martes, 28 de febrero de 2023

Venerable Padre Pablo de Anda Padilla


El Venerable Siervo de Dios Pablo de Anda Padilla, nace el 8 de Julio de 1830, en un pueblo Mariano por excelencia: San Juan de los Lagos, Jalisco, México. Sus padres, Don Mariano de Anda y Doña Sanjuana Padilla, tuvieron cinco hijos, como frutos de bendición de su matrimonio: Pedro, José Sóstenes, María Rita y María del Refugio, además de Pablo, que ocupó el último lugar entre sus hermanos.

Pablo recibió una educación cristiana y mariana mientras vivió en el hogar de sus padres. El ambiente familiar favoreció sus aspiraciones al Sacerdocio. Cuando llegó para él la hora de Dios, sus mismos padres propiciaron y apoyaron la vocación de su hijo y lo llevaron a la ciudad de León, Gto. Pablo, llegado al final de su carrera, pidió al Sr. Obispo de Michoacán, Mons. Clemente de Jesús Munguía que se le confirieran las Ordenes Sagradas. Para ello se le exigió la excardinación de la diócesis de Guadalajara. Dos veces hubo de hacer estos trámites por haberse extraviado en el correo la documentación, hasta que al fin se dirigió a la diócesis de San Luis Potosí, donde fungía como Secretario de Cámara y Gobierno un pariente suyo.

Recibió de manos de Mons. Pedro Barajas Moreno la Ordenación Sacerdotal. Tuvo lugar este suceso culminante en la vida de Don Pablo el 24 de agosto de 1856, en la iglesia parroquial del Venado.

Comenzó a ejercer su ministerio y a desplegar su caridad, en la Diócesis de San Luis Potosí; donde permaneció durante los primeros once años de su Sacerdocio; al cabo de los cuales, fue invitado a pasar a la recién fundada Diócesis de León, Gto. El Padre de Anda fue un apóstol incansable: abrió una Casa de Misericordia, para niños, enfermos y ancianos desamparados; creó Talleres para enseñar diversas artes y oficios; fundó un Hospital; atendía con solicitud, tanto a las Hijas de María, como a las Conferencias de San Vicente; no se desdeñaba de trabajar con los pobres, enfermos y desarrapados. Construyó un Santuario a la Morenita del Tepeyac, así como la Casa de Ejercicios contigua a dicho Santuario. Al mismo tiempo cumplía con sus obligaciones corales y dirigía por los caminos de la perfección cristiana a algunas almas selectas, que abundaban en la Asociación de Hijas de María.

El Espíritu Santo le inspiró la fundación de la Congregación de «Hijas Mínimas de María Inmaculada». Prudentemente exploró la voluntad de aquellas Hijas de María en las que más podía confiar para realizar esta obra. Amaneció el 25 de marzo de 1886; cuatro señoritas respondieron alegremente a la llamada que el Señor les hacía por boca de su ministro Pablo de Anda. ¿Sus nombres? MERCEDES DE SEÑOR SAN JOSE REYES, que llevaba hasta entonces el nombre de Soledad, a quien comunicó su espíritu, basándose en las palabras de San Juan: «Dios es caridad, el que vive en la caridad vive en Dios y Dios en él.» CONCEPCIÓN DE SEÑOR SAN JOSÉ BARRÓN, conocida en el mundo con el nombre de Refugio Barrón, GUADALUPE DE SEÑOR SAN JOSÉ REYES, bautizada con el nombre de Juana, y MARíA DE SEÑOR SAN JOSÉ MEABE, María.

El Sr. Obispo D. Tomás Barón y Morales, que dio su bendición y licencia para la fundación del nuevo Instituto, les concedió facultad para tener un pequeño oratorio y en él celebrar la Santa Misa y guardar el Sagrado Depósito.

Pablo de Anda pasó haciendo el bien a los marginados y maltratados, a los pobres y necesitados, con gran amor y misericordia. Su espíritu fue de amor y de servicio; no había pena que no tratara de resolver, en la medida de sus posibilidades.

De ahí que nuestro Carisma sea: «Configurarnos con Cristo Misericordioso, a favor de los pobres y necesitados, como María, en espíritu de familia».Tres años antes de morir fue acometido de una grave enfermedad; entonces se redujo su ministerio a trabajar en la dirección de las obras que tenía emprendidas.

