viernes, 26 de junio de 2015

San Ricardo Pampuri

Nació el 2 de agosto de 1897 en Trivolzio (Pavía). Fue bautizado al día siguiente con los nombres de Herminio Felipe. Muy niño aún perdió a sus padres y fue confiado a los tíos maternos, que lo educaron cristianamente. Pasó la infancia y juventud dedicado al estudio y a obras de apostolado; prestó el servicio militar en los hospitales de guerra, curando y asistiendo con gran amor fraterno a los soldados heridos.

En 1921 se laureó con sobresalientes notas en medicina y cirugía en la Universidad de Pavía y poco tiempo después fue nombrado médico de familia en Morimondo, en la provincia de Milán, donde permaneció seis años, manifestando gran competencia profesional y una extraordinaria solicitud por los enfermos, a los que trataba de curar en el cuerpo y en el espíritu.

Fue un magnífico colaborador del párroco, presidente del Círculo Juvenil de la Acción Católica y Secretario de la Comisión de Misiones de la Parroquia. Siguiendo la vocación a la vida consagrada, ingresó en el noviciado de la Orden Hospitalaria de san Juan de Dios el año 1927, en Brescia, con el nombre de Fr. Ricardo.

Durante los tres años que vivió en la Orden, siguiendo el ejemplo del santo Fundador, observó la Regla y se distinguió por el recogimiento y la vida interior; fue ángel de consuelo para los enfermos, modelo para los Hermanos de comunidad, invitación al bien para los médicos y personal del hospital y para cuantas personas trataba en su apostolado hospitalario.

Murió santamente en Milán el 1º de mayo de 1930. Su cuerpo se venera en la iglesia parroquial y el corazón en la Casa de Reposo a él dedicada en Trivolzio. Juan Pablo II lo beatificó el 4 de octubre de 1981 y lo canonizó el 1 de noviembre de 1989.

miércoles, 24 de junio de 2015

San Juan Bautista, el precursor del Mesías.

La Iglesia celebra el nacimiento de Juan como algo sagrado y él es el único de los santos cuyo nacimiento se festeja”, explicaba el Obispo San Agustín (354-430) en sus sermones ya en los primeros siglos del cristianismo.

“Juan viene a ser como la línea divisoria entre los dos Testamentos, el antiguo y el nuevo. Así lo atestigua el mismo Señor, cuando dice: La ley y los profetas llegaron hasta Juan”, añadía el Santo Doctor de la Iglesia.

San Juan Bautista nació seis meses antes de Jesucristo. En el primer capítulo de San Lucas se narra que Zacarías era un sacerdote judío casado con Santa Isabel y no tenían hijos porque ella era estéril. Estando ya de edad muy avanzada, el ángel Gabriel se le apareció a Zacarías de pie a la derecha del altar.

El mensajero divino le comunicó que su esposa iba a tener un hijo, que sería el precursor del Mesías, y a quien pondría por nombre Juan. Zacarías dudó de esta noticia y Gabriel le dijo que quedaría mudo hasta que todo se cumpla.

Meses después, cuando María recibió el anuncio de que sería madre del Salvador, la Virgen partió a ver a su prima Isabel y se quedó ayudándole hasta que nació San Juan.

Así como el nacimiento del Señor se celebra cada 25 de diciembre, cercano al solsticio de invierno (el día más corto del año), el nacimiento de San Juan es el 24 de junio, alrededor del solsticio de verano (el día más largo). Así, después de Jesús los días van a más y después de Juan, los días van a menos hasta que vuelve “a nacer el sol”.

La Iglesia señaló estas fechas por el siglo IV con la finalidad de que se superpongan a dos fiestas importantes del calendario greco-romano: “día del sol” (25 de diciembre) y el “día de Diana” en el verano, cuya fiesta conmemoraba la fertilidad. El martirio de San Juan Bautista se conmemora cada 29 de agosto.

El Profeta del Altísimo

El 24 de junio de 2012, con ocasión de esta fiesta, el entonces Papa Benedicto XVI afirmó que el ejemplo de San Juan Bautista, llama a los cristianos “a convertirnos, a testimoniar a Cristo y anunciarlo a tiempo y contra el tiempo”.

En sus palabras previas al rezo del Ángelus, recordó la vida de San Juan Bautista e indicó que “si se excluye la Virgen María, el Bautista es el único santo de quien la liturgia festeja el nacimiento, y lo hace porque está estrechamente relacionado con el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios”.

“Desde el seno materno, en efecto, Juan es el precursor de Jesús: su prodigiosa concepción es anunciada por el Ángel a María como signo de que “nada es imposible a Dios”.

Benedicto XVI recordó que “el padre de Juan, Zacarías, marido de Isabel, pariente de María, era sacerdote del culto judío. Él no creyó enseguida al anuncio de una paternidad ya inesperada y por este motivo quedó mudo hasta el día de la circuncisión del niño, al cual él y su mujer le dieron el nombre indicado por Dios, es decir Juan, que significa ‘el Señor hace gracia’”.

“Animado por el Espíritu Santo, Zacarías habló así de la misión del hijo: ‘y tú niño serás llamado Profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor preparando sus caminos, para hacer conocer a su Pueblo la salvación mediante el perdón de los pecados’”.

Explicó que “todo esto se manifestó 30 años después, cuando Juan bautizaba en el río Jordán, se puso a bautizar, llamando a la gente a prepararse, con aquel gesto de penitencia, a la inminente venida del Mesías, que Dios le había revelado durante su permanencia en el desierto de Judea”.

“Cuando un día, desde Nazaret, viene Jesús mismo para hacerse bautizar, Juan primero rechazó, pero luego aceptó, y vio el Espíritu Santo posarse sobre Jesús y oyó la voz del Padre celeste que lo proclamaba su Hijo”.

