Nació Vicente de Paúl el 24 de abril de 1581 en Pouy, aldea al sur de Francia, frente a los Montes Pirineos. Su hogar estaba formado por una pareja de campesinos llamados Juan de Paúl y Bertranda Moras, a los cual Dios bendijo con seis hijos.
Desde niño, sobresalía en el tierno corazón de Vicente de Paúl la caridad y misericordia con los necesitados. A la edad de 12 años entró al Colegio de Dax y permaneció allí hasta los 16 años. Se trasladó a Tolosa para estudiar Teología en la Universidad y recibió la tonsura clerical y las cuatro órdenes menores.
Antes de cumplir 20 años, el 23 de septiembre de 1600 recibió la Ordenación Sacerdotal, en la capilla particular del Castillo de San Julián.
La vida del Padre Vicente fue una total dedicación de amor a todos y a Dios sin reservas; vida de un verdadero amigo que se entiende con Dios para los pobres. Mientras cuidaba de los pobres, se preocupó por formar buenos sacerdotes y por mover a los cristianos al servicio de amor al prójimo. Una de sus acciones más extraordinarias tuvo lugar con los galeones. Al visitar la galera de Marsella, centro donde venían a parar los veteranos del vicio, los más obstinados criminales para remar como esclavos al servicio de la flota real, practicó actos de humildad, de mansedumbre y abnegación. Conmovido por la desaparición de un joven galeote, arrancado intempestivamente de los brazos de su esposa y de sus hijos, se acercó a él y quitándole las cadenas, se ofreció a quedarse en su lugar.
El 27 de septiembre de 1660, Dios lo llevó a su gloria. Fue beatificado en 1729 y canonizado por el Papa Clemente el 16 de julio de 1737. Formó el ejército de los Ordenados, donde revivió el fuego del sacerdocio. Comenzó la Reforma del Clero: así se echaron los primeros fundamentos de la Gran Iglesia de Francia. Fundó instituciones como: La Cofradía de la Caridad, La Congregación de la Misión (Padres Vicentinos), Las Hijas de la Caridad, hospitales, asilos para ancianos y niños.
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