miércoles, 31 de mayo de 2017

Apóstol Santiago, el mayor

El nombre Santiago, proviene de dos palabras Sant Iacob. Porque su nombre en hebreo era Jacob. Los españoles en sus batallas gritaban:"Sant Iacob, ayúdenos". Y de tanto repetir estas dos palabras, las unieron formando una sola: Santiago y quien fuera uno de los Doce apóstoles de Cristo.

Era hermano de San Juan evangelista. Se le llamaba el Mayor, para distinguirlo del otro apóstol, Santiago el Menor, que era más joven que él. Con sus padres Zebedeo y Salomé vivía en la ciudad de Betsaida, junto al Mar de Galilea, donde tenían una pequeña empresa de pesca. Tenían obreros a su servicio, y su situación económica era bastante buena pues podían ausentarse del trabajo por varias semanas, como lo hizo su hermano Juan cuando se fue a estarse una temporada en el Jordán escuchando a Juan Bautista.

Santiago formó parte del grupo de los tres preferidos de Jesús, junto con su hermano Juan y con Simón Pedro. Después de presenciar la pesca milagrosa, al oír que Jesús les decía: "Desde ahora seréis pescadores de hombres", dejó sus redes y a su padre y a su empresa pesquera y se fue con Jesucristo a colaborarle en su apostolado. Presenció todos los grandes milagros de Cristo, y con Pedro y Juan fueron los únicos que estuvieron presentes en la Transfiguración del Señor y en su Oración en el Huerto de Getsemaní. ¿Por qué lo prefería tanto Jesús? Quizás porque (como dice San Juan Crisóstomo) era el más atrevido y valiente para declararse amigo y seguidor del Redentor, o porque iba a ser el primero que derramaría su sangre por proclamar su fe en Jesucristo. Que Jesús nos tenga también a nosotros en el grupo de sus preferidos.

Cuenta el Evangelio que una vez al pasar por un pueblo de Samaria, la gente no quiso proporcionarles ningún alimento y que Santiago y Juan le pidieron a Jesús que hiciera llover fuego del cielo y quemara a esos maleducados. Cristo tuvo que regañarlos por ese espíritu vengativo, y les recordó que El no había venido a hacer daño a nadie sino a salvar al mayor número posible de personas. Santiago no era santo cuando se hizo discípulo del Señor. La santidad le irá llegando poquito a poco.

Otro día Santiago y Juan comisionaron a Salomé, su madre, para que fuera a pedirle a Jesús que en el día de su gloria los colocara a ellos dos en los primeros puestos: uno a la derecha y otro a la izquierda. Jesús les dijo: "¿Serán capaces de beber el cáliz de amargura que yo voy a beber?" Ellos le dijeron: "Sí somos capaces". Cristo añadió: "El cáliz de amargura sí lo beberán, pero el ocupar los primeros puestos no me corresponde a Mí el concederlo, sino que esos puestos son para aquellos para quienes los tiene reservado mi Padre Celestial". Los otros apóstoles se disgustaron por esta petición tan vanidosa de los dos hijos de Zebedeo, pero Jesús les dijo a todos: "El que quiera ser el primero, que se haga el servidor de todos, a imitación del Hijo del hombre que no ha venido a ser servido sino a servir". Seguramente que con esta lección de Jesús, habrá aprendido Santiago a ser más humilde.

Después de la Ascención de Jesús, Santiago el Mayor se distinguió como una de las principales figuras entre el grupo de los Apóstoles.

La tradición de la Virgen del Pilar, tal como ha surgido de unos documentos del siglo XIII que se conservan en la catedral de Zaragoza, se remonta a la época inmediatamente posterior a la Ascensión de Jesucristo, cuando los apóstoles predicaban el Evangelio. Se dice que Santiago el Mayor había desembarcado en la Península por el puerto de Cartagena, lugar donde fundó la primera diócesis española, predicando desde entonces por diversos territorios del país. Los documentos dicen textualmente que Santiago, "llegó con sus nuevos discípulos a través de Galicia y de Castilla, hasta Aragón, donde está situada la ciudad de Zaragoza, en las riberas del Ebro. Allí predicó Santiago muchos días y, entre los muchos convertidos eligió como acompañantes a ocho hombres, con los cuales trataba de día del reino de Dios, y por la noche, recorría las riberas para tomar algún descanso". 

