jueves, 31 de enero de 2019

Divina Pastora

María Divina Pastora, es una devoción que se extiende en España a partir de 1703 en que un sacerdote fraile de Sevilla, Fray Isidoro tuvo una visión de la Madre del cielo vestida de pastora. 

Son muy populares las representaciones y devociones de esta advocación en Andalucía (España). A partir de 1705, se comenzó a propagar por todos los territorios del reino de España y América esta advocación mariana.

San Faustino Miguez, confió en su maternal proteccion fundada por él, Hermanas Calasancias, Hijas de la Divina Pastora, extendiensose su devoción por miles de niños, niñas y familias donde esta presente el instituto.



La Divina Pastora en Venezuela.

La imagen de la Divina Pastora, Patrona del estado Lara (Venezuela), se encuentra en la iglesia de Santa Rosa, pueblo cercano a Barquisimeto. Los larenses la veneran con especial cariño y devoción. El comienzo de la veneración por la Divina Pastora en Venezuela se remonta al año de 1736, fecha en que el párroco de Santa Rosa encargó a un famoso escultor que le hiciera una estatua de la Inmaculada Concepción. No obstante, por una extraña equivocación, en lugar de la Inmaculada, llegó al pueblo la imagen de la Divina Pastora. De inmediato el párroco quiso devolverla, pero por mucho que lo intentaron, no pudieron levantar el cajón donde habían colocado la imagen. A partir de este momento la población interpretó este raro acontecimiento como señal de que la Divina Pastora quería quedarse entre ellos. En 1812 un terremoto destruyó el templo pero la imagen de la Divina Pastora quedó milagrosamente intacta. En 1855 la intercesión de la Divina Pastora en una procesión logró diezmar la epidemia de cólera en la zona de Barquisimeto. Por esa razón, en recuerdo de ese hecho, todos los 14 de enero se traslada, en una procesión multitudinaria y fervorosa, la Divina Pastora a Barquisimeto desde su iglesia de Santa Rosa. Hoy en día millones de devotos y peregrinos acuden todos los años procedentes de distintas partes de Venezuela y del mundo para acompañar a la Divina Pastora en su camino.


Oración 

Divina Pastora, Madre mía,
yo hijo tuyo me ofrezco a ti
y te consagro para siempre
todo lo que me queda de vida.
Mi cuerpo con todas sus miserias,
mi alma con todas sus flaquezas,
mi corazón con todos sus afectos y deseos.
Y si yo, vencido por el desaliento y la tristeza,
llegara alguna vez a olvidarme de Ti,
te pido por el amor que tienes a Jesús
me protejas como hija/o tuya/o
hasta que esté contigo en el cielo. Amén

Nuestra Señora de las Escuelas Pías

Nuestra Señora de las Escuelas Pías es una advocación mariana perteneciente a los Escolapios (Orden de las Escuelas Pías)

La imagen de la Virgen María pertenece a la advocación de Nuestra Señora de Frascati. La misma fue entregada por San José de Calasanz a esta población en el año 1617. Frascati fue la primera fundación de las Escuelas Pías fuera de Roma, realizada por el mismo Calasanz acompañado de Gaspar Dragonetti, Glicerio Landriani y otros tres compañeros.

Esta imagen, realizada en cobre, la había recibido el santo de manos de la familia romana Bovarelli. Ésta, permanecía en un oratorio hogareño perteneciente a dicha familia la cual se reunía diariamente a rezar el rosario a sus pies. La devoción se fue expandiendo lentamente a extraños, atraídos por las gracias y favores que la Bendita Madre otorgaba a sus devotos. Ante un robo y posterior devolución de la imagen, el Sr. Bovarelli decide obsequiar la imagen a José de Calasanz, para que sea expuesta a la veneración pública en una iglesia. Es así como Calasanz decide llevar la imagen a Frascati, constituyéndola protectora de las Escuelas Pías y de esa población. Es la misma imagen que posteriormente será invocada como Reina de las Escuelas Pías.

La población de Frascati recuerda la protección milagrosa de la Virgen María en los violentos terremotos que acechaban la región. No parece, sin embargo, debidamente probado el milagro que se atribuye a Calasanz de resucitar a un niño, ahogado por su madre mientras dormía, con sólo rezar una Salve con los niños ante la Madre de las Escuelas Pías. No obstante no ser un hecho científicamente cierto este milagro y su existencia nos hablan de tres firmes convicciones teológicas de la primera comunidad escolapia:

- la protección maternal de la Virgen,
- el poder de la oración en los niños,
- la intercesión del Santo Fundador.


María Rosa Mística

La devoción a la Rosa Mística recibe su auge a partir de las apariciones en Montichiari (Italia) en 1945, pero la devoción a esta advocación, ya estaba presente en la vida de la Iglesia desde hace muchos siglos antes, por ejemplo una de las letanías Lauteranas (1587), en honor a la Santísima Virgen, ya trae el título de María Rosa Mística. Otro ejemplo es que, desde el año 1738, en la diócesis de Speyer en Alemania, en el Santuario de Rosenberg, se venera la milagrosa imagen de la “Rosa Mística.” En el pedestal que sostiene a la imagen están pintadas tres rosas: una blanca, una roja y una dorada.

Las apariciones en Montichiari (norte de Italia):

En la primavera de 1947, Pierina Guilli, una mujer ejercía el oficio de enfermera, tuvo la aparición de una hermosísima señora que tenía el pecho atravesado por tres espadas y le dijo: “Oración, penitencia, reparación”. Tiempo después, el domingo 13 de julio de 1947, en el hospital, se apareció nuevamente la señora. Vestía de blanco y en lugar de las tres espadas tenía tres rosas, blanca, roja y dorada, que adornaban su pecho. Pierina le preguntó asombrada: "Por favor, dígame quién es usted". Con una dulce sonrisa la señora le contestó: "Soy la Madre de Jesús y madre de todos vosotros". En el mensaje que le dejó esa vez dijo que deseaba que el día 13 de cada mes se le consagrara como día Mariano y que cada 13 de julio de cada año fuera dedicado en honor de la Rosa Mística.
Luego le explicó El significado de las tres rosas:

-La rosa blanca simboliza el espíritu de oración
-La rosa roja, el espíritu de sacrificio (para reparar).
-La rosa dorada o amarilla, el espíritu de penitencia.

La Virgen continuó apareciéndose a Pierina y dejándole mensajes hasta el año 1970.

Nuestra Señora del Santísimo Sacramento

El título de Nuestra Señora del Santísimo Sacramento fue dado a María por San Pedro Julián Eymard en mayo de 1868, mientras que hablaba a sus principiantes.

Algunos años más tarde él describió lo que debe parecer su estatua: “La Virgen santa tiene al niño en sus brazos y él sostiene un cáliz en una mano y una hostia en la otra”.
.
Él les suplicó a que invocaran a María como “¡Nuestra Señora del Santísimo Sacramento, ruega por nosotros que recurrimos a ti!”.

Pio IX enriqueció la invocación con indulgencias.

Dos veces, San Pio X hizo lo mismo.

El 30 de diciembre de 1905, él concedió una indulgencia de 300 días al fiel que ore: “Nuestra Señora del Santísimo Sacramento, ruega para nosotros.”

Y dirá después “este título, de Nuestra Señora del Santísimo Sacramento, es quizás el más significativo de todos”.

En 1921 la Sagrada Congregación para los Ritos autorizó a las Congregaciones del Santísimo Sacramento a celebrar cada año, el decimotercero día de mayo, la “conmemoración solemne de la Santísima Virgen” con la intención de honrar a Maria bajo título de “Nuestra Señora del Santísimo Sacramento”.

El papa Juan XXIII codificó el título de Nuestra Señora del Santísimo Sacramento cuando declaró a Santo a Pedro Julián Eymard, el 9 de diciembre de 1962, al final de la última sesión del Concilio Vaticano II.


ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO

Virgen María, Nuestra Señora del Santísimo Sacramento, gloria del pueblo cristiano, gozo de la Iglesia universal, ruega por nosotros y concede a todos los fieles verdadera devoción a la Sagrada Eucaristía, siendo dignos de recibirla cada día.

Oración
Oh Sagrado Banquete, en el cual recibimos a Cristo, se renueva la Memoria de su Pasión, el alma se llena de gracia y nos es dada en prenda la vida futura!
V. Les has dado pan del cielo
R. Que contiene en sí todo deleite.

Oremos: Oh Dios, Tu nos has dejado el memorial vivo de tu Pasión bajo los velos de este sacramento. Concédenos, te suplicamos, venerar los sagrados misterios de tu Cuerpo y Sangre de manera que podamos siempre gozar de los frutos de tu Redención. Tu que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

lunes, 28 de enero de 2019

Santo Tomás de Aquino

De la familia de los condes de Aquino (Italia), nació, hacia el año 1225, uno de los santos filósofos más grandes del cristianismo. Santo Tomás estudió primero en el monasterio de Montecassino, luego en Nápoles. A los 18 años, contra la voluntad del padre y hasta perseguido por los hermanos que querían secuestrarlo, ingresó en la Orden de Predicadores de Santo Domingo, y completó su formación en Colonia donde tuvo por Maestro a San Alberto Magno, y después en París. Mientras estudiaba en esta ciudad se convirtió de estudiante en profesor de filosofía y teología. 
Sus grandes dotes de humildad hicieron que al principio su gran inteligencia y saber pasasen desapercibidos. Sus condiscípulos decían que era silencioso, meditativo y tímido. Compuso muchas obras, como sus comentarios sobre el Libro de las Sentencias de Pedro Lombardo, sobre el libro de Isaías y sobre el Evangelio según San Mateo. Hacia 1266, comenzó a escribir la más famosa de sus obras: la Suma Teológica. De vuelta a París, el santo continuó, en medio de sus clases, predicaciones y discusiones públicas, la redacción de la Suma, incluido el tratado de la Eucaristía. Dice una tradición que el Crucifijo le habló y le dijo: “Has escrito bien de mí, Tomás”, confirmando su teología eucarística. Posteriormente, Tomás fue llamado nuevamente a Italia y ocupó el cargo de rector en la Universidad de Nápoles.
Al año siguiente, por causa de una poderosa visión, Tomás cesó de escribir y enseñar, sin terminar la Suma Teológica. Se hallaba muy enfermo cuando el Papa Gregorio X lo invitó al Concilio de Lyon, pero durante el viaje su enfermedad se agravó aún más. La madrugada del 7 de marzo de 1274 falleció siendo trasladado a la abadía cistercience de Fossa Nuova. El Papa Juan XXII lo canonizó, en 1323.
fue declarado Doctor de la Iglesia en 1567 y santo patrón de las universidades y centros de estudio católicos en 1880. Su festividad se celebra el 28 de enero.

viernes, 25 de enero de 2019

Nuestra Señora del Perpetuo Socorro

El 27 de junio se celebra la Fiesta de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, patrona de los Padres Redentoristas y cuyo icono original está en el altar mayor de la Iglesia de San Alfonso.

Esta imagen recuerda el cuidado de la Virgen por Jesús, desde su concepción hasta su muerte, y que hoy sigue protegiendo a sus hijos que acuden a ella.

Se dice que en el siglo XV un comerciante adinerado del Mar Mediterráneo tenía la pintura del Perpetuo Socorro, aunque se desconoce el cómo llegó a sus manos. Para proteger el cuadro de ser destruido, decidió llevarlo a Italia y en la travesía se desató una terrible tormenta.

El comerciante tomó el cuadro en alto, pidió socorro y el mar se calmó. Estando ya en Roma, él tenía un amigo, a quien le mostró el cuadro y le dijo que un día el mundo entero rendiría homenaje a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.

Después de un tiempo, el mercader enfermó y, antes de morir, le hizo prometer a su amigo que colocaría la pintura en una iglesia ilustre. Sin embargo, la esposa del amigo se encariño con la pintura y este no realizó su promesa.

Nuestra Señora se le apareció al hombre en varias ocasiones pidiéndole cumpliera, pero al no querer disgustar a su mujer, enfermó y murió. Más adelante la Virgen habló con la hija de seis años y le dio el mismo mensaje de que deseaba que el cuadro fuera puesto en una iglesia. La pequeña fue y se lo contó a su madre.

La mamá se asustó y a una vecina que se burló de lo ocurrido le vinieron unos dolores tan fuertes que solo se alivió cuando invocó arrepentida la ayuda de la Virgen y tocó el cuadro. Nuestra Señora se volvió a aparecer a la niña y le dijo que la pintura debía ser puesta en la iglesia de San Mateo, que quedaba entre las Basílicas Santa María la Mayor y San Juan de Letrán. Finalmente, así se hizo y se obraron grandes milagros.

Siglos después, Napoleón destruyó muchas iglesias, entre ellas la de San Mateo, pero un padre agustino logró llevarse secretamente el cuadro y más adelante fue colocado en una capilla agustiniana en Posterula.

Los Redentoristas construyen la Iglesia de San Alfonso sobre las ruinas de la iglesia de San Mateo y en sus investigaciones descubrieron que antes ahí estaba el milagroso cuadro de del Perpetuo Socorro y que lo tenían los Agustinos. Gracias a un sacerdote jesuita conocieron el deseo de la Virgen de ser honrada en ese lugar.

Es así que el superior de los Redentoristas solicitó al Beato Pío IX, quien dispuso que el cuadro fuera devuelto a la Iglesia entre Santa María la Mayor y San Juan de Letrán. Asimismo, encargó a los Redentoristas que hicieran que Nuestra Señora del Perpetuo Socorro fuera conocida.

Los Agustinos, una vez que supieron la historia y el deseo del Pontífice, gustosos devolvieron la imagen mariana para complacer a la Virgen.

Hoy en día la devoción a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro se ha expandido por diversos lugares, construyéndose iglesias y santuarios en su honor. Su retrato es conocido y venerado en todas partes del mundo.

jueves, 24 de enero de 2019

Padre Esteban Gumucio Vives

Esteban nació en Santiago de Chile, el 3 de septiembre de 1914. Hijo de Rafael Luis Gumucio y de Amalia Vives, fue bautizado en la parroquia de Santa Ana el 8 de septiembre, con el nombre de Joaquín Benedicto. Cursó sus estudios de humanidades en el Colegio los Sagrados Corazones de Alameda. Ingresó a la Congregación de los Sagrados Corazones a los 18 años de edad, comenzando su noviciado en Los Perales con la toma de hábito el 28 de febrero de 1932.

Hizo su primera profesión temporal en Valparaíso el 12 de marzo de 1933, y su profesión religiosa perpetua, también en Valparaíso, el 22 de marzo de 1936. Después de haber efectuado sus estudios filosóficos y teológicos en nuestro Escolasticado de Los Perales, comenzó el camino de preparación hacia el ministerio presbiteral, recibiendo en Valparaíso la Tonsura el 21 de mayo de 1937, de manos de Mons. Rafael Edwards; en los días inmediatamente siguientes recibió las Órdenes menores. El 24 de septiembre de 1938 fue ordenado subdiácono en Los Perales, por Mons. Teodoro Eugenin SS.CC. El 9 de octubre de 1938 recibió el Diaconado de manos de Mons. Rafael Lira Infante, Obispo de Valparaíso. El 17 de diciembre de 1938 recibió en Valparaíso la Ordenación sacerdotal, de manos de Mons. Rafael Lira Infante.

Ciertos rasgos personales del Padre Esteban han sido siempre los mismos. Cuando teniendo 18 años de edad su Maestro de Novicios lo presenta a la primera profesión religiosa, en los primeros meses de 1933, lo describe así:

Tiene buena inteligencia y aplicación y puede seguir estudios superiores. Su juicio es recto; su carácter serio pero agradable lo hacen propio para la vida de comunidad. Durante todo el tiempo del noviciado ha gozado de muy buena salud, pero es un nervioso, con tendencia al sonambulismo. Ha sido buen novicio, regular, piadoso, modesto, obediente, trabajador, mas como verdadero chileno, distraído, olvidadizo y desordenado.
Provincial y Maestro de Novicios

Una vez que hubo terminado su formación, el joven sacerdote fue enviado en septiembre de 1939 como profesor del Colegio de los Sagrados Corazones de Valparaíso. A inicios del año siguiente fue enviado como profesor la Colegio de los Sagrados Corazones de Santiago (Alameda), donde permanece varios años. El 1 de enero de 1947 es nombrado Superior de la comunidad de Santiago. Luego de la visita del Padre Superior General, y en el contexto de las tensiones que producía en la comunidad religiosa, que integraba a hermanos europeos de diversas nacionalidades, la II Guerra Mundial, fue nombrado Superior Provincial a los 33 años de edad, el 21 de mayo de 1947, cargo que ejerció hasta septiembre de 1953. En ese momento la Provincia incluía las casas de Chile y de Perú.

Siendo Provincial, en septiembre de 1947 asistió al 27° Capítulo General, en Zandhoven (Búlgica), en el cual se acordó separar las casas de Chile de las del Perú, haciendo de estas una Pro-Provincia. Posteriormente visitó España y Roma. En 1952 visita Perú como delegado del Superior General, y el 21 de marzo instala en Lima al nuevo Pro-Provincial. En septiembre de 1953 participa en el 28° Capítulo General, en Zandhoven (Bélgica). Durante su tiempo de Provincial le correspondió ser el primer Presidente de la FIDE, federación que agrupaba a los diversos colegios católicos de Chile.

Después de terminar su cargo de Superior Provincial permanece en la comunidad de Santiago como Superior de la casa hasta fines de 1955. En septiembre de 1953 es designado Vice-Provincial, cargo que desempeña hasta agosto de 1959. De allí en adelante continuó como Consejero Provincial por muchos años. En 1970 participó en el 31° Capítulo General de la Congregación, celebrado en Roma. Ha participado activamente en todos nuestros Capítulos Provinciales, desde el 1° en el año 1967 al 13° en mayo del 2000.

En diciembre de 1955 es nombrado Maestro de Novicios en Los Perales y superior de la Casa. Esta importante tarea no le era del todo desconocida, ya que entre mayo y octubre de 1949 había reemplazado al Maestro de Novicios por ausencia del mismo. En abril 1961 viajó a Roma para asistir al Primer Congreso de Maestros de Novicios de la Congregación. Fue Maestro de Novicios en Los Perales hasta fines de 1963. Posteriormente retomó el cargo de Maestro de Novicios entre los años 1977 y 1983, en un noviciado que se estableció en diversas casas de la ciudad de Santiago, y un año en Talcahuano.
En la zona sur de Santiago

Desde inicios de 1964 es destinado a Santiago, junto a algunos jóvenes sacerdotes, para fundar una nueva parroquia en un naciente sector obrero del sur de la ciudad. Esta será la Parroquia de San Pedro y San Pablo, de la cual puede considerarse fundador. Es el primer párroco de San Pedro y San Pablo, entre los años 1965 y 1971; parroquia en la cual continúa trabajando hasta hoy. Sólo se ha ausentado parcialmente de ella entre los años 1977 y 1983 para ser maestro de novicios; y entre los años 1986 y 1989 para traba-jar en la Parroquia San José de La Unión, de la cual fue párroco el año 1987.

Desde inicios de 1990 vivió en la comunidad de Pasaje Cochamó 230, en la zona Sur de Santiago, colaborando pastoralmente en las Parroquias San Pedro y San Pablo, y Damián de Molokai. Además, en estos años desarrolló un muy amplio servicio de predicación de retiros al clero, religiosos, religiosas y laicos, a lo largo de todo Chile, y en países latinoamericanos. Una especial dedicación y afecto tuvo desde muchos años atrás por el movimiento de Encuentros matrimoniales, con el cual siempre colaboró activa y gustosamente. En su ancianidad tuvo también un particular cuidado por ayudar a las personas de tercera edad, tanto a través de escritos, como por medio de jornadas y retiros.

En mayo de 2000 le fue diagnosticado un cáncer de páncreas, que lentamente fue carcomiendo su cuerpo, al mismo tiempo que realzaba su calidad interior. En la fiesta litúrgica del Buen Pastor, Domingo 6 de mayo de 2001, a las 18,20 hrs. el Señor lo recibió en sus brazos.

Padre Mateo Crawley Boevey ss.cc.

Mateo Crawley-Boevey y Murga nació el 18 de noviembre de 1875 en Tingo, cerca de Arequipa (Perú). Por el sacramento del bautismo recibió el nombre de Eduardo Máximo. Su padre era inglés y su madre peruana. Cuando Mateo contaba dos años de edad su familia se trasladó a Inglaterra, donde permaneció hasta que el niño cumplió los ocho años. Regresaron a Arequipa y luego tomaron rumbo hacia la ciudad chilena de Valparaíso. Desde su infancia sufrió frecuentes ataques de bronquitis y una laringitis constante. Su madre le aseguró un día: Si Dios quiere que seas sacerdote y apóstol tendrá que hacer un milagro contigo, pues así como estás nunca podrás predicar.

Se educó en el colegio de los religiosos franceses de la Congregación de los Sagrados Corazones. En esta corta etapa podemos observar la rica confluencia de idiomas con que contó la formación del futuro apóstol.

Inició su noviciado el 2 de febrero de 1891. Antes de la profesión temporal su P. Provincial enviaba al Superior General una carta fechada el 10 de septiembre de 1892: Mañana profesará un joven novicio peruano, un simpático joven, modelo de piedad, de penitencia y de excelente carácter. Es el mejor de todos desde que se inauguró el noviciado en América del Sur. Él hizo mucho bien a los seis novicios que recientemente llegaron de Francia. Ya desde el noviciado Mateo fue un apasionado de la eucaristía y de la adoración.

El P. General planeaba enviar a Mateo a realizar los estudios eclesiásticos en la Universidad de Lovaina, pero su Provincial logró retenerlo en Chile. En una carta al Superior General expresa que quiere ser un santo y verdadero religioso.

Tras su ordenación sacerdotal en la Catedral de Santiago de Chile, el 17 de diciembre de 1898, sus superiores le ponen al frente de la Acción Social, una organización muy necesaria en el Valparaíso de la época, donde las clases trabajadoras eran explotadas en extremo. Trabajó también como profesor en el colegio y en la Universidad.

Su frágil salud cambia el rumbo de su vida.

Su dedicación a los más necesitados, a causa del terremoto que destruyó casi por completo Valparaíso el 16 de agosto de 1906, le condujo a un estado de total agotamiento. Los médicos aconsejaron al Provincial que hiciera viajar al enfermo durante un largo tiempo. Estas prolongadas vacaciones darán un nuevo rumbo a su vida. Llegó al monasterio de Paray-le-Monial donde santa Margarita María de Alacoque recibió las revelaciones del Corazón de Jesús. Aquí fue donde el P. Mateo descubrió su misión en la Iglesia: la entronización del Corazón de Jesús en los hogares, en los pueblos, en las ciudades y países. Y juntamente con esto la Hora Santa, la consagración de las familias al Sagrado Corazón, la práctica renovada de los primeros viernes, la adoración nocturna y cuanto se refiere a la devoción al Corazón de Jesús. Antes de dejar Paray-le-Monial se consagró totalmente al Corazón de Cristo: Sagrado Corazón de Jesús, supremo amor de mi vida, yo me consagro a Ti en un espíritu de perfecto abandono a tu divino amor. En tu gran misericordia dígnate aceptarme a mí como una oblación de amor a fin de encender en todos los sacerdotes el fuego de tu amor y el celo por tu divino Corazón...

De regreso a Chile, comienza a publicar innumerables folletos y libros, entre los que destacamos a lo largo de su trayectoria: Jesús, Rey de Amor; Hora Santa y Adoración Nocturna. Funda un secretariado y sale por las casas para entronizar al Corazón de Jesús en los hogares. Hacia el año 1912 eran ya ciento veinte mil las familias en las que había hecho la entronización. Esta entronización de la imagen del Corazón de Jesús había de ser el comienzo de una vida familiar profundamente transformada por el amor de Jesús. De ahí pasó a la entronización en las escuelas, colegios, fábricas, hospitales, oficinas públicas y privadas, incluso en las imprentas. Los obispos de Chile publicaron en abril de 1913 una carta pastoral colectiva recomendando la entronización y pedían al Papa Pío X que enriqueciera con indulgencias especiales dicha práctica. El Papa concedió gustoso lo que pedían los obispos chilenos y su sucesor, Benedicto XV, extendió las indulgencias al mundo entero.

Un predicador con palabras de fuego.

El P. Mateo continuaba predicando en parroquias, colegios, conventos, etc. Fundó la revista El Primer Viernes y escribía artículos en otras revistas y periódicos. Dejando Chile, se fue a Perú, Uruguay y Argentina. En 1914 viajó a Europa, llegando a París en el momento en el que las tropas alemanas se disponían a invadir la capital. Un dominico de Saint-Maximin resumió su impresión de esta manera: Al principio, uno queda desconcertado por esa oratoria que no es oratoria, por esas frases elípticas, esas imágenes inesperadas, esos gestos apasionados... y luego, uno está cogido, se pone al unísono, y cuando al final el predicador hace aclamar a Cristo Rey: "Te amo, Jesús, porque eres Jesús", brotan lágrimas de muchos ojos.

De Francia se trasladó a España, donde fundó treinta y ocho centros de la entronización. Logró entusiasmar al Nuncio, al Primado de Toledo y al cardenal arzobispo de Sevilla. Regresó a Francia, pasó después a Suiza, Austria, Holanda e Italia.

En 1919 vuelve a España. Recorrió la costa del Mediterráneo, pasó por Andalucía, luego por Santander y el País Vasco. Con emoción asistió en el Cerro de los Ángeles a la dedicación del monumento y la entronización del Sagrado Corazón de Jesús en España, hecha personalmente por el rey Alfonso XIII el 30 de mayo de aquel año.

En Sevilla, desde donde escribimos este texto, pronunció el 19 de febrero de 1921 una conferencia espiritual a las religiosas jerónimas del Monasterio de Santa Paula. La Comunidad, puesta de rodillas, oía con gran devoción la hermosa plática del P. Mateo, mientras él permanecía de pie. La prelada le dijo: Padre, vd. me dispense, ¿no pudiera vd. sentarse? A lo que respondió el sacerdote: Madre, a las reinas no acostumbro yo a hablar sentado. Las religiosas quedaron edificadas al ver el respeto y veneración con que él las trataba.

Hasta los confines del mundo

Desde 1913 hasta 1960 predicó en veintiocho países, llegando hasta China, Japón, India, Indochina, Ceilán, Corea, Filipinas, Manchuria, Hong-Kong, etc. En 1931 dirigió un retiro al episcopado portugués. El Patriarca de Lisboa manifestaba su admiración: La predicación de este religioso es el más bello comentario al libro de 'Los Hechos de los Apóstoles', que se sepa.

Otro empeño original de nuestro infatigable misionero fue la adoración nocturna en los hogares. Pío XI bendijo esta obra e hizo mención del P. Mateo en su discurso del 29 de mayo de 1930 a la Juventud Femenina Católica de Italia al felicitarlas por participar en la adoración nocturna en el hogar, que constituye un acto exquisito y delicado de piedad y amor cristiano para el Corazón de Jesús; un delicado acto de devoción que necesitó para iniciarse un corazón apostólico como el del P. Mateo.

Pío XI le concedió cinco audiencias y le envió otra carta autógrafa, como lo hiciera antes su predecesor Benedicto XV. En una de las audiencias, el P. Mateo regaló al Papa un medallón con la imagen del Sagrado Corazón. Pío XI le comentó: La pondré en mi despacho y cuantas veces la mire te enviaré mi bendición. Y aún más patente queda la gran estima que tenía el Papa al apóstol del Corazón de Jesús cuando el gobierno de Perú solicitó al Sucesor de Pedro el nombramiento del P. Mateo para Arzobispo de Lima: ¿Qué quiere el señor Presidente de la República -contestó el Papa- que haga yo del Padre Mateo un coronel-comandante en plaza, o que le deje ser bombardero del Corazón de Jesús en todo el mundo?

Es imposible enumerar las tandas de ejercicios que dedicó a los sacerdotes. Desde Chicago escribía en 1944: No puedo dar abasto al trabajo que aquí me piden. En varias semanas he predicado a cerca de mil sacerdotes durante cinco horas diarias, aparte de las confesiones que me ocupaban el resto del día. En Canadá llegó a dirigir treinta y seis tandas de ejercicios al clero.

La mejor predicación: su testimonio frente al dolor.

El Jueves Santo de 1949 sufrió el primero de los muchos ataques de corazón que habían de sucederse en los once años que aún le quedaban de vida. En enero de 1955 manifestaba: Cada vez estoy más enfermo. Todo me cansa y debo suprimir muchas de las cosas bellas que debo hacer, reteniendo únicamente las indispensables. Quiero decir que debo dejar mis pocas fuerzas para poder celebrar la Misa y recitar mis plegarias. A su enfermedad se añadió una úlcera en su pierna derecha. En 1959 ingresó en la clínica de Valparaíso donde un cáncer en la sangre le impidió celebrar la eucaristía, que constituía el centro de su vida. Los médicos le amputaron la pierna herida por aparecer la gangrena. La amputación se practicó el 14 de enero de 1960, pero la herida no se cerró y la gangrena apareció pronto en la otra pierna. Su Provincial expresaba en una carta: El P. Mateo sufre atrozmente, pero todo lo soporta con un espíritu sobrenatural admirable. Y el propio enfermo escribía: ¡El cielo se aproxima... y así yo cantaré las misericordias del Señor eternamente!

El Superior General vino desde Roma a Valparaíso para visitarlo. El enfermo lo abrazó y, estrechando sus manos, pronunció su testamento: Diga a todos que el P. Mateo predica desde su cama y que insiste en la adoración nocturna en los hogares, que es la más preciosa flor de su apostolado. Ésta es la plegaria en la casa en unión con el Corazón de Jesús, la oración en el espíritu de reparación en la noche, durante las tinieblas.

El apóstol mundial del Sagrado Corazón de Jesús, según la denominación de Pío XI, murió a los 84 años de edad. Al enterarse de su muerte el ahora beato Juan XXIII, envió, por medio del Cardenal Secretario de Estado, al Superior General de la Congregación de los Sagrados Corazones el siguiente mensaje: El Santo Padre está totalmente familiarizado con la misión que este infatigable apóstol llevó a cabo durante toda su vida: la difusión del culto del Sagrado Corazón. Por esto es consolador el pensar que la triste pérdida que ha sufrido la Congregación de los SS. Corazones se compensa con la presencia en el cielo -como podemos creer- de un nuevo y poderoso protector.

Padre Pierre Coudrin y Madre Enriqueta Aymer


Padre Pedro Coudrin ss.cc. (1768-1837) “El Buen Padre”: es el fundador de los Sagrados Corazones junto con la Buena Madre.

La situación de Francia a finales del siglo XVIII hizo que tuviera que refugiarse y esconderse en un pequeño granero en el que estuvo cinco meses. Después de ese tiempo de fuertes experiencias, llamado por Dios decide salir y arriesgar su vida para poder seguir entregándola a otros como sacerdote, con la idea en el corazón de una congregación que se haría realidad más tarde cuando conozca a la Buena Madre.

Esa pasión por la misión (celo apostólico) le acompañará toda su vida, junto con una unión fuerte a la Iglesia, para la cual trabajó siempre en busca de que siguiera las llamadas del mundo y de Dios.



Madre Enriqueta Aymer ss.cc. (1767 – 1834) “La Buena Madre”: Fundadora de la Congregación junto con Pedro Coudrin. De familia noble, de la alta sociedad, arriesgó su posición y su fortuna protegiendo en su casa a sacerdotes perseguidos. Delatada, fue llevada a la cárcel, donde su vida cambió para siempre desde una fuerte experiencia de entrega a Dios.

Tras salir de prisión, fue descubriendo en la adoración ante el Santísimo su llamada a entregarse por entero a Dios y a los demás. Desde la escucha activa a Dios y a la realidad, entregándose radicalmente y a pesar de las dificultades, da origen junto al Buen Padre en la Navidad de 1800 a la Congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, donde contempla, vive y anuncia el Evangelio de Jesús concretándolo en su vida de oración, de entrega a las hermanas y de servicio a los más necesitados.




miércoles, 23 de enero de 2019

Beatos Luis Beltrame Quattrocchi y María Corsini

Un abogado del Estado y una profesora han subido juntos a los altares igual que lo hicieran a la basílica romana de Santa María Mayor el 25 de noviembre de 1905 para contraer matrimonio. Juan Pablo II ha manifestado su alegría pues, «por primera vez dos esposos llegan a la meta de la beatificación». Luigi (1880-1951) y María (1884-1965) Beltrame Quattrochi, originarios de Roma, fueron un matrimonio feliz.

María Corsini nació en Florencia el 24 de junio en 1881; mientras que Luigi Beltrame nació en Catania el 12 de enero de 1880. Ambos se conocieron en Roma cuando eran adolescentes y se casaron en la basílica Santa María la Mayor el 25 de noviembre de 1905.

Los dos fueron criados en el seno de una familia católica y desde pequeños practicaron fervientemente su fe, asistiendo todos los domingos a Misa y participando de los sacramentos. Debido a este legado, decidieron criar a sus hijos en los principios y valores de la fe católica.

En 1913, la joven familia atravesó un momento doloroso y bastante incierto cuando el embarazo de María tuvo serias complicaciones y los médicos pronosticaban que no sobreviviría al parto, ni tampoco el no nacido. Aunque los doctores manifestaron que un aborto podría salvar la vida de María, ésta consultando con su esposo, decidió confiar en la protección divina de Dios. Y, si bien es cierto el embarazo fue duro, tanto madre e hijo milagrosamente sobrevivieron. Esta experiencia llevó a toda la familia a consolidar su vida de fe y trabajar duro por sus anhelos de santidad.

María dio a luz a tres niños más; sus dos hijos varones profesaron el sacerdocio: Filippo es ahora Mons. Tarcisio de la diócesis de Roma y Cesare es el P. Paolino, un monje trapense.

La mayor de las hijas, Enrichetta, la que sobrevivió a ese difícil embarazo, constituyó un hogar según el modelo de sus padres; mientras que su hermana Stefania ingresó a la congregación de los benedictinos, siendo conocida por todos como la Madre Cecilia, y quien falleció en 1993.

Los tres hermanos estuvieron presentes en la beatificación de sus padres.

La familia Beltrame Quattrochi fue conocida por todos por su activa participación en muchas organizaciones católicas. Luigi fue un respetado abogado, quien ocupó un cargo importante dentro de la política italiana. María trabajó como voluntaria asistiendo a los etíopes en dicho país durante la segunda guerra mundial.

El ahora beato Luigi fue llamado a la Casa del Padre en 1951, y María, su fiel esposa, lo hacía posteriormente en 1965.

Beato Marcel Callo

El Beato Marcel Callo nació en Rennes, Francia, el 6 de Diciembre de 1921, es el segundo de nueve hijos, fue bautizado dos días después en la Iglesia de Nuestra Señora de la Buena Nueva.

Cuando tenía 12 años, se convirtió en aprendiz de imprenta y tomó el rol de hijo mayor cuando su hermano mayor entró al seminario.

Era miembro de la Cruzada Eucarística, que enseñaba a los jóvenes a vivir una oración ininterrumpida poniendo a la Eucaristía en el corazón de su vida. También era un Scouts.

Se convirtió en militante del movimiento Juventud de Obreros Católicos, ya que buscaba vivir su fe en el mundo secular del trabajo. Con la ocupación nazi de Francia, la vida cambió radicalmente para todos, especialmente para los católicos practicantes. Por ejemplo, se prohibieron oficialmente las actividades de las asociaciones cristianas, y las ramas del movimiento de Juventud de Obreros Católicos tuvo que pasar a la clandestinidad. La gente se refería a ellos como los Juventud de Obreros Católicos de las Catacumbas.

En 1943, una de las hermanas de Marcel murió durante el bombardeo. En ese momento, también se vio obligado a realizar servicios de trabajos forzados. Estaba comprometido para casarse en ese tiempo; sin embargo, aceptó realizar los trabajos forzados porque temía por lo que le podía pasar a su familia si se negaba. También veía el servicio de trabajo como una oportunidad para evangelizar.

En Zelha-Melhis, a donde lo enviaron a trabajar, experimentó períodos de angustia y desaliento. Sin embargo, encontró la fuerza para organizar de manera clandestina la vida cristiana de los trabajadores.

El 19 de abril de 1944 lo arrestaron por ser "demasiado católico". Primero, lo enviaron a la prisión en Gotha y luego a los campos de concentración en Flossenburg y Mauthausen.

Marcel y los otros detenidos sufrieron de manera terrible con el régimen de los nazis. Testigos supervivientes declararon, que aunque en el cautiverio, Callo siguió encabezando a los prisioneros en las oraciones y la instrucción religiosa. Igual que a los otros, lo obligaron a trabajar y a alimentarse con papas podridas y agua arenosa. Durante los seis meses últimos de su vida, se encontraba tan débil que lo dejaban en una cama, que compartía con varios cadáveres. Finalmente murió el 19 de marzo de 1945, después de fuertes dolores de estómago.

En su viaje de fe y en el camino a la santidad, no estaba solo. De hecho, la familia de Marcel, la Diócesis de Rennes, el movimiento de Juventud de Obreros Católicos todos tuvieron un rol en el camino a la santidad de este joven.

El 4 de octubre de 1987, el Papa Juan Pablo II beatificó a Marcel Callo.

Venerable Madre Cornelia Connelly

Cornelia Peacock nace en Philadelphia, Estados Unidos, el 15 de enero de 1809. Su familia tenía una muy buena situación económica. Cuando tiene nueve años pierde a su padre y a los catorce, su madre. Fue así que la pequeña Cornelia va a vivir con su media hermana Isabella y su esposo Austin Montgomery, donde recibe una educación muy buena en un ambiente refinado.

En 1831 se casó con Pierce Connelly, un clérigo episcopal, y se mudó con él a Natchez , Mississippi, donde fue rector de la Iglesia Trinity. En 1835, tanto ella como su esposo se interesaron en la iglesia Católica, pronto se convirtieron y se bautizaron . Pasaron dos años en Roma y luego se mudaron a Grand Coteau, Louisiana, donde enseñaron en escuelas católicas.

Cuando en 1840 su esposo anunció su intención de ingresar al sacerdocio, Cornelia accedió a darle la separación necesaria y entrar en un convento. La separación se otorgó en 1844, y sus tres hijos fueron ubicados en dieferentes escuelas.  Cornelia Connelly ingresó en el Sagrado Corazón del Convento de Trinità dei Monti en Roma. Su esposo fue ordenado al año siguiente.

En 1846, fue elegida para establecer en Inglaterra, una nueva congregación religiosa femenina. Junto a un grupo de compañeras en 1847 hicieron los votos y fue nombrada primera superiora de la Sociedad del Santo Niño Jesús. Posteriormente, Pierce Connelly intentó obtener el control de la orden a través de ella y, en su defecto, abandonó la iglesia e inició un proceso civil para la restitución de sus derechos conyugales. En esta acción también fracasó, y durante el resto de su vida realizó una campaña pública de difamación contra ella y la Iglesia Católica. 

Sin embargo, ella fiel a su consagración religiosa, dedicó sus energías a la expansión de la Sociedad del Santo Niño Jesús, que creció rápidamente. Después de que la escuela original en Derby se mudó a St. Leonards-on-Sea, Sussex, en 1848, se abrieron otras escuelas en ciudades como Londres, Liverpool y Preston, Inglaterra, y en Toul, Francia.

Madre Cornelia Connelly murió el 18 de abril de 1879, en St Leonards-on-Sea , Sussex. En 1959 fue propuesta para la beatificación, y en 1992 fue declarada Venerable.

Sierva de Dios Ana María Martel

Ana María Martel, nació un día jueves 11 de agosto 1644, en la ciudad de Le Puy, en Francia. Su padre, don Claudio Martel era abogado procurador del Rey Luis XIV, y su madre era la Señora María Cayes. Fue bautizada el 13 de agosto de 1644, en la Parroquia San Jorge. Hizo su Primera Comunión a los 10 años. 

Cuando tenía 21 años de edad, el Padre Tronson (su confesor) le pidió visitar a las mujeres enfermas del hospital de un pueblito al lado de Le Puy, llamado Aiguilhe. Era un hospital de enfermos pobres y como toda la gente sencilla de la época, no tenían formación religiosa. Ahí Ana María empezó su obra de “Instrucción Cristiana” haciendo descubrir a esas mujeres quién es Dios. Poco tiempo después el Padre Tronson pidió a Ana María de ir con una compañera a enseñar catecismo a los niños y a los jóvenes del barrio marginal de la ciudad de San Lorenzo. Este trabajo apostólico era cada vez más importante y se fueron integrando más jóvenes que querían ayudar a los más pobres.  Dos años más tarde las catequistas voluntarias formaban un grupo numeroso.  Ana María les propuso reunirse para rezar juntas y ayudarse en su misión de catequistas. Algunas de ellas dejaron todo para dedicarse a este apostolado. 

Es así que dejando a una de sus compañeras en esta misión ella se trasladó al barrio de San Juan en donde vivían un gran número de obreras de la puntilla, (trabajo hecho a mano con husos). Muchas jóvenes del campo llegaban a Le Puy, esperando sacar en la ciudad, mejor provecho con su trabajo. Pero como ocurre a menudo, eran explotadas por los comerciantes de la puntilla que no les pagaban el precio que correspondía. Por otro lado estas muchachas, con condiciones de vida tan difíciles, eran muy frecuentemente, víctimas de la prostitución. Conscientes de las dificultades de estas jóvenes, Ana María y sus compañeras trataron no sólo de enseñarles lo esencial de la fe cristiana, sino también de proponerles una verdadera organización de trabajo y de vida. Les ayudaron a vivir con dignidad, a hacerse respetar; iba con ellas a vender el fruto de su trabajo, tratando de sacar el precio justo. 

Ana María y sus compañeras sintieron la necesidad de vivir juntas para compartir su oración, sus ideales y sus trabajos. Lo que este grupo hacia en la ciudad se empezó a comentar en aldeas de la región. Ana María reunía a las tejedoras de puntillas y les enseñaba la catequesis. Llamaba a este apostolado "Asamblea". 

La intensa labor apostólica; su organización; las largas caminatas por las calles de la ciudad y los caminos del campo, dejaron a Ana María agotada y enferma, puesto que tenía una salud bastante frágil. Murió en su misma ciudad natal, el 15 de enero de 1673, a la edad de 28 años. Dejando así, una gran obra que sus compañeras continuarían. Ella fue una mujer contemplativa y apostólica.

martes, 22 de enero de 2019

Beato Hermano Santiago Miller

El Hermano James Miller o Hermano Santiago, nace en una familia de granjeros cerca de Stevens Point, Wisconsis, el 21 de septiembre de 1944. Realiza sus estudios elementales, y de secundaria en la escuela Pacelli, en la ciudad de Stevens Point, donde conoce a los Hermanos por primera vez.


Un año después ingresa en el Noviciado Menor de Missouri, en septiembre de 1959. Después de tres años fue admitido como Postulante en el Noviciado, y en agosto de 1962 recibió el Hábito de los Hermanos de las Escuelas Cristianas y el nombre de religioso de Hermanos Leo William. Más tarde, como los demás Hermanos, volvería a utilizare su nombre de bautismo.

Pronuncia sus Primeros Votos, el 31 de agosto de 1963 y pasó al Escolasticado y continuó sus estudios de español, religión, inglés y obtuvo el diploma universitario de Bachiller en mayo de 1966.

Estuvo destinado durante tres años en la Escuela Secundaria de Cretin, en San Pablo, Minnesota, en donde además de impartir clases de español, inglés y religión atendía el mantenimiento de la escuela y entrenaba un equipo de fútbol de los alumnos.

En agosto de 1969, después de emitir Votos Perpetuos, fue enviado a la escuela misionera de los Hermanos en Bluefields, en Nicaragua, en 1974, donde fue director. Bajo su dirección la escuela pasó de 300 a 800 alumnos. Aceptó además el encargo de dirigir la construcción de diez nuevas escuelas rurales. Los superiores religiosos le hicieron salir de Nicaragua en julio de 1979, en la época de la revolución sandinista. Se temía que el hecho de haber trabajado con el gobierno saliente de Somoza pudiera causarle riesgos.

De nuevo enseñó en Cretin . En enero de 1981 fue destinado a Guatemala al Colegio De La Salle Huehuetenango y trabajó también en el Centro Indígena, en el que jóvenes indígenas mayas de las zonas rurales estudiaban y se formaban en agricultura.

Dos años más tarde, en la tarde del 13 de febrero de 1982 cuando trabajaba en un muro del Centro Indígena, recibió varios disparos que lanzaron tres hombres con los rostros cubiertos. Murió al instante. Los intentos de identificación de los asesinos no tuvieron éxito. Sin duda que su implicación en el trabajo a favor de los jóvenes mayas de esta región parecía no gustar a alguien.

En una de sus últimas cartas antes de morir muestra lo consciente que era de la situación política de Guatemala y de las posibles consecuencias que podrían seguirse para él. Así escribía en enero de 1982: "Personalmente estoy harto de violencia, pero sigo sintiéndome profundamente comprometido con los pobres que sufren en América Central... Cristo es perseguido a causa de nuestra opción por los pobres. Conscientes de los numerosos peligros y dificultades, seguimos trabajando con fe y esperanza y confiando en la Providencia de Dios".

Y más adelante decía: "Soy Hermano de las Escuelas Cristianas desde hace casi veinte años, y mi compromiso en la vocación crece más y más con mi trabajo en América Central. Pido a Dios la gracia y las fuerzas de servirle fielmente entre los pobres y oprimidos de Guatemala. Dejo mi vida a su Providencia y pongo mi confianza en Él"

Murió un mes después de escribir esta carta.

El 07 de noviembre de 2018, fue reconocido su martirio, y Beatificado el 07 de diciembre de 2019.

Venerable Madre Rafaela de la Pasión Veintemilla

Nació en Quito (Ecuador) el 22 de Marzo de 1836 sus padres fueron don Ignacio Veintemilla y doña Josefa Villacìs, quienes llevaban una autentica vida cristiana.

Era su Madre muy devota de Mariana de Jesús, lo que dejó una grande impronta en la vida de madre Rafaela. Fue bautizada el mismo día de su nacimiento con los nombres de Rafaela, María Mercedes, Antonia, Magdalena pero siempre fue llamada Rafaela y celebró con gran devoción la fiesta de San Rafael Arcángel.

Fue la más pequeña de 10 hermanos, queda huérfana de madre a los 4 años de edad y de Padre a la edad de 19 años.

Desde muy joven sintió el deseo de ser religiosa y pasó su adolescencia y juventud practicando con grande fervor las virtudes cristianas, hace sus primeros votos en privado de pobreza, castidad y obediencia y vestía el hábito de la Beata mariana de Jesús llevando una asidua vida de oración y contemplación que fue perfeccionando con sacrificio y penitencia con el transcurrir de los años. Alcanzada su mayoría de edad hizo sus primeros votos privados de pobreza, castidad y obediencia, y vistió el hábito de santa Mariana de Jesús , llevando una asidua vida de oración y contemplación que fue perfeccionando con sacrificio y penitencia con el transcurrir de los años.

Según el testimonio de quienes la conocieron, su rostro mostraba una serenidad de reflejo divino. Sufrió la cárcel a consecuencia del golpe de estado que hiciera su hermano el General Ignacio Veintemilla que, siendo Presidente del Ecuador se proclamó dictador en 1882.

