años en la misma Hacienda Ronca, donde residía.
En el 1964 fue internado al hospital pediátrico de la Santa Casa de Araqua (Estado de San Paolo) a causa de fuertes dolores al brazo. Durante su estancia al hospital, conquistó la simpatía y el amor de los médicos, enfermeros y otros niños también internados. Particularmente importante para él fue Sor Genarina Gecchele, de la Congregación de los Apóstoles del Sagrado Corazón de Jesús, que notó la pureza del niño y durante todo el periodo de estadía en el hospital se ocupó por transmitirle una buena catequesis cristiana. Nelson a quien todos llamaban Nelsinho, respondió con entusiasmo y gran interés a las enseñanzas cristianas. Hizo su Primera Comunión el 15 de julio de 1964 en la capilla del hospital donde se encontraba.
El Siervo de Dios tuvo la extraordinaria capacidad de entender el significado del sufrimiento de Nuestro Señor Jesucristo, comprendió así a fondo este mensaje que durante su permanencia en al hospital no si lamentaba, es más, consolaba a los demás, dijo un día a la madre: “promete a Jesús que no te lamentarás delante al sufrimiento y al dolor”. De hecho los dolores de Nelsinho al brazo aumentaban, le diagnosticaron un osteosarcoma al brazo, la solución que se presentaba era la amputación. Sor Genarina comunicó el delicado momento al niño, pero él comprendió muy bien y con seguridad respondió: “Ha dicho que el dolor es muy importante para aumentar el verdadero amor y mantener valerosamente el amor ya conquistado”.
Otros niños que estaban internados junto con el Siervo de Dios comprendían el sufrimiento de Nelsinho y continuamente le hacían compañía.
El Siervo de Dios cada día manifestaba el deseo de participar a la Comunión Eucarística. Al mismo modo afrontó serenamente el momento de la Unción de los enfermos y respondió con extraordinaria devoción a las oraciones del ritual. Murió santamente la Vigilia de Navidad del 1964 a causa del tumor. Fue sepulto en el cementerio de San Benedetto, en la ciudad de Araraquara, donde todavía reposa. Son tantísimos los devotos que cada día piden gracias y favores al pequeño Nelsinho y se acercan a orar en su tumba que está siempre cubierta de flores y velas.
Fue declarado Venerable, por el Papa Francisco en abril de 2019.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario