La fiesta de Cruz de Mayo, cuyo origen se remonta a los tiempos de la Conquista, cuando una de las devociones más generalizadas en el país era el culto a la Santa Cruz.
Como el misionero católico apenas sabía el idioma de los indios a quienes venía a evangelizar, para hacerse entender necesitó servirse de signos externos para reforzar su enseñanza. Era primordial inculcar la idea de Dios, unida al misterio de la redención y a la verdad de la recompensa después de esta vida. Para esto recurrían a la cruz, la que colocaban en alguna colina o lugar visible cerca de sus misiones.
Como un medio de mantener viva la doctrina, nombraban fiscales en los pueblos, quienes tenían el encargo de bautizar y rezar los días festivos en la capilla o al pie de esa cruz expuesta a la veneración pública.
Los misioneros fundaron hermandades en torno al culto de la cruz el que se tributaba los últimos ocho días de ese mes en los que acudían bailes chinos a danzar ante el madero.
Posteriormente, las cruces veneradas en los campos se arreglaban con flores y variados adornos. En las casas se honraba la cruz con el rezo del rosario, el canto de letanías, con canto a lo divino y se festejaba con mistelas y "gloriao".
La hermosa costumbre popular atravesó los siglos y llegó hasta nuestros días. De modo que, no hace mucho, era común todavía en nuestros campos y ciudades, dedicarse la tarde de ese día a adornar la cruz con flores y a fabricar farolitas en que se encendían velas para los acompañantes. Llegada la noche, grupos familiares, de amigos, vecinos o parroquiales salían cantando y visitando casa por casa para recolectar una limosna, comúnmente en especies, la cual era distribuida después a algún asilo u hospital.
Mientras recorría las residencias el grupo entonaba:
Aquí anda la Santa Cruz
visitando a sus devotos,
con un cabito de vela
y un cantarito de mosto.
Si la tiene, no la niegue,
le servirá de algún daño
por no dar la limosna
a la Santa Cruz de Mayo.
Qué bonita es la casita
que el carpintero la hizo,
por dentro está la gloria
y por fuera el paraíso.
[si no se abre la puerta]
Las estrellitas del cielo
cada una tiene su nombre.
¿Dónde estará el dueño de casa
que le hablo y no me responde?
[si se abre la puerta y se entrega limosna]
Muchas gracias caballero (señorita)
por la limosna que ha dado,
pasaron las tres Marías
por el camino sagrado.
¡VIVA LA CRUZ DE MAYO! ¡VIVA!
[Aquí se levanta la cruz]
Se va la pepita
se va la manzana
adiós señorita
será hasta mañana.
[y si no se entrega limosna]
Esta es la casa de los Pino
donde viven los mezquinos.
Esta es la casa de los Tachos
donde viven los borrachos.
Fuente: https://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-97386.html