Después de la penosa prisión que duró cerca de nueve meses, en 1883 cuando ella contaba con 47 años de edad es expatriada de su País, establecida ya en la Ciudad de Lima entre los años 1884 y 1894 vivió alimentándose de la Palabra de Dios , asistiendo a retiros espirituales , participando de las asociaciones marianas existentes en la Iglesia Santo Domingo y la Iglesia San Pedro , donde fue una de las fundadoras del Rosario viviente .

En 1894 como frecuentaba la Iglesia San Agustín conoce al R.P. Eustasio Esteban O.S.A. que acaba de llegar desde España a Lima como Prior del Convento, en una de sus confesiones estas dos almas extraordinarias quedan encantadas porque los dos tenían esos deseos de santidad y buscar la gloria de Dios, es así que Madre Rafaela lo adopta como Director espiritual y le manifiesta su deseo de fundar una familia religiosa dedicada a la Santa Obra de la Preservación de la niñez y juventud en extrema pobreza y peligro moral. A mediados de 1895 funda la Congregación de Agustinas Hijas del Santísimo Salvador junto con Padre Eustasio Esteban, teniendo como fiesta principal “ La Preciosísima Sangre de Nuestro Señor” y con gran fortaleza de espíritu y nobleza de corazón lleva adelante el carisma que Dios le encomendó, la Salvación de las almas en la Santa Obra de la Preservación de la niñez y juventud femenina, sufriendo pobreza material, sinsabores morales que no hicieron más que aumentar su talante de fe, esperanza y caridad.

Murió en Lima en opinión de santidad el 25 de noviembre de 1918. Sus restos reposan en el convento Nuestra Señora del Prado de la Ciudad de Lima desde el 28 de agosto de 1980 y después de 35 años el Señor nos concede la gracia de trasladarla a la Iglesia nuestra Señora de la Consolación del Distrito del Rimac en Lima - Perú el 23 de Noviembre del 2015. Fue declarada Venerable el 07 de diciembre de 2018.

Beato Pedro To Rot

Pedro To Rot nació en 1912 en Rakunai, que actualmente es Papua Nueva Guinea (Oceanía).
Pertenece a la primera generación de católicos de aquellas islas, que habían sido evangelizadas por misioneros del Sagrado Corazón.
Pedro era el hijo del jefe de su tribu, y era su futuro sucesor. 
Cuando cumplió los 18 años se inscribió en la escuela de catequistas de la misión. En 1933 terminó sus estudios de catequista y se dedicó a ayudar al párroco de su propio pueblo. Allí trabajó intensamente, y siempre llevaba consigo la Biblia, a cuyos textos recurría cada vez que era necesario o tenía oportunidad.
Contrajo matrimonio con una joven católica de un pueblo vecino, y con ella tuvo tres hijos. Fue un gran defensor del sacramento del matrimonio.
En el año 1942, cuando las tropas japonesas ocuparon la isla, todos los misioneros europeos fueron encarcelados. Pedro fue el encargado de guiar espiritualmente a su pueblo, conservaba y distribuía la Eucaristía (que le llegaba de los sacerdotes en la cárcel), daba catequesis, administraba el bautismo, asistía a los pobres.
Cuando el ejército japonés comenzó a perder batallas en la guerra, se desquitó en la isla con los cristianos nativos. Así Pedro fue detenido en mayo de 1945 y condenado a dos meses en prisión. El 7 de julio de 1945 murió en la cárcel envenenado y asfixiado por los japoneses.
Pedro To Rot fue beatificado en 1995, en Port Moresby, Papúa Nueva Guinea, por el papa san Juan Pablo II. Es el primer beato de aquel país.

Beatas Plácida Viel y Marta Le Bouteiller

Beata Plácida Viel

Victoria Eulalia Jacqueline Viel, que un día sería superiora general de las Hermanas de las Escuelas Cristianas de la Misericordia, nació en el pueblecito normando de Val-Vacher, el 26 de septiembre de 1815. Era la octava hija de un agricultor y su instrucción se redujo a siete años de escuela primaria, en la ciudad de Quettehou. La beata era seria y tímida por temperamento. Hasta los diecisiete años, vivió la existencia tranquila y ordenada de una hija de agricultor, encargada de hacer casa a su hermano. A esa edad fue a visitar a una tía suya, que era religiosa en el convento den Saint-Sauveur-le- Vicomte. La visita impresionó tanto a la joven, que decidió ingresar en la comunidad. Fue admitida y tomó el nombre de Plácida.

La madre Postel, que tenía ya ochenta años, vio en la joven religiosa a una sucesora ideal para el gobierno de la congregación. Así pues, cuando Plácida terminó sus dos años de noviciado, asistió a unos cursos intensivos en la escuela normal de Argentan y después fue nombrada profesora en un pensionado. Al mismo tiempo, la santa fundadora la iba iniciando en los deberes y responsabilidades de la administración y aun la mandó a abrir algunas nuevas casas. A los cinco años de vida religiosa, Plácida fue nombrada maestra de novicias, pero bien pronto tuvo que dejar el cargo para ir a París a reunir fondos para la restauración de la iglesia en la abadía de Saint-Sauveur y a arreglar otros asuntos de importancia.


Santa María Magdalena Postel murió el 16 de julio de 1846. El capítulo general de las Hermanas de las Escuelas Cristianas escogió a Plácida para sucederla. La hermana María, su tía, esperaba ser elegida y, aunque la nueva superiora le dio mucha autoridad y responsabilidades, la hermana María, que ya desde antes se había mostrado hostil a su sobrina, obstaculizó mucho el gobierno de la madre Plácida durante los diez años siguientes. Para evitar esa dificultad, la beata residía el menor tiempo posible en la casa matriz y, mientras vivió su tía, gobernó la congregación "desde los abruptos y tortuosos caminos y senderos del centro y el oeste de Francia." En efecto, durante esa época, beata viajó mucho por Francia para recoger fondos y visitar los conventos de la congregación, que crecía rápidamente. Trabajó con particular empeño por obtener la aprobación oficial de la congregación. Las negociaciones fueron muy laboriosas y en una ocasión, la beata tuvo que hacer un viaje secreto a Viena para ver al conde de Chambord.


La madre Plácida fue superiora general durante treinta años y la congregación prosperó mucho bajo su gobierno; se multiplicaron los orfanatos, las casas de cuna, los talleres y las escuelas primarias gratuitas. Una de las más famosas fundaciones fue el orfanato del Sagrado Corazón de María, en París, donde en 1877, había ya 500 niños. La beata pudo también llevar felizmente a término la reconstrucción de la gran iglesia de la casa matriz, emprendida por la fundadora. El cardenal Guibert, arzobispo de Burdeos, hablando de la situación de Francia en 1870, aplicó a la madre Plácida lo que se había dicho de la Beata Ana Javouhey: "Sólo conozco a una persona capaz de restablecer el orden en Francia: la madre Plácida, del convento de Saint-Sauveur-le-Vicomte". La impresión que dejan la vida y las realizaciones de la beata es la de que fue una religiosa de gran encanto personal y buen humor, serenamente decidida a hacer por las niñas lo que San Juan Bautista de la Salle había hecho por los niños. Durante su gobierno, se abrieron en Normandía treinta y seis colegios para niñas pobres y se suprimió como libro de lectura "Les ordonnances de Louis XIV."

La vida de la beata fue muy sencilla en todos sentidos. No tuvo pruebas espirituales especiales ni gracias místicas. Sin embargo, no faltaron algunos hechos milagrosos, que ella atribuía a la intercesión de la madre Postel por cuya beatificación trabajó mucho. Su muerte ocurrió el 4 de marzo de 1877, cuando tenía sesenta y dos años de edad. 

Bajo su gobierno, el número de conventos de la congregación aumentó de treinta y siete a ciento cinco y el número de religiosas, de ciento cincuenta a más de mil. 
Fue beatificada el 6 de mayo 1951 por el Papa Pío XII.


Beata Marta Le Bouteiller


Amada Adela Le Bouteiller nació el 2 de diciembre de 1816 en Percy, Francia, fue la tercera de los cuatro hijos de Andrés Le Bouteiller y Maria Francesca Morel, ellos eran propietarios de una pequeña parcela de tierra, labradores y tejedores de telas.