El 28 de junio de 1904, apenas había acabado de celebrar la santa Misa sintió un intenso dolor, que por los síntomas, era producido por cálculos o piedras en la vejiga. Tales dolores había padecido en épocas anteriores. Los recursos de la medicina no dieron buen resultado. Pasó todo ese día sin alivio alguno. Por la noche le fue administrado el Sagrado Viático y la Extremaunción por el Señor Deán, D. José María Velázquez, acompañado de varios sacerdotes, especialmente de los RR. PP. de la Compañía de Jesús.

Poco antes de perder el habla, y expresándose ya con gran dificultad, les dijo a las Hijas de María que rodeaban su lecho de muerte: «Sed santas, sed santas».

Luego dirigiendo su mirada a la Superiora de las Religiosas Mínimas, por él fundadas, le dio a ella, y en ella a todas sus Hijas, parecido mensaje: «Madrecita Rosa, me voy a morir; pero en el cielo rogaré por todas; les dejo con usted a todas mis hijitas, mi bendición: Dios me las bendiga: Háganse santas, háganse santas». Después de media noche entró en agonía, falleciendo a las cuatro de la madrugada del 29 de junio de 1904.

Su muerte fue tranquila y sosegada; una luz que se apagaba lentamente en este mundo para brillar como lumbrera en la eternidad. Contaba 74 años de edad y 47 de sacerdocio. 

El Santo Padre Juan Pablo II, declaró Venerable al Siervo de Dios Pablo Anda el día 28 de junio de 1999.

Fuente:https://hijasminimas.com/

lunes, 27 de febrero de 2023

Beata María Berenice Duque


La Beata María Berenice nació en Salamina (Caldas- Colombia) el 14 de agosto de 1898, sus padres fueron quienes, con el rezo del santo rosario y el amor a la Eucaristía, le inculcaron una sólida devoción a la Virgen María. Su crecimiento humano fue armonioso, se destacó por sus numerosas cualidades, mostrando una sensibilidad muy grande por las personas más necesitadas.

Fue bautizada con el nombre de María Ana Julia y desde muy temprana edad aprendió a orar, a contemplar a Dios en la naturaleza; esto, fue despertando en ella la empatía con el prójimo y un
carisma que la llevó a identificar la problemática de su época y tomar acción para ayudar a solucionarla. Su entrega y devoción le brindaron el deseo de llevar un estilo de vida contemplativo.

Con el anhelo de responder al llamado del Señor, al terminar sus estudios ingresó a la orden de las hermanas Dominicas de la Presentación, deseando, sobre todo, cumplir la Voluntad de Dios y ser santa.

Su vida fue marcada por un trabajo incansable en la búsqueda de mejores condiciones para las personas humildes, sencillas y marginadas de la sociedad. La experiencia de su trabajo humanitario, sumada a su devoción, la llevó a fundar, por intermedio del Corazón de Jesús, una Comunidad integrada por jóvenes sencillas; la Beata Berenice solía expresar que en esta juventud de condición humilde había miles de vocaciones, tesoros ocultos, que se perdían debido a que no podían ser recibidas en ninguna congregación existente en la época.

Tras superar todas las dificultades que se le presentaron, en 1943 logró fundar la Congregación religiosa de las Hermanitas de la Anunciación en Medellín, Colombia.
Contó con el apoyo de la Iglesia para materializar la conformación, que luego de un arduo trabajo y miles de adversidades, logró salir adelante.

En su vida religiosa, la Beata María Berenice, fundó otras obras: las Hermanas Franciscanas Misioneras de Jesús y de Maria, el 15 agosto de 1957, recibiendo solicitudes de jóvenes afroamericanas, en su mayoría procedentes de las costas colombianas, población que para la época era marginada política y socialmente. El 8 de diciembre de 1965, el Señor le puso delante un nuevo proyecto destinado a un grupo de jóvenes que le pidieron ayuda para responder a las necesidades concretas de la sociedad de aquel momento, fundando así a los Misioneros de la Anunciación.

Su constante preocupación fue la de ayudar a los excluidos de la sociedad y responder a las necesidades concretas de su tiempo. El fervor misionero de evangelización la movió a extender la Congregación de las Hermanitas de la Anunciación más allá de los mares, con el deseo de que las religiosas llevasen el mensaje de Jesús hasta los confines de la tierra. Hoy la Congregación hace presencia en 15 países.

