Edith Stein nació el 12 de octubre de 1891, en la entonces ciudad alemana de Breslau (hoy Wroclaw- capital de la Silesia, que pasó a pertenecer a Polonia después de la segunda guerra mundial).
Ella era la menor de los 11 hijos que tuvo el matrimonio Stein. Sus padres, Sigfred y Auguste, dedicados al comercio, eran judíos. Él murió antes de cumplir Edith los dos años, y su madre hubo de cargar con la dirección del comercio y la educación de sus hijos.
Edith escribió de sí misma que de niña era muy sensible, dinámica, nerviosa e irascible, pero que a los siete años ya empezó en ella a madurar un temperamento reflexivo. Pronto Edith se destacará por su inteligencia y por su capacidad de estar abierta a los problemas que la rodean.
En plena adolescencia deja la escuela y la religión porque no encuentra en ellas sentido para la vida. Surgen sus grandes dudas existenciales sobre el sentido de la vida del hombre en general, y se percata de la discriminación que sufre la mujer. Y desde ahí inicia su búsqueda, motivada por un sólo principio: “estamos en el mundo para servir a la humanidad”.
En 1913, atraída por la fenomenología de Husserl, se hace su discípula y asistente.
Pronto interrumpe sus estudios y trabajos para colaborar con su ayuda en la 1ª Guerra Mundial. Durante 6 meses trabajará como enfermera de la Cruz Roja en 1915. Será un encuentro decisivo con las situaciones límite en la vida del hombre: el dolor, el odio, la guerra, la muerte. Será un aliciente para seguir buscando respuestas.
En 1916 concluye su tesis de doctorado sobre la empatía, y hasta 1918 trabaja como asistente de Husserl.
El estudio de fenomenología hecho con seriedad le lleva al conocimiento profundo de la Iglesia católica. Pero su conversión definitiva será en 1921 leyendo la Autobiografía de Santa Teresa de Jesús. Finalmente se bautiza en el año 1922, recibiendo el nombre de Teresa Edwig. Dios o “el Absoluto” llena toda su alma: “Cristo se elevó radiante ante mi mirada; Cristo en el misterio de la Cruz”.
Hasta 1933 será maestra, conferenciante, traductora y profesora de antropología.
A sus 42 años, el 15 de abril de 1934, viste el hábito carmelita en el convento de Colonia.
Pronto la atmósfera en Alemania se complica y ella presagia la suerte que le espera. Quieren salvarla haciendo que huya a Holanda, pero ella no accede, ya que eso implicaría abandonar a su hermana Rosa. El 7 de agosto del año1942, miembros de las SS se presentan en el convento y apresan a ambas para conducirlas al campo de concentración de Auschwitz.
Después de varios tormentos en la cámara de gas, el 9 de agosto moría la mártir de la Cruz, Sor Bendicta. Edith consuma su vocación en el martirio, entregando su vida por todos, por amor.
Fue canonizada como mártir en 1998. Luego, en octubre de 1999, fue declarada patrona de Europa junto con Santa Brígida y Santa Catalina.
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