Pedro Romançon. Nació en Thuret (Francia), el 14 de junio de 1805. En el seno de una familia de campesinos honrados y religiosos.
Era muy bajo de estatura, y cuando pidió ingresar en los hermanos de las Escuelas Cristianas, lo rechazaron por ser bajito. Pero al año siguiente pidió de nuevo ingresar y fue aceptado, con la ayuda del hermano director de Riom en 1820.
Desde 1821 hasta 1841 enseña sucesivamente en el conjunto de escuelas elementales que tienen los Hermanos en la región administrativa de Clermont-Ferrand. En 1841 es nombrado Director de la escuela que se abre en Saugues, un pueblo aislado en la planicie árida del sur de Francia.
Durante los 20 años que siguen, trabaja sosegada y eficazmente, como maestro y director, en la educación de los chicos del pueblo y de algunas granjas de los alrededores; gran parte de estos últimos ya son casi hombres pero no han estado nunca en la escuela hasta entonces. Aunque de baja estatura, el Hermano Benildo tiene fama de ser estricto pero justo. Pronto la escuelita se transforma en el centro de la vida social e intelectual del pueblo, con clases de noche para los adultos y un acompañamiento para los alumnos menos capacitados.
El extraordinario sentido religioso del Hermano Benildo es evidente para todos: durante la misa con los alumnos en la iglesia parroquial, en la enseñanza del catecismo, en la preparación de los chicos a la primera comunión, en las visitas a los enfermos y las oraciones con ellos, y los rumores de curaciones milagrosas. Es particularmente eficaz para atraer vocaciones. Cuando llega la hora de su muerte más de 200 Hermanos y un número impresionante de sacerdotes han sido alumnos suyos en Saugues. Entregó su alma a Dios el 13 de agosto de 1862. El Papa Pio XI subraya que se ha santificado soportando “el terrible cotidiano” y el decreto de beatificación “que ha cumplido las cosas comunes de una manera poco común”. Fue beatificado en 1948 y canonizado por el Papa Paulo VI en 1967.
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