En la noche del 2 de enero del año 40, Santiago se encontraba con sus discípulos junto al río Ebro cuando "oyó voces de ángeles que cantaban Ave María, Gratia Plena y vio aparecer a la Virgen Madre de Cristo, de pie sobre un pilar de mármol". La Santísima Virgen, que aún vivía en carne mortal, le pidió al Apóstol que se le construyese allí una iglesia, con el altar en torno al pilar donde estaba de pie y prometió que "permanecerá este sitio hasta el fin de los tiempos para que la virtud de Dios obre portentos y maravillas por mi intercesión con aquellos que en sus necesidades imploren mi patrocinio". Desapareció la Virgen y quedó ahí el pilar. El Apóstol Santiago y los ocho testigos del prodigio comenzaron inmediatamente a edificar una iglesia en aquel sitio y, antes de que estuviese terminada la Iglesia, Santiago ordenó presbítero a uno de sus discípulos para servicio de la misma, la consagró y le dio el título de Santa María del Pilar, antes de regresarse a Judea. Esta fue la primera iglesia dedicada en honor a la Virgen Santísima.

​Junto cuando Santiago había vuelto a Jerusalem el rey Herodes Agripa se propuso acabar con los seguidores de Cristo, lo primero que hizo fue mandar cortarle la cabeza a Santiago, y encarcelar a Pedro. Así el hijo de Zebedeo tuvo el honor de ser el primero de los apóstoles que derramó su sangre por proclamar la religión de Jesús Resucitado.

En Chile el Apóstol Santiago es el patrono de la ciudad capital, Santiago de Chile, fundada como Santiago de la Nueva Extremadura en 1541, y comparte con la Virgen del Carmen el patronazgo del país. Los escudos de armas de la ciudad de Santiago, del Arzobispado de Santiago y de varias comunas de la Región Metropolitana, llevan en su contorno ocho conchas de oro en fondo azul, representando las letras del nombre del Apóstol. Así mismo, es venerado en otros poblados y localidades rurales de la zona norte y sur del país, donde su fiesta, el 25 de julio, es celebrada con gran solemnidad.

Santiago Apóstol además es patrón de las siguientes ciudades: 

Santiago de Compostela (España)
Santiago de Chile
Caracas, Venezuela (la cual fue fundada el 25 de julio de 1567 con el nombre de Santiago de León de Caracas).
Santiago de Guayaquil (Ecuador).
Santiago de Cuba
Santiago de Querétaro (México)
Montevideo (Uruguay)
Santiago de Cali, (Colombia)
Santiago de Guatemala
Santiago de Veraguas (Panamá)
Santiago de Chiuitos (Bolivia)
Santiago de los Caballeros (Rep. Dominicana)
Provincia de Santiago de México
Saltillo Coahuila (México)
Santiago de Sesimbra (Portugal)
Alanje (Panamá)
Santiago del Estero (Argentina)
Baradero (Argentina)
Provincia de Mendoza (Argentina)
Santiago Tuxtla, Veracruz (México)
Sahuayo, Michoacán, México
Santiago Apóstol de Tenjo (Colombia)

https://www.hermandadsantiago.cl/biografia-del-apostol

Beato Luis María Monti

Nació en Bovisio (Italia), en el seno de una familia humilde. Al morir su padre, se hizo carpintero (con 12 años) para ayudar a su numerosa familia. 
Joven apasionado, reunió en su taller a muchos artesanos y campesinos de su edad para dar vida a un oratorio vespertino que se llamó la Compañía del Sagrado Corazón de Jesús, pero en su pueblo los llamaban "La Compañía de los Hermanos".

Se caracterizaron por su austeridad de vida, la dedicación al enfermo y al pobre. En 1846, Luis se consagró a Dios y emitió votos privados de castidad y obediencia. Algunas personas del pueblo, junto al párroco, se opusieron de forma rastrera contra su labor y los acusaron falsamente de conspiración política contra la autoridad austríaca de ocupación. En 1851, fueron encarcelados en Desio, Milán, durante 72 días hasta que no se demostró su inocencia.

Ingresó en la Congregación de los Hijos de María Inmaculada, que cinco años antes había fundado el beato Ludovico Pavoni. Se hizo enfermero y ayudó a los enfermos de cólera de la epidemia de 1885, encerrándose voluntariamente en la leprosería local. Pero todavía no encontraba su camino, escribió: "Transcurría horas ante Jesús Sacramentado. Y, sin embargo, eran horas sin pizca de rocío celestial. Mi corazón permanecía árido, frío, insensible. Estaba a punto de abandonarlo todo cuando, de repente mientras me hallaba en mi celda, sentí una voz en mi fuero interno, clara y comprensible, que me decía: Luigi, dirígete al sagrario de la Iglesia y expone tus tribulaciones de nuevo a Jesús Sacramentado". Allí tuvo una visión de María y Jesús, que le anunciaron la cruz y su protección. 