El Santo Padre explicó que la misión de San Juan Bautista no se había cumplido hasta entonces, pues “poco tiempo después, se le pidió que anticipara a Jesús también en la muerte violenta. Juan fue decapitado en la cárcel del rey Herodes y así dio pleno testimonio del Cordero de Dios, a quien él, primero que todos, había reconocido e indicado públicamente”.

Benedicto XVI también recordó que "la Virgen María ayudó la anciana pariente Isabel a llevar hasta el último la concepción de Juan". "Ella ayude a todos a seguir a Jesús, el Cristo, el Hijo de Dios, que el Bautista anunció con gran humildad y ardor profético", concluyó.

fuente:https://www.aciprensa.com/noticias/hoy-la-iglesia-celebra-el-nacimiento-de-san-juan-bautista-el-ultimo-profeta-57569/


domingo, 21 de junio de 2015

Santa Marta

Santa Marta de Betania, hermana de María y Lázaro, patrona de los imposibles, del hogar, de las cocineras, amas de casa, sirvientas, casas de huéspedes, hoteleros, lavanderas y de las hermanas de la caridad.

Es a esta santa a quien el Señor le diría como narra el Evangelio de San Lucas, “Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena, que no le será quitada”.

Esta discípula de Jesús es generalmente invocada por los fieles para pedir su protección ante las cosas urgentes y difíciles, ya que fue a través de sus súplicas que obtuvo la resurrección de su hermano Lázaro.

La santa que siempre mostró su gran aptitud de servicio. Es también implorada para que ayude a los fieles a desempeñar sus deberes cristianos con diligencia y responsabilidad.

Los santos Basilio y Gregorio Magno la consideran modelo evangélico de las almas contemplativas.

San Andrés Apóstol

San Andrés es uno de los doce apóstoles, hermano de Simón Pedro. Su festividad es el 30 noviembre.

Cuenta el Evangelio de San Juan que Andrés se hallaba con San Juan a orillas del Jordán, donde el Bautista estaba bautizando cuando pasó Jesús. En ese momento Juan Bautista dice: "He ahí el Cordero de Dios". Entonces los dos discípulos al oír estas palabras fueron a buscar a Cristo, quien al ver que le seguían les dijo: "¿Qué buscan?", a lo cual ellos le contestaron "¿Dónde habitas?" Y Jesús respondió "Vengan y lo verán". Fueron, vieron donde vivía y permanecieron con Él durante aquel día. Andrés encontró luego a su hermano Simón y le dijo que había encontrado al Mesías y lo lleva hacia Jesús. San Andrés predicó el Evangelio en Patrás, Acaya. Fue crucificado en una cruz en forma de aspa dando testimonio de su amor a Cristo durante su martirio, por el cual ha merecido el título de "El apóstol de la Cruz".


Beata María Poussepin


Nace en Dourdan, cerca de París (Francia), en 1653. En esa época la miseria era grande: malas cosechas, enfermedades y guerras numerosas dejan al pueblo en un estado dramático. Marie Poussepin pertenece a una familia relativamente acomodada, pero su padre se declara en quiebra. Maria, que aun es joven, deberá encargarse de la empresa de su padre, una fabrica de calcetines, para subvenir a las necesidades de su familia, y también de la economía del pueblo.

Como directora de empresa, introduce nuevas máquinas (está abierta al progreso técnico de la época) pero sobre todo contrata a jóvenes, suprimiendo, para éstos la necesidad de pagar al maestro de aprendices los derechos de formación al aprendizaje. Esta práctica muy nueva entonces le permite ofrecer la posibilidad de adquirir un oficio       ( y por lo tanto unas ganancias) a unos pobres jóvenes, a huérfanos...

Marie Poussepin combina, al mismo tiempo, su responsabilidad de jefe de empresa con su compromiso en una Fraternidad de Caridad en su pueblo, y luego en una Fraternidad de la Tercera Orden Dominicana ( en 1693 ) En esos grupos Maria llega a ser rápidamente responsable, por el cuidado que pone en visitar a los enfermos, las viudas, los mendigos... Está presente, pues, en las dos facetas de la caridad: la economía y la compasión.

Conmovida por la miseria del campo y en particular por el estatuto de las huérfanas, de las viudas, de las mujeres enfermas y mas generalmente por la condición de la mujer pobre de su época, Maria Poussepin funda, en 1695, una fraternidad dominicana a la que entrega todos sus bienes personales. Esta Fraternidad instalada en un pueblo pequeño (Sainville) es una innovación: se trata de vivir juntas, según las costumbres dominicanas, pero sin clausura para poder irradiar la caridad; entiende así enfrentarse a un desafío: luchar contra la miseria y vivir plenamente la vida religiosa.

En Sainville organiza una pequeña escuela para las niñas, visita a los enfermos... La comunidad crece y rápidamente otras comunidades son creadas siempre al servicio de los mas pobres, de los enfermos, de las huérfanas. En vida de Marie Poussepin serán unas veinte en la región parisina, en Chartres... Sin embargo el Obispo de Chartres pone objeciones: para reconocer la congregación fundada por Maria exige que las hermanas renuncien a todo vinculo con los dominicos. María debe someterse; esos vínculos no serán restablecidos sino al final del siglo XIX e institucionalmente a mitad del siglo XX.

Marie Poussepin instituye una congregación original (las Hermanas de la Caridad Dominicas de la Presentación de Tours) en la que las hermanas trabajan gratuitamente al servicio de los pobres y deben además ganarse la vida (trabajo de tejido en la época de su fundación). Ella pone el ejercicio de la caridad (hoy se diría de la solidaridad) en el centro de la vida religiosa; el trabajo llega a ser el medio de vivir la pobreza religiosa. María dará una gran importancia al trabajo como verdadera ascesis y compromiso fraterno para alcanzar los objetivos de la congregación.