Al fallecer tempranamente el padre de Amada y luego que sus dos hermanos mayores se casaron en 1837, Amada con un poco más de 20 años, entró a trabajar como domestica para ganar que vivir.

Conoció la Congregación de las "Hermanas de las Escuelas Cristianas de la Misericordia", fundada en el 1804 por Santa Maria Magdalena Postel, para la educación de la juventud.

Atraída por la espiritualidad de esa congregación, a los 25 años, el 19 de marzo de 1841, decide consagrarse totalmente a Dios y entró en la abadía de Saint Sauveur-le-Vicomte, acogida por la octogenaria fundadora, quien pese a su edad tenía gran vitalidad y dones del cielo.

Amada tuvo como maestra de novicias a la beata Plácida Viel, quien será la sucesora a la muerte de la Fundadora, llevando a la Congregación a un desarrollo asombroso.

Cuando Amada llegó, las cincuenta monjas estaban empeñadas en la construcción de la iglesia de la abadía y en la reparación de los antiguos edificios, que los habían encontrado en ruinas cuando llegaron; la vida era austera teniendo en cuenta los años de carestía que se vivieron, pero eso no asustó a Amada, acostumbrada a las estrecheces económicas de su familia después de la muerte prematura del padre.

El 14 de septiembre 1842 recibe el hábito religioso con el nombre de sor Marta; en el invierno siguiente siendo ya novicia, fue enviada, por decisión de la Madre Postel, a la Casa de La Chapelle-sur-Vire, que sor Marta conocía bien, para ayudar en los servicios materiales de aquella comunidad.

Un día mientras lavaba la ropa en las aguas heladas del río Marquerand, la corriente arrebató de su mano una sábana, en la tentativa de retomarla resbaló en el agua helada lo que le causó un principio de parálisis en las piernas, por ello tuvo que regresar a la abadía.

Aquí tuvo un coloquio con madre Magdalena Postel que lo aseguró que no la tenía pensado regresarla a su casa, más bien apoyándole las manos sobre la rodilla le prometió que rezaría por ella; poco después Marta se curó y atribuyó su curación a la Madre.

El 7 de septiembre de 1843 hizo su primera profesión en la Abadía Casa-matriz de la Congregación; Marta se fue asignada a la cocina, al trabajo en los campos y luego al sótano, tarea que tuvo por unos cuarenta años hasta a la muerte; hizo todo con espíritu de obediencia, tanto que se ha dicho hizo de modo grande las pequeñas cosas.

Su vida de monja transcurrió al servicio de Dios y de sus hermanas de hábito, siempre simple y jovial realizando los servicios más humildes; entregada a la oración y la meditación.

Se ocupó de los criados y de los obreros que facilitaron su mano de obra, además de los huéspedes de paso; también distribuyó el vino a 250 personas por día y durante la guerra ese número llegó a 500 personas.

En el invierno del 1875-76, sor Marta ya sesentona, cayó y se fracturó una pierna, la larga convalecencia, sumado a la muerte de la querida sor Plácida, su confidente, fueron para ella grandes pruebas que soportó fielmente. Siguió interesándose en la despensa, incluso sustentándose con un bastón, pero su decadencia fue evidente.

El 18 de marzo de 1883, Domingo de Ramos, mientras regresaba a la cocina las botellas después de la cena nocturna, cayó una primera vez y luego una segunda, golpeada por una congestión cerebral, se apagó después de haber recibido los Sacramentos, tenía cerca de 67 años.

Fue enterrada en el cementerio de la misma Abadía de Saint Sauveur-le-Vicomte; la causa por su beatificación inició en el 1933 y el 4 de noviembre de 1990 el papa Juan Pablo II la proclamó beata.


lunes, 21 de enero de 2019

San José durmiendo

El Papa y la imagen de San José durmiendo

El 19 de enero de 2015, el Papa Francisco también nos regaló una confesión muy personal, que ya en algunas oportunidades, también lo había nombrado. En la misma, relató lo siguiente:

Yo quisiera decirles también una cosa personal: "Yo quiero mucho a San José porque es un hombre fuerte y de silencio y en mi escritorio tengo una imagen de San José durmiendo y ¡durmiendo cuida a la Iglesia! ¡Y cuando tengo un problema, una dificultad, yo escribo un papelito y lo pongo debajo de San José, para que lo sueñe!... ¡Esto significa para que rece por ese problema!"

Beato Clemente Marchisio

Clemente Marchisio nació en Racconigi, el uno de marzo de 1833, el mayor de cinco hijos. Una familia como muchas otras. Su padre era zapatero.
Racconigi está llena de iglesias. En cada rincón hay una capilla o un campanario. Él crece en este entorno y es muy fácil imaginárselo atraído por este ambiente sagrado que lo lleva a frecuentar la iglesia de los dominicos como monaguillo.
En su futuro no caben las herramientas de zapatero de su padre, sino más bien el seminario como futuro sacerdote.

Necesita ayuda económica para poder estudiar y al final consigue ir a Bra, donde comienza su camino que lo llevará después a Turín, bajo la guía de San José Cafasso, el rector del Santuario de la Consolata y alma del Internado Eclesiástico para la formación de sacerdotes que dejarán huella en la historia de la iglesia universal.

Estamos a mediados del siglo XIX y éstos son los años extraordinarios de los llamados Santos Sociales piamonteses, de los que Marchisio forma parte a pleno título. Va a Cambiano durante un breve período como vicario parroquial, pero pronto deberá marcharse debido a su sinceridad con los feligreses que le provoca un montón de problemas. Después otra breve etapa en Vigone para llegar luego al pueblo en el que vivirá durante cuarenta y tres años: Rivalba. Su tierra prometida, el lugar en el que poder caminar, encontrar, predicar y fundar nuestro instituto.

Rodeado por el verde de las lomas turinesas, se convierte en su punto de referencia para el resto de su vida.
Como buen párroco que es, se ocupa lo primero de su Iglesia, que le hubiera gustado hacer completamente nueva pero que podrá sólo restaurar.
La relación con los feligreses se basa siempre en una extrema franqueza y en la coherencia que hace coincidir su pensamiento con sus acciones. Esta manera suya de hacer las cosas no siempre es fácil de aceptar, pero él se comporta como dicta el Evangelio: “Sí, sí o no, no”.

Manda construir un asilo infantil, piensa también en crear un taller textil para las muchachas del lugar para que así no se vean obligadas a tener que ir a Turín para trabajar en el servicio doméstico. Realiza una auténtica labor social, en línea con los numerosos sacerdotes piamonteses que quieren dar una respuesta a las emergencias de pobreza de sus gentes.

En 1875 funda la familia de las Hijas de San José de Rivalba. A su lado, desde el principio, cuenta con la ayuda de una mujer de Turín que sigue su sueño de fundación. Se llama Rosalía Sismonda.
Decide también restaurar un castillo milenario. Se convertirá en la cuna de la Congregación, el símbolo de todo lo que se ha desarrollado con el paso del tiempo.

Después, llega una intuición repentina que cambia radicalmente la indicación carismática inicial: El Padre Clemente quiere que las monjas se ocupen de volver digno todo lo que sucede en el altar. Inicia el trabajo de la producción de las hostias y del vino que se convertirán en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo.
Además de esto, la atención se dirige a todo lo que concierne el momento de la Celebración Eucarística, para dar la justa importancia y belleza al momento central de la fe cristiana. Por este motivo, las mujeres que se consagran en su familia religiosa empiezan a llamarse “las monjas de las hostias”..

En 1883, el Padre Clemente Marchisio inicia una presencia en Roma de la congregación, haciendo que el papa León XIII llegara a decir: “¡Esta vez, por fin, el Señor ha querido pensar en sí mismo!”

Hombre incansable, no deja de predicar, de viajar, de alimentar el espíritu de sus hijas, hasta el final, el 16 de diciembre de 1903. El mismo día asciende al Paraíso con él Rosalía Sismonda, señal de una sintonía perfecta y de una colaboración total.

San Juan Pablo II lo beatifica el 30 de septiembre de 1984.