A raíz de esta experiencia fundó el Instituto de los Hijos de la Inmaculada Concepción, al servicio de los enfermos. Tuvo dificultades para trabajar en los hospitales. Lo hizo en Roma en el hospital del Santo Espiritu, bajo la dirección de los capuchinos. Luis se especializó como flebotomiano, diploma que consiguió en la universidad de La Sapienza de Roma. La misión del nuevo Instituto fue ayudar a toda clase de enfermos, y a los heridos de las guerras, pero un hecho providencial, extendió su labor a los niños huérfanos, por ello abrió una casa de acogida en Saronno. 
Esta comunidad estaba formada sólo por hermanos, no hay sacerdotes. Luis murió casi ciego en Saronno, siendo siempre el superior. Fue beatificado por SS Juan Pablo II en 2003.

Beato José Gérard


José Gérard nació en la provincia de Lorraine, Francia, el 12 de marzo de 1831, en el seno de una familia de campesinos. Ingresó en el Seminario mayor de Nancy en 1849, y tras varias ocasiones en las que había podido escuchar las conferencias que los Misioneros Oblatos daban a los alumnos del Seminario, él y su compañero de seminario Mouchette consiguen el permiso para ingresar en el noviciado oblato de Nuestra Señora de L’Osier cerca de Grenoble. Es el año 1851.


El P. Richard, que fue su maestro de novicios, dijo de Gerard: “Creo que la Virgen quiere hacer de él un pequeño santo”. El 10 de mayo de 1852 fue admitido para hacer su profesión, su disposición la expresa así: “¡Oh Dios mío, sólo os pido una cosa, dadme, os conjuro, el espíritu de sacrificio que es el espíritu del verdadero Oblato de María Inmaculada! Sí, que yo sea una víctima perpetua, inmolada a vuestra gloria para la salvación de las almas. Dadme el amor a mi buena Madre…Que sea humilde, mortificado, caritativo.”

Continuó sus estudios en el seminario mayor de Marsella, bajo la dirección del P. Tempier. Recibió de manos de Monseñor Eugenio de Mazenod las órdenes menores, el subdiaconado y diaconado. Desde 1850, Roma había confiado a los Misioneros Oblatos el Vicariato Apostólico de Natal. La necesidad de enviar un segundo grupo de misioneros al África Austral, hace que Monseñor de Mazenod piense en enviar al joven diácono de 22 años a esta misión. El 10 de mayo de 1853, desde el puerto de Marsella salió hacia Natal. Algunos meses más tarde, el 13 de febrero de 1854 es ordenado sacerdote por Monseñor Allard, OMI. 

Los siguientes 60 años de su vida los pasa como misionero en estas tierras de África. Recorre las tierras del actual Lesotho, a lomos de su caballo “Artabán” en busca de cada persona. A lo largo de estos años de misión experimenta la falta de conversiones, pero también el fruto de su trabajo misionero: “Dios bondadoso nos consuela de vez en cuando con alguna conversión seria…Hace poco hemos tenido la alegría de bautizar, a una jornada de aquí, a un anciano…Cuando el agua santa se derramó sobre su frente endurecida, todo cambió. Yo enjugaba el agua santa lo mejor que podía y repetidas veces; cuando lo ungía con el santo crisma, sus pobres ojos estaban llenos de lágrimas de alegría y dicha. ¡Oh divina gracia, cómo sabes ablandar lo que hay de más duro, e iluminar lo que hay de más tenebroso!"

En 1914 una enfermedad lo postró, de tal modo que el 22 de mayo dijo su última misa, y descansó en el Señor el día 29 del mismo mes. Fue beatificado en 1988 en Maseru, capital de Lesotho por el propio Juan Pablo II.