María falleció el 24 de enero de 1774 y fue beatificada por SS. Juan Pablo II en la basílica vaticana el 20 de noviembre de 1994.

sábado, 20 de junio de 2015

San Manuel González García

Manuel González García, obispo de Málaga y de Palencia, fue una figura significativa y relevante de la Iglesia española durante la primera mitad del siglo XX.

El cuarto de cinco hermanos, nació en Sevilla el 25 de febrero de 1877, en el seno de una familia humilde y profundamente religiosa. Su padre, Martín González Lara, era carpintero, mientras su madre Antonia se ocupaba del hogar. En este ambiente Manuel creció serenamente y con ilusiones, que no siempre pudo ver realizadas. Sin embargo, hubo una que sí alcanzó, y que dejaría huella en su corazón: formar parte de los famosos «seises» de la catedral de Sevilla, grupo de niños de coro que bailaban en las solemnidades del Corpus Christi y de la Inmaculada. Ya entonces su amor a la Eucaristía y a María Santísima se consolidaron. 

La vivencia cristiana de su familia y el buen ejemplo de sacerdotes le llevaron a descubrir su vocación. Sin previo aviso a sus padres, se presentó al examen de ingreso al seminario. Ellos acogieron esta sorpresa del hijo con aceptación de los caminos de Dios. Manuel, consciente de la situación económica en su casa, pagó la estancia de sus años de formación trabajando como fámulo. 

Finalmente llegó el esperado 21 de septiembre de 1901, fecha en la que recibió la ordenación sacerdotal de manos del beato cardenal Marcelo Spinola. En 1902 fue enviado a dar una misión en Palomares del Río, pueblo donde Dios le marcó con la gracia que determinaría su vida sacerdotal. Él mismo nos describe esta experiencia. Después de escuchar las desalentadoras perspectivas que para la misión le presentó el sacristán, nos dice: «Fuime derecho al Sagrario... y ¡qué Sagrario, Dios mío! ¡Qué esfuerzos tuvieron que hacer allí mi fe y mi valor para no salir corriendo para mi casa! Pero, no huí. Allí de rodillas... mi fe veía a un Jesús tan callado, tan paciente, tan bueno, que me miraba... que me decía mucho y me pedía más, una mirada en la que se reflejaba todo lo triste del Evangelio... La mirada de Jesucristo en esos Sagrarios es una mirada que se clava en el alma y no se olvida nunca. Vino a ser para mí como punto de partida para ver, entender y sentir todo mi ministerio sacerdotal». Esta gracia irá madurando en su corazón. 

En 1905 es destinado a Huelva. Se encontró con una situación de notable indiferencia religiosa, pero su amor e ingenio abrieron caminos para reavivar pacientemente la vida cristiana. Siendo párroco de la parroquia de San Pedro y arcipreste de Huelva, se preocupó también de la situación de las familias necesitadas y de los niños, para los que fundó escuelas. Por entonces publicó el primero de sus numerosos libros: Lo que puede un cura hoy, que se convirtió en punto de referencia para los sacerdotes. 

El 4 de marzo de 1910, ante un grupo de fieles colaboradoras en su actividad apostólica, derramó el gran anhelo de su corazón. Así nos lo narra: «Permitidme que, yo que invoco muchas veces la solicitud de vuestra caridad en favor de los niños pobres y de todos los pobres abandonados, invoque hoy vuestra atención y vuestra cooperación en favor del más abandonado de todos los pobres: el Santísimo Sacramento. Os pido una limosna de cariño para Jesucristo Sacramentado... os pido por el amor de María Inmaculada y por el amor de ese Corazón tan mal correspondido, que os hagáis las Marías de esos Sagrarios abandonados». 

Así, con la sencillez del Evangelio, nació la «Obra para los Sagrarios-Calvarios». Obra para dar una respuesta de amor reparador al amor de Cristo en la Eucaristía, a ejemplo de María Inmaculada, el apóstol san Juan y las Marías que permanecieron fieles junto a Jesús en el Calvario. 

La gran familia de la Unión Eucarística Reparadora, que se inició con la rama de laicos denominada Marías de los Sagrarios y Discípulos de san Juan, se extendió rápidamente y don Manuel abrió camino, sucesivamente a la Reparación Infantil Eucarística en el mismo año; los sacerdotes Misioneros Eucarísticos en 1918; la congregación religiosa de Misioneras Eucarísticas de Nazaret en 1921, en colaboración con su hermana María Antonia; la institución de Misioneras Auxiliares Nazarenas en 1932; y la Juventud Eucarística Reparadora en 1939. 

La rápida propagación de la Obra en otras diócesis de España y América, a través de la revista «El Granito de Arena», que había fundado años atrás, le impulsó a solicitar la aprobación del Papa. Don Manuel llegó a Roma a finales de 1912, y el 28 de noviembre fue recibido en audiencia por Su Santidad Pío X, a quien fue presentado como «el apóstol de la Eucaristía». San Pío X se interesó por toda su actividad apostólica y bendijo la Obra. 

Su entrega generosa y la vivencia auténtica del sacerdocio son, sin duda, el motivo de la confianza que el Papa Benedicto XV deposita en él, nombrándolo obispo auxiliar de Málaga; recibe la ordenación episcopal el 16 de enero de 1916. En 1920 fue nombrado obispo residencial de esa sede, acontecimiento que decidió celebrar dando un banquete a los niños pobres, en vez de a las autoridades; estas, junto con los sacerdotes y seminaristas, sirvieron la comida a los tres mil niños. 

Como pastor de la diócesis malagueña, inició su misión tomando contacto con la grey que se le había encomendado para conocer sus necesidades. Al igual que en Huelva, potenció las escuelas y catequesis parroquiales, practicó la predicación callejera conversando con todo el que se encontraba de camino... y descubrió que la necesidad más urgente era la de sacerdotes. Este problema debía afrontarse desde la situación del seminario, la cual era lamentable. Con una confianza sin límites en la mano providente del Corazón de Jesús, emprendió la construcción de un nuevo seminario que reuniese las condiciones necesarias para formar sacerdotes sanos humana, espiritual, pastoral e intelectualmente. Sueña y proyecta «un seminario sustancialmente eucarístico. En el que la Eucaristía fuera: en el orden pedagógico, el más eficaz estímulo; en el científico, el primer maestro y la primera asignatura; en el disciplinar el más vigilante inspector; en el ascético el modelo más vivo; en el económico la gran providencia; y en el arquitectónico la piedra angular». 

