Nació, el 01 de octubre de 1480, de la noble familia Thiene. Consiguió la licenciatura en ambos Derechos, en la ciudad de Padua y poco después recibía la tonsura y desempeñó el cargo de Protonotario Apostólico en la Curia Romana en tiempos del Papa Julio II.
Asociado a la Compañía del Amor Divino, se consagró a la oración, a la lectura de la Sagrada Escritura y al servicio de los enfermos incurables. Proponiéndose reformar la disciplina del clero, intentó renovar, en su tiempo, la forma de vida de los apóstoles. Por lo que, emitida la profesión solemne, el 14 de septiembre de 1524, fundó la Orden de los Clérigos Regulares (vulgarmente llamados Teatinos), junto a Juan Pedro Carafa, obispo de Chieti. Dotado de una gran amabilidad e inocencia de costumbres, promovió el esplendor del culto divino y la frecuencia de los sacramentos; celebró los piadosos misterios de la natividad y de la pasión de Cristo y profesó especial devoción a la bienaventurada Virgen María. Confiando sólo en la providencia de Dios empleó sus bienes y sus fuerzas en la ayuda a los pobres y miserables. Lleno de méritos y virtudes entregó su vida a Cristo, en Nápoles, el 7 de agosto de 1547.
Con gran devoción se venera su cuerpo en la basílica de San Pablo el Mayor de Nápoles. Urbano VIII lo beatificó en 1629. Clemente X lo inscribió en el registro de los santos el 12 de abril de 1671. Su festividad se celebra el 7 de agosto.
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