La Beata María Berenice vivió con gran fidelidad y alegría su consagración al Señor, buscó identificarse con Cristo, dirigirse al suplicio de la cruz y acoger la muerte con un amor más fuerte y más grande. Su vida fue marcada por el lema “LA VOLUNTAD DE DIOS”. Tras una larga enfermedad, se preparó para subir al Calvario consumiéndose como hostia de amor y reparación. Murió en Medellín, Colombia, el 25 de julio de 1993.

Al enterarse de su muerte, muchas personas pidieron su intervención para que el Señor les alcanzara por su medio algunos favores; entre ellos, un niño que sufría de una grave enfermedad que los médicos catalogaron como pandisautonomía, la cual es entendida como la afectación del sistema simpático, parasimpático, digestivo, y urinario. Recibió la oración de la Beata Marìa Berenice, oró con fe y confianza y alcanzó la curación, por mediación de la Beata ante Dios. Después de 8 años de enfermedad, en los que vivió desahuciado por la ciencia y reducido a una silla de ruedas, pudo volver a caminar. El niño y su familia le atribuyen el milagro a la intercesión de la Beata María Berenice.

En virtud de la fama de santidad, desde el 23 de mayo de 2002 hasta el 23 octubre de 2003, en la Curia eclesiástica de Medellín, se realizó la Consulta Diocesana de investigación sobre su vida y virtudes, cuya validez jurídica fue reconocida por la Congregación para la causa de los santos, con el decreto del 26 de agosto de 2005.

Los Padres Cardenales y los Obispos en la Sesión Ordinaria del 15 enero 2019, reconocieron que la Sierva de Dios ejercitó de modo heroico las virtudes teologales y cardinales, recibiendo el título de Venerable emitido el 12 de febrero de 2019 por el papa Francisco. El 13 de octubre el Papa Francisco firmó el decreto del milagro atribuido a la intercesión de la Venerable Sierva de Dios María Berenice Duque Hencker y la declara Beata el 29 de octubre de 2022.

sábado, 25 de febrero de 2023

Himno y oración a la Beata Sor María Ludovica de Ángels


HIMNO A LA BEATA SOR MARÍA LUDOVICA 


DONDE SE ENCUENTRAN TODOS LOS CAMINOS
PORQUE HA CRECIDO EL ÁRBOL DE LA PAZ
SERENA Y FIRME, TRAS TU DESTINO
SIERVA DE CRISTO HERMANA ALLÍ ESTARÁS.

DONDE SE CAMBIAN LÁGRIMAS POR SUEÑOS
JUNTO A LOS POBRES, JUNTO A LA ORFANDAD
SERENA Y FRÁGIL VALOR Y EMPEÑO
SIERVA DE CRISTO HERMANA ALLÍ ESTARÁS

SOR LUDOVICA, SOR LUDOVICA
CONSEJO Y GUÍA EJEMPLO ESPIRITUAL
VUELVE A NOSOTROS MILAGROSA Y SANTA
ÁNGEL DE LA GUARDA
DEL QUERIDO HOSPITAL


CUANDO SE NUTRE EL SOL DE LA ESPERANZA
PARA EL PEQUEÑO QUE LLEVA SU CRUZ
TU NOMBRE LLENO DE REMEMBRANZA
TRAE EL CONSUELO A IMAGEN DE JESÚS

CUANDO SE AHONDA EL MAL Y LA DISCORDIA
EN LOS HOGARES FALTOS DE PIEDAD
TUS RUEGOS MADRE MISERICORDIOSA
LOS FORTALECE EN DIOS Y SU BONDAD.



ORACIÓN A SOR MARÍA LUDOVICA

Padre, rico en misericordia, que llamaste y elegiste a la Beata María Ludovica, para ser visible en ella tu amor misericordioso por su total consagración a los pobres y a los niños, en los cuales veía a tu Hijo conforme a sus enseñanzas:"el que recibe a un niño en mi nombre a Mi me recibe".
Tú le comunicaste la fuerza del Espíritu Santo para que cumpliera su vocación hospitalaria sirviendo con alegría y sin descanso a los enfermos, pobres y necesitados.
Tú la hiciste una mujer fuerte, piadosa y fiel al Evangelio de tu Hijo en el trabajo cotidiano y en la ofrenda de su quehacer humilde y silencioso como María, Madre de Misericordia.
Te pedimos por su intercesión, alivies y sostengas los corazones afligidos por enfermedades físicas, espirituales y morales.
Concédenos también que por su intermedio alcancemos la gracia que hoy te pedimos para gloria de la Trinidad y de la Santa Iglesia. Amén.