A sus sacerdotes, al igual que a los miembros de las diversas fundaciones que realizó, les propondrá como camino de santidad «llegar a ser hostia en unión de la Hostia consagrada», que significa «dar y darse a Dios y en favor del prójimo del modo más absoluto e irrevocable». 

Manuel González no escatima esfuerzos para mejorar la situación humana y espiritual de su diócesis. Su ingente actividad hace que no pase desapercibido, y con la llegada de la República a España su situación se hace delicada. El 11 de mayo de 1931 el ataque es directo, le incendian el palacio episcopal y ha de trasladarse a Gibraltar para no poner en peligro la vida de quienes lo acogen. Desde 1932 rige su diócesis desde Madrid, y el 5 de agosto de 1935 el Papa Pío XI lo nombra obispo de Palencia, donde entregó los últimos años de su ministerio episcopal. 

También hay que destacar, durante todos los años de su actividad pastoral, la fecundidad de su pluma. Con estilo ágil, lleno de gracia andaluza y de unción, transmitió el amor a la Eucaristía, introdujo en la oración, formó catequistas, guió a los sacerdotes. Entre sus libros, destacamos: El abandono de los Sagrarios acompañados, Oremos en el Sagrario como se oraba en el Evangelio, Artes para ser apóstol, La gracia en la educación, Arte y liturgia, etc. Escritos que por su gran difusión se han recopilado en la reciente edición de sus Obras Completas. 

Los últimos años su salud empeora notablemente, prueba que vive de modo heroico, sin perder la sonrisa de su rostro siempre amable y acogedor, y la aceptación de los designios del Padre. El 4 de enero de 1940 entregó su alma al Señor y fue enterrado en la catedral de Palencia, donde podemos leer el epitafio que él mismo escribió: «Pido ser enterrado junto a un Sagrario, para que mis huesos, después de muerto, como mi lengua y mi pluma en vida, estén siempre diciendo a los que pasen: ¡Ahí está Jesús! ¡Ahí está! ¡No lo dejéis abandonado!». 

Su Santidad Juan Pablo II declaró sus virtudes heroicas el 6 de abril de 1998, y aprobó el milagro atribuido a su intercesión el 20 de diciembre de 1999. Fue beatificado en el 2001 y canonizado por el Papa Francisco el 16 de octubre de 2016.

Santa María de Mattias


Nació el 4 de febrero de 1805 en Vallecorsa (Italia) en una familia acomodada y de profunda fe cristiana. Ya desde niña se familiarizó con la Sagrada Escritura, y sintió un gran amor a Jesús, Cordero inmolado por la salvación de la humanidad. Tuvo especial devoción por la Sangre de Cristo, derramada por amor a los hombres.

Por las costumbres de la época, vivió su niñez y adolescencia relativamente aislada, con pocos contactos y relaciones exteriores. En su interior, sin embargo, buscaba el sentido de su vida, que esperaba encontrar en un amor sin confines.

Se encomendó a la Virgen María para que la iluminara y Dios la hizo experimentar la belleza de su amor, que se manifestó con plenitud en Cristo crucificado, en Cristo que derramó su preciosísima sangre por nuestra salvación. Esta experiencia fue la fuente, la fuerza y la motivación que la llevó a difundir por doquier el amor misericordioso del Padre celestial, y el amor de Jesús crucificado.

Estaba convencida de que la reforma de la sociedad nace del corazón de las personas y que los hombres se transforman cuando llegan a comprender cuán valiosos son a los ojos de Dios, cuando caen en la cuenta del inmenso amor de que han sido objeto:  Jesús dio toda su sangre para rescatarlos.

Cuando tenía 17 años, san Gaspar del Búfalo predicó en Vallecorsa una misión popular y María vio cómo se transformaba el pueblo, con la conversión de muchas personas. En su interior surgió el deseo de contribuir, como ese santo, a la transformación espiritual de las personas.

Bajo la guía de un compañero de san Gaspar, el venerable don Giovanni Merlini, el 4 de marzo de 1834 fundó la congregación de las Religiosas Adoratrices de la Sangre de Cristo.

Además de promover la educación de las niñas, reunía a las madres y a las jóvenes para catequizarlas, para hacer que se enamoraran de Jesús, impulsándolas a vivir cristianamente, según su estado de vida. Muchos hombres, a los que no podía hablar, a causa de las costumbres de la época, acudían espontáneamente a escucharla.

A pesar de su carácter tímido e introvertido, el celo por la causa de Cristo la convirtió en una gran predicadora, que convencía tanto a las personas sencillas como a las cultas, tanto a los laicos como a los sacerdotes, porque cuando hablaba de los misterios de la fe daba la impresión de que había experimentado personalmente esas realidades. Su gran deseo era que no se perdiera ni siquiera una gota de la Sangre de Cristo, sino que llegara a todos los pecadores para purificarlos y para que, lavados en aquel río de misericordia, volvieran al buen camino.

Este celo arrastró a muchas jóvenes. Así, pudo fundar cerca de setenta casas religiosas, principalmente en Italia, pero también en Alemania e Inglaterra. Casi todas sus casas se abrían en pequeñas aldeas abandonadas del centro de Italia, a excepción de Roma, a donde fue llamada por el Papa Pío IX para dirigir el Hospicio de San Luis y una escuela en Civitavecchia.

