El 11 de octubre de 1799 nacía en Arenys de Mar (Barcelona, España) Paula Montal Fornés. Esta mujer, nacida en el seno de una familia sencilla y muy cristiana, inscribiría páginas importantes en varios aspectos de la historia reciente de la Humanidad: fue una pionera y una adelantada a su tiempo, tanto en lo referido a la educación de la mujer como a la posibilidad de que ésta accediera a derechos entonces vedados para ella.
Pasó su infancia y juventud en su villa natal, trabajando desde los 10 años, a la muerte de su padre, y colaborando activamente en la pastoral catequística de la parroquia con las niñas y jóvenes. En 1829, a los 30 años, abrió en Figueras (Gerona) una escuela para niñas. A la escuela de Figueras siguieron otras siete fundaciones personales y así se fundó la Congregación de Hijas de María, Religiosas de las Escuelas Pías.
Para las Escolapias la educación es su carisma exclusivo, con toda la hondura y riqueza del término. La educación es algo más, en el pensamiento de Paula Montal, que la mera instrucción. La vertiente carismático educativa del Instituto Escolapio femenino tiene un objetivo claro y específico: la educación integral humano-cristiana de la niñez y juventud, especialmente de las clases populares para salvar las familias y para la transformación cristiana de la sociedad.
Paula Montal siempre quiso ser maestra, y lo logró con creces; ejerció como maestra toda su vida y dejó a las Escolapias, en las normas y reglamentos propios, una doctrina clara y sencilla de la mejor pedagogía. El trato amable a las alumnas, la participación activa de las niñas en su proceso formativo, la colaboración de los padres, la formación profunda del profesorado, la calidad de contenidos, lo ambicioso de la formación integral que pugnaba, no son sólo elementos actuales, sino los caracteres propios y genuinos de la pedagogía de Paula Montal, puestos en práctica desde el año 1829.
Inspirada en la pedagogía de San José de Calasanz definió su deseo de ser escolapia, de enseñar Piedad y Letras, haciendo realidad la expresión "quiero salvar las familias enseñando a las niñas el Santo temor de Dios", y aconsejaba a sus seguidoras: "Hemos de velar por la gloria de Dios y el bien de la sociedad".
Paula Montal murió en Olesa de Montserrat (Barcelona), el 26 de febrero de 1889. El 18 de abril de 1993, fue solemnemente Beatificada por el Papa Juan Pablo II en Roma.
Y el 25 de noviembre de 2001, en Roma, en una ceremonia a cargo del Papa Juan Pablo II, Madre Paula Montal fue solemnemente canonizada, en reconocimiento a su vida y obra.
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