martes, 23 de mayo de 2017

Frases de Don Bosco a María Auxiliadora


  • María ha sido siempre mi guía. El que pone su confianza en ella nunca quedará defraudado.
  • Es imposible ir hacia Jesús si no pasas por el Amor a María.
  • Santa María protege a los que están en la necesidad, anima a quien ha perdido la esperanza, fortifica las debilidades, ruega por el pueblo, asiste a los sacerdotes, intercede por las mujeres consagradas, que oigan tu materna ternura todos los que suplican tu ayuda.
  • Si quieres las alas del fervor, sea la Virgen María tu amor. Un alma a ella fiel puede al cielo llegar.
  • No gastes tu tiempo, haz el bien, hazlo sin medidas, piensa siempre en el amor a María y no te arrepentirás nunca de lo que has hecho. Cada momento es un tesoro.
  • María quiero llegar a tus pies benditos!
  • En el cielo nos quedaremos gratamente sorprendidos al conocer todo lo que María Auxiliadora ha hecho por nosotros en la tierra.
  • En todos los peligros yo te invoco Madre mía porque se que eres mi escudo protector.
  • Confía en María Auxiliadora y verás lo que son los milagros.
  • María nuestra Santa Madre, quiere la realidad no las apariencias. Camina con los pies en la tierra pero teniendo la mirada y el corazón en el cielo.
  • María es aquel Milagro que aún esperas.

domingo, 14 de mayo de 2017

San Juan Bautista De la Salle, Patrono de los educadores



Breve pontificio en que proclama
a San Juan Bautista de La Salle 
Patrono universal de los educadores Cristianos
S.S. Pío XII

Hubo un varón esclarecido, sobre todo por su santidad e ingenio, SAN JUAN BAUTISTA DE LA SALLE, quien por sí mismo y por la Congregación por él fundada formó a los jóvenes y forma todavía con excelente reglas y prácticas, y a quien se debe el adelanto de que en las casas de estudios llamadas "Seminarios de maestros de escuelas rurales" preparó sapientísimamente a los maestros de escuela para tan importante misión. Además, estimó en tanto el oficio de enseñar, que a sus compañeros cuyo Padre era, no quiso iniciar en el sacerdocio para que no se apartaran de su ministerio, y aún pensó que éste puede aprovechar mucho para la virtud y santidad. 

Por este motivo... el Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, al cumplirse el quincuagésimo aniversario de la canonización de SAN JUAN BAUTISTA DE LA SALLE ha presentado la petición para que Nos dignemos declararle celestial Patrono ante Dios de todos los maestros, eclesiásticos y seglares, ya se ejerciten en esta misión ya en los estudios que a ella conducen. Y Nos, persuadido que debe atribuirse la mayor importancia a la cristiana educación de la juventud, para que aquellos a quienes está encomendado el trato de las almas de los niños, o a quienes se preparan a llevar tal género de vida tengan más poderosa causa y estímulo para satisfacer tan importante deber según la religión y la fe, queremos cumplir estos deseos gustosísimo. 

Por lo cual, con conocimiento cierto y madura deliberación de Nuestra parte y plenitud de potestad apostólica, por la autoridad de estas Letras y para siempore CONSTITUIMOS A SAN JUAN BAUTISTA DE LA SALLE, CONFESOR, PRINCIPAL PATRONO CELESTIAL ANTE DIOS DE TODOS LOS MAESTROS CONSAGRADOS A LA EDUCACIÓN DE LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES, con todos los honores adjuntos y privilegios litúrgicos que a todos los Principales Patronos de agrupaciones se deben. No obstante, cualquiera cosa en contrario. Dado en Roma, junto a San Pedro, bajo el anillo del Pescador, el día 15 de mayo, en la fiesta de San Juan Bautista de La Salle, duodécimo de Nuestro Pontificado.

viernes, 12 de mayo de 2017

Sor María Lucía de Jesús y del Corazón Inmaculado


Lucía Dos Santos nació el 22 de marzo de 1907 en Ajutrel, caserío junto a Fátima. Cuando tenía nueve años fue enviada con sus primos, los beatos Francisco y Jacinta Marto a pastorear ovejas como de costumbre. Fue entonces que recibieron primero la visita del ángel y luego de la Virgen en la Cova de Iría. 

Lucía ingresó en 1921 con las Hermanas Doroteas. Estuvo con ellas en Tui y Pontevedra, España. En ambas ciudades tuvo importantes visitas de Jesús y de la Virgen. Recibió la Promesa de los Primeros Sábados, la Visión de la Trinidad, la petición de la consagración de Rusia, 1929. En 1946 regresó Portugal y, dos años después, entró en el Carmelo de Santa Teresa en Coimbra, donde profesó sus votos como carmelita en 1949.

La Virgen dijo a Francisco y Jacinta que pronto irían al cielo pero Lucia debía quedar en la tierra para propagar sus mensajes. Así ocurrió. El Papa beatificó a Francisco y Jacinta Marto durante el año jubilar, 2000, en Cova de Iría, en el santuario de las apariciones. Estaba, junto al Papa, Sor Lucia. 