Vivió toda su vida con el único deseo de agradar a Jesús, que le había robado el corazón desde su juventud, y con el compromiso gozoso de difundir al máximo el conocimiento del amor de Dios por la humanidad. Para ello no escatimó esfuerzos, ni se dejó abatir por las dificultades. Siempre actuó en profunda comunión con la Iglesia universal y particular, y por amor a ella.

Murió en Roma el 20 de agosto de 1866. Fue beatificada por el Papa Pío XII el 1 de octubre de 1950. Fue canonizada el 18 de mayo de 2003.

Santa María Mackillop

María Helena MacKillop nació en Fitzroy (Australia) el 15 de enero de 1842, hija primogénita de inmigrantes escoceses. En la primera juventud se sitió llamada por Dios a la vida religiosa, pero a pesar de desearlo no lo pudo realizar hasta los 25 años, porque debía ayudar en las necesidades de la modesta familia.

Obtuvo el 1860 el cargo de profesora en Penola, en el actual estado de Australia Meridional, donde encontró al padre Juliano Tenison Woods, que se convirtió en su padre espiritual, y fue luego cofundador con ella de la Congregación de las Hermanas de San José del Sagrado Corazón de Jesús, cuya regla fue escrita por el propio P. Woods, obteniendo la aprobación canónica del obispo local en 1868.

María Helena marchó a enseñar por cuatro años a Portland, en el estado de Victoria, para retornar a Penola en 1866, donde abrió una escuela católica para jóvenes pobres, ayudada por un primer grupo de muchachas jóvenes que adhirieron a su obra de caridad. El siguiente año, 1867, abrió una segunda escuela en Adelaide, y otra más en breve tiempo, al mismo tiempo que las hermanas aumentaban en número y la actividad se extendía no sólo a las escuelas sino también a la asistencia de los huérfanos, de los pobres, de los ancianos.

Pero pronto se presentaron dificultades, por imprudencia del propio P. Woods y por unos cambios en las Constituciones del Instituto que la fundadora María de la Cruz no aceptaba en absoluto, al punto de que por este conflicto se vio excomulgada por el obispo de Adelaide, quien de todos modos revocó la medida antes de morir. En 1873 viajó a Roma para pedir la aprobación del Instituto, y sobre sugerencias recibidas, reelaboró las regla original hecha por el P. Woods, el cual por este motivo se disoció de la congregación, quedando así sor María de la Cruz con todo el peso de la actividad y del cuidado, afrontando duras luchas y sacrificios, recorriendo enormes distancias (estamos en Australia) para visitar, sostener y ayudar a las hermanas donde sea que se encontrasen, y en esas condiciones consiguió la aprobación de León XIII en 1888.

Debilitada en el cuerpo por graves enfermedades, pero permaneciendo indómita en el espíritu, la madre María de la Cruz murió el 8 de agosto de 1909 en Sidney, y fue sepultada en la capilla de la Casa madre del Instituto. Actualmente las Hermanas de San José del Sagrado Corazón de Jesús son el grupo más numeroso de religiosas presentes en Australia, con fundaciones también en Nueva Zelandia y Perú. El papa Juan Pablo II la beatificó el 19 de enero de 1995, en Sidney. Fue canonizada en el 17 de octubre de 2010, durante el pontificado de S.S. Benedicto XVI.

jueves, 18 de junio de 2015

Beatos Mártires de Chimbote (Perú)

Los próximos beatos son los franciscanos polacos Michal Tomaszek y Zbigniew Strazalkowski y el P. Alessandro Dordi, sacerdote diocesano oriundo de Italia. Los religiosos polacos hacían parte de una misión de la provincia franciscana de Cracovia y llegaron a Perú en 1988 y 1989, donde aprendieron español y quechua para realizar la labor evangelizadora. Fueron destinados por el Obispo de Chimbote a la población de Pariacoto, donde dos años después fueron secuestrados y ejecutados.

El padre Dordi, por su parte, llegó a Perú en 1980 y trabajó en la región del Santa, en Ancash, Perú, y desarrolló una notable tarea de evangelización que incluyó la construcción de templos y casas parroquiales, además de labores de formación y desarrollo. El sacerdote supo de la muerte de los misioneros polacos y expresó su inquietud a un sacerdote amigo en una carta divulgada por la agencia ACI. "En estos días estamos particularmente angustiados y preocupados", comentó al citar el martirio. "Son dos franciscanos polacos que trabajaban en un valle como el mío (...). Sendero Luminoso, que con el terror quiere llegar al poder, ha puesto su mira en la Iglesia... La situación del Perú es angustiosa. Cada día nos preguntamos: ¿a quién le tocará hoy?". Su despedida en la carta evidencia la intuición de su propio martirio:"Adiós, ahora regreso ahí y me matarán". De manera análoga a los mártires polacos, el P. Dordi fue secuestrado y ejecutado en el campo.

Según los terroristas de Sendero Luminoso, de inspiración marxista, los misioneros predicaban "la paz y tranquilizan el pueblo con la religión, a través del Rosario, Misas, la Sagrada Escritura, y por eso la gente no quiere la revolución", afirma un texto citado por el Pastoral Center for English Speakers de Polonia. "Debemos matar a quienes predican la paz. La religión es el opio del pueblo, una forma de mantenerlos controlados".


El Papa Francisco autorizó el decreto de reconocimiento del martirio de los tres misioneros por odio a la fe el martes 03 de febrero de 2015. Serán beatificados el 05 de diciembre.

Más información en la página oficial: http://beatificacionchimbote.org/

martes, 16 de junio de 2015

Venerable Nicolás D´ Onofrio



"María Santísima, Madre, dame un grandísimo amor por ti. Que como fuego me incendie de amor y rece mucho para conquistar el mundo entero para tu corazón!"



Nació en Villamagna, provincia de Quieti, el 24 de marzo de 1943, y desde niño se sintió atraído por la vocación sacerdotal. Un religioso camilo de su localidad le invitó a ingresar en el Instituto de san Camilo y él lo aceptó con alegría. Tras superar la oposición de su familia, que quería que ingresara en el seminario diocesano, en otoño de 1955 era admitido en el estudiantado camiliano de Roma.


