martes, 10 de febrero de 2015

Santa Bernardita Soubirous

Bernardita fue la elegida por la Virgen para acoger, transmitir y vivir el Mensaje de Lourdes.

Nació el 7 de enero de 1844. Fue bautizada en San Pablo, la parroquia local, el 9 de enero de 1844. Era la mayor de nueve hermanos. 

Los padres de Bernardita vivian en condiciones de extrema pobreza, Habitaban en un viejo sótano en un molino húmedo y miserable. Su padre, François Soubirous, tenía por empleo en el momento de las apariciones juntar la basura del pueblo y del hospital; su oficio era molinero, pero la escasez de trabajo hacía imposible desempeñarlo. Su madre, Louise Castérot, era una mujer piadosa y preocupada por sus hijos que ocasionalmente trabajaba de costurera.

Bernardita era pequeña para su edad, enclenque, ligeramente asmática, su cara era redonda pero regular, sus ojos hermosos. Todo en Bernardita respiraba inocencia, sencillez, bondad.

Tenía catorce años, pero la enfermedad y el trabajo le habían impedido ir a la escuela, por lo que no sabía leer ni escribir. Tampoco sabía hablar francés; sólo habla el dialecto de Lourdes, mientras que el catecismo se enseñaba en francés.

Acompañada de su hermana y de una amiga, Bernardita se dirige a la Gruta de Massabielle, al borde del Gave, para recoger leña, ramas secas y pequeños troncos. Mientras se está descalzando para cruzar el arroyo, oye un ruido como de una ráfaga de viento, levanta la cabeza hacia la Gruta: "Vi a una señora vestida de blanco: llevaba un vestido blanco, un velo también de color blanco, un cinturón azul y una rosa amarilla en cada pie”.Hace la señal de la cruz y reza el rosario con la Señora. Terminada la oración, la Señora desaparece de repente.

La última vez que Bernardita siente interiormente el misterioso llamamiento de la Virgen la lleva a dirigirse a la Gruta; pero el acceso a ella estaba prohibido y la gruta, vallada. Camina, pues, al otro lado del Gave, enfrente de la Gruta. "Me parecía que estaba delante de la gruta, a la misma distancia que las otras veces, no veía más que a la Virgen, ¡jamás la había visto tan bella!”

En noviembre de 1864 ingresa a la vida religiosa en Nevers, y recorre sucesivamente las etapas del postulantado, noviciado y profesión religiosa. Al comienzo, Bernardita sentía nostalgia de su tierra. Dirá: "Este es el mayor sacrificio de mi vida". Lo superará con gran ánimo, y también con humor. Y asumirá sin reservas esta nueva etapa: "Mi misión en Lourdes ha terminado", "Lourdes no es el cielo".

En 1864 pidió ser admitida en las Hijas de la Caridad de Nevens, donde profesó en 1875. Se desempeñó de enfermera y sacristana. Sin embargo sufrió muchas incomprensiones por parte de sus superioras,  y su salud empeoraba por su asma crónica y la tuberculosis ósea que sufría en una pierna.

El 11 de diciembre de 1878, guarda cama definitivamente en su “capilla blanca”, como llama ella a la gran cama con cortinas.

Muere el 16 de abril de 1879, a los 35 años. Su cuerpo se mantiene incorrupto, sólo recubierto el rostro y las manos con una fina película de cera.

El 14 de junio de 1925, beatificación de Bernardita por el Papa Pío XI, en San Pedro.

El 8 de diciembre de 1933, fiesta de la Inmaculada Concepción, Bernardita es canonizada por el Papa Pío XI.

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