Sor Lucía escribió dos volúmenes con sus "Memorias" y los "Llamamientos del Mensaje de Fátima".

Murió el 13 de Febrero del 2005, durante la novena de los beatos Francisco y Jacinta, en su querido Carmelo, donde muchos creen que aun era visitada por la Virgen y donde también el Papa Juan Pablo II la visitó.

Su proceso para su beatificación se encuentra muy avanzado.


jueves, 4 de mayo de 2017

Centenario de las apariciones de Nuestra Señora en Fátima



Oración Jubilar de Consagración 

¡Salve, Madre del Señor,
¡Virgen María, Reina del Rosario de Fátima!
Bendita entre todas las mujeres,
eres la imagen de la Iglesia vestida de la luz pascual,
eres la honra de nuestro pueblo,
eres el triunfo sobre la marca del mal.

Profecía del Amor misericordioso del Padre,
Maestra del Anuncio de la Buena Nueva del Hijo,
Señal del Fuego ardiente del Espíritu Santo,
enséñanos, en este valle de alegrías y dolores,
las verdades eternas que el Padre revela a los pequeños.

Muéstranos la fuerza de tu manto protector.
En tu Inmaculado Corazón,
sé el refugio de los pecadores
y el camino que conduce hacia Dios.

Unido/a a mis hermanos,
En la Fe, la Esperanza y el Amor,
a ti me entrego.
Unido/a a mis hermanos, por ti, a Dios me consagro,
oh Virgen del Rosario de Fátima.

Y, en fin, envuelto/a en la Luz que de tus manos proviene,
daré gloria al Señor por los siglos de los siglos.

Amén.



San Agustín Roscelli

Nació en Bargone de Casarza Ligure (Génova, Italia), el 17 de julio de 1818 y fue bautizado inmediatamente pues se temía por su vida. Su familia era pobre y Agustín se dedicó desde niño a cuidar el rebaño paterno. Sus padres lo confiaron al Párroco, el Padre Andrés Garibaldi, quien le impartió los primeros elementos del saber.

En mayo de 1835, con ocasión de una misión, Agustín se sintió decididamente llamado al sacerdocio y se trasladó a Génova para comenzar los estudios. Los años de preparación a la Ordenación sacerdotal fueron duros y difíciles, debiendo él mismo afrontar graves desafíos económicos. Lo sostuvieron la voluntad tenaz, la intensa oración y la ayuda de personas buenas. 

El 19 de septiembre de 1846, fue ordenado sacerdote por el Cardenal Tadini. El Padre Agustín fue destinado inmediatamente al populoso barrio de San Martín de Albaro donde, con el espíritu de Cristo Pastor y con la administración de todos los sacramentos, inició su humilde servicio en la obra de santificación, dedicándose con esmero, caridad y con el ejemplo, al crecimiento espiritual del Cuerpo de Cristo.

En el confesionario adquirió un conocimiento concreto de la triste realidad y de los peligros en los que se encontraban tantas jóvenes que, por motivos de trabajo, se trasladaban a la ciudad convirtiéndose en fácil presa para los deshonestos. Allí, su corazón de padre se angustiaba y se conmovía al pensar que tantas almas sencillas podían perderse, porque se las dejaba solas e indefensas. En 1858 comenzó a colaborar con el Padre Francisco Montebruno en la Obra de los Artesanitos.

En 1872 amplió su campo de apostolado, dedicándose a atender a los presos de la cárcel de San Andrés. A los dos años también fue nombrado capellán de un orfanato y además llega a bautizar durante 22 años a más de 8000 recién nacidos en el hospital. Trabajó intensamente incluso a favor de las madres solteras, las que eran jovencitas sencillas del pueblo que, por la falta de un trabajo digno y retribuido, se convertían en víctimas de los malintencionados.

El Padre Roscelli reunió a un grupo de mujeres que pudieran ayudar a tantas jóvenes necesitadas de asistencia moral, e inició su trabajo dándoles instrucción religiosa y capacitación profesional. Mons. Salvador Magnasco le sugirió la idea de fundar una Congregación, idea que el mismo Papa Pío IX aprobó. Así surgieron las Hermanas de la Inmaculada. 

Dios llamó a este buen sacerdote a su presencia el 7 de mayo del año 1902. Juan Pablo II lo canonizó el 10 de junio del año 2001.