 Sus compañeros y superiores le describen como una persona «dinámica y jovial, siempre con la sonrisa en los labios, sincero en las palabras y generoso en todo. A Nicolás le caracterizaba también la peculiar obstinación de la gente de los Abruzos y físicamente era un muchacho agraciado, de belleza intensa y espiritual». Novicio a los 17 años, comenzó a practicar el ministerio camiliano dedicando parte de su tiempo al servicio de los enfermos en el hospital Forlanini de Roma y en la comunidad asistiendo a los hermanos enfermos.



A finales de 1962 advirtió los primeros síntomas de una enfermedad que le llevaría a la muerte cuando tenía solamente 21 años. Fue tratado en el hospital San Camilo y los médicos le diagnosticaron un teratocarcinoma. Las curas que recibía solamente conseguían suavizar el avance inexorable del la enfermedad, pero le permitieran también proseguir los estudios en la Universidad Gregoriana. Cuando por su insistencia le dijeron la verdad sobre su enfermedad, no se desesperó. Tras un momento de intensa reflexión delante de Jesús eucarístico en la capilla del seminario, se reincorporó a la vida de cada día con su sonrisa habitual.

Los superiores, que confiaban en un milagro, le llevaron en peregrinación a Lourdes y a Lisieux para suplicar la gracia de su curación. Nicola aceptó obediente y humildemente, pero sabía en el fondo del alma que era inútil. «No pediré mi curación -dijo-, sino sólo que pueda cumplir plenamente la voluntad de Dios». Como la enfermedad se agravaba, en mayo de 1964 se consiguió de la Santa Sede autorización para que anticipara la profesión perpetua, que emitió el 28 del mismo mes en la capilla del estudiantado camiliano. Fue conducido en silla de ruedas, estaba muy delgado, exhausto, y en ese estado pronunció la fórmula de entrega a Dios para siempre.

La mañana de 5 de junio, fiesta del Corazón de Jesús, plenamente consciente, aceptaba la administración del sacramento de la unción de los enfermos. Los últimos días de su vida terrena fueron de un sufrimiento continuo, duro, dramático. El cáncer avanzaba inexorablemente e invadía totalmente sus pulmones, añadiéndose a los atroces dolores los terribles momentos en los que se sentía ahogar. Nicola vivió estos momentos unido a la cruz de Cristo, invocando la ayuda de María, de san Camilo y de santa Teresa del Niño Jesús, siempre sereno, sin ceder jamás a la desesperación, procurando no molestar a quienes le atendían y esforzándose en disimular sus sufrimientos para evitar a su madre, siempre a su lado, mayores penas. Todos lo que le habían conocido desde niño seguían apenados el estado de salud de Nicola y se emocionaban cuando recibían noticias de la evolución de su enfermedad y de la actitud de abandono en la voluntad de Dios.

La tarde del 12 de junio de 1964, después de un día vivido en oración con los que le rodeaban, Nicola pasó a la eternidad. Su cuerpo descansa en Bucchianico, en la cripta del santuario de San Camilo, meta de continuas peregrinaciones. Fue declarado Venerable en el año 2005. Se espera su pronta beatificación.

viernes, 12 de junio de 2015

Canonización de Santa María Josefa Rossello


Hoy la Familia Rossellana, celebra un año más de la canonización de su Madre Fundadora Sor María Josefa Rossello, que fue beatificada en 1938, por Pío XI.

Los milagros que por su intercesión ante Dios, permitieron su canonización fueron:

El señor Pedro Molinari que sufría de meningitis, se curó en forma instantánea y perfectamente de su enfermedad, al tiempo de celebrarse este acontecimiento en el Vaticano. Este milagro ocurrió el mismo día de su beatificación, el 06 de noviembre de 1938.

El 1 de marzo de 1939, tuvo lugar un cuarto milagro gracias a la intercesión de la Madre Rossello a favor, esta vez, de la señora Teresa Rocchi  De Negri, quien sufría desde hacía mucho tiempo de diabetes gangrenosa y se encontraba en estado coma.

Aprobados ambos milagros, el 12 de Junio de 1949, Fiesta de la Santísima Trinidad, su Santidad Pío XII, declaró Santa a la Beata María Josefa Rossello. Fueron sus palabras en la homilía:

¡Qué Madre la vuestra! ¡Qué santa! ¿Qué podemos decir aún ante Ella?, Qué puedo recomendarles… sino: ¡MÍRENLA!, ¡PÍDANLE!, IMÍTENLA!

Fiesta de Santa María Rosa Molas

Hoy 12 de junio se celebra la Fiesta de Santa María Rosa Molas, Fundadora de las Hermanas de Nuestra Señora de la Consolación.

Un abrazo cariñoso a toda la familia consolación en el mundo.


A Santa María Rosa Molas


A ti, Maestra en humanidad, elegida por el Señor para ser instrumento de consolación, que viviste abierta a las realidades de tu tiempo y fuiste un ángel de caridad, amiga de los pobres y humildes, signo visible del consuelo de Dios. Te damos gracias por permitir que la fuerza y la ternura de Dios actuaran en ti.
Tú que en todo descubriste sus huellas, intercede para que obtengamos la gracia de unirnos a Cristo y llevar su consuelo a nuestro mundo. Ayúdanos a vivir con alegría y esperanza nuestra condición de hijos y hermanos, comprometidos con la causa del Reino.
Que como tú podamos exclamar siempre:

Solo deseo que el pobre sea servido y Dios loado. AMEN.

jueves, 11 de junio de 2015

Inmaculado Corazón de María

La historia de la devoción del Inmaculado Corazón se inicia en el siglo XVII, como consecuencia del movimiento espiritual que procedía de San Juan Eudes.

Más adelante, en diciembre del año 1925 la Virgen Santísima se le apareció a Lucía Martos, vidente de Fátima, y le prometió asistir a la hora de la muerte, con las gracias necesarias para la salvación, a todos aquellos que en los primeros sábados de cinco meses consecutivos, se confesasen, recibieran la Sagrada Comunión, rezasen una tercera parte del Rosario, con la intención de darle reparación.

En la tercera aparición de Fátima, Nuestra Madre le dijo a Lucía: "Nuestro Señor quiere que se establezca en el mundo la devoción al Corazón Inmaculado. Si se hace lo que te digo se salvarán muchas almas y habrá paz; terminará la guerra.... Quiero que se consagre el mundo a mi Corazón Inmaculado y que en reparación se comulgue el primer sábado de cada mes.... Si se cumplen mis peticiones, Rusia se convertirá y habrá paz.... Al final triunfará mi Corazón Inmaculado y la humanidad disfrutará de una era de paz."

En un diálogo entre Lucía y Jacinta, ella, de diez años, dijo a Lucía: "A mí me queda poco tiempo para ir al Cielo, pero tú te vas a quedar aquí abajo para dar a conocer al mundo que nuestro Señor desea que se establezca en el mundo la devoción al Corazón Inmaculado de María".

"Diles a todos que pidan esta gracia por medio de ella y que el Corazón de Jesús desea ser venerado juntamente con el Corazón de su Madre. Insísteles en que pidan la paz por medio del Inmaculado Corazón de María, pues el Señor ha puesto en sus manos la paz del mundo."

El Papa Pío XII, el 31 de Octubre de 1942, al clausurarse la solemne celebración en honor de las Apariciones de Fátima, conforme al mensaje de éstas, consagró el mundo al Inmaculado Corazón de María.

Asimismo, el 4 de mayo de 1944 el Santo Padre instituyó la fiesta del Inmaculado Corazón de María, que comenzó a celebrarse el 22 de Agosto. Ahora tiene lugar el Sábado siguiente al Segundo Domingo de Pentecostés.


miércoles, 10 de junio de 2015

La devoción al Sagrado Corazón de Jesús del Santo Hermano Miguel

El Santo Hermano Miguel, religioso ecuatoriano  de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, educador, catequista y escritor de numerosos libros educativos, tenía una gran devoción al Sagrado Corazón de Jesús.

Comparto con ustedes algunos de sus pensamientos:

"Dulcísimo Jesús, atraedme cada vez más adentro de vuestro Corazón, a fin de que vuestro amor me absorba y sea yo como abismado en vuestra mansedumbre. En vuestro Corazón es donde quiero tener mi morada; por medio de vuestro Corazón es como quiero amar".

"Si queremos ser verdaderamente devotos del Sagrado Corazón de Jesús y adelantar en su santo amor. hemos de desprender nuestro corazón de todo afecto natural para unirlo, pobre y miserable como es al que sólo puede y debe llenarlo, al Corazón de nuestro bondadoso y amable Salvador".

Oración al ir a clase: Divino Corazón de Jesús, preservadme de todo pecado, y no permitáis que sea yo ocasión de escándalo para ninguno de esos niños a quien tanto amáis. Angelitos son; no los convierta yo, con mis malos ejemplos o mis descuidos, en enemigos vuestro. ¡Oh no. Mil veces morir antes, Jesús mío!


martes, 9 de junio de 2015

La devoción al Sagrado Corazón de Santa María Josefa Rossello

La Santa Madre Rossello, sentía un gran amor al Sagrado Corazón de Jesús, y durante el mes de Junio especialmente invitaba a sus Hijas y a todas las personas a tenerle una gran devoción.

“Pidan ardientemente al Corazón de Jesús, les permita practicar la caridad que El, enseñó con el ejemplo y la palabra” SMJR

"Encomendémonos al Corazón de Jesús; penetremos en sus pensamientos y aprendamos sus lecciones de humildad, de paciencia, de mansedumbre, de caridad; para modelar nuestros corazones según este divino Ejemplo" SMJR.




 
SUPLICA AL SAGRADO CORAZÓN

Recuerda, ¡oh Sagrado Corazón de Jesús! Todo lo que hiciste por salvar a estas almas, que a Ti se ofrecen y consagran.
Por la suma bondad y la excelsa amabilidad de tu dulce y Sagrado Corazón, acuérdate de las gracias que prometiste en favor de quienes de El sean devotos. Sí, por tu inmenso amor y por los méritos de tantos sufrimientos padecidos por nosotros; con­cédenos:

1.      Las gracias necesarias para nuestro estado.
2.      La paz en nuestras familias.
3.      Consuelo en nuestras aflicciones.
4.      Ser nuestro refugio seguro en la vida y, en especial, en la muerte.
5.      Abundantes bendiciones sobre todas nuestras empresas.
6.      Que los pecadores encuentren en tu Corazón la fuente y el océano de        la Misericordia.
7.      Que las almas tibias se enfervoricen.
8.      Que las fervorosas alcancen rápidamente gran perfección.
9.      Bendecir, según tu promesa, nuestras Casas, donde tu Imagen es 
         expuesta y honrada.
10.    Conceder a los Sacerdotes el don de conmover los corazones más 
         endurecidos.
11.    Escribir nuestros nombres en tu Corazón, del cual propagaremos la           devoción.
12.    Si fuese según la Voluntad de tu Divino Corazón: la gracia de que estén mejor las enfermas, que no mueran tantas; para que en todo se haga, no nuestra voluntad, sino la tuya.
13.   Enviar a nuestro Instituto miembros inspirados por el espíritu del mismo, y según tu Corazón.
14.   Ya que eres un abismo de riqueza; enviarme, si es de tu agrado, lo necesario para vestir y mantener a mis pobres hijas y saldar las deudas; siempre, según tu voluntad.
15.    Como la mayor gracia: la de morir todas en tu dulcísimo Corazón y, con ésta, la perseverancia final, hasta el último aliento.

Concede estas mismas gracias, oh amabilísimo Corazón, no sólo a todas nosotras, sino también a nuestras educandas, a nuestros benefactores - que se preocupan por nuestro Instituto -, a nuestras pobres asistidas.
¡Oh María, en este día en que te entregamos el corazón, ofrécelo a tu Jesús por medio de esta súplica, que hago en nombre de todas!

Sor María Josefa Rossello, Superiora General de las Hijas de la Misericordia.





Sagrado Corazón de Jesús

  La difusión de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús se debe a Santa Margarita de Alacoque a quien Jesús se le apareció con estas palabras: "Mira este corazón mío, que a pesar de consumirse en amor abrasador por los hombres, no recibe de los cristianos otra cosa que sacrilegio, desprecio, indiferencia e ingratitud, aún en el mismo sacramento de mi amor. Pero lo que traspasa mi Corazón más desgarradamente es que estos insultos los recibo de personas consagradas especialmente a mi 
servicio.






He aquí las promesas que hizo Jesús a Santa Margarita, y por medio de ella a todos los devotos de su Sagrado Corazón:


1. Les daré todas las gracias necesarias a su estado.

2. Pondré paz en sus familias.

3. Les consolaré en sus penas.

4. Seré su refugio seguro durante la vida, y, sobre todo, en la hora de la muerte.

5. Derramaré abundantes bendiciones sobre todas sus empresas.

6. Bendeciré las casas en que la imagen de mi Corazón sea expuesta y venerada.

7. Los pecadores hallarán en mi Corazón la fuente, el Océano infinito de la misericordia.

8. Las almas tibias se volverán fervorosas.

9. Las almas fervorosas se elevarán a gran perfección.

10. Daré a los sacerdotes el talento de mover los corazones más empedernidos.

11. Las personas que propaguen esta devoción tendrán su nombre escrito en mi Corazón, y jamás será borrado de El.

12. Les prometo en el exceso de mi misericordia, que mi amor todopoderoso concederá a todos aquellos que comulgaren por nueve primeros viernes consecutivos, la gracia de la perseverancia final; no morirán sin mi gracia, ni sin la recepción de los santos sacramentos. Mi Corazón será su seguro refugio en aquel momento supremo.




lunes, 8 de junio de 2015

Corpus Christi



Corpus Christi es la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo, de la presencia de Jesucristo en la Eucaristía.

Este día recordamos la institución de la Eucaristía que se llevó a cabo elJueves Santo durante la Última Cena, al convertir Jesús el pan y el vino en su Cuerpo y en su Sangre.

Es una fiesta muy importante porque la Eucaristía es el regalo más grande que Dios nos ha hecho, movido por su querer quedarse con nosotros después de la Ascensión.


martes, 2 de junio de 2015

Santoral Franciscano Junio

Beata Florida Cevoli



Beata Florida Cevoli, nació en Pisa el 11 de noviembre de 1685, de familia noble. Ingresó en las clarisas capuchinas el año 1703, llegando a ser la mejor discípula y compañera de Santa Verónica Giuliani, a la que sucedió en el cargo de abadesa. Se distinguió por su espíritu de oración, su inserción en las tareas sencillas y cotidianas de la vida comunitaria, sus carismas extraordinarios, y por el impulso que dio a su Orden en la observancia fiel de la Regla. 

Murió el 12 de junio de 1767 en Città di Castello (Perusa). La beatificó Juan Pablo II el 16 de mayo de 1993.


San Antonio de Padua

Nace en Lisboa (Portugal) en 1195. A los 27 años se hizo franciscano y tomó el nombre de Antonio Fue a evangelizar al Africa pero el clima y el trabajo lo enfermaron. Se embarcó para España pero una tempestad lo llevó a Italia. Allí y en Francia predicó previniendo a la gente para que no se dejara engañar por los herejes albigenses.

Fue un evangelizador incansable. Repetía que el gran peligro del cristiano es predicar y no practicar, creer pero no vivir de acuerdo con lo que se cree.Los favores que consigue son inmensos. Es más amado e invocado por el pueblo humilde que ve en él un protector de los pobres y necesitados.

Murió el 13 de junio de 1231, a los 35 años. El Papa Gregorio XI lo declaró santo al año de muerto. Pío XII lo declaró "Doctor Evangélico". La gente experimenta que él conmueve a los ricos para ayudar a los pobres y consigue buenos matrimonios.


San Alberto Chmielowski 


Alberto, nació en Igolomia, cerca de Cracovia (Polonia), el 20 de agosto de 1845, de padres nobles. en su juventud, luchó por la libertad de su patria; luego se dedicó al estudio y al ejercicio de su vocación artística en el campo de la pintura; pero pronto centró su vida en el seguimiento de Cristo que atiende a los más pobres y necesitados; Fundó dos congregaciones los "Albertinos" y "Albertinas", por él fundados en el seno de la Orden Tercera de San Francisco, han seguido y ampliado su obra y su estilo humilde y fraterno. 


El hermano Alberto fue beatificado en Cracovia el 22 de junio de 1983 por el Papa Juan Pablo II, quien también lo canonizó el 12 de noviembre de 1989 en Roma.


Santo Tomás Moro


Tomás Moro nació en Londres el 7 de febrero de 1478 y fue decapitado en la misma ciudad el 6 de julio de 1535. Laico, casado y padre de cuatro hijos, amigo de los franciscanos y al parecer miembro de la Tercera Orden Franciscana, humanista y jurista, escritor y hombre de gobierno, por la coherencia con sus convicciones cristianas cayó en desgracia del rey Enrique VIII al oponerse a sus pretensiones. Fue canonizado por Pío XI en 1935, y Juan Pablo II lo proclamó patrono de los gobernantes y de los políticos en el 2000.